domingo, 30 de junio de 2024

Señales

Buscando una señal que no llega me percaté de una variedad de señales inesperadas. A veces construimos historias que solo están en nuestras cabezas y, otras más bonitas, aparecen ante nuestras narices para rescatarnos de nuestra maldita insistencia. La pregunta de un amigo sobre mi estado de ánimo me hace ver el error donde me encuentro. Es como una rotonda en la que insisto en dar vueltas. Las salidas parecen cerradas, pero se oyen voces que dicen por aquí, por aquí, pero mi mente solo oye de un grillo el cri-cri. Una sonrisa veo y me siento feliz. Dos líneas que leo dirigidas a mí visten mi desnudez como una brisa reconfortante que alivia mis poros al instante. Humedezco mis labios con un te quiero de un mensaje que llega goteando pues acaba de atravesar un océano para dejarme el sabor de un beso soñado. Dos abrazos dibujados se han recreado a mi lado dándome su cariño, cobijándome, tratándome como a un niño. Buscando una señal que no llega recibo grandes dosis de amor revolucionado. Y no es un sueño, ni un hado, pues lo he sentido, aquí, aquí mismo, a mi lado.

Te escucho

Puede que no digas nada, pero yo te escucho. Tus silencios dicen a veces más que tus palabras. Y no, no es como piensan muchos que el que calla otorga. A veces el que calla sufre y otras hace sufrir, pero el silencio siempre habla y a mí, que me encanta escuchar, me conoce bastante bien el silencio y me lo cuenta todo. Sí, te escucho incluso cuando no estás porque formas parte de mí. Son las cosas del amor, se crean sinergias inesperadas cuando llevas a una persona metida en el corazón. Cualquiera diría que lo estás imaginando pero la realidad es que lo estás sintiendo. Te escucho también cuando me hablas y, ahora que te voy conociendo, puede entender tus pausas, lo que no dices, cómo lo dices y por qué, y lo más importante de todo, qué quieres decir realmente. Te escucho con atención para oír lo que repites, para percatarme cómo vas cambiando tu discurso dependiendo de quien haya delante. Escuchar te muestra las costumbres que construyen tu personalidad y también la imagen de lo que tú has creado para mostrar a los demás. Te escucho con el mismo interés que me escucho a mí mismo, para comprenderte mejor, para amar incluso lo que no me gusta de ti, y tú ni quieres ni puedes cambiar. Pero primordialmente te escucho por una cosa, porque escucharte me hace feliz.

Hoy hablaba

Hoy hablaba con una bombilla que se interesa por mis escritos. Da luz a la hoja en blanco, ilumina mi entorno, se concentra en lo que escribo. Se ha unido a la conversación el ventilador con su ronroneo susurrante. A su manera también acompaña, dice, sigue así, sigue así, tú puedes, lo conseguirás. El ventilador usa más tópicos que la bombilla, pero no deja de ser entrañable. Poco a poco se iban integrando más participantes a la conversación: la taza de café, la botella de agua fría y un calcetín bailongo que se contoneaba intermitentemente en el tendedero gracias al susurro del ventilador mientras la bombilla le animaba con ese brillo que insinuaba un 'como te cimbreas'. Estábamos teniendo una conversación muy interesante hasta que llegaste tú y me preguntaste con quién hablaba. Te lo dije y me miraste con espanto pasajero. Después me regalaste tu sonrisa prepotente del ser más inteligente y espetaste algo parecido a 'el absurdo ya no se lleva'. Pero qué hay más absurdo que una bombilla, un ventilador e incluso un calcetín se interesen por mí más que tú. Puede que lo único que haya sea menospreciar a quien tiene un mínimo interés, sea quién sea.

sábado, 29 de junio de 2024

Los intersticios de la existencia

Allí donde quiere brotar la verdad fumigamos con nuestro auto engaño. Nos hemos acostumbrado. Unamuno nos caló a la primera, somos un país de victimistas. Pero por esos intersticios de la existencia a veces asoma el amor y, si es revolucionario, mucho mejor. Es curioso porque esas brechas, esa hendiduras, esas grietas que aparecen en nuestra existencia, si no captamos a tiempo lo que nos ofrecen, si no sabemos leer el momento, se cierran y desaparecen. Nos quedamos como anquilosados en la costumbre que, puede que nos desasosiegue, pero nos da cierta seguridad irreal que terminará por estallar en el momento más inesperado. Es importante estar atento, leer entre líneas, en esta caso leer los intersticios, escuchar lo que nos dicen y no sólo lo que queremos oír. Y en lo más importante de la vida, el amor, las grietas se abren y se cierran, como un corazón que bombea y, donde hayas dolor y mentira, de repente todo se oscurece, pero otra grieta aparece, el intersticio se llena de luz y, puede que sea el amor de nuevo, tal vez con un rostro diferente, pero en la profundidad de la mirada uno ve el mismo amor de siempre, agrandado, no sé si por la experiencia o la sabiduría, y por el intersticio se cuela la alegría y mi existencia brilla. El recuerdo me trae el sol de la niñez, la caricia materna, los juegos sin fin y de disfrute eterno, la fantasía natural del día a día y, en este intersticio maravilloso, se para el tiempo, vivo como si estuviera leyendo o leo viviéndolo todo. Si existe alguna verdad se cuela por esta brecha que se ha abierto en mi corazón donde la revolución del amor echó raíces y, aún en soledad, mi vida está llena de amor.

viernes, 28 de junio de 2024

El artista

Nadie le conocía, podría decir que ni él mismo se conocía completamente. Parecía una persona común, un trabajador, uno más de un montón muy grande. Pero era constante y portaba grandes sentimientos en su interior. Su mirada era el archivo de su vida, como una biblioteca, donde podías leer el pasado y presentir el futuro, donde veías el amor incipiente que crecía y donde, irremediablemnete, podías distinguir la revolución del amor en sus retinas. Cuando lo encontré supe que no era como los demás. Me miraba diferente, veía cosas en mí que los demás no veían. Me decía que era hermoso, pero enseguida supe que eran sus ojos los que tenían la capacidad de ver lo que pasa desapercibido a los otros, sus ojos me descubrían, me desnudaban, y yo me sentía otro, un otro mucho mejor, más valorado, amado, me sentía arte a su lado. El artista era comedido pero muy certero. Parco en palabras y ducho en silencios, unos silencios que maravillaban a mi intelecto pues podía oír su mirada, como me traspasaba, como absorbía todo lo bueno de mí y me lo mostraba sin decir ni una sola palabra. Su mirada me acariciaba y yo, enseguida pensaba en besarle, y antes de hacerlo él siempre sonreía, y mis labios contactaban con su sonrisa. Y fueron los mejores besos con el artista.

jueves, 27 de junio de 2024

Al escribir

Se va construyendo la vida. Puedo comprenderme con cada línea, la escritura me sirve de auto conocimiento. Todo lo que me envuelve y estoy viviendo, tal vez aún sin ser muy consciente de ello, aparece más claro en cuanto lo escribo. Muchas veces creo que estoy imaginando, como me pasó con la revolución del amor, que escribía un texto que no iba a tener consecuencias, que sólo era una idea, una ocurrencia más. Pero al escribir todo cobra sentido y el amor de esta revolución llega a los sitios más inhóspitos, a los lugares más recónditos y distantes. Jamás creí que pudieran tener tanta fuerza las palabras, pero es que, si las llenas de amor, pueden llegar a cualquier parte, a cualquier corazón por lejos que esté. Al escribir me siento agradecido con la vida, a pesar de sus golpes, pues las amistades me reconfortan con su amor que vuelve a mí con cada una de sus sonrisas, con cada imagen de alegría de sus vidas. Al escribir siento el abrazo, la caricia, el beso, la compañía que me alegra la vida y también el arte que hay en cada amistad, sus genialidades escondidas aparecen ante mí y me hacen feliz. Al escribir mis amigos lejanos se acercan a mi vida, puedo sentir su cariño junto a mí. Y también con la escritura revivo momentos inolvidables, renacen situaciones inesperadas, vuelve mi perro a rondar por casa, oigo cantar a mi madre y reír a mi hermana, no existe la muerte pues el amor es más fuerte.

Nunca pasa nada

Varios días de calor han venido de visita esparciendo chicharrina por doquier y en derredor. Me levanto de una siesta inevitable con la irrisoria pretensión de tomar un café inexistente. No queria salir a la calle pero me veo obligado a ello. Adquiero el café, de Etiopía, por supuesto, y vuelvo sobre mis propios pasos sin apenas apercibirme de ello. Mientras se calienta el agua me abordan pensamientos de mi vida reciente. Normalmente el detonante suele ser el retrato de mi madre que tengo enfrente, pero hoy, ha sido un recordatorio de una red social, al mostrarme una foto de Néstor y yo, él a dos patas y apoyado en la barandilla del balcón, y los dos observando el panorama y tomando la fresca. Varios ríos de lágrimas se han precipitado sobre mis mejillas. No era sólo un perro como muchos decían, era mi amigo, mi amor, mi alma, quien más me ha querido en esta vida. Hace un año y medio que se fue pero lo recuerdo todos los días. Hoy gracias a una red social, pero, en realidad, creo que ha sido el propio Néstor el que la ha utilizado para hacerme saber que está ahí, donde quiera que sea, esperándome, que me sigue queriendo y me observa. Leo el correo; mi sobrino se casa el sábado, tengo una inspección de gas, varios mensajes de un amigo que no se encuentra en su mejor momento. He sacado un ocho y medio en un examen de filosofía, pero la alegría se disipa entre dos sorbos de café. Rachmaninoff me deleita con su piano. Miro mis libros y me acuerdo de una frase de mi padre: estoy harto de tus libros. Doy el último sorbo y lo saboreo. Bebo un poco de agua. Nunca pasa nada.

miércoles, 26 de junio de 2024

Formas parte de mí

Lo sé porque puedo sentir todo lo que te ocurre. Porque tus sonrisas me hacen feliz, tu alegría también es mía, estés donde estés. Y, si por alguna razón que desconozco, te aislas, comienza mi preocupación. No construyas ningún muro alrededor tuyo. La mayoría de problemas tienen solución y, al compartirlos, la solución aparece antes y, si el problema no tiene solución, se va diluyendo con el cariño, con un abrazo, con el silencio compartido. Por eso, si no te veo, si no tengo noticias tuyas, me preocupo. Mi alegría no es suficiente, quiero también la tuya. Formas parte de mí y todos mis pedazos están inmersos en la revolución del amor. Mi corazón está disperso por el mundo pero no deja de amar ni un segundo, porque mi corazón contiene todos esos pedacitos llamados amigos y por eso su alegría es también mía. La revolución del amor construye a personas interconectadas a través de sus corazones. Por eso una sonrisa puede contener alegrías de diferentes rincones del mundo, por la empatía sublime, por la conexión sentimental, por el amor que fluye y se expande y revoluciona a todos los integrantes de esta hermosa revolución del amor.

martes, 25 de junio de 2024

Ir contra el destino

A veces vemos la vida como una aguadilla reiterada que nos van haciendo diferentes actores: un amor fallido, un mal trabajo, el sistema capitalista, cualquiera con una falsa promesa. Y creemos que nuestro destino está escrito y que es una fatalidad lo que nos persigue y no podemos evitar. Tu trabajo es una mierda, tus escritos no los lee nadie, las palabras ni siquiera se las lleva el viento sino que se pudren en el intento de parecer verdad. Y sucumbes creyendo que el destino te ha vencido, te domina, te tiene atrapado. Pero sales con fuerza de la última aguadilla y la revolución del amor entra en ti y te regenera. No hay destino, te deshaces de su trampa y construyes el camino para ir en contra de ese supuesto destino establecido. Y amas, y escribes, y haces todo lo que tú decides. Y entonces es cuando descubres que la maravilla estaba a la vuelta de la esquina. Aparecen amigos maravillosos, escribes como nunca antes habías escrito, pocas personas te leen, pero son las suficientes para dejar tu corazón henchido de amor. Ir contra el destino es lo que debí hacer desde un principio, porque mi destino lo construyo yo, el amor, mis amigos, la música, escribir, los libros. Jamás hay que dejarse llevar sino responder por uno mismo y, además, nada está escrito. Porque mi destino lo escribo yo y la tinta sale de la revolución del amor.

lunes, 24 de junio de 2024

No quiero decirte

Ya no quiero decirte palabras bonitas. Bailemos en silencio, compartiendo la sonrisa. Démonos un abrazo lo suficientemente largo como para sanar nuestros cuerpos. Ya no quiero decirte palabras bonitas, prefiero los hechos, acariciarte en silencio, oír el susurro del viento, el diálogo de las olas de nuestros pensamientos, salpicado por el chapoteo de leves gemidos que nadan en el contacto de nuestros cuerpos, piel con piel, generando dulzura, creando cariño, volviéndonos niños, esculpiendo el amor a besos, leyendo los mejores versos en el brillo de tus ojos, escribiendo los más bellos poemas con las yemas de mis dedos en todos y cada uno de tus poros. No quiero decirte nada hablado, quiero que te lo susurre el hado que hay en mi tacto, el mago de mis labios, sentirnos hechizados por nuestros sexos, estar a tu lado de mil maneras, leyendo tus cicatrices, besando tus pensamientos, escuchando a tus órganos en silencio. Háblame con tus caricias y te responderé con mis besos. Ya no quiero decirte palabras bonitas, vamos a inventarlas con nuestros cuerpos.

domingo, 23 de junio de 2024

Afinidad por las causas perdidas

Mis gustos son un tanto sui géneris. Tengo afinidad con las causas perdidas; la gente ha bautizado también con ese nombre a las causas difíciles. Hoy sólo se busca lo fácil y, si algo cuesta, se pasa a otra cosa. Pero mi afinidad por las causas perdidas no decae. Es más, aún tengo la misma pretensión que cuando era niño de cambiar el mundo. Por eso ahora estoy enfrascado en la revolución del amor y, sin embargo, hay mucha gente que se ríe, aunque a mí me tiene sin cuidado. Cuando te acercas a una causa perdida tienes que desoír ciertos comentarios. La sociedad, el sistema, los jefes en el trabajo, todos quieren dirigirte, adiestrarte, controlar tu comportamiento, que cumplas las normas, se inventan incluso más de las que existen, todo son mandatos y órdenes que, muchas veces, no tienen sentido. Normas, leyes, órdenes no escritas, hay veces que hay que saltárselas, como Rosa Parks, si no nada cambiaría. De ahí mi atracción por las causas perdidas. No me gusta oír que las cosas no van a cambiar y que esto o aquello siempre ha sido así. Todo cambia y todo puede cambiar. Mi vida está llena de causas perdidas, por eso escribo, por eso estudio filosofía, por eso amo a personas que están a miles y cientos de kilómetros, porque siempre hay una posibilidad de que todo cuaje, de que llegue a buen término, de transformar las cosas para mejor, de hallar la solución a posturas insalvables, de encontrar causas perdidas a las que amar.

El juego

Voy a retirar las telarañas de tu corazón, dejarlo con el brillo que tenía cuando eras niño y vamos a jugar al juego del amor. Porque sí, el amor es un juego extraordinario, es compartir la alegría, compartir también el dolor y transmutarlo primero en aceptación y luego en risas, es el humor, son las cosquillas, el amor es hacer sentir bien a quien habita tu alma, es el encuentro con el otro y las ganas de no separarte nunca, de que no haya nada que te separe, ni la distancia ni la muerte, pues ese otro habita en ti, en tu corazón, en tu sangre, es parte de tu vida para siempre. El juego del amor es el más bonito que uno siente, por eso el corazón tiene que estar acicalado, para que tus amores puedan estar a tu lado, para cantar, bailar, crear arte, hacer de los problemas una obra que inspire a los demás, que les incite a amar, a mejorar el mundo, a no dudar ni un segundo en abrazar, acariciar o besar, a escuchar y a compartir el silencio, a contemplar al otro mientras lee o duerme, a sentir que somos parte de él y él de nosotros. Voy a decorar tu corazón con el cariño que mereces, con frases que te inspiren, a plantar besos vivos que te respiren a cada instante y, cuando estés ligeramente triste, notarás uno de esos besos en tu interior que te hará sentir mejor, y si una lágrima se derrama de tu ojo y corre por tu mejilla irá repleta de mis cosquillas para que sientas las maravillas de este amor. Y este juego del amor no tiene fin, comienza en la vida y seguirá siempre, lo sé porque muchos de los que ya se han ido siguen jugando conmigo.

sábado, 22 de junio de 2024

Gestos invisibles

Normalmente percibimos los gestos con los sentidos, primordialmente con la vista y puede que el oído. Pero hay gestos más importantes y, a lo mejor, debido a su importancia, son también, podríamos decir, más humildes, o más difíciles de percibir para el inexperto. Estoy hablando de los gestos del alma. Estos gestos me recuerdan a ciertos conocimientos que aprendí en una asignatura de filosofía llamada teoría del conocimiento donde, como Descartes, te invita a desaprender para volver a aprender de una forma correcta. La teoría del conocimiento cuestiona la procedencia de lo que sabemos y cómo lo sabemos o, por lo menos, intenta que nos lo cuestionemos nosostros para hacernos ver que muchas cosas que creemos saber o pretendemos tener conocimientos, simplemente nos las estamos inventando o dando por supuestas debido a nuestras preferencias o deseos. Es algo parecido a cuando nos manipulan con noticias falsas y, a lo mejor, las creemos solo porque van acordes a nuestras creencias. Estos gestos invisibles del alma son el cambio de actitud, pero no por un enfado o una rabieta, me refiero a un cambio de actitud más profundo, que nos acerca a la querida y admirada ataraxia, a esa calma chicha del ánimo, a la serenidad que nos asienta para una futura felicidad o, mejor aún, una alegría leve pero constante. Otro gesto invisible del alma es el cambio de mirada, ese ver algo donde antes no veíamos nada, donde la rutina o la costumbre no nos dejaban sentir el valor de lo que nos pasaba desapercibido. Es curioso porque solemos cambiar la mirada cuando perdemos algo, las favores que nos hacía un amigo que no los percibimos hasta que se ha ido, el inmenso amor de una madre en todos y cada uno de los detalles hacia nosotros que los percibimos cuando nos faltan. Son estos gestos, los invisibles, los que me interesan.

El análisis

La vida nos sorprende a veces, aunque suene paradójico, porque donde vemos hechos diferentes en realidad es parecido a lo de siempre. Sólo debemos realizar un análisis, pensar en lo sucedido, a qué se ha debido, no sucumbir a la idea fácil de buscar culpables sino a la de hallar soluciones si las hubiera. El análisis de las situaciones de mi vida diaria me hace ver muchas veces que los erorres provienen de mí. Esto no significa que me equivoque más que los demás. Pondré un ejemplo. Hablar con un idiota de cualquier cosa, pongamos de política. Es esencial saber con quién estás hablando y por qué, y lo mismo vale a la hora de escuchar, pues muchas veces por mucho que argumentes no va a servir de nada, el idiota es de ideas fijas, si es que se le puede llamar a eso que tiene ideas. Hay veces que hablas con personas inteligentes que se dispersan enseguida debido a la vida digital, a esa pantallización imperante, a ese flujo continuo que todo lo puede, sobredosis de información que nos vuelve más ignorantes. Pero volvamos al idiota que se encuentra en todos los ámbitos sociales. No me refiero exclusivamente al joven que, por la edad, pretende saberlo todo. Hay idiotas de todos los colores. La mayoría somos un poco idiotas a veces, pero los engorrosos son los que ejercen de manera constante. Jamás les oirás decir es verdad, tienes razón, a no ser que estén mintiendo para terminar una conversación de la que quieren escapar, aunque la mayoría de veces usan un silencio inesperado y dispersador y rápidamente comienzan a hablar de otro tema con otra persona. Y asunto zanjado. El análisis me ayuda mucho y me reporta beneficios a corto plazo porque algo que me resulta molesto puede acabar siendo divertido después del análisis y, además, es tan filosófico, como la vida misma.

Cuando dicen que te aman

Muchas veces aman la idea que se han hecho de ti, por eso hay que estar atento a lo que nos dice el corazón. En el amor hay impostores, como el deseo, la utilidad, lo que me hace bien. Todo esto unido en sus proporciones pertinentes puede contenerse en el amor, pero no con exclusividad. La contención es buen método de advertencia. La posesión es la alarma suprema, la luz roja que chilla que no hay amor por mucho que tu quieras o inventes. Por eso a veces hay que dejar que la persona amada alce el vuelo, se disperse, intente olvidarte, lo que vulgarmente se dice dejar en libertad cuando muchas veces es dejar que el otro yerre, abra los ojos o se equivoque siempre. O tal vez encuentre otro amor con el transcurrir del tiempo. O tal vez nunca lo encuentre. Cada uno debe tomar sus decisiones y aceptar sus errores. El amor es una corriente donde podemos fluir sin dejarnos llevar sino porque formamos parte de ella, aunque hay veces que actuamos como salmones y nos empecinamos en ir contra corriente, no sé si por costumbre o por llevar la contraria o para satisfacer las ideas que hemos construido y vendemos a los demás como originales. Por eso, cuando dicen que te aman, no son sólo las palabras, son los hechos los que deben gritar a los cuatro vientos lo mismo, tal vez con su silencio, desde la memoria, en esos momentos que acuden los recuerdos para mostrarnos lo que no quisimos ver en su momento. Cuando dicen que te aman y es verdad, me pone muy contento.

Soy débil

Soy frágil, me rompo y lloro. Pero también me reconstruyo pronto. Si mi corazón se rompe agarro los pedazos y los coso. Duele, claro que duele, pero mantengo a todos los pedazos unidos. Los coso con el hilo materno que me ayuda siempre en estos casos, un hilo tintado con el amor incondicional de mi amigo perro, mi alma perruna, que se ha hecho eterno. Cosido el corazón, lo vuelvo a llenar de amor que es la miel del sentimiento, el combustible de mi vida. Y voy al álbum de mis recuerdos y revivo a los seres y los momentos que valieron la pena, que me libraron del desaliento. Y no importa que caiga una y mil veces, yo siempre lo intento. Por el camino voy contento, transformando en alegrías los lamentos. Hay amigos que, aunque ellos no lo saben, con una sonrisa, con un mensaje, hacen que mi vida brille, que mi corazón se expanda, que renazca la ilusión y que me sienta fuerte a pesar de todo. Soy frágil, pero su amor me reconstruye pronto.

viernes, 21 de junio de 2024

Las cicatrices

Son marcas de la historia de la vida. Hoy que hace calor estoy desnudo y puedo comprobar al observarme como mis cicatrices se están abriendo. Las heridas que estaban cerradas vuelven a respirar, toman forma y se sientan a mi lado. Ahora mismo me están hablando. Nunca has sabido llevar a buen término el amor. Tu primer error es que no sabes elegir. ¿Ah, pero se elige? Eres un pardillo en toda regla. Todo se elige. Las primeras veces tu elegiste miedo, preferiste tu hermoso armario de diseño. Cuando te deshiciste de él no sabías cómo actuar. Vosotras sois las heridas, para qué habéis venido, ¿para decirme lo mal que lo hice? Lo ideal sería decirte para que no cometas los mismos errores, pero tú te empecinas en ellos, si no cometes los mismos, cometerás otros. El amor ya no es lo que era, por lo menos no es lo que tú pensabas. Ahora se busca rédito por todo y las segundas oportunidades sólo existen para el sexo y, a veces, ni eso. Pero entonces no es amor. Los tiempos han cambiado. Y yo también y me he revolucionado. Por favor, y eso qué quiere decir. Que el amor no tiene que venir ni lo tengo que esperar porque está dentro de mí. Que puedo aceptar muchas cosas, asumir la distancia, vivir en soledad, dejar en libertad, no ser correspondido, pero el amor siempre estará conmigo porque el amor no depende de las personas sino de uno mismo. Puedo amar desde una cueva oscura pues el amor ilumina esta locura y, aunque esté siempre solo, superaré esta premura. Las heridas se difuminan, las cicatrices brillan y mi desnudez rebosa de alegría.

jueves, 20 de junio de 2024

Qué me está diciendo el mundo

Todos los días tengo la oportunidad de sorprenderme a mí mismo. Y eso me maravilla. No siempre con las mismas consecuencias; a veces el dolor salpica, pero así es la vida. Porque aunque a veces duela tú estás en ella, te he encontrado, te conozco y, aún en la distancia, te siento entre mis brazos. El mundo me está diciendo que te tengo cerca, huelo tu perfume, percibo tu aroma que a las puertas de mi corazón se asoma. El mundo me está diciendo que deje salir a mi alegría contenida, que salte, que baile, que bese, que abrace, que acaricie. Y voy a hacerle caso. Cada día tengo la oportunidad de amarte un poquito más, y lo hago. Esto no me lo ha dicho el mundo, esto lo he decidido yo o más bien mi corazón que es socio honorífico de la revolución del amor. El mundo me dice que lea, que escriba, que lo haga cada día, pero también te amo con la ilusión del comienzo, con la ilusión de un niño al descubrir un tesoro en el juego que practica, y no es oro, es otro amigo, otro ser agradecido que le alegra el camino. El mundo me está diciendo que te descubra en todo lo que veo, que te piense a cada instante, que te respire como si te tuviera delante, que me zambulla en tu corazón, que tu sufrimiento sea mío, que dibuje una sonrisa en tu boca con mis besos, que el dolor sea compartido y se vuelva amor al estar contigo. El mundo me dice que te sople ligeramente en el ombligo, que te llene de cosquillas, que convierta los problemas en una carcajada, que bailemos en la lluvia, que yazcamos en la calma. El mundo me está diciendo que tu silencio me habla.

La jaula invisible

Hoy pensaba en las sustancias que nos hacen escapar de la realidad, unas legales otras no. Hay muchas y siempre han existido, pero el capitalismo las ha comercializado y el sistema las utiliza para anular al personal. Es un gran negocio porque quien consume, no importa qué, cree ser libre y feliz hasta cierto punto pero el sistema sabe que te está anulando. De manera que nuestra supuesta libertad está generando una jaula invisible. Además, con el consumo nuestra personalidad cambia, no queremos verlo, pero a todos nos cambia de forma similar. La edad y cierto conocimiento te ayudan a verlo. Podríamos llamarlo experiencia, pero hay muchas experiencias que no aportan nada si no soy capaz de analizarlas o me zambullo en el autoengaño. O las repito constantemente porque carezco de libertad de elección por eso consumo constantemente a pesar de las consecuencias. La jaula invisible no la suele ver casi nadie. A veces actúa como una luz parpadeante y nos muestra síntomas que achacamos a otras cosas. No queremos escuchar consejos de nadie, no nos gustan si no están en sintonía con nuestros actos. Y la jaula invisible va poniendo cada vez más barrotes, la tristeza nos hace acelerar el consumo, de hecho, sólo somos felices, aparentemente, cuando consumimos. Lo importante nos parece absurdo, el amor creemos que es ñoño, el placer se agiganta en nuestro horizonte, no hay serenidad, ni paz, solo dolor, dolor disfrazado de placer y de risas que, en el momento que se quite la careta nos mostrara la jaula invisible que a nuestro corazón aprieta. Pero aún estando en el fondo del abismo hay un hilo al que poder agarrarse y ascender con esfuerzo y valentía. En el otro extremo de ese hilo está la revolución del amor. Donde el dolor se transforma en arte y un barrote de la jaula desaparece. La amistad rompe otros tantos barrotes, el conocimiento bien aplicado difumina unos cuanto más. Llegamos a un piélago de calma infinita, de alegría cotidiana, de ataraxia de barrio, de amor revolucionario que coopera y la maldita jaula invisble desapareció toda entera.

