
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
domingo, 30 de junio de 2024
Hoy hablaba
Hoy hablaba con una bombilla que se interesa por mis escritos. Da luz a la hoja en blanco, ilumina mi entorno, se concentra en lo que escribo. Se ha unido a la conversación el ventilador con su ronroneo susurrante. A su manera también acompaña, dice, sigue así, sigue así, tú puedes, lo conseguirás. El ventilador usa más tópicos que la bombilla, pero no deja de ser entrañable. Poco a poco se iban integrando más participantes a la conversación: la taza de café, la botella de agua fría y un calcetín bailongo que se contoneaba intermitentemente en el tendedero gracias al susurro del ventilador mientras la bombilla le animaba con ese brillo que insinuaba un 'como te cimbreas'. Estábamos teniendo una conversación muy interesante hasta que llegaste tú y me preguntaste con quién hablaba. Te lo dije y me miraste con espanto pasajero. Después me regalaste tu sonrisa prepotente del ser más inteligente y espetaste algo parecido a 'el absurdo ya no se lleva'. Pero qué hay más absurdo que una bombilla, un ventilador e incluso un calcetín se interesen por mí más que tú. Puede que lo único que haya sea menospreciar a quien tiene un mínimo interés, sea quién sea.
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