miércoles, 15 de enero de 2025

Garabateándote

A tu lado todo se hace eterno, por eso me encantan los rodeos, no ir al grano, dar unas vueltas primero, echar un ojo, meditar un rato, garabatearte con los dedos y con besos esporádicos, con miradas de reojo u observándote cuando estás despistado. Te desnudo con la vista y, en mi pensamiento, te garabateo, puedo sentir primero el amor que te daré luego. Siento que tú también lo sientes, sonríes, te mueves con un ligero contoneo y, todos tus movimientos, se transforman en tu garabateo. Me seduce verte así y lanzo unos besos al aire que tú agarras al vuelo. Simulas comértelos y masticarlos, dices que saben a caramelo, mientras te vas quitando la ropa, la misma ropa que mi vista te quito hace unos minutos. Te cimbreas para mí y me rozas con tu cuerpo. Todos mis pelos se erizan, tu danza resucita a un muerto. Comenzamos con garabatos de risa, esas pequeñas cosquillas que nos van animando hasta que comienzo a dibujar garabatos con mi lengua en esa piel que se contonea. Garabateándote entro en trance y hacemos el amor como dos fieras. Nuestros cuerpos quedan fundidos en un abrazo que vela nuestros sueños. Tu duermes y yo me hago el dormido, y mis dedos siguen garabateándote con caricias para que tú tengas los sueños más lindos.

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