miércoles, 12 de junio de 2024

Sometidos a los deseos

¿Podemos vivir sometidos a los deseos de los demás? Sí, pero viviremos una tiranía y, si son los demás los que viven sometidos a nuestros deseos, seremos el tirano. Es mejor no desear tanto y amar más. El deseo sujeta, ata, atrapa, pero el amor libera. Si de verdad quieres a alguien le dejas huir, volar, marcharse. Y si de verdad te quieren, volverán. Parece un tanto desconcertante pero es muy sencillo. La revolución del amor no atiende a la tiranía de los deseos. No se puede tener un amor sin dolor, el amor es como la vida, y el dolor es inevitable. Una vez un médico me dijo que sin dolor moriríamos todos antes. Nada nos avisaría de nuestras enfermedades. El dolor es como una alarma. Y cuando se encuentra en el amor te está marcando una ruta. El dolor formaría los meandros del sentimiento, pero siempre llegaríamos a buen puerto, a los brazos del amor. El río del amor sigue su curso revolucionariamente, por supuesto, y, con dolor acaecido por el camino, construiremos la maravilla del futuro, la esencia suprema del amor puro, con los deseos justos, sin tiranía pero con placer y, sobre todo, con mucha empatía. Así que adiós sometimiento y bienvenido puro sentimiento, placer justo pero intenso, amor fluido y comunicativo con silencios sanadores y creativos. ¿Podemos vivir sometidos a los deseos de los demás? Sí, pero no lo haremos.

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