
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
sábado, 30 de noviembre de 2024
Las tardes son para mí
Soy un esclavo del capitalismo agonizante. El futuro que soñamos de pequeños, el que nos decían que venía, pero que ahora que hemos llegado nos damos cuenta de que nos engañaron, ese futuro, no existe. Los avances tecnológicos no son el progreso cuando necesitamos miles de esclavos para tenerlos. Pero, hoy en día, hay también autoesclavos. Basta con cambiarle el nombre a las cosas. Aprovechar el tiempo, ser eficiente, cumplir con nuestras metas que creemos elegidas por nosotros pero son autoimpuestas porque primero nos las embutieron con publicidades subliminales. El sistema es mucho sistema, lleva años dirigiendo, manipulando y esclavizando y, ahora, se ha perfeccionado. Seguimos teniendo esclavos a los que latigamos y vendemos, y eso, a los demás esclavos, nos parece atroz. Pero luego están los esclavos como yo que, por un sueldo módico, realizan sus funciones para sobrevivir. Pero hace un tiempo he decidido que las tardes sean para mí. Solo en casa, me preparo la comida, disfruto de ella. Si hace calor voy desnudo y, si hace frío, en pijama. Necesito comodidad corporal. Leo y escribo mientras escucho música. Tomo notas, converso con amigos a través de las redes, chateo, flirteo y a veces me pajeo. La mayoría de veces son pajas mentales porque son con las que más disfruto. El conocimiento me seduce a diario. Descubrir algún concepto nuevo, una corriente filosófica que desconocía, un método de relajación, cualquier descubrimiento me alegra el día. Y después está mi imaginación que se expande, crece sin límites, crea mundos, el último conocido es MundoPoema, y estos mundos son como mis hijos, a los que quiero y donde meto a mis amigos y disfrutamos. Después me voy a la cama a dormir y soñar un poco. Y, a la mañana siguiente, vuelvo a mi puesto de esclavo. Pero las tardes son para mí.
Comprensión
Queremos que nos entiendan pero también deseamos ser originales cuando en realidad eso es imposible. Ha habido muchas copias como nosotros antes y, ahora, en este momento que nos ha tocado vivir, debe de haber miles de personas en el mundo como nosotros, pero esta idea nos desagrada porque confronta con nuestra originalidad deseada. Somos seres influenciados por otros seres. Creemos que escuchamos canciones originales pero si eres oyente habitual de canciones, siempre una canción te recuerda a otra. Lo mismo ocurre con las historias, tanto en los libros como en el cine; todo tiene antecedentes. Y la pintura y todo tipo de arte. A veces oyes la frase esa tan manida de 'ya está todo hecho' y resulta que es verdad. ¿Entonces? ¿Vale la pena seguir? Claro que sí, porque está hecho por otros. Por eso cometemos los mismos errores en política, la historia se repite, pero en el arte es más maravilloso porque, por un lado, se mejora y, por otro, se descubren facetas más abruptas, más hostiles, diferentes, no en su totalidad pero sí en matices. Las generaciones repiten y modifican ligeramente, según el signo de los tiempos, lo que se hizo en épocas anteriores, se fusionan estilos, exactemente igual que se fusionan genes. Por eso necesitamos comprensión, sobre todo comprensión propia o autocomprensión. Comprender que somos copias humanas, que nuestra originalidad es que estamos viviendo el presente y que no importa que lo que hagamos lo hayan hecho otros antes sino que lo interesante es descubrir qué nos motiva, qué nos seduce, qué da sentido a nuestras vidas, descubrir el amor, tener una actitud creativa y amorosa al mismo tiempo, comprender que la originalidad, tal vez, sea ser una copia, una copia que evoluciona, que tiene vida propia, que ama.
viernes, 29 de noviembre de 2024
Cuando las palabras vibran
Creando la música que llega hasta tu interior, llenas de amor, danzan en ti, hay un baile interno que te transforma, mi voz está en esa vibración y se dirige a tu corazón. Todo lo que estás sintiendo ahora mismo es la creación del futuro, nuestros cuerpos juntos, mi ser al lado de tu ser, la vibración lo anuncia. Estas palabras que son música acarician tu alma, nuestros espíritus se abrazan, si fueran dos cuerpos cruzarían sus piernas como dos enamorados y, con los ojos cerrados, verían, y el silencio narraría la historia de amor más maravillosa jamás contada. Y todo empezó vibrando en la distancia, palabras que dibujaban sonrisas en tu cara mientras la semilla del placer en ti se aposentaba. Tu cariño la regaba, tus pensamientos la cuidaban y con la imaginación se alimentaba. Estas palabras contenían una vibración imparable y creadora que tocaba las teclas de tus sentimientos más íntimos. Después de estas palabras ya no somos los mismos. Se fue el tú y el yo, y apareció el nosotros. Un nosotros que sonaba con la misma vibración, que era la misma vibración. Y en nuestras miradas las palabras brillaban con una intensidad jamás vista pues hasta los tuétanos fosforescían. Un doble corazón que palpitaba por la vida enamorada iba dando zancadas en un nuevo mundo de alegría incontenible haciéndonos aún más sensibles, jadeando con el viento con susurros de puro sentimiento. Cuando las palabras vibran nuestros cuerpos se armonizan, la piel se eriza, los pelos bailan como las algas en el fondo marino y nosotros somos uno que se siente divino.
Menudencias
Fruslerías, bagatelas, esas pequeñas cosas, detalles nimios que adornan la vida y la hacen maravillosa. Me encantan tus menudencias. La sonrisa de tus ojos cuando me miran. Si he de ser sincero, a veces no la puedo resistir porque veo que no sólo me miras sino que me admiras y yo pienso por qué, si lo único que hago es quererte y quererte es tan fácil siendo como eres que lo complicado es no hacerlo. Las fruslerías que me regalas, un pequeño baile agarrados en medio de una conversación, como si fuera un intermedio de la vida; tus pequeñas caricias en público mientras estoy hablando, esos pequeños contactos, ligeros roces que me llevan al paraíso y ya no sé ni lo que digo pues esa menudencia lo ocupa todo, es el centro del universo; tu forma de hacer y deshacer el embozo, como un niño que juega a esconderse en la cama, cubres nuestros rostros y un cielo de sábana nos protege y me sonríes con la mejor de tus sonrisas y tu mirada se hace beso y, cuando me besas, aparecen chiribitas como estrellas iluminando este cielo sábana, esta exquisita y maravillosa menudencia que me hace tan feliz que creo estar en una cabaña en un árbol siendo niño y jugando al juego más bonito, que es el de las menudencias más importantes del mundo, y te miro, y sonrío y te abrazo y me acurruco en tu regazo y me duermo y sueño con todas tus menudencias.
jueves, 28 de noviembre de 2024
Tengo que narrarme
Ha pasado mucho tiempo y todavía no sé quién soy. Perdido en un mundo abrumador de millones de datos, desinformación y mentiras gubernamentales, acosado por publicidades múltiples, a todas horas y en cualquier lugar, parece que todo se ha transformado en consumo, comercio y transacción. Un nuevo filósofo del sistema, Capitalartes, diciendo 'consumo luego existo'. Pero yo sigo sin saber quién soy. Así que intento escoger y decidir. Encerrarme en casa después del trabajo y leer. Descubrir un nuevo mundo, escribir, buscar el amor en todas las cosas que hago y, por supuesto, amar a mis amigos en todos lo sentidos. Aunque se encuentren a miles de kilómetros, hacer que se sientan amados, que noten mi amor en su piel y en su corazón y también en su mente. Por eso tengo que narrarme para conocerme a mí y poderles amar a ellos. Al narrarme me doy cuenta de que, a pesar de no tener tiempo, cada día voy consiguiendo tener más para mis propósitos. La alegría de conocerme al narrarme es proporcional a la alegría de amar a mis amigos. Por eso tengo que narrarme.
miércoles, 27 de noviembre de 2024
Teatro cariño
La vida puede ser una comedia, una tragedia, un drama tragicómico, parece distinto pero resulta parecido. Tal vez por eso la vida sea maravillosa, porque no todo es de color de rosa. Vivimos diferentes experiencias a lo largo de nuestra existencia, aprendemos de todas si tenemos suerte y paciencia. Y en este afrontar, aceptar y cambiar que es la existencia hay, como en una ensalada, cierto tipo de aliño. Sí, estoy hablando del cariño. Por eso he rebautizado a la vida como teatro cariño, no porque haya que fingir, sino entendiendo el teatro como algo que hay que sentir, como esa maravillosa experiencia que mostrándote otras vidas, otras épocas, te hace entender la actualidad, resolver ciertos problemas, sentir la vida del otro de cerca. Pero este teatro cariño es el que nos hace ser siempre niños al tomarnos la vida como un juego que vamos creando cada día y, para participar en esta partida, el único requisito es el cariño. Una actitud cariñosa sentida, interpretada a veces con cierto esfuerzo pues la vida a veces te retuerce y exprime, pero en teatro cariño sabemos que nada ni nadie puede quitarnos el amor a la maravilla de la amistad, de todas las cosas que se pueden realizar con cariño que, en definitiva, son las únicas que valen la pena. Así que me maquillo o tal vez no, salgo al escenario del mundo e interpreto con alegría en este teatro cariño todo lo bonito que me enseñaron de niño.
