
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
miércoles, 27 de noviembre de 2024
La vida narrada
Ha sido suplantada por la vida informada. Las plataformas digitales se componen de instantes vitales repetidos una y mil veces. Se acotan los tiempos. Las redes sociales, llenas de publicidad, al igual que internet, mantienen nuestra atención saltando de un sitio a otro, como un mono saltimbanqui. Perdemos la concentración en un instante al igual que un instante resumimos nuestro día, nuestro mes o nuestras vacaciones. La gente, cada día más, se enorgullece de no leer libros, cuando hace bien poco tiempo, si eso ocurría, se ocultaba, pues daba, más que nada, vergüenza. La vida narrada se hace pesada. Este mismo texto que estoy escribiendo, no va a tener más que un párrafo de extensión para poder así mantener la atención del lector. Aún con todo, hay personas que me han reconocido que, al leer este párrafo, han tenido que hacer varias paradas porque, según me han asegurado, contiene mucha información. Nos hemos transformado en seres instantáneos, consumidores de mucha información en pequeñas dosis que en seguida desechamos. Por eso es tan importante escribir, narrar, leer narraciones, conversar y escuchar la narracion del otro, meditar, empatizar y, sobre todo, amar, porque amar es el conjunto de todo lo demás. Al amar somos el otro, aceptamos su narración y formamos una narración nueva, la narración del nosotros.
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