Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
martes, 21 de enero de 2025
La inteligencia del corazón
Hay muchos tipos de inteligencia en la mente pero siempre que hablamos de ellas las aglomeramos todas en una. Luego está la inteligencia del corazón. El sentir se corresponde con unos valores que no capta la mente sino la sensibilidad y es ahí donde reside la inteligencia del corazón. Una intuición sentida, querida o amada porque es producto del amor verdadero. Y con amor verdadero no me refiero al amor hacia una sola persona, sino a un amor libre de toda sospecha, que no necesita correspondencia para su existencia. La inteligencia del corazón sabe que los corazones tienen alas que muchas veces no se extienden porque están encapsuladas en cuerpos que oprimen, en mentes dominadas por un entorno hostil llamado sociedad capitalista de turno. La inteligencia del corazón me dice que el amor me libera y mi espíritu vuela dando paz a mi cuerpo atosigado por un sistema que agoniza y desespera. Cultivar la inteligencia del corazón nos hace más humanos. Cuando lloro lo hago con serenidad y, cuando llega la hora de una situación dolorosa, la asumo con toda la paz y calma posibles. Por eso amar es siempre la respuesta. El amor no nos libra del dolor pero lo hace más llevadero, con paz en el espíritu y serenidad en el ánimo. Y con las alegrías la intensidad se multiplica. Los recuerdos de amor vuelven no solo como recuerdos sino que cobran vida, no son un recuerdo cualquiera, es una experiencia que continúa alegrándonos la vida. La inteligencia del corazón es intuitiva y permite ver sin ojos, oír sin oídos, tocar sin manos y sin labios, pero sentir con la misma satisfacción del que tiene el cuerpo amado entre sus brazos.
lunes, 20 de enero de 2025
A veces intento
Pensar en para qué escribo, en si hay que escribir para alguien o solo escribiendo para mí, de alguna manera, ya lo hago para todos. Enfrento la página en blanco ya desde mi cabeza. Allí, en mi pensamiento, hay un cielo nublado que, nada más pensar en escribir, hace que se diluyan todas las nubes. Es un cielo incoloro, sin ruido, sin pájaros, sin contaminación. Luego aparece una lágrima, una chispa, un resto de algo que provoca el comienzo de todo. Cualquier cosa puede incitar a escribir la primera palabra y, si lo pienso bien, es siempre el mismo susurro, la misma voz. Una voz que me dicta, que me dice este es el tema, el no tema, y también me dice que no tema, que escriba sin importar si alguien me entiende, si esto va a alguna parte. Solo que escriba, que me libere del nudo interno, que deshaga este ovillo enredado que está obturando mi espíritu. A veces intento escribir con cierto sentido, pero es todo tan absurdo, empezando por la vida misma. Seres que salen de otros seres, con una existencia que se repite una y mil veces, los problemas de siempre, gente que crece y se hace vieja y entonces ya sabe cómo va todo, justo cuando se tiene que ir. Eso ocurre con la mayoría. A veces intento calmarme y agarro un boli, una pluma, un teclado y escribo. Dejo que mis dedos respiren, que dejen su huella de alguna manera con un cúmulo de letras que son bonitas, que suenan bien, que puede que digan algo, o puede que no, que te lo tengas que decir tú al leerlas, que tengas que pensar en lo que hay entre líneas, que sonrías con una frase y te agobies con la siguiente, que tengas ganas de desnudarte al leerme y que recibas mi amor sin tenerme. A veces intento amarte entre dos palabras, justo cuando te quedas parado mientras me estás leyendo. Oculto en un significado voy a tu encuentro, salto a tu pecho, beso tu ombligo, esa frase que lees te provoca un gemido, ya ves que soy yo, cariño, te digo en la siguiente frase que entra en tu boca como una lengua danzarina. A veces intento que todo sea más sencillo.
domingo, 19 de enero de 2025
Siempre la misma historia
Es gracioso ver a un niño esconderse detrás de las palmas de sus manos. Sin embargo, es muy triste ver lo mismo en un adulto. Los dos quieren huir de algo más grande que ellos, pero las palmas de las manos de un adulto suelen ser el auto engaño. Una botella de alcohol, una tragaperras o un casino, negarse a construir su destino, querer luchar contra lo que no se puede y no hacer nada contra lo que si. Siempre la misma historia. Nos repetimos tanto que todo vuelve. Cambian las caras, las personas, pero los actos son los mismos. No puedo evitar sentir tristeza al ver mis defectos de cuando tenía veinte años en personas de cuarenta o cincuenta. Puede que yo no viera la tristeza de los demás cuando tenía veinte años; de eso me percato ahora. Por eso intento ponerme un manto de empatía, inhalar amor y escuchar con paciencia. Pero el signo de los tiempos no quiere consejos, solo soluciones, y, a ser posible, soluciones mágicas. Pero no existen. Para cambiar hace falta fuerza de voluntad. Que te amen no lo resuelve todo, a veces no resuelve nada, porque si no nos queremos a nosotros mismos de nada sirve que nos quieran. Y, aunque no nos demos cuenta, tampoco podremos querer en condiciones. Siempre es la misma historia, mucho estrés y un yo que todo lo entorpece, un ego que sobra porque estorba. Y con las palmas de las manos delante de mis ojos lloro y también sonrío. No sé de dónde viene está incipiente alegría y retiro las manos aunque duela ver, pero siempre es mejor saber de donde viene el dolor y arreglarlo. Atajar el problema de frente y no soslayarlo, retirar las alfombras y dejar de auto engañarnos. E intentar devolver el amor que nos está llegando, aceptar el cambio, soltar amarras y levad el ancla, y salid a navegar hacia la transformación que nos está esperando. Y saludar a una historia diferente distinta a la de siempre.
