domingo, 24 de noviembre de 2024

Imagino la vida

Como la oportunidad de un espíritu para desenvolverse de otra forma, con un cuerpo, al que tiene que dirigir y, a la vez, aprender sus nuevas necesidades para encontrar una armonía entre ambos. Los dos, cuerpo y espíritu, morirán juntos, pero durante la vida irán generando un nuevo espíritu, con suerte mejorado y perfeccionado para que pase a un nuevo estado y, quién sabe, encuentre un cuerpo donde cohabitar una temporada. La fortaleza del nuevo espíritu depende de la vida que se lleve. Habrá cuerpos que dominarán al espíritu y no podrán generar nada nuevo, pero otros crearán espíritus fortalecidos por el amor, parte esencial en esta existencia, y tal vez no tengan que volver a deambular por esta tierra, a veces infernal e incierta. Así imagino la vida, como la oportunidad de producir proezas, de crear maravillas, de llenar el mundo de cosas buenas que trasciendan. Espíritus que se entrelazan, cuerpos que cooperan, ríos de amistad que van a parar al mar del amor, imagino la vida como un fluir de esencias puras, donde los seres conectan, la calma es perfecta, y la vida imaginada aparece ante mí como si nada.

No hay comentarios: