domingo, 2 de junio de 2024

El futuro

Siempre imaginamos el futuro lleno de progreso tecnológico que facilita nuestras vidas. Pero van pasando los años y vemos que eso nunca es así. El progreso de unos pocos es el deterioro de muchos. Y, además, ese supuesto avance tecnológico, deforma nuestras vidas, nos separa del mundo tridimensional, nos enclaustra y nos contamina mental y emocionalmente. Pero sigo teniendo esperanza en el futuro. Hay una grieta, un resquicio por donde colarse, y no es otro que el amor. La construcción de una relación saludable, el aprovechamiento de los medios para no hacer lo impuesto por el mercado, sino lo creado por nuestro amor revolucionario. El amor que se nos avecina tiene la empatía hipersensibilizada, el don de dar abrazos a distancia y de sentirlos en la piel, de sentir hasta la fragancia del ser amado deslizándose sobre nuestra piel. La generadora y creadora imaginación potenciando la realidad, tal vez en una quinta dimensión, que nos lleve a sentir el amor aún estando a miles de kilómetros de distancia. El futuro se está acercando a pasos agigantados, la mente está abriendo sus fronteras, en nuestras manos está el saber encauzarla por la ruta idónea. La duda es mi fiel compañera pero el amor es su leal escudero y, junto a un grupo de advenedizos sociales y antisistema, la ternura, el cariño, el abrazo que habla y el beso que escucha, contribuyen con su lucha diaria a la revolución amorosa que nos lleva hacia el futuro soñado, a vivir en un abrazo, a sentir amor en cualquier lado.

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