lunes, 18 de noviembre de 2024

La certeza de una sonrisa

Tuve un accidente y me tuve que quedar en cama durante unos meses. Al principio estaba medicado y no sentía mucho dolor, pero más adelante me quitaron la medicación, aunque me aseguraron que el sentir dolor era síntoma de mi recuperación, yo no me sentía a gusto. En la cama, sin poder mover mi cuerpo, movía los recuerdos. Unas veces eran buenos y otras venían los malos. Y me acabé hartando porque sentía dolor físico y también psíquico con los malos recuerdos. Se lo comenté a una amiga que vino a visitarme que me descubrió un método maravilloso: si traes un recuerdo del pasado al presente que sea para estar mejor que antes, si no, no lo traigas. Y comenzamos a recordar cosas divertidas del pasado compartido, y nos volvimos a reír de lo que nos habíamos reído, y todo el rato era un te acuerdas de lo más maravilloso. Y recordando alegrías con mi amiga, riendo juntos, se me olvidaba el dolor físico que acabó remitiendo. Ahora ya no estoy en la cama, pero he guardado ese consejo de mi amiga como uno de mis tesoros más valiosos. Y ahora siempre recuerdo lo que me hace sonreír.

No hay comentarios: