lunes, 25 de noviembre de 2024

Nadie

Me costó unos años darme cuenta de que era nadie. Ser nadie es la mejor manera de vivir en el otro. Cuando eres nadie no notas el menosprecio ni la burla. Otra de las grandes ventajas de ser nadie es que puedes amar a mucha a gente porque a los demás no les importa que nadie les ame. La ventaja que tengo es que las personas que más amo creen que soy alguien pero sin ellos sería menos que nadie, tal vez nada, no sé. ¿Puede haber algo menos que nadie? Dicen que la nada está llena de cosas, entonces nadie podría contener a muchas personas. Puede que un cúmulo de personalidades te conviertan en nadie, un don nadie tal vez. A veces me miro al espejo y me digo cosas y pienso, nadie me está hablando, y sonrío, sonrío mucho, a veces llego a las carcajadas yo solo, durante varios minutos, y mis vecinos piensan y comentan: ya está nadie otra vez riéndose. No soy el único nadie que hay, aunque lo normal es que los nadie no quieran serlo o, por lo menos, reconocerlo. En mi caso, la filosofía me ha hecho conseguir y aceptar ser un nadie de los pies a la cabeza. Ser nadie está bien porque no te tienen en cuenta, y, al no tenerte en cuenta, en realidad ocurre lo contrario. Los otros piensan a veces en mí sin darse cuenta. Y suelen hablar de mí en negativo. Cuando dicen hoy no voy a quedar con nadie, quedan conmigo. O hoy voy a pasear solo, van conmigo. Esto o aquello lo quiero hacer sin nadie, pues ahí estoy yo acompañando mientras lo hacen. La gente es contradictoria y nadie lo sabe. Bueno, lo sé yo que soy nadie.

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