miércoles, 19 de junio de 2024

Escalofrío

Alguien acaba de caminar sobre mi tumba. Dicen que cuando sentimos un escalofrío se debe a eso, personas que caminan sobre lo que será nuestra tumba. Y aún me estremezco más. Un cúmulo de escalofríos me asaltan. ¿Qué estará pasando? Mi imaginación se dispara. De repente, estoy en el futuro. Pienso que la revolución del amor fue un gran éxito, por eso hay tantas personas caminando sobre mi tumba, son los revolucionarios del amor que celebran una gran fiesta para despedirme. Todos se congratulan, no de mi muerte, sino de la alegría compartida, porque el amor perdura, es más fuerte que la muerte, es la única forma de mantenerte vivo para siempre, siendo un recuerdo amoroso, siendo amor, fluyendo por el universo y sintiendo escalofríos en prosa y en verso. Alguien acaba de caminar sobre mi tumba o tal vez bailaba rumba, tango, lo que sea, el baile del amor que te hace sentir mejor, y esto no va a tener fin, porque es la revolución sempiterna que cambiará nuestra tierra. Y bailaré sobre tu tumba, cantaba Siniestro Total, y a mí me parece fenomenal. Y ahora bailo yo con mis muertos y también escucho sus consejos y se acabó el escalofrío pues solo siento cariño, y todo el amor que recibí de niño vuelve a llamar a mi puerta.

Vivo o muermo

Si me buscas me encontrarás siempre vivo. La revolución del amor me mantiene activo. Pensar en ti, estar contigo, o ambas cosas, y es imposible estar aburrido. Vivo, siempre vivo, porque si muermo yo no existo. Trabajar puede ser un muermo pero mi pensamiento está contigo, la imaginación hierve, vuela, crea, se forma un universo que me transporta al lugar que más importa, que sólo tiene dos letras y para qué más si de amor están repletas: tú. Dicen que me buscan vivo o muermo, hay carteles por toda la ciudad. Ya no se tolera el amor, y mucho menos la felicidad. El muermo va ganando terreno a mi alrededor, intenta seducirme, me provoca, quiere embriagarme, enfadarme, anularme, pero abro los ojos y pienso: estoy vivo, los cierro y estoy contigo. Y este parpadeo es como un aleteo amoroso, un dulce sonoro, vivo contigo, vivo contigo, contigo vivo, contigo siempre vivo. Si me buscas mira en tu corazón, ese cosquilleo interior son mis besos, esa gota de sudor que se desliza por tu cuello es mi caricia, y la brisa fresquita que sientes en tu piel, que es pura miel de sentimiento, es mi lengua que te saborea, que va de poro en poro buscando el tesoro de tu amor. Y si quieres la recompensa encuéntrame vivo, imagíname contigo, sueña conmigo, hazlo todo junto, suéñame con fuerza, estate siempre alerta, me hallarás en los sonidos que a tu mente despiertan, en la luz de la mañana, donde a ti te dé la gana, pero vivo, siempre vivo y contigo.

martes, 18 de junio de 2024

La caja vacía

Hasta hace bien poco mi corazón era una caja vacía, un lugar de tránsito. La sangre era bombeada y circulaba por él. Y ya está. Eso dicen que es la vida. Pero ahora esa caja está pletórica, llena de amor. La habitan seres queridos, amigos del alma. Cada uno, ahora, es una parte indispensable de mí. Mi corazón, sin ellos, ya no sabría funcionar. Son piezas claves del órgano que me mantiene con vida. Por eso ahora no sólo tengo un ritmo cardíaco, tengo también una melodía. Suena en mi interior, recorre mis venas, la caja vacía de antaño es ahora una alacena sentimental, una alacena de amor vital. Y cuando parecía que nada cambiaba, todo se ha transformado. Gente querida que se preocupa por mí, que me regala su cariño y me ofrece su amor, y yo lo recibo con el candor del niño que habita en mi interior, que fui y que soy, que ha vuelto para implicarse en la revolución del amor que llenó de magia la caja vacía y plantó tu flor en el desierto de mi corazón que ahora es pradera de alegría, sintonía de buen humor, amorosa armonía que en volandas hasta tu lado me lleva para sentirte mejor. Hasta hace bien poco era una caja vacía, ahora es un universo de amor.

Sentido

Solemos buscárselo a muchas cosas que no lo tienen. La vida carece de sentido. Esa es la principal característica de un nihilista. Pero esa casualidad de que yo esté aquí, y tú, y que hayamos coincidido, eso que llamamos vida y es un sinsentido, está llena de cosas con sentido, como el amor. Por eso el amor es más fuerte que la muerte y, sin embargo, la vida nos hace olvidar cosas que creíamos inolvidables, nos hace actuar contra nosotros mismos y tantas otras cosas que no tienen ningún sentido. ¿Deja de ser importante la vida por no tener sentido? En absoluto. Porque en la vida podemos construir muchas cosas que valen la pena, como la revolución del amor, como una red de amigos que jamás haya existido hasta ahora, que perduren en el tiempo, que cooperen, que empaticen, que disfruten de los logros del otro como si fueran propios, que disfruten aunque no haya logros, que se amen. Por eso no importa que la vida no tenga sentido, que sea absurda a más no poder, porque dentro de ella hay múltiples sentidos que podemos sentir a diario, vibrar con ellos, que nos alegran el camino, que nos guían en la lucha de nuestro destino. Desde el sinsentido de mi vida siento todo vuestro amor a diario, a cada instante y, he de decirlo, es maravilloso.

lunes, 17 de junio de 2024

¿Por qué deseamos la perfección individual antes que el potencial colectivo?

Hace tiempo que vengo haciéndome esta pregunta y leyendo a Fisher me percato que él también se la hacía. El auge de la ultraderecha, las cancelaciones culturales, la falsa izquierda del régimen que, desde que nació, es centro derecha pero lleva décadas dando el pego, la competitividad sistémica que nos venden desde el nacimiento, el egocentrismo imperante disfrazado de falso conocimiento de uno mismo, la cooperación de chichinabo de usar y tirar que manejamos a diario que oculta ciertos intereses personales, la amistad aprovechadiza, el amor de lata, todo sucedáneos. He ahí la respuesta querido Fisher. ¿Quién podría desear el potencial colectivo? Un don nadie, un revolucionario de pacotilla, alguien que habla de amor y llora por las esquinas. Miro al espejo y veo que soy yo mismo. Un andoba que forma parte de un colectivo revolucionario desconocido, agazapado en hogares de barrio, con un trabajo cutre de mileurista, un estudiante tardío, un personaje estrafalario, un viejo para muchos, un adulto solitario. Pero me veo involucrado por las lecturas en este afán colectivo, en esta lucha invisible en la que participo de la mejor manera posible, buscando colaboración, cooperando cultural y cariñosamente, contribuyendo a la redistribución del conocimiento, alimentando mentes y corazones, recibiendo agradecido lecciones de todo tipo, de ternura, de amor, culturales, de supervivencia, de alegría por la la lucha de encontrar sentido, amor y todo lo que haga falta y valga la pena en esta vida que pretenden robarnos mil y un acólitos del sistema.

Decidir

Esto o lo otro, o tal vez nada, todo es decisión, incluso la pasividad, el no hacer nada, el no elegir. Decidir decir o no decir, es el dilema de siempre. Te preguntan la opinión, te piden consejo, pero ¿de verdad quieren oírlo? Nos hemos acostumbrados a escuchar halagos, qué guapo eres, qué bien haces esto, qué artista más maravilloso, me encanta cómo escribes. ¿Pero qué hacer con toda esta mierda? ¿Devolvemos la misma pelota o damos la opinión verdadera? Hay que decidir. Las decisiones me aturden, sobre todo las que implican al otro, las que me pide el otro. Te dicen sé tú mismo y luego te miran con odio. El autoengaño se esconde donde menos te lo esperas. Pero aquí hay otro dilema, ser sincero, ¿vale la pena? La experiencia me dice que la mayoría de veces que se me pide sinceridad se busca un halago barnizado de autenticidad, unas bonitas palabras sazonadas levemente de verdad. Las veces que halagas de manera sincera, no me creen. Fluctúo entre no saber decidir y en equivocarme independientemente de lo que diga, si o no o nada. Opto por preguntar qué quieren oír y el enfado se multiplica. Sé tú mismo, dicen, pienso. Y yo mismo soy mi soledad.

