
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
viernes, 31 de mayo de 2024
La esponja
Supongo que habréis oído hablar de 'La metamorfosis' de kafka, donde el protagonista un día se va a dormir y se despierta siendo un escarabajo. A mí me ha pasado algo parecido y ahora soy una esponja. Conservo la forma humana, pero, sentimentalmente y en casi cualquier tipo de relación, soy una esponja. Absorbo todo, me empapo y, en mi interior, ocurren una serie de cosas: el dolor ajeno se transforma en amor, en solución, adquiere la forma de pequeño consejo; escucho a la gente, sobre todo a la querida, descubro sus heridas, sus debilidades, y las amo, porque las hago mías. La hipersensibilidad que antaño era un problema ahora se ha transformado en una de mis alegrías. La revolución del amor me asombra con sus virguerías y, ahora, al ser esponja, absorbo la desesperanza y la transformo en alegría. Busco el brillo feliz en los ojos de mis amigos y, no les digo lo que quieren oír, sino que mis palabras van llenas del amor que merecen, porque, de una u otra forma, todos debemos ser amados. No hay amigos sin amor, ni amor sin dolor, pero, al ser esponja, transformo para mejor. Busco la palabra idónea, la abrazo, la beso, la lleno de amor, y la mando al amigo como si fuera una flor, un regalo, un presente, algo que se siente, que nos abraza y reconforta, con cierta música incorporada, tocada por un grupo de invisibles hadas, que acarician las pieles de las personas amadas. Soy la esponja que limpia tu corazón, la esponja de la revolución, la que te incita al amor, te lo ofrece, te guía, y te hace sentir mejor.
La anomalía
Conocer gente. Primero digitalmente; tal vez, no lo aseguro, físicamente. Hay una norma no escrita para según qué personas. Debes relacionarte más, me dicen. El sexo no es amor, pero debes practicarlo con más frecuencia. Haz como las abejas, pica un poco aquí, un poco allá, disfruta de la vida. Les oyes hablar y parece todo tan natural, tan razonable, que, por un instante, crees que esas personas no tienen ningún problema, ni con las relaciones, ni con los sentimientos; casi, casi, con nada. Pero luego los vas conociendo mejor y todo son problemas. De todas formas, un día, te convencen. Has escuchado tanto sus discursos que han calado en ti. Y decides conocer a gente. Y piensas, voy a disfrutar de la vida. Pero nada es como tu creías, ni siquiera como ellos te decían. Conoces a personas digitalmente y, parece algo improbable e imposible, pero te enamoras. Te dicen que eso no es amor, que no puede ser. Pero tú sabes que formas parte de la anomalía. Siempre hay una excepción, y te tocó a ti, vida mía. Decides conocer a una persona físicamente, todo el mundo lo hace. Haz amigos, ten sexo, disfruta y a por el siguiente. Resuena en la cabeza esta melodía que parecía tan cierta antes de convertirse en anomalía. Conozco a personas, las abrazo, digital o físicamente y, he de ser sincero, no me pasa con todas, pero hay tanta gente maravillosa, que amo a muchas personas. Eso no es amor, me dice gente que asegura que el amor les ha hecho tanto daño que no volverán a caer en la trampa. El amor puede doler, pero te curte y jamás puede uno darle la espalda porque es lo más maravilloso de la vida. El amor es mi anomalía.
jueves, 30 de mayo de 2024
La sintonía de mi madre
Tardé mucho tiempo en descubrir que mi madre nos mantenía en sintonía, sobre todo a mi padre. Era ese tipo de persona con la que se discutía con sonrisas. Cuando ella murió mi padre ya no fue el mismo, perdió la frecuencia, su sintonizador se había ido. Mi madre era ese tipo de persona que hacía cosas invisibles y maravillosas. Sentir su presencia me llenaba el alma. Le podía decir cualquier cosa, aunque no lo hice siempre. Le oculté algo importante de mi vida que, como era normal, acabo intuyendo, deduciéndolo en mi forma de hablar sobre algunos temas. Era una esponja para el sufrimiento ajeno, todo lo que dolía a sus hijos le dolía a ella y terminaba arreglándolo. Cuando no había solución se la inventaba, te hacía unas croquetas impresionantes, un arroz asombroso, cualquier cosa que te distraía del dolor, que te hacía sentir mejor. En cada rincón de la casa podías sentir sus ojos, su corazón, su alma. Por eso ahora tengo la casa llena de sus fotos y, cuando algo me ocurre, pienso, qué haría mi madre y, enseguida, vuelvo a entrar en sintonía con la vida. Preparo una buena comida, bailo y canto mientras cocino, miro su retrato, y creo que el ojo me guiña. Y me contagia su sonrisa.
Predispuesto a sonreír
Todos los días se sufre un poco. A mí me gustaría aburrirme, pero no me da tiempo. Sufro, lloro de alegría, disfruto de la vida, sonrío y, cuando no lo hago, estoy predispuesto a hacerlo. Y así se me pasa el día. Lo más bonito es ver las sonrisas de los amigos, el brillo de felicidad en sus ojos, el amor que sale por sus poros y llega hasta mí en chiribitas invisibles que absorbo con el corazón y me hacen sentir mejor. El cariño con que me hablan, la ternura que me dedican, me da la vida. Por eso siempre estoy dispuesto a sonreír, aunque surjan lágrimas mientras sonría, porque si eso pasa, serán de alegría. Hay una conexión secreta entre las sonrisas que refuerza nuestras vidas. Cuando un amigo sonríe mi piel siente una caricia, mis pelos se electrifican, se mueven como un oleaje de placer movido por una brisa que genera cada sonrisa. Y, a veces, sin saber por qué, entre tanta alegria y tanta sonrisa, surge una carcajada como si nada y todo mi cuerpo se armoniza, la vida se vuelve maravilla, y siguen llegando sonrisas que, para mí, son del alma las cosquillas. Por eso estoy predispuesto, por mí, por ellos y, tal vez, por el mundo entero.
miércoles, 29 de mayo de 2024
Condiciones y concesiones
Cuando sólo impones condiciones y no hay ninguna mención a pequeñas concesiones, no es una relación sana y mucho menos una relación basada en el amor. Es más una transacción comercial capitalista, ese maldito capitalismo que lo ha invadido todo, relaciones, sentimientos, identidades. Una transacción hecha con cuerpos y sentimientos. Sin darnos cuenta, a veces, caemos en la trampa. Por eso hay que analizarse, cuestionárselo todo. Por qué amo lo que amo, amo a quién amo, de qué manera amo y, lo primordial, eso que llamo amor ¿lo es realmente o es otra cosa? Ahora se estila mucho salirse de lo general, de la aparente norma, crear cada uno su singularidad, sentirse diferente. Pero hay tanto diferente que, sin querer, se vuelven a generalizar. Se buscan nombres distintos para terminar nombrando lo mismo. Y los sentimientos lo que mejor entienden es el amor natural, sin modernas parafernalias. Por eso hay que llegar a acuerdos y ahí entran las concesiones, la empatía, la construcción de un amor común no fundamentado exclusivamente en deseos ni en condiciones impuestas por una originalidad absurda llena de palabrería vacua donde se pudre el sentimiento. El capitalismo dice yo primero, a mi manera, mis condiciones, que se me quiera como soy, sin hacer miramientos, sin hacer concesiones, y al que no le guste que se pierda. Pero la revolución del amor va a terminar con toda esta mierda. Permanezcan sintonizados a la frecuencia amorosa de sus pantallas. Hasta el próximo vídeo, corazones. La revolución del amor sigue en marcha.
martes, 28 de mayo de 2024
Estados mentales, perspectivas y una revolución
En esta vida hay muchas cosas maravillosas. Estudiando filosofía de la mente, aunque digamos todos que la hierba es verde, puede ser que alguno la experimente como rosa pero haya aprendido a llamar verde a su experiencia. Así que podríamos creer estar de acuerdo cuando estamos experimentando cosas bien distintas. Ahora cambiar la hierba por una relación y verde por amor. La cosa se complica. Todo es cuestión de perspectiva, dicen. Descartes nos trajo el pienso luego existo y absolutizamos el pensamiento. Del antropocentrismo pasamos al yo-centrismo. Murió Dios pero divinizamos nuestra conciencia. Ahora deberíamos aunar las perspectivas, empatizar, comprender al otro, amarlo. Y aquí es donde entra la revolución, esa, famosa ya, revolución del amor que tanto me gusta nombrar. Ponerse en el lugar del otro nos parece difícil, pero, si lo amamos, vale la pena el esfuerzo. Aparentemente solo podemos tener acceso a nuestras mentes de una forma directa. Aunque esto que voy a decir ahora no se ha estudiado todavía, yo creo que con el amor sí se puede. Una de las características esenciales del amor es que derriba barreras, ni siquiera hace falta hablar el mismo idioma para amar. Aunque sí es verdad que cuando amas surge un entendimiento profundo que obvia el lenguaje. El amor me hace ver a través del brillo de la mirada de la persona amada que voy por el buen camino, que mi destino es esta revolución del amor porque voy a cambiar el mundo a través de los corazones y, con todos estos amorosos revolucionarios, lo vamos a conseguir.
