viernes, 29 de noviembre de 2024

Menudencias

Fruslerías, bagatelas, esas pequeñas cosas, detalles nimios que adornan la vida y la hacen maravillosa. Me encantan tus menudencias. La sonrisa de tus ojos cuando me miran. Si he de ser sincero, a veces no la puedo resistir porque veo que no sólo me miras sino que me admiras y yo pienso por qué, si lo único que hago es quererte y quererte es tan fácil siendo como eres que lo complicado es no hacerlo. Las fruslerías que me regalas, un pequeño baile agarrados en medio de una conversación, como si fuera un intermedio de la vida; tus pequeñas caricias en público mientras estoy hablando, esos pequeños contactos, ligeros roces que me llevan al paraíso y ya no sé ni lo que digo pues esa menudencia lo ocupa todo, es el centro del universo; tu forma de hacer y deshacer el embozo, como un niño que juega a esconderse en la cama, cubres nuestros rostros y un cielo de sábana nos protege y me sonríes con la mejor de tus sonrisas y tu mirada se hace beso y, cuando me besas, aparecen chiribitas como estrellas iluminando este cielo sábana, esta exquisita y maravillosa menudencia que me hace tan feliz que creo estar en una cabaña en un árbol siendo niño y jugando al juego más bonito, que es el de las menudencias más importantes del mundo, y te miro, y sonrío y te abrazo y me acurruco en tu regazo y me duermo y sueño con todas tus menudencias.

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