Por fin lo sé
Siempre he tenido dudas. No tenía muy claro la veracidad de mi existencia. A veces he pensado, incluso, que podría ser la ensoñación de alguien, un mero pensamiento, una conjetura, un personaje en la historia de un autor concreto. Pero un día apareciste tú. Nada parecía indicar que todo lo que pensaba hasta entonces hubiera cambiado, pero mi corazón dió un vuelco, sentí que sentía, ¿y qué sentía? Con el tiempo sentía tu amor, sentía que me querías. Tu amor me hacía ser alguien y, de personaje, pasé a persona. Por fin lo sé; sé que existo gracias a tu amor. Me hace sentir mejor, soy mejor persona y mi amor es más poderoso desde que sé que me amas. Por fin lo sé. Este hecho me ha hecho saber muchas cosas que desconocía o de las que dudaba. Sé que el amor cambia las vidas. Sé que el amor une a las personas y, por muy lejos que puedan estar, el amor achica las distancias hasta hacerlas desaparecer. Sé que el amor da vida, energía, ilumina nuestro camino, da sentido a nuestra existencia, hace soñar y, al despertar, te hace volar en un mundo donde antes todo era superfluo. El amor hace cambiar la actitud y, aunque aparentemente nada haya cambiado, ha cambiado todo. Por fin lo sé, tu amor me construye y nuestro amor construye MundoPoema. Sé que tenemos un mundo maravilloso al alcance de nuestras manos y de nuestros corazones. Por fin lo sé y tú eres la causa de que lo sepa.
La vida narrada
Ha sido suplantada por la vida informada. Las plataformas digitales se componen de instantes vitales repetidos una y mil veces. Se acotan los tiempos. Las redes sociales, llenas de publicidad, al igual que internet, mantienen nuestra atención saltando de un sitio a otro, como un mono saltimbanqui. Perdemos la concentración en un instante al igual que un instante resumimos nuestro día, nuestro mes o nuestras vacaciones. La gente, cada día más, se enorgullece de no leer libros, cuando hace bien poco tiempo, si eso ocurría, se ocultaba, pues daba, más que nada, vergüenza. La vida narrada se hace pesada. Este mismo texto que estoy escribiendo, no va a tener más que un párrafo de extensión para poder así mantener la atención del lector. Aún con todo, hay personas que me han reconocido que, al leer este párrafo, han tenido que hacer varias paradas porque, según me han asegurado, contiene mucha información. Nos hemos transformado en seres instantáneos, consumidores de mucha información en pequeñas dosis que en seguida desechamos. Por eso es tan importante escribir, narrar, leer narraciones, conversar y escuchar la narracion del otro, meditar, empatizar y, sobre todo, amar, porque amar es el conjunto de todo lo demás. Al amar somos el otro, aceptamos su narración y formamos una narración nueva, la narración del nosotros.
martes, 26 de noviembre de 2024
Esto no ha hecho más que empezar
La expansión del amor acaba de comenzar. La conquista de un mundo maravilloso, ese mundo con el que soñamos y que sólo nos atrevemos a imaginar ya está aquí. Se trata de MundoPoema. Atrévete. Entra. Disfruta con tus amigos del amor sincero, crea, pero crea en todos los sentidos, porque la vida es una creación y el arte es vivir. Dibuja con caricias, escribe poemas con besos, cobíjate en los abrazos, vive en ellos. Esto no ha hecho más que empezar y, sin embargo, el amor ya se ha expandido por todo el mundo. MundoPoema crece con cada bonita sensación, con cada sonrisa maravillosa, con la alegría del otro, con todas estas cosas relleno las palabras de amor y construyo textos que nos hacen sentir mejor, nos liberan del dolor o, por lo menos, lo apaciguan. Así es como actúa la sabiduría del amor, su aplicación en la vida diaria. Un mensaje, una carta, el cruce de unas pocas frases, tal vez sólo una, ha de servir para hacer resurgir ese brillo en los ojos que nos hace sentir queridos, para entrelazar nuestros espíritus con lo más bonito del universo, el amor.
lunes, 25 de noviembre de 2024
Nadie
Me costó unos años darme cuenta de que era nadie. Ser nadie es la mejor manera de vivir en el otro. Cuando eres nadie no notas el menosprecio ni la burla. Otra de las grandes ventajas de ser nadie es que puedes amar a mucha a gente porque a los demás no les importa que nadie les ame. La ventaja que tengo es que las personas que más amo creen que soy alguien pero sin ellos sería menos que nadie, tal vez nada, no sé. ¿Puede haber algo menos que nadie? Dicen que la nada está llena de cosas, entonces nadie podría contener a muchas personas. Puede que un cúmulo de personalidades te conviertan en nadie, un don nadie tal vez. A veces me miro al espejo y me digo cosas y pienso, nadie me está hablando, y sonrío, sonrío mucho, a veces llego a las carcajadas yo solo, durante varios minutos, y mis vecinos piensan y comentan: ya está nadie otra vez riéndose. No soy el único nadie que hay, aunque lo normal es que los nadie no quieran serlo o, por lo menos, reconocerlo. En mi caso, la filosofía me ha hecho conseguir y aceptar ser un nadie de los pies a la cabeza. Ser nadie está bien porque no te tienen en cuenta, y, al no tenerte en cuenta, en realidad ocurre lo contrario. Los otros piensan a veces en mí sin darse cuenta. Y suelen hablar de mí en negativo. Cuando dicen hoy no voy a quedar con nadie, quedan conmigo. O hoy voy a pasear solo, van conmigo. Esto o aquello lo quiero hacer sin nadie, pues ahí estoy yo acompañando mientras lo hacen. La gente es contradictoria y nadie lo sabe. Bueno, lo sé yo que soy nadie.
Sentimiento oceánico
Dicen que es la fusión del yo con el todo. Para mí, el sentimiento oceánico auténtico, es el que siento al fusionarme con mis amigos. Y tiene mucho sentido pues muchos están al otro lado del océano de manera que, con mi amor, atravieso océanos y mares para llegar hasta ellos. El amor vuela, bucea, va bajo tierra, por las raíces de las plantas, por vías subterráneas, por cualquier parte, y llega a todos los corazones donde puse mis ilusiones y cariño, donde imagino que juego como un niño, y abrazo desde el interior a todos mis amigos estén donde estén, pues al haber llegado hasta sus corazones, una aparte de mí está con ellos y les hace sentir un cosquilleo agradable cada vez que los pienso. Así funciona el sentimiento oceánico, nos vamos haciendo uno a través del amor y, también, a través del amor nos conocemos a pesar de la distancia, nos hacemos familia con cada contacto, con cada pensamiento, con cada mensaje, con cada mirada. Y, con el tiempo, nuestros espíritus se entrelazan para siempre. Algunos amigos los veré físicamente, a otros no, pero los espíritus seguirán unidos siempre. Así funciona el sentimiento oceánico en el amor, nos hace sentir mejor, nos queremos más a nosotros mismos por querer a nuestros amigos, y una estela de amor se genera cada vez que pensamos en ellos, creando chiribitas amorosas que permanecen en el ambiente que, cuando nos tocan, nos ponemos a sonreír sin saber por qué, nos alegramos sin que nada haya cambiado, porque sí, y, en realidad, es por el sentimiento oceánico de amor.
domingo, 24 de noviembre de 2024
Imagino la vida
Como la oportunidad de un espíritu para desenvolverse de otra forma, con un cuerpo, al que tiene que dirigir y, a la vez, aprender sus nuevas necesidades para encontrar una armonía entre ambos. Los dos, cuerpo y espíritu, morirán juntos, pero durante la vida irán generando un nuevo espíritu, con suerte mejorado y perfeccionado para que pase a un nuevo estado y, quién sabe, encuentre un cuerpo donde cohabitar una temporada. La fortaleza del nuevo espíritu depende de la vida que se lleve. Habrá cuerpos que dominarán al espíritu y no podrán generar nada nuevo, pero otros crearán espíritus fortalecidos por el amor, parte esencial en esta existencia, y tal vez no tengan que volver a deambular por esta tierra, a veces infernal e incierta. Así imagino la vida, como la oportunidad de producir proezas, de crear maravillas, de llenar el mundo de cosas buenas que trasciendan. Espíritus que se entrelazan, cuerpos que cooperan, ríos de amistad que van a parar al mar del amor, imagino la vida como un fluir de esencias puras, donde los seres conectan, la calma es perfecta, y la vida imaginada aparece ante mí como si nada.
Entre dos nadas
Así transcurre nuestra existencia. Venimos de una nada que desconocemos y nos dirigimos a otra que no entendemos. ¿Qué hacer entre dos nadas? ¿Cómo vivir? Tenemos que quitar pronto, y para ello hay que descubrirlas primero, las pajas de la existencia prefabricada socialmente por un capitalismo que quiere morir matando, que aprieta, que ahoga que, en definitiva, nos atenaza de mil maneras para no dejarnos vivir entre dos nadas, para hacer que la nada sea continua. Y, por otro lado, esas dos nadas no son tales. Se conjetura mucho sobre ellas. Hasta los científicos dicen que la nada, y también el vacío, están llenos de cosas. Pero aceptemos que son dos nadas pues no sabemos nada -qué curioso, nada de las nadas- de ninguna de las dos. Por tanto nos tenemos que ceñir a este intermedio de las nadas, a la vida y su conocimiento, a descubrir lo importante, a saber qué hacemos aquí, qué se nos ofrece y qué vale la pena. Y lo único que veo que valga la pena, que sea importante, que dé sentido a la vida entre dos nadas, es el amor en todas sus facetas: a los seres, al mundo, a la vida, a todo lo que hacemos y nos da alegría. Qué importan las nadas cuando el amor es todo.
El refugio
El mío lo encontré en tu mirada. No se si me absorbió o entré yo, pero fui directo a tu corazón. Allí me siento seguro. Siempre quise tener un bello refugio y no hay nadie más bello que tú. Pero un día no me mirabas, estabas ausente, como dormido, así que hallé mi refugio en tu labios. No sé si entré yo o me absorbieron ellos, pero me deslicé hasta tu corazón donde la calma tierna de tu amor me recibe, me escucha, y yo te cuento con mis silencios todo lo que siento. Tuvimos una discusión, te distanciaste, mi refugio se llenó de polvo y entonces comprendí que yo debía ser tu refugio. Te vi en una esquina, bajo la lluvia de tu llanto. Las cosas no te iban bien y abrí la puerta de tu refugio a la vez que mis brazos. Entraste y mojaste mi pecho hasta que tus ojos se secaron. Temblabas un poco pero tu refugio te dio el calor que necesitabas, hecho de cariño y silencio, sin cuestionar nada. El tiempo se paró mientras tu refugio te abrazaba. Te quedaste dormido y en sueños aún temblabas. Puse la calefacción de caricias que tanto te gustaba y se fue tu temblor. Despertaste como una flor que se desperezaba, retozabas en tu refugio, tus ojos se abrieron a la vez que tus labios se arqueaban y buscaban un contacto creativo, el comienzo en el beso que me dabas. Y tu refugio se iluminaba.
sábado, 23 de noviembre de 2024
La respuesta
Hay muchas cosas que no podemos controlar y, a veces, da la sensación que el mundo nos empuja, la gente nos maltrata, todo nos sale mal y nuestros recuerdos se pudren y se repiten. Tenemos dos opciones, lamentarlo o enfrentarlo, y debemos pensar que en nuestras manos está la respuesta y que la respuesta es lo más importante. Por eso mi respuesta ante una caída es levantarme y, si vuelve a suceder, levantarme de nuevo. Mi respuesta al desánimo inoperante que subyace en todos los movimientos de este capitalismo que agoniza es una sonrisa. Porque sonreír galvaniza y la vida necesita de nuestras sonrisas para que el mundo renazca de sus cenizas. La respuesta al dolor es el amor. La respuesta al miedo es el amor y, casi diría sin temor a equivocarme, que el amor es la respuesta a todo. Y está en nuestras manos acceder a esta maravillosa respuesta que transformará nuestra vida. La respuesta nos encamina hacia esa eternidad tan ansiada pues es el amor lo único que permanece cuando nuestros cuerpos desaparecen. La respuesta construye el futuro. Muy pronto estaré al lado tuyo, le susurro a mi corazón. ¿Y por qué? Porque ahí es donde te llevo, porque esa es mi respuesta.
La mejor manera de vibrar
Sin duda, es vibrar en la alegría, sentirse en armonía con el mundo, formar parte de la belleza contemplada, hacer que nuestra vida sea la historia amada a través del cariño al amigo, vibrando también con la emoción al escuchar esa canción que nos toca el corazón, reviviendo lo que nos dice un cuadro al contemplarlo, empatizando con los personajes del libro que leemos, vibrando con todas y cada una de las experiencias artísticas que vivimos. La mejor manera de vibrar es pensar en el amor cuando los rayos de sol llegan a nuestra piel mientras estamos sentados en un banco del parque después de un paseo dominical matutino y los pensamientos se aposentan en nuestro interior, la tranquilidad de la existencia nos quita la prisa durante unos instantes de placer armónico y natural que nos devuelven la paz interior. Varios pájaros se acercan a observarme, algunos insectos les imitan, el murmullo del agua de la fuente canta para nosotros y todo está en sintonía para que aparezca lentamente una sonrisa en mi rostro.
El mentiroso moderno
O cómo se escribe la historia actual. El conocimiento siempre se ha difundido de palabra o por escrito. Nos fiábamos de los maestros y de los libros. Nos informábamos en radios, diarios y televisiones hasta que el capitalismo dio un paso más y, para obtener más audiencia, comenzó a inventar, a añadirle cosas a la verdad, a tergiversar, a retorcer la noticia y a exprimir la mentira sacando zumo de posverdad de la pulpa inventada para manipular. El mentiroso moderno tiene esa mierda conocida como éxito, gobierna y hace declaraciones victimistas mientras asesina y roba. También es corrupto a gran escala, lo lleva en la sangre, y nos seduce con sus actuaciones, buenas para sus seguidores e insufribles para quienes solo ven fingimiento cutre y rastrero. Pero todos nos hemos acostumbrado a ellos, y esa es la mejor baza de los mentirosos modernos. La gente honrada cree que alguna vez dirán la verdad pero se equivocan. Puede que a veces sus mentiras coincidan con la verdad, pero ellos están convencidos de que mienten. Es algo parecido a lo que les ocurre a los manipulados que creen decir la verdad cuando están mintiendo al repetir las palabras del mentiroso moderno. Ambos, mentirosos y manipulados, han decidido deshacerse del pensamiento crítico, no les parece rentable y requiere cierto esfuerzo. Prefieren la droga de la repiticón y así, la mentira más grande, adquiere forma de verdad por el hecho de repetirse. El mentiroso moderno es el yonqui del pasado embutido en un traje, con un cargo político, presentando un programa de televisión de máxima audiencia, hablando de cualquier cosa en una tertulia televisiva, engañando por dinero con una mirada tierna de víctima pero los ojos inyectados de pura mentira.
viernes, 22 de noviembre de 2024
Mi amigo más lindo
Está lleno de curvas por donde el cariño se desliza y el amor rezuma. En su mirada me sumerjo, buceo y nado con tranquilidad profunda, con amor sereno. Y es ahí donde vivo todos mis sueños despierto. Sentir su presencia, saber de su existencia, llevar su esencia en mi corazón, mi amigo más lindo, sin saberlo, hace que todos mis instantes adquieran una connotación especial que me reconforta y da seguridad y, poco a poco, voy acercándome a una eternidad amorosa y amistosa, pues el tiempo se diluye cuando su espíritu me imbuye. Es su interior lo que da belleza a su físico y su espíritu lo que le hace rico. Su ser es maravilloso. Hay una armonía que le envuelve y desprende paz y amor, en sus gestos, en su habla, y también en sus silencios. Ojalá pudiera vivir en un abrazo suyo, perpetuar de alguna manera el contacto, tenerlo siempre presente además de en mi corazón silente. Su sonrisa me sosiega, su caricia me apacigua y su mirada me enternece. En su conversación disfruto no sólo de sus palabras, sino de su voz, de su carisma, de su amor puro. Mi amigo más lindo eres tú, y tú, y puede que incluso yo mismo.
Cíborg de amor
Soy capaz de amar a través de las redes informáticas, soy eléctrico, soy un ser formado por materia viva y dispositivos electrónicos que actúan de apéndices. El amor es mi esencia y lo aplico en la ciencia que uso. Amo tecnológicamente, por eso puedo amar en dos dimensiones y entrelazar mi espíritu con amigos que aún no conozco físicamente. La tecnología me ayuda a amar, a focalizar mi alma con otras almas, a esparcir mi amor en el universo, a expandirlo y crear nuevos mundos esenciales y amatorios. Así, si en algún momento aparece el contacto físico, la visita, el abrazo en tres dimensiones, parece que ocurre un milagro cuando en realidad es lo más natural del mundo: el amor ha llegado a su cúspide e interactúa entre dos pieles, dos cuerpos, dos almas que intercambian y comparten sus energías y que verifican lo que ya sabían o, por lo menos, intuían: que el amor que sentían no era imaginado, no era fantasía, ni producto de un algoritmo que de ti se reía. Hoy en día ser cíborg de amor es, de cualquier cosa que te pueda pasar, lo mejor. Pues no importa que te crean o no cuando tú conoces la verdad, sí, esa verdad que reside en tu amor, esa esencia que propagas y difundes a través de tus palabras, en mensajes, en miradas y sonrisas, en detalles interestelares, en pensamientos que cuidan a tus amistades. El cíborg de amor vive sus sueños, imagina el futuro, lo pone en práctica, expande su esencia en todas su pláticas y ya nada vuelve a ser como antes, pues todas las almas que entran en contacto con él se transforman en gigantes.
jueves, 21 de noviembre de 2024
Las personas que fui
Salí del trabajo con cierta prisa. Tenía que hacer la compra para el fin de semana y el cielo se estaba nublando y amenazando con una lluvia. Siempre que va a llover en esta ciudad el viento sopla fuerte y descontrolado. Al salir de la tienda de comestibles con dos bolsas de plástico repletas, el viento comenzó a hacer música con ellas. Me era difícil controlar las bolsas a pesar de su peso porque estaban empezando a tomar vida propia gracias al fuerte viento. Empezó a tronar, el viento paró y cayeron las primeras gotas. Me metí en un bar para protegerme, el más cercano. Había un punki en la puerta fumándose un porro y, justo al lado, un niño con el flequillo rubio intentando sacar unos chicles de bola de una máquina antigua. Recuerdo que me gustaban mucho esos chicles de bolas de colores aunque el sabor se les iba enseguida, la parafernalia de sacarlos de la máquina, la ilusión y la esperanza de que me saliera el color elegido en mi cabeza que, como yo creía, supondría un vuelco en la suerte de mi vida si coincidían los colores, el pensado y el de la bola y, a partir de ahí, todo iría rodado y sería maravilloso. El niño no sacó el color pensado, pero el punki le dió un golpe a la máquina y le salieron tres chicles bola, se le cayó uno, justo del color que ilusionaba al niño, lo supe al ver como lo miraba. Entonces solté las bolsas y cogí el chicle del suelo. Eh, tú, es mío, dijo el punki emporrado, de eso nada, y se lo dí al niño que me regaló una sonrisa de sorpresa. El camarero del bar me guiñó un ojo. ¿No prefieres una caña?, le dije al de la cresta, y asintió con la cabeza. El niño pellizco mi ropa y dió unos tirones y preguntó, ¿cómo supo que era el color que había pensado? Porque todos vosotros sois las personas que fui.
miércoles, 20 de noviembre de 2024
Ver el mundo siendo dios
Contemplo mi alrededor de muchas formas. La mejor manera es observarlo todo como un escritor porque así te obligas a fijarte en los detalles más nimios, no quieres que nada te pase desapercibido. Y al contemplar el mundo debemos empatizar. Yo no creo en dios pero puedo imaginar cómo sería observar el mundo siéndolo. Personas idolatrándome y alabándome cuando en realidad todo es una chapuza. Sí, ya sé, podía haberme tomado más tiempo en hacer esto y hacerlo mejor pero, como hago lo que me da la gana, y no había nadie supervisándome, lo hice en siete días que, para construir un mundo, es un ir deprisa y corriendo. El ser humano no me salió muy bien. Algunos me gustan más que otros, pero eso se debe a la cantidad ingente de pruebas que he hecho. En un principio quería que fuera reversible y hermafrodita pero para eso hubiera necesitado más tiempo y había quedado para echar una partida al billar con otros dioses, algunos de mi invención, por cierto, ya que me siento solo y por eso creo cosas. Pero lo peor del ser humano está en sus cabezas. Son seres pensantes pero es que piensan cada mierda que ni yo mismo me lo puedo creer. Destrucción, guerras, asesinatos, violaciones...la verdad es que todo se me fue un poco de las manos. Y aún así hay gente que sigue alabándome. Lo que más me fastidia es que algunos anormales usan mi nombre para cometer sus fechorías. Se autodenominan elegidos de dios y, sinceramente, yo solo creo, no elijo a nadie. Y voy a decir algo más. Para no existir ya he causado bastante daño.
Irrealidades
La vida es maravillosa pero tiene sus cosillas. Muchas veces no podemos soportar tanta realidad y yo me pregunto por qué. Necesitamos evadirnos, victimizarnos, escapar, quedarnos abotargados, en un profundo sopor, alucinatorio o no, eso depende. Y tal vez sea porque no somos del todo reales sino irrealidades que intentan integrarse en un mundo que se esconde de la muerte porque es tan real y no queremos entenderla, lo que nos han dicho de ella no nos gusta. La vida muchas veces tampoco pero nos agarramos a ella. Pero claro, luego está el amor flotando por ahí como si tal cosa y, un día, sin darte cuenta, choca contigo. Y otra irrealidad como tú se ilumina en tu camino. Puede que sean varias irrealidades amigas y el amor flotante te lleva en volandas y hace que ames todo lo que emprendas. Amas la lectura, amas viajar, amas escribir y comer, amas el arte en todas sus formas, amas la risa, compartirla; amas las caricias, darlas y recibirlas. Y al amar otras irrealidades puede que estés viviendo la realidad en su estado puro y es entonces cuando no tienes que soportar nada porque todo es bienvenido, todo fluye, como diría no sé quién. Y vives lo que imaginas y también sueñas la vida y los instantes son una gran caricia que te acompaña en todo momento. Y piensas que no puede durar mucho, que no es real, pero la realidad es que el irreal eres tú.
Urgencia
A veces me invade cierta urgencia. Tengo ya unos años (cincuenta y tantos) y, de cuando en cuando pienso que, dentro de poco, seré muy viejo o ya no existiré. Pero, seré sincero, se me pasa enseguida. Lo preocupante es que no sé si es bueno o es malo. El hecho de la aparición de estas urgencias momentáneas lo veo como algo natural, como una ansiedad que se acrecienta con la edad. Lo raro, pienso, es que se me pase enseguida. Porque luego me entran ciertas dudas. ¿Debería ceder ante estas urgencias? ¿He de pensar cada día más en los días como si fueran el último de mi existencia? ¿Es bueno que siga con mis rutinas de siempre? Y así paso cierto tiempo, no mucho la verdad, hasta que empiezo a comer patatas fritas y de ahí salto a ver una película, o como unos frutos secos, me preparo un café y me pongo a leer o estudiar. Porque si lo pienso bien todo es realmente urgente. Y todo no se puede dar a la vez. Debería relacionarme más y también pasar más tiempo solo. Y así me pasa con casi todo. Pero también siento como una armonía inconsciente que me hace tener tranquilidad a pesar de esas urgencias revoloteadoras que son como unos mosquitos mentales que me activan y no me dejan aburrirme. Pienso en el amor y estoy contento. Vivo solo pero amo a mis amigos, son mi familia auténtica, diseminada por el mundo pero también se hallan en el cofre de mi corazón, son mi tesoro y, tal vez, sean ellos los que me proporcionan la calma cuando aparecen esas urgencias momentáneas y, solo pensar en ellos, sonrío como un crío y se disipa la urgencia.
martes, 19 de noviembre de 2024
Ángel custodio
Somos energía y la energía se transforma. Un ángel custodio, hecho de la energía materna, de su amor, de diferentes amores, de personas que han dejado de serlo y de otras que siguen siéndolo, me protege. Y no sólo me siento seguro con su protección sino que hace que mi amor crezca, que MundoPoema se expanda, que fructifiquen un cúmulo de maravillosas sinergias y que mi propio amor sea capaz de recargar y dar más fuerza al ángel custodio. Porque nosotros mismos también nos cuidamos y, para amar a los otros, debemos amarnos a nosotros mismos. El ángel custodio me lo susurra al oído cada noche, cuando me arropa en la cama y me desea dulces sueños y, al despertar, con todo el amor de mis amigos en el corazón, afronto el día de la mejor manera posible, amando y sintiéndome amado y acompañado siempre de mi ángel custodio que, con amor, ha sido recargado.
Creencias
Hoy, pensando en la frase 'hay otros mundos pero están en este', lo he relacionado con las creencias. Puede que cada creencia sea un mundo particular dentro del mundo global. Los asesinos genocidas creen que los palestinos son animales y que hay que matarlos y compran a los medios de comunicación para que difundan su relato, asesinan y destruyen pero se hacen las víctimas. Es evidente que hay una guerra de creencias y de que hay mucha gente que cree estupideces pero, como poseen mucho dinero, de momento van ganando. Yo creo en el amor y soy como una pequeña hormiga que recolecta miga a miga, y voy expandiendo el amor entre mis amistades, y el amor viene a mí desde diferentes puntos del planeta a diario. Esa es mi creencia y, a la vez, mi realidad. Porque no me lo invento ni tengo que pagar a ningún medio de comunicación para que difunda mi creencia porque el amor se difunde sólo, con mensajes llenos de cariño y amor, con abrazos, besos y caricias, con cuidados, con atención, con conversaciones, con hechos. La fuerza del amor es tan grande que incluso hace sanar en la distancia, arropa y acompaña, nos da esperanza, nos sentimos queridos y la vida cobra sentido. Y en el mundo que he creado, MundoPoema, caben todos mis amigos y todos van a ser amados y todos van a sentirse queridos. Porque esta creencia es real y, gracias al amor, estamos recogiendo sus frutos.
lunes, 18 de noviembre de 2024
La certeza de una sonrisa
Tuve un accidente y me tuve que quedar en cama durante unos meses. Al principio estaba medicado y no sentía mucho dolor, pero más adelante me quitaron la medicación, aunque me aseguraron que el sentir dolor era síntoma de mi recuperación, yo no me sentía a gusto. En la cama, sin poder mover mi cuerpo, movía los recuerdos. Unas veces eran buenos y otras venían los malos. Y me acabé hartando porque sentía dolor físico y también psíquico con los malos recuerdos. Se lo comenté a una amiga que vino a visitarme que me descubrió un método maravilloso: si traes un recuerdo del pasado al presente que sea para estar mejor que antes, si no, no lo traigas. Y comenzamos a recordar cosas divertidas del pasado compartido, y nos volvimos a reír de lo que nos habíamos reído, y todo el rato era un te acuerdas de lo más maravilloso. Y recordando alegrías con mi amiga, riendo juntos, se me olvidaba el dolor físico que acabó remitiendo. Ahora ya no estoy en la cama, pero he guardado ese consejo de mi amiga como uno de mis tesoros más valiosos. Y ahora siempre recuerdo lo que me hace sonreír.
domingo, 17 de noviembre de 2024
Besochos
MundoPoema está creciendo. Su capital, Kariñópolis, tiene un nuevo beso oficial creado por el embajador en Brasil de MundoPoema, Maravilloso Mauricio, y se trata de los besochos, ocho besos en uno, placer óctuple, octuplo cariño y amor, porque lo bueno multiplicado siempre es mejor. Los besochos son más intensos, más provechosos, y generan una nueva electricidad amorosa que produce una luz roja, fucsia y rosa. El besocho es el saludo oficial en Kariñópolis porque el amor necesita su tiempo y en MundoPoema todo el mundo está contento. Por eso aquí el mejor desayuno es chocolate con besochos tiernos, recién hechos, abrazos espontáneos sin límite de tiempo, caricias rellenas de cariño ('cafuné' para nuestro embajador Maravilloso Mauricio) y, sobre todo, y lo más importante, amor, porque todo con amor es mejor, más delicioso, más encantador, tiene más arte, más alma y es la esencia de nuestro nuevo mundo: MundoPoema. Festival de besochos que derrocho con todos los amigos que visitan MundoPoema y, para los que no pueden venir, se los mando en una nube de cariño que los escanciará en su rostro en enero, en octubre o incluso en pleno mes de agosto. Besochos para todos.
sábado, 16 de noviembre de 2024
El mundo se está terminando
Hay un pueblo que agoniza, unos colonos lo están asesinando. En muchos gobiernos hay psicópatas descerebrados elegidos por el pueblo que sufre sus arrebatos. Somos manipulados para hacernos nosotros mismos esclavos. Votamos al latiguero, elegimos a los que nos amordazan, a los que nos ponen la soga al cuello, a los que nos hacen trabajar cuando todo está inundado. Mientras seguimos viendo niños despedazados. Y van cayendo bombas en países colonizados, y más bombas capitalistas caen en nuestros estómagos engañados con hamburguesas de chichinabo, con comida basura, con pescados llenos de microplásticos. Y así estamos, comiendo mierda y contaminando y eligiendo a descerebrados. Después lloramos. Y todo esto se repite por no haber pensado. El mundo se está terminando, llora el mundo a través del cambio climático y los descerebrados dicen que no existe. El mundo se termina y las bombas siguen cayendo. Ya no somos humanos, somos otra cosa, producto del capitalismo asesino. Si te molesta tu vecino, mátalo. Si quieres su dinero, mátalo. Si quieres su petróleo, su gas, su lo que sea, vienen los descerebrados y te dicen que el vecino es terrorista o que dios le asista porque su dios les ha ordenado: mátalo. El mundo se está terminando, por eso he creado MundoPoema, para irme al mundo de al lado, donde hay amor, amistad y donde podré estar a tu lado.
No me cuentes pero dime
No me cuentes tus problemas si no quieres soluciones. ¿Es tal vez sólo un desahogo? Lo acepto, pero el problema permanece y tú has hecho que ahora sea también mío. Por eso creo que a veces, si no queremos hablar de según que cosas, si no queremos soluciones ni consejos, deberíamos quedarnos callados, meditar, e intentar progresar en silencio o asumir nuestro pequeños problemas como eternos. No me cuentes entonces el problema si no quieres ayuda, pero dime que te ilusiona y que te alegra, dime que te hace sonreír y así podré intentar que tengas unos ratos felices. Guárdate tus problemas para ti si quieres ya que no aceptas lecciones ni consejos, lo asumo, lo tengo en cuenta, pero no repitamos la misma situación cada equis tiempo. Dime lo bonito, lo alegre, lo animado; sé que puede sonar egoísta pero no se puede ayudar al que no quiere ser ayudado. Así que no insistas y no me cuentes tus daños, ni tus fracasos, ni tus delirios, pero dime que te hace reír y lo compartiremos un rato. Dime que te hace ilusión, dime algo soñado que podamos intentar juntos y, si no hay más remedio, juntos tropezamos, pero lo habremos intentado. No me cuentes pero dime.
viernes, 15 de noviembre de 2024
La sombra
Siempre harás el amor con una sombra, me dijo el poeta. Porque la vida es el recuerdo que vives, susurró el filósofo. Y qué, les respondí yo. Si es con una sombra o con dos o con ninguna, pero por lo menos hago el amor. Y seguí viviendo, o recordando. Y amando, amando siempre. Amando siempre a la sombra que me acompaña a todas partes y, en la oscuridad, me susurra o respira profundamente, para hacerme sentir que sigue ahí, y que la siga amando. Y nunca dejé de hacerlo y el amor hizo su magia. La sombra adquirió color, tomó forma e incluso otra dimensión. Y ahora es la sombra que asombra y que sigo amando yo. La sombra comenzó a hablar, el color la hizo entrar en calor, y no solo el color, también el amor. La sombra adquirió tacto, un tacto supremo lleno de cariño y, con sus dedos, rozaba mi piel y dibujaba paisajes que me dejaban sin sentido. Gozaba con la sombra de tal forma que el éxtasis iluminaba nuestro entorno creando una aureola poderosa de amor y alegría que se expandía, cada día, cada instante, y cada movimiento nuestro, cada percepción, cada sentimiento, iban repletos de amor exuberante y, aunque parezca redundante, el amor supuraba a cada paso de la sombra, a cada paso mío a su lado. Y la sombra visitó a mis amigos más queridos y yo, que iba unido a ella, disfrutaba de todos sus encuentros como si fueran míos. Y ahora me acuerda con una sonrisa maravillosa del poeta: siempre harás el amor con una sombra.
Red de amor
Tejida con amigos de todo el mundo, con la esencia de la amistad y de la vida auténtica, hay una red de amor invisible que me envuelve, me protege y, sobre todo, que me quiere, que me da amor que llega hasta mí desde diferentes puntos del planeta. Incluso, es más, diría yo que hay amor que viene de otras dimensiones, de lo seres queridos que dejaron esta vida y, aunque abandonaron sus cuerpos, siguen manteniendo vivo el amor, porque el amor no muere nunca. Pienso en mi madre, en mi hermana, en Néstor, mi apreciado amigo de cuatro patas. Me llega amor desde El Caribe, de Brasil, de Argentina, de mi país y de muchos sitios más. Y ese amor a veces se materializa en visitas: amigos que vienen a verme, o yo que voy hacia ellos, o apariciones, sueños y recuerdos. La red de amor se sigue expandiendo y me lleva en volandas, me arropa y me reconforta en mi soledad que, gracias al poder de esta maravillosa red, es una soledad acompañada, una soledad de amor. Una vida auténtica.
La espera
Habíamos quedado pero ya has procrastinado tres veces la cita. Llegaré un poco más tarde. Me retrasaré algo más. Intentaré ir, aunque sea sólo para darte un beso. Es curioso, pero yo recibía los mensajes con alegría y la ilusión no la perdía, cierto espíritu de una esperanza poderosa me había abducido. Es más, vendrá, me decía todo el rato, cada mensaje, de alguna manera, lo certifica. Y seguía esperanzado con la sonrisa en los labios. Hice de todo mientras esperaba: leí, escribí, fregué los platos y, ahora que me doy cuenta, cada vez, cada cosa que hacía la hacía con menos ropa. Acabé desnudo y entonces llamaste a la puerta. Vaya forma de dar la bienvenida, dijiste. Vamos, desnúdate tú también, abrázame, dime lo que tengas que decirme pero con tus ojos y tus manos. Escribe con tus besos en mi cuerpo, cuéntame un relato y sabré que la espera valió la pena y que, lo nuestro, ha comenzado.
jueves, 14 de noviembre de 2024
El cine
Quedamos para ver una película. Tú pagaste las entradas y yo la bebida y las palomitas. Era nuestra primera cita. Estábamos ilusionados y también excitados. Entramos en la sala y, qué raro, estaba vacía. Los dos miramos el reloj a la vez pensando que habíamos llegado demasiado pronto pero era todo lo contrario, a los dos minutos se apagaron las luces y comenzó la película. Tu mano se entrelazó a la mía y yo, con la otra mano, comencé a acariciarte. Nos besamos. Después de cada beso nos sonrojábamos, pero cada vez eran los besos más largos. No hay nadie en la sala, me recordaste. Sí, dije yo, estamos nosotros. Nos quitamos la ropa con disimulo. Nos tumbamos en el suelo de la fila cuatro, ocupando el espacio de las butacas catorce, dieciseis y dieciocho. Oíamos una película pero sentíamos y vivíamos otra. Hicimos el amor lentamente mientras iban pasando las escenas en la pantalla. Habíamos elegido ver un drama, pero salimos del cine más contentos que nunca, comiendo palomitas, yo de tu mano y tú de la mía. A veces los dramas provocan alegrías, me dijiste, y carcajeamos a dúo calle arriba.
martes, 12 de noviembre de 2024
La visita
La esperaba. Había sido anunciada. Un amigo de internet iba a venir a verme. Está de vacaciones y ha decidido hacerme una entrevista. Fue verlo y sentir que lo conocía de toda la vida. Una alegría sincera me recorría. Hablamos, nos reímos, y vivimos lo más maravilloso del día. Creamos recuerdos en un presente distinto. Se llama Mauricio pero yo lo llamo Maravilloso Mauricio. Me habla y yo le interrumpo, pero no le importa. Yo le escucho con los ojos y le miro con el corazón. Lo más asombroso de la visita es que nuestros espíritus llevan entrelazados una eternidad y hoy lo hemos podido verificar. Me hace una entrevista maravillosa que dura más de lo previsto pero que se nos ha hecho muy corta. El tiempo pasa volando con Mauricio y nosotros flotamos en el tiempo y nos encontramos en un espacio imaginado, Kariñópolis, que toma forma en el espacio que habitamos y nos envuelve con la calma de la dicha sincera y armoniosa. El mundo a veces te regala encuentros fantásticos donde disfrutas de la compañía de seres maravillosos de los que no querrías separarte nunca. Cuando se iba nos hemos despedido y he abierto la puerta para que saliera de casa, pero a la vez, también entraba en mi corazón, para quedarse siempre, habitando un espacio ideal para un entrevistador fantástico llamado Maravilloso Mauricio.
lunes, 11 de noviembre de 2024
Muchas veces
He soñado que bailo contigo. Abrazados, lentamente, sintiendo tu corazón como si fuera mío, sintiéndome como un ser maravilloso con dos corazones. Bailamos agarrados, bien apretaditos, desnudos, sintiendo el roce continuo de nuestras pieles, empapándome de tu olor, probando con mis labios el sabor de tu cuello, respirándote con cada movimiento. Lo he soñado tantas veces que lo tengo memorizado. Mientras percibo la suavidad de tu piel también noto tu ternura y todo mi ser se revoluciona pues en este baile el amor asoma la esencia que seré y en lo que el amor me transforma. Muchas veces he bailado contigo en sueños, pero esos sueños forman parte de mi vida y de mi alegría. Y en ese baile soñado la semilla de mi amor ha aflorado, en medio del sueño he despertado y seguíamos bailando gracias a nuestro hado. Y es un baile tan especial que, al ser bailado, crea su música propia, y danzamos como en la inopia, extasiados, embelesados por nuestros movimientos, por el contacto, por la alegría de vivir bailando, amando. Muchas veces ha ocurrido, por eso sigo soñando, no sólo despierto, también dormido.
El camino de la alegría
Escuchamos con la máxima atención a nuestro sentir profundo, esa guía interior que nos habla con sinceridad y cariño, y nos aceptamos como somos. El camino de alegría no necesita la aprobación externa, solo nuestro amor y nuestra actitud para avanzar por ese camino. La alegría se construye a diario, con pequeñas cosas, es un camino que se hace paso a paso. Amor con desprendimiento y sin posesión, buscando el crecimiento del ser amado, una alegría compartida, la alegría del otro es también nuestra porque lo amamos. El camino de alegría es tan sencillo que parece complicado, porque en este mundo aturullado lo simple lo obviamos y tendemos a lo complicado. Dicen que amar sin esperar nada a cambio es una fantasía, pero yo opino que ahí está el meollo de la alegría. Lo más maravilloso es que te correspondan, pero no siempre ocurre, de ahí que debamos aceptar cómo somos, de desprendernos del ser amado, que jamás debe de ser usado para deleite propio. Si no hay alegría mutua no puede haber amor correspondido. El camino de alegría se compone de más cosas, de amigos, de libros, de aficiones que nos hacen crecer, que ensanchan nuestro espíritu, de compartir amor pero también dolor, de comprender, de ayudar, de hacer que el mundo sea un lugar mejor. En eso consiste la vida y el camino de la alegría.
domingo, 10 de noviembre de 2024
Animal metafísico
Convivo con uno. Es mi mascota. Su presencia apenas se nota, sobre todo cuando estoy sumido en cosas que ni siquiera a mí me importan, en sitios donde la vida me arrastra, donde la sociedad me arroja. Pero hay momentos en que me vuelvo hacia dentro, como si fuera un trozo de ropa, atemporal, reversible, y toda la seguridad supuesta en duda se torna. Entonces aparece mi mascota, se posa enfrente de mí, mi mira como a un idiota, y puede que tenga razón, así me siento feliz, en un mar de dudas donde un sol absurdo me reconforta. Y le digo al animal metafísico, mírate, qué sientes si ni siquiera sabes de dónde sale tu sombra. Luego nos quedamos en silencio. El pensamiento fluye y, mientras le miro, pienso en el amor, en que puede que sea lo mejor que tiene la vida, y mi mascota asiente, mientras me mira y esboza esa sonrisa silente. No sabes cómo te envidio, le digo, ahí tú siempre, cuando yo me voy, enseguida desapareces y, si vuelvo, siempre estás, justo donde te dejé, pensando en tus absurdeces. Que la vida no tiene sentido, que si hay algo después de la muerte, que la nada te embarga, que en la nada está todo y que todo es la nada que la imagina un loco. Pudiendo tener un perro, un gato, un canario, yo te tengo a ti, animal metafísico, al otro lado del espejo, con mi propio físico, cuestionándome. sonriéndome, contemplando las lágrimas que derramo al ver las tuyas que para mí son reclamo.
Más pensamiento crítico
Un chico en una pantalla que se ha hecho multimillonario diciendo estupideces para millones de seguidores, dice una más: que debo auto esclavizarme para conseguir el triunfo. Semejante tontería está cuajando en millones de jóvenes y no tan jóvenes que desean oír cosas nuevas o tal vez no tan nuevas pero dichas de otra manera. Que si tengo que dormir menos, adelante, que duerma sólo cinco horas. Que busque otro trabajo, porque con mi sueldo de mierda no me da para nada y el triunfo hay que mostrarlo, consiste más que nada en aparentar. Tengo que grabar vídeos en un buen coche, con una ropa informal y mala pero de una nueva marca muy cara. He de decir al mundo que gurú me hizo y en qué gurú me voy a convertir. Ahí fuera hay una masa estúpida que me va a reportar mucho dinero. Y ese chico estúpido, porque si dices estupideces, aunque tengas mucho dinero, no dejas de ser estúpido, tiene millones de seguidores. De hecho vive de ellos. Y recuerda más que un poco, un mucho, a los políticos que mienten y roban, que dicen que acabarán con los impuestos, pero que los aumentan porque sino de dónde roban. Políticos que tienen voceros en las redes y en los bares, periodistas comprados con dinero público, y sí, ese dinero viene de los impuestos que dicen que van a quitar, y esos voceros y periodistas corruptos argumentan, cuando se quedan sin argumentos, que todos los políticos son iguales. ¿Y entonces por qué no votan a esos políticos que critican siempre si todos son iguales? Manipular es una droga, cuanto más manipulas, más crees que la gente es terriblemente idiota. Hasta que llega una brisa de pensamiento crítico, después de una catástrofe, y a ti, político ladrón, ya nadie te vota.
El amor se da
Nunca pidas a los demás el amor que das pues dejará de ser amor. Tampoco busques un intercambio porque no se ama para que te den nada a cambio. En el amor no se exige ni se ata, al contrario, se libera. El amor es el vuelo, el vuelo del alma ligera. El amor es un espíritu que se entrelaza y un cuerpo que suelta las velas, que deja que la nave navegue, que el avión despegue y que el alma vuele. El amor se da y a veces vuelve. Gratifica ser correspondido pero es el amor cuando se da lo que te hace vivo. Dar amor no solo te hace sentir mejor sino que, poco a poco, te vas transformando en la propia esencia del amor. Y entonces percibes que tú no eliges, que es el amor el que decide, quien se queda y quien se va y que, la realidad, es que mucho no importa, que la felicidad está en quien el amor otorga. Como la belleza de la flor que a veces llega en el olor, otras en el color y otras en las formas, que no necesita hablar, ni pedir, que simplemente es feliz allí donde brota. Así es el amor que a quien lo da, le hace parecer del género idiota, pero desconfiad de la apariencia que no es ninguna ciencia, y el que el amor da posee virtud ignota, y el corazón crece, la boca se arquea, y los espíritus afines, al ver a dador, siempre se alegran. El amor siempre se da, con él nunca se comercia.
viernes, 8 de noviembre de 2024
Borboteando
Estoy tranquilo pero mi amor sigue borboteando, lo siento como un palpitar cósmico que se expande más allá de mí y, después de un viaje increíble, vuelve hasta mis tuétanos. Por eso, estés donde estés, puedo sentirte. La ternura de tu imagen solaza mi espíritu. Borboteando sigue el amor generando la música de mi vida, dibujando en cada poro las notas que relatan nuestro encuentro y propician nuestro baile supremo. Beso tu pezón izquierdo que marca el ritmo de mi cuerpo, mientras con caricias creo la melodía que tatuo en tu piel con tinta invisible de alegría. Un jadeo mudo se pasea por mi mente y, de repente, va flotando en una bolsa de aire caliente. Se multiplica con el roce y se exterioriza. Estalla la bolsa junto a tu boca y tu lengua humedece mi jadeo con pequeñas contorsiones y un ronroneo. No sé si sólo lo pienso, o lo vivo, o lo siento, pero es todo tan intenso que borboteando tengo a mi cuerpo. Tu sonrisa me abraza, tu abrazo me da cobijo y en tu piel estoy fundido. Y sigo tranquilo, borboteando, siempre contigo.
jueves, 7 de noviembre de 2024
Jardín de poemas
En un jardín de poemas, entre dos versos muy queridos, que siempre recito con amor y pasión, te encontré. Yacías desnudo, como tu alma, que enseguida pude ver. No me di cuenta de tu desnudez debido a tu elegancia natural, ya que estabas vestido con las lágrimas que una vez derramé debido a la emoción que esos versos provocaron en mi corazón, y mi espíritu se entrelazó al tuyo. La semilla de la amistad y del amor comenzó a crecer. Dialogaba con tu mirada donde, cada vez que te veía, entraba, chapoteba y nadaba hasta tu corazón. Allí tu ternura me daba todo el cariño que necesitaba. Casi no importaba que hablaras o estuvieras en silencio, solo importaba que me miraras, sentir tu presencia, que me pensaras en la distancia y, así, íbamos generando el amor con el que construiríamos un mundo mejor. Otro día, en el mismo jardín de poemas, soñé que vivía en un abrazo tuyo. Desperté, igual que el dinosaurio, y ahí seguía, entre tus brazos, recitándole a la vida, regando unos versos coloridos y perfumados con el llanto de mi alegría, emocionado, sí, emocionado de haberte encontrado, de haberte conocido, de imaginarte mucho antes, de haberte soñado desde niño, de sentir tu compañía incluso antes de haber nacido. Allí estabas, entre dos versos, sonriéndole a la vida, despertando mi alegría, haciéndome sentir que alguien me quería. Y ahora me doy cuenta de que en el jardín de poemas tú eras la poesía.
Las consecuencias
Todo tiene consecuencias. Una palabra mal dicha, un gesto involuntario, tal vez mecánico o puede que más natural que ninguno, pero qué más da, no todo lo natural es mejor que lo mecánico. Una mirada, una actuación, una no actuación, la pasividad de no hacer nada, lamentarse por lo que pudo haber sido y no es. Las consecuencias aparecen siempre aunque no nos demos cuenta. Por eso el amor es tan importante, porque la primera consecuencia es que nos sentimos mejor. Hacer las cosas bien no va a suponer que la vida te trate bien. La realidad es que somos nosotros los que tenemos que tratar bien a la vida a pesar de todo. No importa lo que nos pase, nuestra vida sigue siendo un tesoro. No importa un mal gobierno porque nos tenemos los unos a los otros, aunque sólo seamos unos pocos. Las consecuencias del amor son todas buenas. No podemos evitar el dolor, de una u otra forma aparecerá, pero con amor sabremos aceptar lo que venga. La primera lucha siempre es interna porque es ahí donde comienzan los cambios. Debemos amarnos a nosotros mismos para poder amar al de al lado, para amar al amigo, esté dónde esté, porque el amor no entiende de distancias sino de personas, de seres con alma, de actitudes que transforman, de esas consecuencias que serán las cosechas de nuestros actos de amor.
miércoles, 6 de noviembre de 2024
Sé que tu piel
Sé que tu piel me espera. Antes de verte, su fragancia vino a buscarme escondida en una brisa y me engatusó entre risas. Ese aroma que a mi vida asoma, esa sensación que su olor me provoca, cuando llega hasta mi boca y mis ojos, en blanco, son seducidos por todos tus encantos. Y mi mente iba imaginando. A veces creía que todo era un sueño, otro producto de mi imaginería, pero, un día, te vi. Vi tus ojos, tu mirada, tu cuerpo, y lo supe enseguida: eras tú el aroma que me seguía. Até cabos y mi corazón se desbordó de alegría. Sé que tu piel me habla todos los días desde la lejanía. En el lecho la oigo susurrar las cosas más bonitas que jamás había oído antes pronunciar. Sé que tu piel sabe a miel y mi lengua lo sabe también. No hay secretos en tu piel para las yemas de mis dedos, ni zona que no hayan recorrido mis labios que por tu cuerpo a besos pasean a diario. Sé que tu piel vibra con mi contacto y nuestro amor crece a diario. Fue tu fragancia la que encontró mi estancia para deleitarnos como dos niños jugando con el cariño, y el amor que nos une se va expandiendo y el mundo es cada vez más pequeño para achicar la distancia que nos separa y, ahora, mis manos tu piel alcanzan y todo vibra y me embarga tu fragancia y, mientras nos amamos, suena la música de nuestras vidas y nuestros cuerpos danzan.
Luz
La luz de tu mirada es amor puro. Cuando te miro a los ojos hay algo que me absorbe, es el cariño de un niño, es la bondad de un gran hombre, es la dulzura de una madre, su comprensión y su cariño, son los mimos del universo o, lo que es lo mismo, la magia de unos versos que construyen un gran poema, que me desnuda, que me viste, que me zarandea. Te miro y no soy el mismo, en tu mirada vuelo por el único abismo sin peligro, ando por el filo descalzo, vuelvo a ser un niño, jugando en tu corazón, al abrigo de tu amor que me envuelve y me hace ser mejor. La luz de tu mirada es el fuego que me enciende, que calienta pero no quema, que me hace sentir el sabor del deseo entre los labios y entre las piernas, y no importa las veces que la vea porque siempre que me absorbe tu mirada me encandila, me lleva al éxtasis de noche y de día, me embelesa, me obnubila. Te miro y me lleno de amor como una pila, me recargas, me das vida. Tu mirada es amiga de la mía, hay un brillo que comparten, un amor que generan, un mundo que crean con su luz cooperante. La luz de tu mirada es la puerta a tu corazón donde varias hadas nos desnudan y hacemos el amor, mirándonos con las manos, mirándonos con los besos, mirándonos con los poros, que se rozan y disfrutan, que sienten, que jadean y sonríen a la luz de tu mirada, amor.
lunes, 4 de noviembre de 2024
El riesgo
A veces creemos que lo mejor es no correr riesgos, que hay que ir poco a poco y con tiento y, si intuimos una pequeña posibilidad de algo turbio, de un ligero percance, mejor no ir, no hacer e incluso, casi casi, no pensar. Pero si no hay riesgo la vida es un fracaso. Por eso hay que vencer los miedos. ¿Me dirá que no, me dirá que sí? Prueba a ver qué pasa, adéntrate en la selva, piérdete en el bosque, busca a ese gnomo que creiste ver, o puede que solo lo soñaste, haz ese viaje aunque el último que hiciste saliera mal, no esperes a mañana teniendo el ahora, ámate como si no hubiera un mañana y lánzate a la aventura, por diminuta que sea. No decaigas ante un no, ni te ilusiones mucho con un sí, deja que las cosas sucedan y, de vez en cuando, decide, equivócate, eso es vivir. Cambia la forma de escribir, aunque sólo sea por una vez, o de pintar o de cantar, o de lo que quiera que hagas, descubre nuevas formas en ti. Date una oportunidad detrás de otra y que no te importe la derrota, porque la única derrota es no correr riesgos, no aventurarse. Tal vez la aventura esté en la otra habitación de tu casa o a miles de kilómetros, eso no importa. Arriésgate con la imaginación, con el pensamiento, con el amor. Vencido el miedo, el riesgo parece haber disminuido, y ese poder que, en un principio, nos parecía tan maligno, se ha desvanecido. Esa victoria al miedo es ya un éxito aunque nos encaminemos al fracaso. ¿Cómo saber qué va a pasar si no vamos, si no hacemos, si no decidimos algo? El riesgo es como una señal de stop de nuestro ánimo. Hemos de parar un instante, sopesar y seguir con la decisión que hayamos elegido. Y arrancar, despacio o rápido, pero sin miedo.
