domingo, 12 de enero de 2025

Esto

Estoy en casa solo. Las cosas aparecen y desaparecen. Cierro las persianas pero las paredes se licuan y veo otro mundo. Esto no te lo esperabas. No estoy durmiendo y no es un sueño. No busques una explicación porque no la tiene. Es como un genocidio, por mucho que te digan o intenten manipularte, no tiene ningún sentido lo mires por donde lo mires. Nuestras creencias son así de absurdas, podemos creer en la mayor tontería, y argumentaremos, si es que se le puede decir así, con la cosa más estúpida, como la fe, la magia, poderes extrasensoriales, los dioses del pasado o lo que nos venga en gana en ese momento. Estoy solo en casa y pienso en cómo nace una creencia, si son de verdad producto del aburrimiento o algo se rompe en el espacio tiempo y, como las paredes que se licuan y vemos otro mundo, sea maravilloso o nauseabundo, o solo las tenemos para darnos pìsto, para ser distintos, para salirnos de lo común y ser los más listos. Y da la casualidad de que este mundo que aparece tras las paredes licuadas lo he creado yo. Tal vez tenga una imaginación tan poderosa que lo imaginado se materializa como cualquier cosa que sale de una impresora tridimensional, y lo que vi en mi cabeza cobra vida solo porque creí en ello. Siempre me dijeron que vigilara mis palabras y también mis pensamientos, pero nunca creí que fuera porque iba a ocurrir esto.

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