domingo, 10 de noviembre de 2024

El amor se da

Nunca pidas a los demás el amor que das pues dejará de ser amor. Tampoco busques un intercambio porque no se ama para que te den nada a cambio. En el amor no se exige ni se ata, al contrario, se libera. El amor es el vuelo, el vuelo del alma ligera. El amor es un espíritu que se entrelaza y un cuerpo que suelta las velas, que deja que la nave navegue, que el avión despegue y que el alma vuele. El amor se da y a veces vuelve. Gratifica ser correspondido pero es el amor cuando se da lo que te hace vivo. Dar amor no solo te hace sentir mejor sino que, poco a poco, te vas transformando en la propia esencia del amor. Y entonces percibes que tú no eliges, que es el amor el que decide, quien se queda y quien se va y que, la realidad, es que mucho no importa, que la felicidad está en quien el amor otorga. Como la belleza de la flor que a veces llega en el olor, otras en el color y otras en las formas, que no necesita hablar, ni pedir, que simplemente es feliz allí donde brota. Así es el amor que a quien lo da, le hace parecer del género idiota, pero desconfiad de la apariencia que no es ninguna ciencia, y el que el amor da posee virtud ignota, y el corazón crece, la boca se arquea, y los espíritus afines, al ver a dador, siempre se alegran. El amor siempre se da, con él nunca se comercia.

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