Estado de revolución permanente
Así debería de ser nuestra existencia. Para ello tenemos que usar el mejor motor de todos: el amor. La transformación está en el cariño que demos. Nunca había sido tan revolucionario el amor como ahora por eso el estado de revolución debe ser permanente. La transformación está en pleno proceso, interno y externo, y el amor se expande transformando todo lo que toca. A veces no lo percibimos enseguida, cuesta darse cuenta de los cambios hasta que recibimos alegrías insospechadas, respuestas de cariño que no esperábamos, sentimos el chisporroteo del amor que surge aparentemente de la nada, pero, en realidad, viene de lejos, ha brotado de una semilla plantada, de una buena actitud demostrada. El amor nos sana, nos purifica. nos alegra el camino y transforma nuestro destino. Y para que todo esto funcione es necesario el estado de revolución permanente, no solo en momentos creativos sino también en los ratos íntimos en los que estoy contigo, en los que te pienso y siento, en los que te sueño y disfruto cada minuto como si fuera el último segundo de mi existencia. Sin miedo, con empatía, sin competencia y con alegría, así es el amor en el estado de revolución permanente, transformando a la gente con la que entra en contacto, haciendo de cada instante un acto revolucionario, y la vida se transforma, se transgreden las normas inoperantes, se crean nuevos conceptos mucho más válidos que los de antes. La amistad se llena de amor, la creación se llena de amor, nuestra vida es un campo en flor, y este aroma sincero se propaga por el mundo entero. El estado de revolución permanente está en todos los pequeños actos cotidianos, purifica el ambiente, supura amor y nos transforma en hermanos dispuestos a cooperar en este juego diario de llenar todo de amor, de hacer un planeta humano.
sábado, 18 de enero de 2025
Ese pequeño dolor
Todas mis penas se han aglomerado en uno de mis hombros y siento ese pequeño dolor punzante. Todas las penas del mundo juntas en una parte reducida de mí. Ese pequeño dolor me recuerda que, a pesar de lo que yo piense o crea, no soy libre. Que a pesar de votar no elijo, que la democracia es un fraude y que la paz o la humanidad no existen. ¿Pero puede todo eso acumularse en uno solo de mis hombros? El dolor es primo hermano del amor y nosotros el envoltorio que los transporta. No importa el amor que des o recibas, un día, la vida, dejara dolor en alguna zona de tu cuerpo. El médico dice que es consecuencia del trabajo, pero a mí me duele el genocidio. El médico insiste en que es un dolor muscular y de las articulaciones, pero yo siento latigazos de fascismo e hinchazones de capitalismo. Eso no puede ser, dice el médico. ¿Y cómo lo sabes? Eliminemos el capitalismo de mi vida y veamos a ver si me curo. El médico sonríe pero piensa que se me ha ido la cabeza. A mí me ocurre algo parecido o viceversa, no sonrío debido a las molestias del hombro y pienso que su cabeza no llega a donde la mía llegó. Ese pequeño dolor no lo cura un fármaco. Ese pequeño dolor y todos los dolores los cura el amor. Uno de tus besos me haría sentir mejor. Si yo hiciera la receta, anotaría en ella muchos besos, dejar el trabajo, duchas de agua calienta, a ser posibles compartidas con la persona querida, menos capitalismo y más cooperación, eliminación de todas las guerras del mundo, que en realidad es una, la tercera guerra mundial que está dispersada y lleva décadas en funcionamiento. ¿Pero qué receta es esa más rara?, comenta el médico. Creo que te has vuelto majara. Ahora soy yo el que sonríe y le dice al doctor, vaya, creo que me encuentro mucho mejor, no quiero pastillas ni jarabes, solo alguien que con su amor me salve.
viernes, 17 de enero de 2025
La oscuridad que me guía
Siempre pensamos que es la luz la madre de todo, así nos lo han dicho siempre. Pero yo estoy convencido de que la claridad, por lo menos en el pensamiento, viene del sitio más oscuro. Y en el amor ocurre lo mismo. Imaginad un beso con la persona amada, aunque sea en medio de una playa y con mucho sol, la maravilla del beso está en la oscuridad, en esos ojos cerrados que denotan confianza plena, en la explosión del sentimiento amoroso que recorre nuestro cuerpo y, como si estuviésemos en el espacio más oscuro, flotando, nuestras manos van rozando las estrellas en la piel del ser amado, todo con los ojos cerrados pero viendo al amor, cara a cara, sintiendo su esencia en todos los poros. Y la oscuridad guía mis dedos por ese manto estelar placentero del otro, dos galaxias de vida que se abrazan, dos lenguas que no se ven pero que se entrelazan. Dos almas que siempre creí invisibles pero que en realidad son oscuras, profundas, que se alimentan del amor que se expande en esta habitación a oscuras donde los gemidos eléctricos crean chispazos que chisporrotean en nuestros corazones. Y en este amor que no vemos pero que sentimos, nos fundimos. La oscuridad me guía siempre hacia ti. Cuando no estás, me desnudo, entro en mi cama, quito las luces y, lo que hace un momento era almohada, es tu cuerpo latiendo con nuestras piernas cruzadas, es tu aliento en mi boca y mi mano en tu nalga, es mi lengua que se alarga hasta que tu pezón roza, es tu ombligo que me embarga y me seduce y me susurra al oído, entra al universo querido, y de cabeza y por tu ombligo, llego hasta ti, cariño. Y en lo más oscuro gozamos del amor más puro.
jueves, 16 de enero de 2025
Cuando los muertos ya no duelen
Creo que debo explicarme. Los muertos siempre duelen al principio, a veces, incluso hasta la mitad, pero llega un momento, no sé por qué razón, en que uno se hace amigos de los muertos. Confraternizo con ellos, converso de igual a igual, al fin y al cabo, tarde o temprano estaré muerto y ellos también estuvieron vivos. Tenemos muchas coincidencias. Y esas conversaciones con los muertos me ayudan a llevar una vida mejor. Vivo solo pero no me siento solo. Están los muertos familiares, los muertos amistosos, los muertos de los cuales leo su obra, así que tengo conversaciones literarias, filosóficas y también del día a día. Son conversaciones muy diferentes, algunas son con palabras, otras con sensaciones o intercambiamos sentimientos o esas otras que no sabría explicar muy bien, pero así son los muertos, que te dicen las cosas a su manera, sin decir, sin abrir la boca, pero las entiendes perfectamente. Es parecido a esas miradas con un gran amigo o con la persona que amas, que no hace falta decir nada para entenderlo todo. Por eso, esos muertos que dolieron en su día ahora son otra cosa, son alegría compartida, son la vida del día a día, son compañía. Y estoy sentado solo, meditando o no, haciendo un pequeño descanso después de estudiar o leer o fregar los platos, y encuentro una conexión que no había visto hace un rato, y aparece un muerto en uno de mis recuerdos saludando ostensiblemente con las manos y nos carcajeamos un rato, y mis problemas se diluyen, incluso se me ha ido ese pequeño dolor del brazo.
Flores que se abren solo una vez
Eso es lo que somos, flores que se abren solo una vez. Tenemos una existencia y podemos abrirnos o pasar desapecibidos. Yo he decidido abrirme, vivir con plenitud, sin miedo, dando amor y expandiéndolo y, como los árboles, crear una red de comunicación a través de unas raíces particulares de cariño y amor. Tejiendo un nuevo concepto de amistad amorosa a través de la palabra, el pensamiento y el espíritu. Soy una flor que se abre una sola vez y después pasará a ser partícula de amor y recuerdo amoroso en la memoria colectiva. Dibujo mi camino con la fragancia amorosa que capto de mis maravillosos amigos queridos. Formamos una gran pradera colorida en esta vida, flores grandes y pequeñas, flores robustas y tiernas, flores abiertas compartiendo sus fragancias, llenando de alegría esta vida de cooperación requerida. Somos las mejores flores del mundo pues nos movemos por él en diferentes dimensiones, generamos ilusiones, fantaseamos con el amor futuro que, aunque no vemos llegar, y se haga duro, pronto, muy pronto aparecerá. Pues el amor lanza su vibración al espacio donde se conecta con otros seres y se entra en una dulce sintonía de alegría que, tanto solo como en compañía, nos hace disfrutar de la vida. Flores que se abren solo una vez pero que su amor permenece para siempre.
miércoles, 15 de enero de 2025
Garabateándote
A tu lado todo se hace eterno, por eso me encantan los rodeos, no ir al grano, dar unas vueltas primero, echar un ojo, meditar un rato, garabatearte con los dedos y con besos esporádicos, con miradas de reojo u observándote cuando estás despistado. Te desnudo con la vista y, en mi pensamiento, te garabateo, puedo sentir primero el amor que te daré luego. Siento que tú también lo sientes, sonríes, te mueves con un ligero contoneo y, todos tus movimientos, se transforman en tu garabateo. Me seduce verte así y lanzo unos besos al aire que tú agarras al vuelo. Simulas comértelos y masticarlos, dices que saben a caramelo, mientras te vas quitando la ropa, la misma ropa que mi vista te quito hace unos minutos. Te cimbreas para mí y me rozas con tu cuerpo. Todos mis pelos se erizan, tu danza resucita a un muerto. Comenzamos con garabatos de risa, esas pequeñas cosquillas que nos van animando hasta que comienzo a dibujar garabatos con mi lengua en esa piel que se contonea. Garabateándote entro en trance y hacemos el amor como dos fieras. Nuestros cuerpos quedan fundidos en un abrazo que vela nuestros sueños. Tu duermes y yo me hago el dormido, y mis dedos siguen garabateándote con caricias para que tú tengas los sueños más lindos.
martes, 14 de enero de 2025
No contaba con ello
Caminaba por la vida despistado. Intentando descubrir cosas, pero me dijeron que disfrutara un poco, aunque el placer es engañoso. La sociedad me decía, por aquí, por aquí, y por ahí no era. Después de varios cabezazos contra la pared, varios cientos, para qué engañarnos, yo también me dí cuenta. Un día comencé a sentir el vacío, así que fui llenándome de cosas. Un poquito de aquí, otro de allá, y apareciste tú, y surgió el amor. No contaba con ello. Hay momentos en que solo contamos desgracias y no contamos nada bueno. Pero apareciste tú. Y no podía dar crédito. Creí que ya no iba a pasarme nada parecido, que los tiempos de amor habían prescrito. Me equivoqué y no contaba con ello. Y el amor inundó mi cuerpo. No sé quién puso la semilla pero ahora hay un jardín entero que se expande por el universo. Si he de ser sincero, no contaba con ello. Escribí un libro de amor, hice ramos de tus sonrisas, coleccioné experiencias y sueños, imaginé experiencias que luego experimenté, soñé sueños que más tarde viví. No contaba con ello, me parecía imposible y, ahora, todos los imposibles eran predecibles, las ilusiones realidades y los sueños materiales de mi memoria. Apareciste tú y mi vida empezó a dar vueltas como una noria, pero nada se repetía, exclusivamente la alegría. Y el amor, por raro que parezca, iba creciendo todos los días. No contaba con ello pero ya nada me sorprendía porque un día apareciste tú y ahora siento que has estado siempre en mi vida.
lunes, 13 de enero de 2025
No hay forma precisa de decirlo
Puedo decir te amo pero no sé qué vas a entender tú. Me gustaría contemplarte, decirte cosas que hicieran brotar, primero tu sonrisa y después tu carcajada. Dar largos paseos a ninguna parte contigo, estar debajo de una higuera contemplando el cielo, en silencio, meditando, rozándonos con los dedos. Enjabonar tu cuerpo desnudo, lavarte los pies, secártelos, darles un masaje con una crema hidratante, mesar tu barba, despeinarte. Leer a tu lado mientras tú haces lo mismo o cualquier otra cosa, no importa, pero a tu lado. Ver como comes lo que te he preparado. Oír tus ronquidos y tus pedos. Prepararte un caldo, una infusión, una ensalada y un gazpacho. Viajar por tu pensamiento, hacer escala en tus sueños, veranear en tus abrazos. Quisiera dormir en tus besos, recostar mi mejilla en tu pecho y, mientras duermes, lamer suavemente tus pezones. Quiero tenerte en todos los rincones, no solo de la casa, sino también de mi vida. Quiero que seas mi alegría, bueno, ya lo eres. Ver cuadros junto a ti, disfrutar del cine y del teatro. Comer algo dulce, algo barato, algo salado y algo bien caro. Poner mil caras en un espejo y reírnos como mojigatos. Compartir la intimidad, la amistad y compartir todo el rato. No hay una forma precisa de decirlo, vivir en ti, contigo, a tu lado, encima tuyo o debajo. Sentir tu presencia al respirar, verte nada más despertar y dormirme entre tus brazos. Pensarlo todo contigo, soñar que estamos pegados, por algo invisible y bonito y que nada puede separarnos. No sé cómo decirlo, no puedo precisarlo. Sé que me has entendido, por eso te amo tanto.
