domingo, 12 de enero de 2025

Ya nada es como antes, pero se le parece bastante

Lees un rato en una pantalla. Te masturbas en una videoconferencia. Intentas distraerte un poco, desconectar, y, estando solo en casa, comienzas a hablar con la foto de una persona muerta. Vas al trabajo, donde las herramientas tienen más espacio que las personas. Estás cambiándote en un vestuario incómodo que, cuando llueve, gotea el techo y, cuando hace frío, también gotea del aparato de aire caliente que apenas calienta. Todos los días oyes las mismas conversaciones y estupideces de tus compañeros esparce bulos, hablando mal de las mujeres, de los extranjeros, de los homosexuales, de las paguitas y de Venezuela y alabando a ese imperio que no tiene dinero ni para bomberos pero sí para bombas. Te quieres informar y la televisión miente, la radio miente, la prensa miente, la gente miente en los bares y en la calle, pues son la gente que repite lo que dice la tele, la radio y la prensa. Hay alguien que te abofetea pero te dice que te besa. Hay alguien que te viola pero te dice que te ama. Hay alguien que te dice que trabajar es una lotería pero tú te sientes esclavizado. Sales a la calle para tomar el aire. Oyes como gritan gol, alguien te mancha de cerveza, una moto pasa a toda hostia y salpica de grasa tu camiseta. Democracia plena, le llaman.

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