Resistencia revolucionaria

Aunque sea en la revolución del amor no deja de ser una resistencia política. El baluarte protector y el cambio revolucionario van incluidos en esta resistencia. Todo cambio exige sacrificio y esfuerzo; olvidémonos de panaceas fraudulentas. Sin el cuidado y el conocimiento de uno mismo es imposible la resistencia. Debemos cultivarnos con el mayor cariño del mundo. Me rodeo de libros, visito librerías y bibliotecas y, como cantaba Santiago Auserón, doy largos paseos pensando en mi próximo plan, en cómo acometeré mi resistencia revolucionaria. Tomo notas, leo resúmenes, corrijo y vuelvo a leer en voz alta. Aparece cierto temor, el amor tiembla, pero la resistencia acude en mi ayuda ante las acometidas del cansancio y el dolor. Intento comprender qué se cuece en mi interior, a qué tanto vaivén, si es o no producto de la revolución o, tal vez, un sortilegio, alguna forma de negación, una desilusión revenida que insiste en permanecer ahí. Nado entre páginas, me baño en diferentes libros, no busco nada, sólo dejo venir lo provechoso, lo interesante, lo conveniente, lo pertinente, dejo que me hable el conocimiento sin pretender encontrar lo que está de acuerdo conmigo sino la verdad, sólo la verdad, auque no me guste. Es la única forma de aprender, de resistir, de continuar en una revolución del amor verdadera. Puede que solitaria, pero llena de verdad.

domingo, 16 de junio de 2024

Lo femenino que hay en mí

Es la gran herencia materna. Mi madre me enseñó a leer. A los cuatro años amplió mis horizontes con sus enseñanzas llenas de cariño. De ella aprendí también la fortaleza, a pesar de su fragilidad, y también de la mía, siempre resurgía de las profundidades del dolor con una fuerza renovadora. Yo era su séptimo y último hijo y, con el amor ingenuo y natural de un niño, absorbía como una esponja todas sus lecciones de cariño. Con una caricia cortaba mi llanto, con una sonrisa me regalaba su encanto. Toda su sabiduría adquirida por mí, lo femenino que hay en mí, es lo que me ha hecho sobrevivir en un competitivo mundo que, en poco más de un segundo y mucho amor, cambié por un universo de cooperación. Y en el gran archivo de recuerdos que ella me dejó tengo las mejores reglas para vivir mejor. La revolución del amor se ha generado por uno de sus hados que me ha encontrado y me ha susurrado al oído que ella siempre estará conmigo. Lleno de gozo voy por el mundo repartiendo abrazos, lanzo al aire besos como un poseso, y soy feliz sólo con eso. Su gusto por ver flores de colores, por vestir bien, por una buena obra de teatro, de ella he adquirido. Me hizo valorar el arte de las pequeñas cosas, me enseñó sus toques mágicos en la cocina, a no hacer a los demás lo que no me gustaba que me hicieran a mí, a perdonar, a veces olvidando y otras no, que ya sabría yo cuándo tendría que olvidar y, cuando lo supiera, ahí estaría el amor. Lo femenino que hay en mí es lo que me lleva en volandas por la vida, es lo importante, es el sentir que trasciende, el corazón que se enciende, el amor siempre en llamas que me envuelve.

¿Cómo podría transformarme por completo y seguir siendo yo mismo?

¿No es acaso ese el sino de la vida? Vivimos en un cambio constante sin apenas percibirlo. Nuestras ilusiones de niño han variado o, por lo menos, no las conservamos todas. Los ideales de juventud puede que se hayan perdido en el olvido si es que alguna vez los tuvimos. Ni siquiera nuestro cuerpo es el mismo. Sin pelo en la cabeza pero con más pelo en el cuerpo, con más kilos que nunca, con una felicidad sensiblera que transtorna todos los días, intentando comprender lo incomprensible y apenas haciéndome entender. He pasado de saberlo todo a no tener ni idea de nada. Es curioso que, cuando todo sabía, apenas había leído, no estudiaba, daba por sentado que yo era el oráculo, me sentía pletórico pero todo era falso, puro autoengaño. Fui descendiendo a un abismo sin fin. Pensaba siempre que peor no se podía estar, y sí, se podía, siempre se puede. No tenemos límites ni para el bien ni para el mal. El abismo no parecía tener retorno, pero lo tenía; sólo debía transformarme por completo, ser una nueva persona. Pero ahora compruebo que uno nunca puede ser una nueva persona, porque todo está en nosotros. Por eso puedo transformarme por completo y seguir siendo yo mismo. Y porque de eso se trata la vida. Una vez oí a un viejo decir que le quedaba poco. Todos le miraban y le llevaban la contraria, pero si estás sanísimo, te queda mucho tiempo, nunca te había visto tan bien. Y él dijo que por eso mismo sabía que le quedaba poco, porque se había transformado por completo, porque ya no quería cambiar nada más, porque, a pesar de la edad, se sentía feliz, sereno, lleno de ataraxia, completado, y veía que ya no iban a producirse más cambios en su vida. Y ahora entiendo su discurso que antaño extraño me parecía. Ese viejo por fin había llegado a ser él mismo.

Los frutos

Como de casualidad comencé con un proyecto. Todo ocurrió a través de un texto que fue creciendo. No había ninguna pretensión en ello. Sólo planté unas semillas que jamás creí que pudieran dar fruto, que se quedarían ancladas entre las líneas, que nadie las percibiría, que acabarían muriendo. Pero ese amor revolucionario llenó de amor cada palabra y la maravilla se iba extendiendo. Personas maravillosas acudían a la llamada, se apuntaban al evento. No sabía qué estaba ocurriendo, pero la alegría fluía por dentro. Un artista caribeño lleno de ternura salió a mi encuentro y estamos construyendo un universo que se plasmará en un libro. Y más proyectos fueron surgiendo. Recibo amor y cariño de diferentes partes del mundo y reboso de contento. Esta cosecha de gozo no parece tener fin. Conozco a personas entrañables, en directo y a través de mensajes digitales, pero todos son fenomenales. Un solo segundo de amor borra años de sufrimiento. A veces estoy tan contento que lloro porque creo que es un sueño. Pero hay una energía especial en mi pecho, unas chiribitas invisibles que no veo pero que siento a cada momento, son como micro abrazos que me dan mis amigos que se expanden en el interior de mi cuerpo y me ponen en movimiento. Nunca me había sentido tan querido y ya voy flotando a dos palmos del suelo.

sábado, 15 de junio de 2024

Ayuda

Para que te puedan ayudar lo primero que tienes que hacer es querer de verdad esa ayuda y ayudarte a ti mismo. Si quieres seguir haciendo más o menos lo mismo, posiblemente, nada cambie. Todos necesitamos ayuda. A mí, por ejemplo, ayudar a los demás también me ayuda a mí mismo. Soy un cuidador nato. Cuando hay más orden en mi vida es cuando tengo alguien a mi cargo. Pienso en mis padres. Comíamos siempre a las mismas horas, teníamos un menú saludable y variado, incluso hacía los postres, bizcocho con nueces era su preferido; también teníamos días y horarios de limpieza, tanto de la casa como corporales, pero, cuando murieron no continué llevando el mismo orden. Tenía que seguir cocinando porque tenía que seguir comiendo para vivir, pero no lo hacía con el mismo interés. Luego apareció mi perro, mi hermano médico dijo que me hiría muy bien, pero solo duro trece años que pasaron volando. Y ahora tengo que aprender a ayudarme a mí mismo si es que pretendo ayudar alguna vez a alguien más. Procuro que la escritura inunde mis días, por lo menos las tardes, voy alternándola con paseos al parque y lecturas varias. Todo ayuda.

Sonreír a la vida

Sin duda es la mejor opción. Sonreír a la vida no significa no tener problemas, no sufrir o no sentir dolor sino que, a pesar de todo eso, aún eres capaz de sonreír a lo maravilloso que se te ofrece o que puedes generar. Pero hay personas que sienten envidia al verte sonreír, tal vez porque creen que no es el momento idóneo o la mejor situación, y la envidia es prima hermana del desconocimiento pero, en realidad, todas las situaciones y momentos son ideales para sonreír. Recuerdo a mi madre pocos días antes de morirse en el hospital, llena de dolores, inmovilizada, la saludabas, le dabas un beso y afloraba la mejor de sus sonrisas. Sonreía con la boca, con los ojos y con el alma y yo me preguntaba cómo podía hacerlo. Y ahora lo sé: podía hacerlo porque estaba viva y rodeada de gente a la que quería. Era tan maravillosa que hasta el último momento estuvo dandome lecciones de vida. Su sonrisa me sigue acompañando allá donde voy. A veces aparece en mi rostro pero muchas veces la veo en otras madres que me miran, que no conozco, que, a lo mejor, no he visto en mi vida, pero sé, con toda seguridad, que esa sonrisa que veo es de mi madre y por eso me la dedican.

viernes, 14 de junio de 2024

Enriqueces mi existencia

Saber de ti, conocerte, ha supuesto un acontecimiento maravilloso en mi vida. Enriqueces mi existencia. Me proporcionas alegría incluso sin estar aquí. Sé que es una relación extraña, pero te siento tan cerca que percibo tu roce. Pensar en ti me transporta a lugares inalcanzables donde la música me envuelve. Sé que estoy en silencio pero tu cariño suena en mi interior, me hace sentir mejor, comienzo a flotar y, sin darme cuenta, salgo por la ventana, floto de amor, me tumbo en una nube que tiene tu nombre, toma tu forma y me abraza, construye tu boca y me besa, imagina tu lengua y ya está bailando con la mía. Y la vida transcurre en una constante fantasía donde nos amamos cada día. No sé si se ha parado el tiempo, no sé si se acabó la vida, pero entre tus brazos sigo, gozando el momento, amándonos sin tiempo, sin prisa, ¿quién podría tener prisa si no hay tiempo? Enriqueces tanto mi existencia que la ciencia estudia que llevemos siglos amándonos y aquí no pasa nada, nada más que amor. Tus ojos me hablan en silencio, sonríen y dicen podrías escribir un cuento de todo esto, pero prefiero vivirlo contigo, leerlo en tu cuerpo, acaricarte con mi cara la espalda, llenarte de besos porque así me alimento, llenando con mi amor tu cuerpo. Enriqueces tanto mi existencia que se expande, el mundo se involucra, se propaga nuestro amor. Y sí, ahora todo es mejor. Conocerte fue la chispa de la transformación y la maravilla fue creciendo y lo sigue haciendo.