Los pájaros
Amor mío, mis manos son los pájaros que van a desnudarte con la mayor de las delicadezas mientras alegran a tus oídos con sus cantos. Y con la suavidad de sus plumas van a tocarte para que yo pueda sentirte, para darte un pequeño placer y otro muy grande, el de alegrarte. Mis manos son los pájaros que te llevarán volando a cualquier parte o a ninguna, pues en el mismo sitio, contigo, tendré mil y una aventuras, haremos un nido, retozaremos en él y, allí, oiremos cantar los pájaros también. No sólo los pajaros de mis manos sino también los de nuestras cabezas y en el cielo, con su vuelo, formarán figuras, mientras nosotros, completamente desnudos y felices, por tenernos mutuamente, haremos diabluras. Mis pájaros en tu pecho, los tuyos en mis caderas, las yemas de mis dedos cantando en todos tus poros y la sedosidad de tu cariño forrando todo mi entorno. Un gran pájaro me llevará a tus sueños donde nos fundiremos. Otro pájaro nos despertará y abriremos los ojos para comprobar que, aún estando tan pegados en este abrazo tan gustoso, kilos y kilos de amor caben entre nosotros. Ahora te canto al oído con los pájaros de mi corazón. Y nuestro nido, lleno de plumas de amor, aposentado en una nube de cariño, nos vuelve a transformar en niños para poder jugar nuestro amor.
domingo, 12 de enero de 2025
Ya nada es como antes, pero se le parece bastante
Lees un rato en una pantalla. Te masturbas en una videoconferencia. Intentas distraerte un poco, desconectar, y, estando solo en casa, comienzas a hablar con la foto de una persona muerta. Vas al trabajo, donde las herramientas tienen más espacio que las personas. Estás cambiándote en un vestuario incómodo que, cuando llueve, gotea el techo y, cuando hace frío, también gotea del aparato de aire caliente que apenas calienta. Todos los días oyes las mismas conversaciones y estupideces de tus compañeros esparce bulos, hablando mal de las mujeres, de los extranjeros, de los homosexuales, de las paguitas y de Venezuela y alabando a ese imperio que no tiene dinero ni para bomberos pero sí para bombas. Te quieres informar y la televisión miente, la radio miente, la prensa miente, la gente miente en los bares y en la calle, pues son la gente que repite lo que dice la tele, la radio y la prensa. Hay alguien que te abofetea pero te dice que te besa. Hay alguien que te viola pero te dice que te ama. Hay alguien que te dice que trabajar es una lotería pero tú te sientes esclavizado. Sales a la calle para tomar el aire. Oyes como gritan gol, alguien te mancha de cerveza, una moto pasa a toda hostia y salpica de grasa tu camiseta. Democracia plena, le llaman.
Máquinas que son como hombres
Trabajé en una fábrica de producción en cadena. No sé por qué me acuerdo ahora de ello, sí, ahora mismo que voy en bici a mi otro trabajo que nada tiene que ver, o eso creo. Y veo coches por diferentes carriles, unos van y otros vienen; por las aceras, gente que camina con prisa y otros que esperan dando pequeños botecitos porque hace frío. Y todos los días son los mismos coches, bicis y gente. Si un día falla uno, al día siguiente lo reponen. ¿Ocurrirá eso conmigo? Seguro. Por qué iba a ser yo distinto. Tal vez porque yo me he dado cuenta de que nos tratan como máquinas que son hombres. Nos dicen que es el sistema que, a muchos nos parece malo, pero nosotros estamos dentro de él. Puede que ya estén dominando las máquinas pues son ellas las que hacen los trabajos más sencillos y también son las mejor cuidadas. No hay una bolsa de parados entre las máquinas, pero sí entre los hombres, entre las máquinas que son como hombres, cada vez más esclavizados, con menos tiempo, con un sueldo menor, pero orgullosos de ser máquinas que son como hombres porque hay algo en su interior que les hace creerse mejor, que pueden elegir, que son reyes de la creación. Toda la vida creyendo que el día que se rebelaran las máquinas nos mandaría un tostador o una aspiradora, pero ese día será cuando se rebelen las máquinas que son como hombres. El día que nos rebelemos nosotros.
Esto
Estoy en casa solo. Las cosas aparecen y desaparecen. Cierro las persianas pero las paredes se licuan y veo otro mundo. Esto no te lo esperabas. No estoy durmiendo y no es un sueño. No busques una explicación porque no la tiene. Es como un genocidio, por mucho que te digan o intenten manipularte, no tiene ningún sentido lo mires por donde lo mires. Nuestras creencias son así de absurdas, podemos creer en la mayor tontería, y argumentaremos, si es que se le puede decir así, con la cosa más estúpida, como la fe, la magia, poderes extrasensoriales, los dioses del pasado o lo que nos venga en gana en ese momento. Estoy solo en casa y pienso en cómo nace una creencia, si son de verdad producto del aburrimiento o algo se rompe en el espacio tiempo y, como las paredes que se licuan y vemos otro mundo, sea maravilloso o nauseabundo, o solo las tenemos para darnos pìsto, para ser distintos, para salirnos de lo común y ser los más listos. Y da la casualidad de que este mundo que aparece tras las paredes licuadas lo he creado yo. Tal vez tenga una imaginación tan poderosa que lo imaginado se materializa como cualquier cosa que sale de una impresora tridimensional, y lo que vi en mi cabeza cobra vida solo porque creí en ello. Siempre me dijeron que vigilara mis palabras y también mis pensamientos, pero nunca creí que fuera porque iba a ocurrir esto.
Dar forma al mundo
La felicidad no se compra, eso es otra cosa. El mundo nos está haciendo creer cosas que no son ciertas por eso tenemos la obligación de dar forma al mundo. No debemos aceptarlo tal como es, nuestra obligación es moldearlo. Nuestra actitud, nuestro pensamiento, nuestras palabras, son las manos que pueden hacerlo. Y la fuerza, la esencia, lo necesario para conseguirlo, sin duda, es el amor. Pero este amor ha de ir acompañado de empatía, cooperación, imaginación y todos los amigos maravillosos que sea posible. Porque cambiando y mejorando nosotros solos podemos cambiar el mundo, pero para darle forma, necesitamos a más gente estupenda. Para dar forma al mundo debemos expandir nuestro amor, que llegue a todos los rincones del mundo. Para ello tenemos que alegrarnos del bienestar de nuestros amigos, estén donde estén, apoyarlos, hacerles saber lo hermosos que son y que forman parte de nuestro corazón. Así, cuando los vemos sonreír, aunque sea en una foto, su alegría también es nuestra porque compartirmos el amor de la amistad. Y el mundo tiene la forma maravillosa que le hemos estando dando, cada día, cada instante en el que compartimos alegrías, en el que sentimos la felicidad ajena como propia. Porque el amor nos hace estar en todos los corazones queridos y, juntos, dar forma al mundo.
viernes, 10 de enero de 2025
Camino por tus sueños
Voy dando un paseo, sin hacer ruido. Contemplo tus sueños desde una esquina, detrás de una cortina, agazapado entre dos nubes de Morfeo. Quisiera tenerte a mi lado en el lecho pero, de momento, camino por tus sueños, con eso me contento. Veo como sonríes, pero también veo tus miedos y tus pesadillas y, entonces, dejo mi cariño para diluirlas. Camino por tus sueños como camina un niño alegre yendo al colegio, sabiendo que va a aprender y a jugar con sus amigos, sabiendo que va a crear nuevos mundos en unos pocos segundos. Porque si existe algún dios, ese es el niño, creador de aventuras, el niño que se eterniza e insiste en ser niño en un cuerpo adulto, pero, cuando camino por tus sueños, vuelvo a ir en pantalón corto, con costras en las rodillas, heridas de mil aventuras y de grandes caídas, que se olvidan en cuanto compartimos las sonrisas. Camino por tus sueños pensando en mil y una caricias, en compartir las albricias y el amor que me desborda el corazón. Y hoy, mientras caminaba, pensé que podría tumbarme, y eso hice. Y me dispuse a dormirme, sí, a dormir en tu sueño y así, cuando despertara, despertáramos juntos e hiciéramos real el sueño con el que siempre he caminado por los tuyos.
Todo el mundo quiere una historia mejor
El ser humano es así, por muy bien que te vayan las cosas siempre quieres que te vayan mejor y, por muy mal que te estén yendo siempre hay otra persona que está peor. Nuestro drama es uno más y no es comparable. Lo mismo que nuestra satisfacción. Las personas muy pobres son felices con casi nada y las personas muy ricas están tristes con casi todo. Sin embargo todos queremos tener más dinero a pesar de que eso sea la solución para muy pocas cosas y, además, genere muchísimos más problemas. La competitividad del sistema está agonizando pero nos están manipulando para que siga jodiéndonos la vida. La cooperación no tiene buena prensa porque los medios son competitivos y manipuladores. El amor no cotiza en bolsa pero es la mayor riqueza del universo. ¿De verdad quieres una historia mejor? Zambúllete en el amor, no lo pienses más. Coopera, canta, baila, crea, disfruta de la amistad verdadera, aprende de la naturaleza, medita, lee, escucha música, ámate a ti mismo, ese es el único mecanismo de una vida placentera y feliz. No toleres el mal, piensa antes de actuar, crea con amor todo lo que haga falta para tu bienestar. Todo el mundo quiere una historia mejor pero muy pocos hacen algo por conseguirla. Despierta y salta de la rueda del sistema que te atrofia siempre de la misma manera. Aún estás a tiempo. El amor te espera.
jueves, 9 de enero de 2025
Realidad
La realidad se construye amando. Lo demás es perdida de tiempo, rutina, desesperación. Cualquier acto cobra sentido, se hace real, al introducir el amor. Por eso nuestra realidad cambia cuando aparece un nuevo amor. No es que todo sea distinto, sino que lo monótono se ha hecho maravilloso. Por eso siempre se ha dicho que la actitud importa. Una actitud amorosa transforma cualquier cosa. Una conversación de ascensor, sobre el tiempo, parece que está nublado, dicen que va a a salir el sol o posiblemente nieve, quién sabe, puede llegar a ser orgasmática. El amor nos deja en una calma chicha placentera donde el silencio cobra vida, la mirada acaricia, la caricia suspende el tiempo y el beso se eterniza. Y los pensamientos se hacen espacio y un viento de sentimientos sopla lento pero contento, y cualquiera diría que todo fluye pero el amor se aposenta, recubre toda tu piel y cada poro tiene un sabor pero todos saben a ti. Te cubro con un manto de besos, sonríen tus ojos, sonríen tus labios, suspiras efluvios que con los míos entran en contacto y podemos ver que nuestras almas se están entrelazando y es entonces cuando aparece la realidad de la que hablo, la realidad que se construye amando.
Porque te conocí
Mi vida se ha llenado de ti. Sueño a veces que estoy desnudo en la oscuridad sin estrellas, rodeado de un silencio que petrifica. No sé qué significa y entonces pienso en por qué te conocí. Quién estableció el contacto y si eso verdaderamente importa. Y en el sueño, igual que en la vida despierta, todo se llena de ti. Pero en el sueño no hay ansiedad, todo está en calma, oigo una música interna que me transporta a tu encuentro. Yo soy el tuétano y tu el hueso. En la vida despierta hay luz, ruido, mi vida está llena de ti pero nada es lo mismo. Sólo cuando encuentro la calma obtengo la sensación del sueño en la oscuridad, donde contemplo un cielo vacío para la vista pero lleno para el corazón pues todo está lleno de sensación que no necesita a los ojos, sólo imaginación. Y con ella voy creando los colores, los sonidos y también las flores. El gusto de la fruta fresca, el sabor del beso recién hecho, la caricia que acaba de salir del horno del sentimiento y el abrazo que pinto con mi cuerpo. Porque te conocí mi vida dió un vuelco y el amor chisporrotea a mi vera, se transforma en vibración, en energía placentera. Y en las arrugas de las sábanas veo la firma de tus nalgas y como tu zigzagueante costado reverbera un arcoíris que busca la ventana y se refleja en los tejados. Porque te conocí, no solo el amor, sino la imaginación se ha desbocado. Tu presencia ha generado un mundo que me tiene ilusionado. Te huelo en la brisa, te siento en la lluvia. Camino moviéndote pues, como dije, tú eres el hueso, y me transportas con el cariño y la seguridad que nunca pude imaginar pero que ahora vivo como algo natural.
miércoles, 8 de enero de 2025
Ridículo
Puede que hablar siempre de amor sea ridículo. Que lo apropiado sea ser moderno, rudo, arrogante, machote y distante, qué sé yo. Hablar del cariño, dar caricias y querer recibir besos puede resultar ñoño, pero qué coño, a mí me la trae al pairo. Ya no estoy para sentir vergüenza por mis sentimientos, ni por mi forma de ser. No tengo que aparentar nada, no tengo que ser lo que quieras ver. El amor es la esencia de todo y, si a alguien le parece ridículo, pues soy ridículo, lo asumo, no me importa. Y creo que más que asumirlo he perdido ya el sentido del ridículo. Si quiero bailar, bailo y, si mis movimientos te avergüenzan es asunto tuyo porque yo bailo con amor y, mejor o peor, me muevo con todo el cariño, con el desparpajo de un niño que crea el mundo con cada uno de sus movimientos, que crea un juego cada segundo, así de ridículo soy, que escribo poemas que no riman y párrafos llenos de rimas, pero todo con amor, con amor que a ti me arrima. Y con este amor que avergüenza, vergonzante y vergonzoso, me siento todo gozoso de expresarlo como quiero, y como quiero te quiero, y este baile risueño y dicharachero te lo muestro todo entero, aquí, en este y todos mis textos, pues entre las palabras de amor bailo y así siento que beso tus labios.
