viernes, 3 de enero de 2025

Habitantes del pensamiento

En mi vida diaria no puedo evitar que aparezcan los habitantes del pensamiento. Estando en el trabajo, hablando con gente de cualquier cosa, estudiando en casa solo, recordando a los muertos, no importa la situación en la que me encuentre, tarde o temprano los habitantes del pensamiento aparecen. Son las que personas que amo que, no contentas con habitar mi corazón, se dan baños en mis pensamientos. Al principio era una sensación extraña porque lo recibía como una pequeña invasión en mi vida íntima y silenciosa. Pero ahora, más que acostumbrado, creo que es algo fantástico pues he perfeccionado esta experiencia. Puedo incluir los sentidos en el pensamiento, tener conversaciones con los habitantes, rozarlos con mis dedos, jugar al amor mientras se bañan en mis pensamientos. Muchas veces me introduzco tanto en mi mundo interior que, las personas que me ven, dudan de mi cordura, pues me ven sonreír o con gestos de placer en mi rostro. He adquirido una fama de ser un gran distraído y algunos me han bautizado como el filósofo de las musarañas. Casi es mejor así, pienso, porque si explicara los habitantes de mi pensamiento y todo lo que me ocurre puede que no me miraran con los mismos ojos. Mi pensamiento se ha transformado en una gran ciudad, puede que un mundo, más que ideal, idóneo para una persona solitaria como yo. En mi pensamiento hay una multitud de gente maravillosa que se asombran conmigo, que comparten la risa y también las caricias, personas fantásticas con las que mantengo estupendas conversaciones silenciosas que hacen de mi vida algo único. Amo a todos y cada uno de los habitantes de mi pensamiento.

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