El enigma

Me pasé tantos años descifrando enigmas que he conseguido transformarme en mi propio enigma. Sigo una ruta marcada por el destino; a veces no sé si me estoy dejando llevar o tengo un mapa asimilado en mi cerebro que desconozco pero intuyo, como si estuviera asimilado por mis genes, una función más que generara mi cuerpo de forma automática, como respirar. Intento comprender lo que me está pasando, pero ciertos acontecimientos han generado una nube que crece y obnubila mi comprensión. La realidad está cubierta por un manto de seda que dulcifica, suaviza pero también enturbia y no deja ver con claridad. Pero sé que el enigma no está fuera, el enigma soy yo mismo, el mecanismo que me compone y que se altera, que se transforma a cada instante, de una manera elegante que deja un halo de misterio que, no sé por qué, trae a mi cabeza falansterio, tal vez por el cúmulo de personalidades que contengo, por todos los amores que habitan mi corazón, por los amigos encontrados que cultivo con cariño y, de manera recíproca, nos retroalimentamos de cariño y amor, nos sentimos mejor, aún estando a kilómetros de distancia puedo sentir su fragancia, la de cada uno de ellos, como si estuvieran justo a mi lado, rozando mi piel con sus dedos. Otro enigma más pero que me alegra la vida y, son tantos los amigos, que aparecen en letanía, la letanía más querida que alegra mis días de enigma e incomprensión y, con cada caricia, se ilumina algo en mi corazón.

Transformación

La naturaleza no se extingue, se transforma. Somos cambio constante, sutileza transformadora. La revolución del amor me ha transformado en un nuevo ser. Puedo parecer más frágil, pero me recompongo más rápido, así que, de alguna manera, soy también más fuerte. Bañado por un cúmulo de sentimientos encontrados por el camino, tengo el corazón pletórico, rebosa de amor que sale a borbotones y se expande por el universo. Mi mente bulle durante las horas de trabajo, recopila datos, piensa en futuros escritos, en buenos amigos, en el amor y, por las tardes, ya en casa, vuelco después de algunas lecturas todo lo acumulado durante el día. Ayer mismo no podía parar de escribir, tenía múltiples cosas que decir, me sentía un poco desbordado pero, al final, perdí unos minutos de sueño solo para terminar el último texto, pero valió la pena. Hoy he recuperado ese sueño en una pequeña siesta reparadora que me ha dejado levitando a un palmo del suelo. He recibido mensajes cariñosos de medio mundo y he acicalado mi cuerpo con ellos y una energía transformadora ha llegado hasta mis tuétanos para salir luego catapultada, de una forma ilusionada y maravillosa, hasta el fondo de los mismísimos océanos, al espacio exterior, a planetas desconocidos, a galaxias aún no descubiertas, con la única intención de plantar la semilla del amor que alimentará a la vida nueva, a la vida transformada, a todo lo que soñamos, a una vida mejorada.

jueves, 13 de junio de 2024

No de este mundo

Mis textos no son de este mundo. A veces creo que yo tampoco. Pero bueno, no debemos fiarnos mucho de las creencias. Tanto si uso bolígrafo, como si tecleo, me asombro a mí mismo en este traqueteo de palabras que van apareciendo como si las susurrara el viento. Viajo sentado transformando lamentos en nuevos textos, hay cierta catarsis en todo ello y siento poco a poco como el dolor pierdo. Entre líneas recuerdo a los muertos que va apareciendo como si fuera un sueño, primero difuminados y luego sonriendo. Se forma una fiesta entre toda esta bruma; los muertos y yo parecemos contentos. Oigo unos ladridos, también ha venido mi perro. Estoy loco de contento. Creo que estoy escribiendo o puede que sea el texto el que me escribe a mí. Y seguro que no es de este mundo pues están vivos los muertos. Ahora mi perro no ladra, me habla y está sonriendo. Dos ríos de lágrimas se llenan de letras, que se juntan, que se mezclan, que construyen palabras que arman frases que componen párrafos que son la piel de mi vida y, sin darme cuenta, entre texto y texto, el amor se revoluciona, por la puerta asoma y también por la ventana y por donde a mi me da la gana. Y si no es de este mundo me invento uno, y si el amor no llega revoluciono el mundo. Así son mis textos, una locura en pocos segundos.

Añicos

Desde hace un tiempo me pasa, no mucho, la verdad, toda la vida. Al final, siempre se tergiversan mis palabras. Puedes decir siempre lo mismo, pero va a dar igual. Al principio es divertido, te dicen que lo repitas, incluso lo repiten contigo. Un día, alguien que antaño se reía, decide ponerse serio, erguido, su mirada se avinagra. Los demás, sorprendidos, abren los ojos y pierden la calma. Hombre, ya está bien, dicen mirándome a la cara. Siempre dices lo mismo, es que no tiene gracia, ni medida, añade uno por el fondo. Es que te pasas, dice dos o tres, el coro. pero qué esta pasando, piensas. Ayer mismo se reían y hoy acumulan las ofensas. Te invitan a que te vayas, consuelan al ofendido y, desde una esquina, oyes como se ríen con tus mismas palabras. Desde hace un tiempo me pasa, desde que me fui de casa. Hay personas que quieren conocerme, dicen que me idolatran, que me leen, que me siguen, que no sé qué no sé cuál y que abracadabra. Que si vienes por aquí, que si da un toque, que si birlibirloque. Apareces en escena, llamas, quedas, avisas, una cita generas. Todo parece ir bien, permaneces a la espera. Solo, sentado, sigues pensando que ha muerto un hado, nadie aparece, el tiempo te lo han robado. Desde hace un tiempo me pasa, no mucho, la verdad, toda la vida. Colecciono promesas en trozos muy chiquiticos, con un nombre muy especial, cómo se dice: añicos.

La sustancia

La sustancia de la que hablo está en todas partes. Hace reír a la gente, aunque luego sufren bastante. La gente que la consume ya no vuelve a ser como era antes. Da sensación de poder, qué curioso, y, sin embargo, deja para el arrastre, pero casi nadie lo quiere ver. Es más fácil reír, bailar y, cuando el efecto se pasa, culpar al primero que pasa de la sensación inaguantable. La sustancia lleva manipulándonos décadas; cuando te atrapa es muy difícil soltarte, es más, te hace creer que eres tú, con tanto arte, el que puedes dominarte, pero da risa verte, la sustancia está en todas partes. Hiere el orgullo, rompe el amor, malgastas la vida y se marchita la flor. Qué cosa esta sustancia, qué elegancia para dejarnos a todos peor. De joven caes rendido a sus pies pues lo vuelve todo del revés, es asombroso y poderoso a la vez. Y la gente se va perdiendo, desaparece, y la sustancia sigue y sigue, siempre permanece. En ciertos ojos hay un brillo muerto que delata, cuerpos que tropiezan con su propia alpargata y la sustancia ríe a carcajadas, qué sencillo es dominar el mundo, qué vidas desperdiciadas. Fluye por la esquinas, y en las alcobas de las vecinas, la escancian en las bodas y en los entierros, la ingieren los vivos y los muertos; la sustancia perdura en un planeta ya muerto.

Gloria en las venas

Me enamoré de Gloria Fuertes de niño la primera vez que la vi recitar por televisión. Era un ser diferente, una niña divina en un cuerpo extraterrestre, una diosa del verso, del reverso y del anverso. Y su esencia fue calando en mi existencia. Esa pócima elocuente de un verso simple pero inteligente, la maravillosa sencillez de acariciarte con una frase, de crear un mundo lleno de amor y decirte al oído: pase, pase. Invitándote a llenar la vida de alegría, porque ya sabemos que hay seres que quieren destruírtela cada instante, por eso Gloria corre por mis venas, es mi guía, y su inspiración me mantiene en un estado flotante. Seducido por unos versos de rima fácil, busco en las miradas un brillo grácil, unas chiribitas en reposo que se activan desde los posos y hacen que todos mis momentos sean amorosos. Gloria en las venas que porto, buceando entre los libros me quedo absorto, como un niño entregado a una ensoñación que provoca un juego inventado donde el hado es más real que ese amigo envenenado que cree que los demás son de usar y tirar, y Gloria en las venas me lleva de la mano a un país sosegado, me da dos besos en cada mejilla, así que son cuatro, y susurra en mi oído, luego no busques tres pies al gato, asperezas has de limar, así que quédate quieto un rato. Desnudo estoy viendo correr los versos de Gloria entre mis brazos, ataraxia para todos, chillamos los dos, y un poema aparece en mi regazo.