Reaprender a mirar
Este debería ser uno de los propósitos de todos los comienzos de año. Es en realidad la máxima del filósofo. Descartes reaprendió a mirar dudando de todo. Pero también es la máxima del científico, de todo aquel que quiera descubrir algo, incluido, como no, el amor. Reaprender a mirar, sí, para no ver solo deseo, o solo sexo, para descubrir el amor en los pequeños detalles en los que nunca pensamos que podría cobijarse. Reaprender a mirar el mundo, no solo con los ojos, ni a través de la manipulación ni de nuestras apetencias, aprender a mirar con el corazón, reaprender a mirar con un pensamiento crítico. Intento llevarlo a la práctica a diario. Reaprender a mirar para no cometer los errores que los demás realizaron, para saber encontrar los nuestros y dejar de tolerarlos solo porque son propios. Reaprender a mirarnos a nosotros mismos, volver a nacer a diario para tener siempre la posibilidad de corregirnos, para amar más y mejor, para ser distintos. Reaprender a mirar a los amigos íntimos como si fuéramos otra vez niños y jugar con ellos a crear un mundo nuevo lleno de sonrisas y caricias, de abrazos sanadores y de un humor magnífico que nos induzca a ser mejores.
martes, 7 de enero de 2025
Entré en tu mirada
Y me bañé en tus ojos. Buceando llegué hasta tu corazón y allí me busqué. Volví a tus ojos y me deslicé por tus pensamientos y allí me busqué. Una nube de colores entre dos pensamientos, enseguida supe que era tu imaginación y allí me busqué. Salí de tu mirada para poder abrazarte y tus besos sabían a arte. En tu piel dejé mi impronta con mis dedos para el día que me buscara en tus poros encontrarme en todos. En tu mirada había luz y sombra porque tu mirada era un todo. Pasé la noche agarrado a tus pezones y el día acurrucado en tu ombligo. Un día nos separamos pero tú estabas en todas mis palabras; te pensaba, te decía, te escribía, te cantaba y te pronunciaba, y tu arte sabía a besos, a los besos que yo quiero darte. Entré en tu mirada un día y creí que por ahí también saldría, pero, ay, cuánta alegría, en tu mirada uno se eterniza. Y yo que firmé en todos tus poros, que libé la esencia de tus labios, que absorbí el alma de tu encanto, que probé las mieles de tu sexo y el dulce sabor de tus halagos, entré en tu mirada y dejé mi amor que allí se sigue cultivando. Y cuando tú sonríes se arquean mis labios, y si la felicidad en mi brota tú también la notas, porque entrar en tu mirada es ser todo y nada. Y desde entonces nuestra alegría está en sintonía y nuestras almas, entrelazadas.
lunes, 6 de enero de 2025
Lo que la noche piensa
Hay una historia que quiero contarte que aún no ha ocurrido. Desnúdate y deslízate entre las sábanas. Abrázate a la almohada y piensa en el amor. La acaricias y ya no notas la funda de la almohada sino la piel del ser amado. Lo que la noche piensa es que todo puede ocurrir e incluso en la soledad puedes estar a su lado. Abres la boca y sientes sus besos, varios susurros recorren tu cuello y una mano pasa por tu pecho. Un abrazo reconfortante de un cuerpo que ha cogido forma en la oscuridad de la noche pensante. Piensas que sueñas pero aún no te has dormido, piensas que sueñas y besas mi ombligo. Lo que la noche piensa es lo que te enseña el amor. Déjate llevar, disfruta del encanto, entrelacemos los cuerpos, hagamos realidad la ilusión de amarnos. Oigo tus jadeos, el calor de tu boca y el crepitar de tu cuerpo. Tu piel sucumbe a mis dedos, vibran todos mis pelos. El placer nos contorsiona y, entre los gemidos, el amor se asoma. Lo que piensa la noche es que no existe lo imposible, por eso veo en la oscuridad tu sonrisa brillar. Nada se ha iluminado pues tengo los ojos cerrados pero mis manos en tu cintura y mis labios junto a tus labios. Lo que piensa la noche es cuánto amor nos estaos dando.
Abandonado a tu suerte
Dicen que toda historia tiene su desierto donde cada uno es abandonado a su suerte. Otros dicen que la suerte no existe. Pero entiendo el sentido del abandono, sea o no con suerte. Los momentos cruciales de la vida exigen decisiones solitarias, pensamientos, meditaciones. Puede que el desierto no tenga arena ni haya oasis, que ese desierto esté en una gran ciudad y tú estés rodeado de una multitud que no te ve porque ya ni tú mismo te sientes. Pero yo soy de los que cree que la suerte no existe, así que me abandono a mi amor. Mucho mejor, pienso. Porque estando solo si te abandonas al amor te sientes reconfortado, se recarga tu energía, esa que dicen que somos, y el amor que contienes se empieza a expandir. Así que abandonado a mi amor suelto el polen como una flor, con toda la pasión, con la ilusión hecha hecho, y voy recorriendo el trecho que va de mi corazón a tu corazón. Esta historia ha tenido sus momentos difíciles, pero fue una gran idea abandonarse al amor, la mejor. Se han creado conexiones que unen los corazones a pesar de la distancia, conexiones que generan nuevas ilusiones. Y el amor es transportado por los hados, diluyendo las distancias y, amigos que están a miles de kilómetros, los siento como si estuvieran al lado. Las maravillas imaginadas van tomando forma y, rompiendo con todas las normas, el amor van consiguiendo imposibles. Y no es que haya cambiado mi suerte, no, solo se trata de que ha crecido el amor.
