sábado, 4 de enero de 2025

Lo que la vida te ha dado

Un día, no sabes por qué, lo que la vida te ha dado viene y se planta delante de ti. No me refiero a cosas materiales sino a momentos muy comunes y sencillos pero entrañables. Sonrisas de agradecimiento llenas de amor, instantes con inmejorable compañía que se eternizan, ilusiones y sueños compartidos, momentos de silencio maravillosos donde las miradas hablan y se entregan a la fruición, instantes de soledad con el corazón y el pensamiento llenos de compañía. Ese juego que te inventaste en una tarde que se presumía aburrida y que se ha quedado a vivir en tu memoria durante toda la vida. Pequeñas frases que me dijo mi madre y que me llenaron de placer y alegría; las carcajadas de mi hermana; las vueltas que daba Néstor en la puerta de casa justo después del último paseo del día, como diciendo, ¡ya estamos en casa! Todas esa pequeñas alegrías que la vida te ha dado llegan juntas como un regalo, como un recordatorio, como un aviso, con ganas de animarte y pidiéndote que sigas acumulando más momentos auténticos para añadir a esta colección de detalles vitales que perduran en el tiempo, que se agarran al recuerdo y, cada cierto tiempo, se hacen presentes, vuelven solo para saludar, para mostrarte lo bueno que es vivir y compartir, amar y cooperar. Un día la memoria hace renacer todo lo maravilloso, miles de pequeños detalles, las cosquillas de la vida me gusta decir a mí, las caricias del destino, los besos del universo reverberando en un espacio sin tiempo, la alegría de vivir un sueño.

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