Detective de mis propios crímenes

En un mundo gobernado y dominado por el autoengaño, donde todos quieren venderse como seres maravillosos y originales, se enciende una luz, o tal vez surge de entre las sombras, aparece una excepción, nace un antihéroe: detective de mis propios crímenes. Investigo mis errores, los de verdad y los que me achacan, por qué pasaron, cómo llegué hasta allí y, sobre todo, por qué lo hice, o incluso si hay un porqué o fue sólo inercia social, tontería humana, algo genético o grupal, o sólo quería quedar bien con un grupo de memos que me llamaban la atención en ese momento. Recolecto pesquisas, indago, investigo, averiguo, busco. Sé que son mis crímenes pero ¿me incitó alguien? ¿Fui manipulado? ¿Me manipulé yo a mí mismo? He llegado a conclusiones satisfactorias y a otras que no me gustan tanto, pero de lo que se trata es de hallar la verdad. Hay errores que se han ido repitiendo por actuar siempre de la misma forma, pero hay otros que son producto de no haber hecho nada, de no decidir, de no actuar, de dejar que la corriente del mundo me lleve. Uno de mis crímenes fue sentir angustia por la nada; ahora me hace gracia ver lo tonto que fui. Otro, tal vez peor, fue esperar ser correspondido en el amor. Después de indagar sobre el amor, pude comprobar que la correspondencia no era un requisito necesario para su existencia. La revolución del amor me ha abierto los ojos. Otro de mis crímenes puede que sea ayudar en exceso. Me involucro demasiado y, a veces, resulta molesto o no se entiende. El detective que hay en mí ya lo ha descubierto.

miércoles, 12 de junio de 2024

Sometidos a los deseos

¿Podemos vivir sometidos a los deseos de los demás? Sí, pero viviremos una tiranía y, si son los demás los que viven sometidos a nuestros deseos, seremos el tirano. Es mejor no desear tanto y amar más. El deseo sujeta, ata, atrapa, pero el amor libera. Si de verdad quieres a alguien le dejas huir, volar, marcharse. Y si de verdad te quieren, volverán. Parece un tanto desconcertante pero es muy sencillo. La revolución del amor no atiende a la tiranía de los deseos. No se puede tener un amor sin dolor, el amor es como la vida, y el dolor es inevitable. Una vez un médico me dijo que sin dolor moriríamos todos antes. Nada nos avisaría de nuestras enfermedades. El dolor es como una alarma. Y cuando se encuentra en el amor te está marcando una ruta. El dolor formaría los meandros del sentimiento, pero siempre llegaríamos a buen puerto, a los brazos del amor. El río del amor sigue su curso revolucionariamente, por supuesto, y, con dolor acaecido por el camino, construiremos la maravilla del futuro, la esencia suprema del amor puro, con los deseos justos, sin tiranía pero con placer y, sobre todo, con mucha empatía. Así que adiós sometimiento y bienvenido puro sentimiento, placer justo pero intenso, amor fluido y comunicativo con silencios sanadores y creativos. ¿Podemos vivir sometidos a los deseos de los demás? Sí, pero no lo haremos.

La importancia de las cosas

A estas alturas de la vida deberíamos saber ya darle a las cosas la importancia que tienen. Tengo una gran vida interior, soy prolífico en pensamientos innovadores, mi pensamiento es incansable, me agoto yo mucho antes que él; la duda y la imaginación disputan una carrera rapidísima en mí, pero, a veces, también necesito sexo, poco, pero necesito. Y aquí es donde viene la importancia. Tengo compañeros de trabajo que hablan todo el día de sexo pero apenas lo practican, y la importancia debería fijarse en lo que uno más hace no en lo que menos hace. En mis compañeros la importancia no estaría en el sexo sino en hablar sobre él. Es un poco el autoengaño de siempre, como no tengo sexo hablo de él para disimular. A mí me gusta leer, pero casi paso más tiempo comiendo o haciendo cosas relacionadas con la comida: comprar alimentos, elaborarlos, preparar los platos, degustarlos, digerirlos, expulsarlos. Así que mi importancia, la máxima importancia está en la comida. Luego en dormir, seguido de los libros y escribir. Si piensas en dónde tienes que poner la importancia tu vida cambia sustancialmente. Lo más importante para uno no puede ser algo que apenas hace porque la angustia tomará su lugar. Bueno, lo dejo aquí porque me está entrando hambre.

martes, 11 de junio de 2024

Aceptar no es estar de acuerdo

Aceptar o asumir actitudes de personas cercanas no es estar de acuerdo, y eso deberíamos entenderlo. Puede llevarnos a engaño que nadie nos lleve la contraria, tal vez lo hicieran antaño pero no sirvió de nada; que hiperanalicemos a los demás y no sepamos hacer un mínimo análisis de nosotros mismos. Que los demás acepten nuestros defectos o nuestras impertinencias no significa que estén de acuerdo. Si nuestra forma de actuar no es cuestionada no significa que sea la correcta. La mayoría de las veces se trata de personas que nos quieren y están cerca, pero prefieren una supuesta paz a la disputa, no quieren discutir y te dejan seguir ruta, y te vas desviando sin darte cuenta, adentrándote en la gruta. Por eso debemos mostrar empatía, para oír lo que no dicen, para ver lo que disimulan, esos gestos que habitualmente nos pasan desapercibidos pero que llevan escrita la verdad no dicha. Porque ocultar la verdad, no decirla, en definitiva es mentir. Se pueden aceptar muchas cosas pero estar siempre de acuerdo es, cuanto menos, muy sospechoso. La verdad es tan importante en las relaciones porque es el material de construcción de las mismas. Esto me recuerda a ese afán de quedar bien a toda costa, de no saber decir no cuando hay que hacerlo, muchas veces una nimiedad adquiere el efecto bola de nieve, y ese quedar bien o no saber decir no a tiempo se transforma en un grave problema que, al quererlo solventar, nadie te entiende porque los demás están haciendo lo que siempre han hecho y es lo que tú has consentido.

Si te tratan como a un niño

Estate agradecido porque los niños son los seres más inteligentes que hay y también los más creativos. En un segundo pueden construir un mundo, ser felices con el aire, con el sol y con la lluvia. Si te tratan como a un niño te llenarán de caricias y de mimos, te harán reír con cualquier tontería, te regalarán cosquillas, podrás soñar despierto todo el día pues te transformarás en una máquina sensible de alegrías. Si te tratan como a un niño, te ha tocado la lotería, la lotería de una vida feliz y regalada, llena de juegos, nuevos idiomas, palabras inventadas, duendes y hadas, podrás ser cualquier cosa, verde, azul o incluso rosa, hablarás con los animales, conocerás a seres geniales de este y otros planetas porque, sin saberlo, la revolución del amor es tu meta. Si te tratan como a un niño es porque eres uno de los elegidos y aunque tengas un cuerpo grande, ellos, los otros niños, te reconocerán enseguida en cuanto te tengan delante. Tomarás helados y regaliz, irás a mi lado y serás feliz. Si te trato como a un niño te besaré la nariz.

lunes, 10 de junio de 2024

Cuando parece que todo sale bien

Soy la persona más feliz del mundo. Pero sé que, más pronto o más tarde, habrá un error, un malentendido, una anomalía, y una pequeña bomba de dolor estallará en el mundo maravilla. A veces se malinterpretan actos o acciones, intentas ayudar con la mejor intención pero se recibe como una intromisión, como un maltrato. Otras veces conoces a unas personas maravillosas en otra ciudad, disfrutas como hacía tiempo que no lo hacías pero llega la hora de volver a casa y ¡boom!, una micro bomba de dolor estalla en el interior de tu corazón, se encienden las alarmas, el corazón está en llamas, llamad a los bomberos de Maiakovski, un pequeño dolor se extiende rápido por toda la felicidad adquirida, dicen que es la vida, pero ya estoy harto, nadie va a fastidiar la fiesta de mi vida. Llegan los bomberos con poemas líquidos, traen también espuma de amor y cariño, abren mi pecho y apagan el fuego. Mis propias lágrimas ayudan en el evento. La revolución del amor ha vuelto a vencer al dolor del universo. Nada ni nadie va a poder parar esta revolución. Aún hay brasas calientes y sale humo de los sentimientos, pero mi corazón sigue en pie. Hoy me estoy reconstruyendo. Lamo mis heridas con los más bonitos recuerdos. Y el amor sigue creciendo.