domingo, 5 de enero de 2025
Polen
Quiero ser el polen que liben de tu flor, esa esencia genuina que te hace sentir mejor. Y ese polen no es otro que el amor. Porque el amor es algo vivo, por lo menos el que yo siento contigo. Y en tu corazón lo dejo y emite como un reflejo que se puede ver desde lejos, no con los ojos sino con algo mejor, con el alma y el corazón. Y como el amor no es egoísta se transforma en ese polen altruista que se esparce y llega hasta otros seres, así, el amor que yo dejé tu lo prestaste y sentí que lo diste y ahora está en todas partes y el campo de flores de la vida está llenando de sonrisas la primavera que comenzó amándote. Parte de mí hay en el amor que das y parte tuya en el amor que tengo y sigo repartiendo, y este polen es tan sabio y tan viajero que vuelve a nosotros después de haber recorrido el mundo entero. Y así el brillo de nuestras miradas, tus sonrisas de caramelo, las guirnaldas en el pelo, los abrazos que nos dimos, todo, todo lo vemos, en los vecinos, en los hermanos y en los amigos. Puedo reconocer nuestro polen incluso en muchos textos que leo. Así es la magia del amor verdadero. Quiero ser el polen que liben de tu flor y tú el pétalo de mis deseos. Y entrelazados por un destino de amor viajando siempre por el universo.
La sonrisa detrás del llanto
Todos sentimos dolor, algunas veces con razón y otras infundado. El sistema nos lleva por derroteros insospechados, nos manipula, nos hace adictos, nos dice qué es tradición y qué habito, y nosotros caemos en la trampa y después vienen los llantos. A mí no me importa qué tipo de llanto sea, pero siempre busco la sonrisa que hay detrás. Me di cuenta en mi soledad. Llorando muertes y desdichas. El llanto debe ser natural, para limpiar los ojos y poco más. Enseguida hemos de sonreír y, si no podemos solos, buscar a un amigo que toque nuestro punto feliz. Un abrazo sanador que nos haga sentir mejor y, como colofón, tal vez unas pocas cosquillas, por si la sonrisa que hay detrás del llanto se resiste a salir. Por eso en los entierros termino contando chistes. Primero todos lloramos y nos sentimos tristes, luego se hace un silencio y, más tarde, vienen los chistes. Y así despedimos al muerto con unas sonrisas. He visto a gente sufrir mucho más que yo y, a pesar de todo, seguir sonriendo. Por eso no me regodeo en mi llanto sino en la risa porque así mi mal espanto. Por eso siempre busco la sonrisa detrás del llanto.
Queridos reyes magos
Sé que no existís pero hoy quiero tentar a la magia, quiero volver a ser un niño y por eso escribo esta carta. De pequeño os escribí muchas y nunca me hicistéis caso pues todas las comenzaba pidiendo la paz mundial. Mi madre me enseñó que no debía ser egoísta, por eso pedía más cosas para los demás que para mí. Casi nunca llegaba lo que había pedido. Yo no entendía que siempre me trajerais ropa, calcetines, jerséis y, un año, al verme además de confundido, desilusionado, mi madre me dijo que me traíais lo que más necesitaba. Una vez pedí hermanos pequeños y me llegaron dos sobrinos; yo lo achaqué al cúmulo de pedidos que tenéis y, esos pequeños errores, no me importaban, porque, al fin y al cabo, habían llegado cosas similares. Y fui creciendo y seguí creyendo en vosotros. Mi familia no daba crédito a que aún siguiera creyendo en estos cuentos, pero a mis hermanos mayores les iba muy bien porque así podían pedir cosas ellos también. Un día hubo una discusión en el colegio. Unos decían que los reyes eran los padres y yo insistía en que no era cierto. Cuando llegué a casa expliqué lo que había pasado, hablando y dando mis argumentos. Todos me miraron atónitos, no podían creer que yo aún siguiera creyendo, con casi once años, y mi hermana mayor me lo explicó todo. Todo dió un vuelco en mi vida. ¿En cuántas cosas más me habían mentido? ¿Era el niño Jesús otra falacia? ¿Seguro que yo formaba parte de esa familia o me habían secuestrado o adoptado y también me lo ocultaban? La mentira se transformó en algo elástico, se podía estirar en el tiempo todo lo que el mentiroso quisiese. Mi hermana, la pobre, me lo explicó lo mejor que pudo, me habló de la ilusión, de que era muy bonito que yo aún siguiera teniéndola, tan mayor ya, que todos mis hermanos se habían enterado antes que yo. Y ahora que soy bastante mayor, y además republicano, me he decido a escribir solo para deciros una cosa: dejad de lanzar caramelos al aire y entregad a los niños libros en la mano.
sábado, 4 de enero de 2025
Tenía que ocurrir
Siempre me han dicho que soy un soñador, que me hago muchas ilusiones, que me desborda la imaginación y, también siempre, terminan diciéndome que ya soy muy mayor para tantas tonterías, que debería poner los pies en la tierra y asumir la realidad, como si la realidad fuera una auténtica mierda. Que, a veces, lo es, no hay duda, pero muchas otras no, y yo me quedo con las veces en que no lo es. ¿Y qué es lo que tenía que ocurrir? Que las ilusiones se vayan haciendo realidad, que los sueños se cumplan, que lo imaginado se haga posible. Cuando era un niño soñaba con tener amigos en todo el mundo y ahora puedo decir que los tengo. No son muchos, pero son una realidad palpable. Ya de adolescente soñé con ser escritor, siempre me gustó leer y escribir, aunque publicar libros lo veía como algo lejano e inalcanzable, pero el tiempo me convenció de que todo era posible y ya he publicado varios. Luego construí un mundo donde se desborda el amor y se expande entre todas las amistades. Quise aprender tocar un instrumento y lo hice, quise estudiar filosofía y lo estoy haciendo, soñé con viajar por el mundo y, poco a poco, se va cumpliendo y, lo que antaño parecía imposible hoy es un recuerdo más en mi memoria. Y sigo soñando y generando nuevas ilusiones, imaginado nuevos imposibles y amando más allá de los límites.
