
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
domingo, 16 de junio de 2024
¿Cómo podría transformarme por completo y seguir siendo yo mismo?
¿No es acaso ese el sino de la vida? Vivimos en un cambio constante sin apenas percibirlo. Nuestras ilusiones de niño han variado o, por lo menos, no las conservamos todas. Los ideales de juventud puede que se hayan perdido en el olvido si es que alguna vez los tuvimos. Ni siquiera nuestro cuerpo es el mismo. Sin pelo en la cabeza pero con más pelo en el cuerpo, con más kilos que nunca, con una felicidad sensiblera que transtorna todos los días, intentando comprender lo incomprensible y apenas haciéndome entender. He pasado de saberlo todo a no tener ni idea de nada. Es curioso que, cuando todo sabía, apenas había leído, no estudiaba, daba por sentado que yo era el oráculo, me sentía pletórico pero todo era falso, puro autoengaño. Fui descendiendo a un abismo sin fin. Pensaba siempre que peor no se podía estar, y sí, se podía, siempre se puede. No tenemos límites ni para el bien ni para el mal. El abismo no parecía tener retorno, pero lo tenía; sólo debía transformarme por completo, ser una nueva persona. Pero ahora compruebo que uno nunca puede ser una nueva persona, porque todo está en nosotros. Por eso puedo transformarme por completo y seguir siendo yo mismo. Y porque de eso se trata la vida. Una vez oí a un viejo decir que le quedaba poco. Todos le miraban y le llevaban la contraria, pero si estás sanísimo, te queda mucho tiempo, nunca te había visto tan bien. Y él dijo que por eso mismo sabía que le quedaba poco, porque se había transformado por completo, porque ya no quería cambiar nada más, porque, a pesar de la edad, se sentía feliz, sereno, lleno de ataraxia, completado, y veía que ya no iban a producirse más cambios en su vida. Y ahora entiendo su discurso que antaño extraño me parecía. Ese viejo por fin había llegado a ser él mismo.
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