domingo, 3 de noviembre de 2024
No soy importante
Nunca lo fui y nunca lo seré. Soy un don nadie, uno más del montón, alguien sin ninguna pretensión. A lo mejor mis palabras, tal vez, puede ser, hayan tenido algún atisbo de importancia, pero permitidme que lo dude. Si eso ha pasado alguna vez, seguro que esas mismas palabras fueran dichas antes por alguien. Todo está dicho ya, no hacemos más que repetirnos. Repetimos lo que leemos, lo que oímos, quién sabe por qué, porque nos gusta tal vez, porque somos seres repetidos que ya estuvimos antes, con el mismo rostro incluso, porque los genes son como las palabras, también se repiten. Si miras fotos del pasado descubres tu rostro o uno similar en ellas. Siempre, pasa siempre. Nos extraña porque nos creemos únicos; esto también pasa siempre. Nos creemos originales y estamos más repetidos que los días, somos un lunes cualquiera en el que nunca pasa nada, nada original, claro, aunque nosotros creamos que así sea. Pero aunque no sea original, aunque sólo sea una burda copia sin importancia, soy un ser que nada en la abundancia de lo común, que se viste con vulgaridad y hace cosas normales, como convivir con un cúmulo de anormales que pretenden diferenciarse del resto, que se creen mejores por ser pretenciosos y traidores, por humillar y mandar, por llevar una corona y pisar un manto de flores. No, no soy importante, ni mis palabras lo son, y mis actos, ¿qué decir de mis actos? Similares a los de mis progenitores por los que fui educado, actos infantiles que casi no recuerdo, actos rebeldes de adolescencia y juventud, de una rebeldía de pacotilla o de bolsillo para, después, con el paso del tiempo, formar parte de un montón enorme de personas que pasan desapercibidas para los importantes. Y como no soy importante amo, como un grano de arena que contribuye para ser playa pero que si falta, no pasa nada, nadie se dará cuenta, mi presencia no altera nada y con mi ausencia, nada cambia. Ese es el valor de mi importancia.
El refugio
Todo el mundo tiene como mínimo un refugio. Yo tengo unos cuantos. Tu mirada es uno de los refugios que me encantan, pues es profundo, acogedor y hay un brillo especial que me envuelve y me hace sentir mejor. Escucharte también es un refugio, saber de ti, oír tus preocupaciones y tus alegrías; hacerme amigo de tus diferencias, no para que sean mías, sino para entenderte, para comprender esa hermosa personalidad que te da vida. Un refugio son tus silencios, tus besos, tus abrazos donde pasaría toda la vida. Pensar en ti es ya un refugio, soñar contigo, revivir algo tuyo, imaginarte, fantasear con tu mundo. Hay otros refugio que, tarde o temprano, me acaban remitiendo a ti, como la música o la lectura, el teatro o la pintura. Tumbado en la cama, esos instantes antes de una siesta, donde recapacito, hago un pequeño examen de conciencia y, las sombras del techo, como si fuera una ciencia, me transportan por un mundo de ensoñaciones en donde estás tú en todos los rincones de mi pensamiento. Entonces el refugio se expande, el refugio es el mundo y tú un gigante que me sonríe y me acaricia desde cualquier parte. El refugio son tus labios arqueados, esos mismos labios pegados a los míos, tus labios susurrándome una linda canción mientras mi cara descansa en tu pecho y oigo tu corazón, el gran refugio que sus puertas me abrió el día que te regalé mi amor.
sábado, 2 de noviembre de 2024
Redención final
Comparto con ciertos pesimistas filosóficos que este mundo, aún siendo rematadamente malo, es el mejor de los posibles. Porque dentro del horror, del hambre, de la corrupción y del dolor, hay siempre amor, solidaridad, empatía y alegría. Por eso nuestras acciones son tan importantes aunque nos parezcan nimias, individuales o, incluso, poca cosa. Todo esfuerzo que hagamos por mejorar el mundo, por pequeño que sea, nos encamina hacia la redención final. El amor nos acompaña en el sufrimiento y el dolor, en el malestar diario. Una frase de ánimo, un saludo cordial, un deseo sincero de prosperidad, un abrazo, sea del tipo que sea, fraterno, materno, amoroso, filial, incluso un abrazo entre dos desconocidos que, unidos por ese esfuerzo de mejora, intercambian energías, vibraciones, esencias espirituales y amorosas que transformarán el mundo en lo que tiene que ser, volver a ser ese paraíso perdido, enterrado por el capitalismo parasitario que destruye todo lo que toca. Por eso todas nuestras acciones cuentan y todas deben ir encaminadas a esa redención final que, a lo mejor, puede que sea ese sentido vital que andamos buscando en esta absurda vida que nos zarandea a diario. Amar, cooperar, empatizar, ser solidario y, casi diría yo que lo más importante, no dañar, no transformarnos en lo que siempre criticamos, no sucumbir al sistema, no ser una pieza más del capital que abotarga y aborrega, y brillar en este mundo de sombras horrendas hasta producir en cooperación un sol que vuelva a salir para contemplar la redención final que nos espera.
Tengo un tesoro
Hay un cofre en mi corazón y una réplica idéntica en mi cabeza. Allí guardo todas las sonrisas que me han dedicado, todas las que cambiaron mi ánimo, también todas las carcajadas sinceras que provocaron lágrimas de alegría y, esas lágrimas felices están en una estantería, en pequeñas botellas de colores, archivadas como esencias mágicas junto a las fotos de todos mis amores: mi madre, mi perro y mis amigos, los mejores. También están esos pequeños detalles que te regala la vida, en esos días donde todo parece monotonía y, sin saber cómo, aparece alguien, como si fuera el sol de tus rutinas, que te ilumina, que te muestra su interés, que te escucha, que te admira, y te lanza pequeños rayos de alegría para que se difumine tu monotonía. Guardo también los bailes y las canciones, con mi hermana, con mi madre, incluso con Néstor mi perro, que dios los guarde, si quiere, que yo ya los tengo en mi corazón viviendo hace un montón, acompañándome en mi soledad que no es tal, porque cada vez que los pienso me siento fenomenal. En el centro del cofre están todos los besos de amor que me dieron, todas las caricias que me hicieron sentir amado, todos los abrazos que me hicieron sentir seguro, a gusto y feliz. Y no sólo están los besos, caricias y abrazos físicos, sino también los que mandé por carta, mensaje o por teléfono, incluso los que solo pensé o soñé en una fría noche de invierno, y también, como no, los que imaginé cuando anduve por el infierno. Guardo las miradas que me sostuvieron, que me desnudaron, esas miradas donde nuestros espíritus se entrelazaron, miradas en las que pude nadar hasta llegar a tu lado. Todo eso y algo más es mi tesoro.
viernes, 1 de noviembre de 2024
Lo natural
Es lo más maravillosamente hermoso. Cuando encuentras las cosas, los actos naturales, cuando te acostumbras a los saludos, al interés de tus amigos por tu vida, a que te cuenten la suya, te parece todo tan natural que muchas veces no lo apreciamos como es debido. Lo natural es mágico. Y sí, lo natural en esta vida es amar, cooperar, contribuir a la armonía del universo con nuestras acciones. Lo natural es aceptar lo que viene y lo que se va. Aceptar que vinimos solos y así nos iremos, pero asumir que, aunque nos vayamos solos, debemos irnos llenos de amor, sabiendo que lo hemos propagado por el mundo. Lo natural te pone en sintonía con el universo: la sonrisa de un desconocido, la mirada de un perro que nunca has visto pero que se alegra de verte, sentirte a cada instante solo por el hecho de conocerte, añorar tus abrazos a pesar de no haberte dado todavía ninguno. Porque lo natural a veces es extraño, otras mágico y otras, como ha ocurrido tantas veces, pasa desapercibido y solo te acuerdas cuando lo has perdido. Lo natural es amar a mis amigos, y eso hago aunque no estén conmigo. Porque la naturaleza crea conexiones invisibles, une espíritus, nos hace compartir pasiones e ilusiones, incluso sueños donde acrecentamos nuestras relaciones. Seamos naturales entonces.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)