jueves, 6 de junio de 2024

La familia

Al igual que el amor, la familia se construye. A veces, hay hermanos que dejan de serlo, que se diluyen en el tiempo y personas desconocidas que ahora ocupan el espacio que dejaron ellos. Por eso la familia no entiende de colores ni de naciones, lo único que entiende está en los corazones. Ahora estoy construyendo una familia de amigos, personas a las que amo, a las que me gusta ver alegres y felices. Y, aunque la vida tenga momentos malos, quiero estar ahí para hacer que puedan olvidarlos. Si estoy lejos, mando mi amor desde la distancia; si estoy cerca, me arrimo lo máximo que puedo, abrazo, doy caricias, escucho y hablo, beso en el centro del dolor y lo absorbo para transformarlo en amor, y luego, lo devuelvo. Ese es mi regalo. Forma parte de la revolución del amor. La familia que construyo se expande al igual que mi corazón. Quiero dibujar sonrisas en las almas doloridas porque sé que, algún día, ellas harán lo mismo conmigo porque somos de la familia. Y esta familia va a cambiar el mundo, no lo dudéis ni un segundo.

miércoles, 5 de junio de 2024

Un amigo es como un libro

Hoy me he dado cuenta de ello al rebuscar en las estanterías, entre los libros, mi próxima lectura. Tengo libros que aún no he leído, pero me he decidido por hacer dos relecturas. Y ahí es donde me he dado cuenta de que un amigo es como un libro que se relee. Aunque sea el mismo amigo te sorprende como casi siempre y te alegra como siempre, igual que las relecturas de los buenos libros. Sus abrazos son como un capítulo de amor y cariño. Intenta ocultarte el dolor, pero lo conoces tanto, que lo descubres antes que la trama del libro. Sabes de qué quiere hablar y de qué no. Igual que lees entre líneas, puedes leer entre miradas, entre gestos que ya no se te escapan, porque uno en el amigo ve siempre el alma. Hay una simbiosis un tanto especial entre amigos y libros. Los libros son también mis amigos, algunos de ellos; me hablan, solucionan mi vida, susurrándome en silencio ideas que desconocía. Los amigos me aman, renuevan la historia de la vida, son maravilla, un pequeño detalle, una sonrisa, y la vida se ilumina; una pequeña caricia cuando te quedas estancado en un pensamiento que te disgusta y la lágrima que contienes en el ojo, que aún no ha nacido todavía, se llena de felicidad repentina. No hace falta que hablen, igual que el libro, una mirada, un leve contacto, un pecho que te cobija y unos brazos que te envuelven, un abrazo que se crea, y la historia que leíste en tu corazón se genera. Un amigo es como un libro que lo sueltas y te espera, siempre dispuesto a mostrarte sus páginas más hermosas, que es donde lees las historias compartidas, tus idas y venidas, sus alegrías. Un amigo, un libro, son la vida.

martes, 4 de junio de 2024

Tu arte

Mis ojos son impresionados por los estímulos físicos que produce tu arte y, al contemplarte, puedo ver su origen. ¿Dónde reside tu arte realmente? ¿Es necesario plasmarlo físicamente o corre por tus venas? Dicen que para ser escritor ni siquiera hace falta escribir, no es indispensable. A lo mejor ocurre lo mismo en todas las variedades del arte. En tu mirada bulle a veces el arte, en esos momentos en los que pareces no estar, pues el arte se te ha llevado a otra parte. A mí me pasa con las palabras. Encuentro una, me maravilla, y se va encadenando, o, tal vez, mejor, tejiendo un texto que me transporta a otra órbita, que me saca del espacio tiempo y, en un momento que se hace eterno, aún sabiendo que no puede serlo, se hace posible lo increíble, mi mano acaricia tu pecho, noto el sabor de tus besos, todo tu arte me envuelve y también recorre mi interior, y no hay emoción mejor, ni maravilla más placentera que notar tu amor a mi vera.

lunes, 3 de junio de 2024

Florecer

Casi todos los días voy al parque, últimamente a estudiar, pues se acerca un examen, de filosofía de la mente nada menos. Y qué mejor sitio que el parque para darme cuenta de este florecer. Y no hablo de plantas sino de mí, de florecer como ser vivo. Según Artistóteles esa es la función del ser humano. Y este florecer que siento ha sido catapultado por el amor que me envuelve, que respiro, que siento a cada instante. Debería estar ansioso y preocupado, incluso con nervios por el examen, la verdad es que no he estudiado mucho, pero, no sé por qué, me acuerdo ahora de una canción de Radio Futura que decía, el mar es inmenso así que todo está en calma...y así me encuentro, calmado, lleno de amor, disfrutando de sonrisas y de alegrías presentes y futuras, creyendo firmemente, que mi camino se ha despejado de obstáculos inútiles y que, lo que se acerca, va a ser maravilloso. Disfruto conociendo a gente maravillosa pero también conociéndome a mí mismo. La revolución del amor, el amor mismo, me está descubriendo cosas que no sospechaba, y me siento alegre y calmado, preparado para ser amorosamente revolucionado. Florecer como ser vivo, florecer contigo, florecer con amigos queridos.

domingo, 2 de junio de 2024

El futuro

Siempre imaginamos el futuro lleno de progreso tecnológico que facilita nuestras vidas. Pero van pasando los años y vemos que eso nunca es así. El progreso de unos pocos es el deterioro de muchos. Y, además, ese supuesto avance tecnológico, deforma nuestras vidas, nos separa del mundo tridimensional, nos enclaustra y nos contamina mental y emocionalmente. Pero sigo teniendo esperanza en el futuro. Hay una grieta, un resquicio por donde colarse, y no es otro que el amor. La construcción de una relación saludable, el aprovechamiento de los medios para no hacer lo impuesto por el mercado, sino lo creado por nuestro amor revolucionario. El amor que se nos avecina tiene la empatía hipersensibilizada, el don de dar abrazos a distancia y de sentirlos en la piel, de sentir hasta la fragancia del ser amado deslizándose sobre nuestra piel. La generadora y creadora imaginación potenciando la realidad, tal vez en una quinta dimensión, que nos lleve a sentir el amor aún estando a miles de kilómetros de distancia. El futuro se está acercando a pasos agigantados, la mente está abriendo sus fronteras, en nuestras manos está el saber encauzarla por la ruta idónea. La duda es mi fiel compañera pero el amor es su leal escudero y, junto a un grupo de advenedizos sociales y antisistema, la ternura, el cariño, el abrazo que habla y el beso que escucha, contribuyen con su lucha diaria a la revolución amorosa que nos lleva hacia el futuro soñado, a vivir en un abrazo, a sentir amor en cualquier lado.

sábado, 1 de junio de 2024

Arrímate a mí

Como si fuera lo más natural. No me sueltes, dame tu primer abrazo y ya no me dejes marchar. No esperes un segundo, simplemente deja que el primero no pueda terminar, abrázame para siempre, en un abrazo tuyo quiero vivir, sentirte cerca, siempre pegado a ti. Tu lengua en mi paladar, tu sabor en mí para saber a ti. Arrímate a mí, que nuestras pieles se rocen, que nuestros cuerpos se exciten y que se calmen con el mismo roce. Seamos un mismo cuerpo, un ser complementario, de la revolución del amor la consecuencia, formemos parte del sentimiento nuevo y de la nueva ciencia, que nos estudien, que inteneten medir nuestro amor, aunque no puedan. Arrímate a mi corazón, arrímate a mí, amor, que entre tus brazos se vive mejor. Vayamos a un nuevo planeta donde sólo tenga cabida el amor; arrímate, rápido, que mi corazón despega, sujétate fuerte cariño, es un viaje largo que dura lo que dura un guiño, un parpadeo, dejamos trás un mundo feo y nos dirijimos a nuestro sueño. Arrímate a mí amorcito que ya no quiero ser yo, quiero ser la prótesis de tu sentimiento más profundo y sincero, quiero ser de tu corazón el bombeo y sentir como tú eres del mío el latir. Arrímate vida mía que no tenemos todo el día sino que vamos a tener toda la vida pa' siempre, suspiros, gemidos, susurros y todas las cosas sintientes. Arrímate a mí y no me sueltes.

De un lado a otro

Una canción me trae un recuerdo que provoca unas lágrimas y mi corazón se hace tierno. Siento impotencia al no poder abrazarte porque se lo que estás sintiendo, aunque desde la distancia te abrazo, te amo, te mando todo lo que tengo, no es nada material pero es todo sentimiento. De un lado a otro va mi alma, y también mi corazón, pues tan pronto sonrío como me cae un lagrimón. Pero todo me satisface. Si no hubiera escuchado la canción no habría venido el recuerdo en mi busca, ni habría sentido el dolor en mi corazón que provocó las lágrimas que me hicieron sentir tu amor, amor hacia ti que procuro expandir, que crece exponencialmente, no sólo en mi imaginación, tambien en mi mente. De un lado a otro es este bamboleo eterno, este cimbreo del alma que, a la vez, me alegra y me pone enfermo. Enfermo de amor voy infectando el universo, en un mundo donde el individualismo, el capitalismo es lo supuestamente sano, yo sigo enfermo de amor, unido a ti por un istmo invisible, como si fuéramos dos continentes o dos planetas con un pequeño puente. De un lado a otro mi corazón se menea en tu ausencia, buscándote, sintiendo tu presencia y mi cuerpo desnudo suspira por ti, mi alma canta para ti, estoy en ti porque estás en mí. De un lado a otro podemos ir, pero siempre estaremos el uno en el otro porque el amor lo ha decidido así.