Lo que la vida te ha dado
Un día, no sabes por qué, lo que la vida te ha dado viene y se planta delante de ti. No me refiero a cosas materiales sino a momentos muy comunes y sencillos pero entrañables. Sonrisas de agradecimiento llenas de amor, instantes con inmejorable compañía que se eternizan, ilusiones y sueños compartidos, momentos de silencio maravillosos donde las miradas hablan y se entregan a la fruición, instantes de soledad con el corazón y el pensamiento llenos de compañía. Ese juego que te inventaste en una tarde que se presumía aburrida y que se ha quedado a vivir en tu memoria durante toda la vida. Pequeñas frases que me dijo mi madre y que me llenaron de placer y alegría; las carcajadas de mi hermana; las vueltas que daba Néstor en la puerta de casa justo después del último paseo del día, como diciendo, ¡ya estamos en casa! Todas esa pequeñas alegrías que la vida te ha dado llegan juntas como un regalo, como un recordatorio, como un aviso, con ganas de animarte y pidiéndote que sigas acumulando más momentos auténticos para añadir a esta colección de detalles vitales que perduran en el tiempo, que se agarran al recuerdo y, cada cierto tiempo, se hacen presentes, vuelven solo para saludar, para mostrarte lo bueno que es vivir y compartir, amar y cooperar. Un día la memoria hace renacer todo lo maravilloso, miles de pequeños detalles, las cosquillas de la vida me gusta decir a mí, las caricias del destino, los besos del universo reverberando en un espacio sin tiempo, la alegría de vivir un sueño.
viernes, 3 de enero de 2025
Habitantes del pensamiento
En mi vida diaria no puedo evitar que aparezcan los habitantes del pensamiento. Estando en el trabajo, hablando con gente de cualquier cosa, estudiando en casa solo, recordando a los muertos, no importa la situación en la que me encuentre, tarde o temprano los habitantes del pensamiento aparecen. Son las que personas que amo que, no contentas con habitar mi corazón, se dan baños en mis pensamientos. Al principio era una sensación extraña porque lo recibía como una pequeña invasión en mi vida íntima y silenciosa. Pero ahora, más que acostumbrado, creo que es algo fantástico pues he perfeccionado esta experiencia. Puedo incluir los sentidos en el pensamiento, tener conversaciones con los habitantes, rozarlos con mis dedos, jugar al amor mientras se bañan en mis pensamientos. Muchas veces me introduzco tanto en mi mundo interior que, las personas que me ven, dudan de mi cordura, pues me ven sonreír o con gestos de placer en mi rostro. He adquirido una fama de ser un gran distraído y algunos me han bautizado como el filósofo de las musarañas. Casi es mejor así, pienso, porque si explicara los habitantes de mi pensamiento y todo lo que me ocurre puede que no me miraran con los mismos ojos. Mi pensamiento se ha transformado en una gran ciudad, puede que un mundo, más que ideal, idóneo para una persona solitaria como yo. En mi pensamiento hay una multitud de gente maravillosa que se asombran conmigo, que comparten la risa y también las caricias, personas fantásticas con las que mantengo estupendas conversaciones silenciosas que hacen de mi vida algo único. Amo a todos y cada uno de los habitantes de mi pensamiento.
jueves, 2 de enero de 2025
Lo que nos define
Son las pequeñas respuestas en los actos cotidianos, lo que pensamos y, mucho menos, lo que decimos. Todos construimos un personaje, nuestra sociedad requiere de apariencias. La mayoría entiende por persona educada a una que usa mucho por favor y gracias; pero la educación no es sólo eso. Nuestros gestos y nuestros hechos deben ser educados también. Desde pequeños deberíamos tener una asignatura del amor y otra de la cooperación. El mundo sería bastante diferente. Unos pequeños cambios en nuestra sociedad y todo sería distinto. Eliminar competencia y adquirir cooperación. Hacer un cóctel de envidia, odio e indiferencia y cambiarlo por otro de amor. Disfrutar de la lectura en un parque soleado o a la sombra. Alrededor de una hoguera y rodeado de amigos en una noche estrellada disfrutar de las narraciones reales o inventadas. Estas pequeñas cosas serían clave para una hermosa transformación. Siempre han estado entre mis sueños y, todo lo que puedo hacer solo, lo llevo a la práctica. Por eso leo y narro y, cuando estoy con alguien más intento cooperar. Al principio es difícil, no estamos acostumbrados, pero con el tiempo, acaba transformándose en un habito y se torna sencillo. Lo que nos define está en el corazón, ahí reside la semilla del amor que hemos de potenciar y regar con nuestro actos para que se expanda entre nuestros amigos y crezca el cariño, se multipliquen los abrazos y volvamos a ser niños.
miércoles, 1 de enero de 2025
Año nuevo
Vida nueva. Se ha dicho siempre. Anoche comí un poco más de la cuenta, bueno, no solo anoche, cada día estoy un pelín más gordo, es lo que tiene la soltería y la soledad. Pero hoy, día de año nuevo, me levanté muy ligero. Me desperecé en la cama que, no sé por qué, parecía mucho más grande. Me di cuenta al intentar levantarme. Tuve que rodar varias veces, como una croqueta, hasta llegar a uno de sus límites, y eso me hizo gracia al principio pero luego me sobresaltó. Me llevé las manos a la cabeza y una mata frondosa de pelo contactó con ellas. ¿Qué estaba pasando? Hace años que perdí el pelo, no todo, pero sí mucho, de dónde había salido tanto pelo, ¿puede crecer así en una sola noche? Me dirigí al baño por el pasillo que, para mi asombro, se estaba alargando demasiado. Me lavé la cara y me quedé contemplando el espejo como si mirara a través de una ventana, pues no era mi baño el que se reflejaba ni tampoco mi cara, por lo menos no la que yo recordaba. Miré el estómago de mi reflejo, atlético, con los músculos ligeramente marcados. ¿Dónde estaba mi barriga que cada día acariciaba, de la que me sentía orgulloso y que tanto me costaba alimentarla y llenarla? Más pelo, sin barriga, una casa más grande y, ah, una cosa que no he citado aún, ya no tenía canas, mi pelo era castaño, tirando a rubio, como cuando era joven y el año nuevo me había quitado por lo menos entre treinta o cuarenta años. Debería de estar soñando, pero me fui a la cocina a desayunar algo y allí había tres niños sonriendo y comiendo y diciendo feliz año papá, después de leer un rato iremos al parque como nos prometiste ¿verdad?. Sonreía mientras le acariciaba el pelo a uno de ellos, el más pequeño, y dije sí, lo prometido es deuda. Año nuevo vida nueva. ¿Qué otra cosa podía hacer?
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