miércoles, 22 de enero de 2025

Horizonte imaginado

Intercambio mensajes con amigos. Charlamos con frases entrañables, descubriendo la amistad en cada palabra y el amor entre las líneas. Y un horizonte se dibuja en mi mente: el horizonte imaginado. El tiempo dirá si he acertado, si lo que creí ver era el futuro acercándose, como si fuera el negativo de una fotografía deslizándose en mi cabeza y adelantándome los acontecimientos de alguna manera. El horizonte imaginado suele ser entrañable y gratificante a la vez. Unas palabras que me acarician, unos recuerdos que vuelven a la vida y, el horizonte vacío, se va llenando, poco a poco, del amor que siento en esa charla, en esos mensajes, a veces escritos, a veces orales. Y el horizonte imaginado con tanto amor es tan real como esta flor que tengo al alcance de mi mano. Es como ver en la distancia, un futuro que se acerca y se muestra en una pequeña pantalla insertada tras mis ojos, conectada al alma y al corazón, que producen la visión, las imágenes de lo imaginado que hacen vibrar a mis sentimientos interconectados. Y un día el horizonte imaginado llama a tu puerta y tu corazón da un pequeño vuelco, tus labios se arquean, tu corazón sonríe, lo imaginado no es de cartón piedra, es real, lo vives, el horizonte imaginado se ha transformado en cercanía real, en abrazo compartido, en un beso que se crea cooperando con el otro, con amor, con naturalidad, intercambiando mensajes con las lenguas, charlamos con frases entrañables hechas de miradas, descubriendo la amistad en el tacto, en el roce y, el amor, en cada respiración compartida, gemidos que se mezclan, suspiros del alma que se fusionan. Y un recuerdo alegre se forma: el horizonte imaginado.

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