Deseo y amor
Pueden ir unidos, pero hay que saber diferenciarlos. Ves un cuerpo bonito, te atrae, eso es deseo. El amor es conocimiento, es confianza, puede incluir el deseo aunque no es indispensable. Por eso se suele decir que el amor es una construcción, es una relación que necesita cimientos, deseas empaparte del otro, conocerlo, ayudarlo, estar a su disposición, compartir, compartirlo todo, incluido el dolor y el sufrimiento. Y aquí surge un dilema con otras dos palabras, querer y amar. Para mí son similares pero no todo el mundo las usa de la misma manera, hay gente que dice que amar es más que querer, por eso es bueno definir los conceptos antes. Cuando le digo a alguien que le quiero no estoy hablando de apetitos, por lo menos no exclusivamente. Si sólo hay apetito sexual, no es amor ni tampoco querer, es deseo. Pero a medida que vas profundizando en el conocimiento de alguien, puede aparecer el amor. En mi experiencia personal ocurre así. Quiero y amo a personas con las que no he tenido sexo. El amor no se reduce a la pareja o a las relaciones íntimas y personales. El amor surge también con las amistades. Por eso hay que saber diferenciar a amigos de personas con las que realizas actividades: beber, bailar, salir. Todo el mundo necesita compañía, pero esa compañía no significa ni que sean amigos ni que te amen. El tiempo te lo va mostrando. Gente con la que te relacionabas mucho hace unos años y ahora no los ves nunca y, posiblemente, no los veas nunca más, no son amigos. Porque los amigos son para siempre, desde que aparecen en tu vida hasta la eternidad. La amistad es sempiterna, tiene principio pero no tiene final. Por eso amo a mis amigos.
lunes, 27 de mayo de 2024
Todos los mundos posibles
Están a nuestro alcance. Los he vivido. A veces pienso que cada día es un mundo diferente. Cada decisión construye un mundo posible. Hacer una cosa o dejar de hacerla. En el juego de la vida iba saltando de mundo en mundo hasta que tropecé con el amor. Todo se revolucionó. Se mezclaron los mundos, ya no saltaba de uno a otro, sino que iba de corazón en corazón pero permaneciendo en todos y adquiriendo parte de cada uno de ellos, una suerte de simbiosis amorosa que iba acrecentando el poder del amor a mi alrededor. Y la maravilla inundó todos los mundos posibles. Muchos creían estar soñando, pero estábamos más despiertos que nunca. La maldad seguía existiendo, pero cuando pasaba al lado nuestro agachaba la cabeza, no era capaz de sostener la mirada a esta revolución que todo lo transformaba. Y en todos los mundos posibles el amor iba en expansión, los revolucionarios del amor aumentaban, siguen aumentando a día de hoy. Es imparable. Solo hace falta una mirada para reconocer a otro revolucionario, se descubre el brillo, se genera un abrazo, y el amor se expande creando nuevos lazos. Todo está funcionando mejor de lo que pensaba. Ahora sí la vida es maravillosa. Todo lo que acaricio amo y todo lo que amo acaricio. Mando besos por correo postal y electrónico. Sueño, vivo y pienso con el amor como fundamento esencial y, cada uno de mis amigos, recibe un trato especial. Porque todos son maravillosos.
domingo, 26 de mayo de 2024
La nube
Apareció un día mientras estaba leyendo con la ventana abierta. Tuve que cerrar el libro pues todo se nublo al instante. Oí una voz que decía: sube. Y eso hice. Era bastante cómoda y, a pesar de ir volando por el cielo, no sé por qué, me sentía muy seguro. ¿Sabes dónde vamos?, preguntó. No, le dije. Llevo tiempo escuchándote hablar sobre la revolución del amor y voy a ayudarte. Cada día te llevaré a ver a un amigo, esos que tienes lejos, aunque no podrás bajar a saludarlos porque nos descubrirían. No importa, me parece estupendo. Pero puedo dejar caer algunas gotas llenas de tu amor revolucionario para que te perciban. Eso es una gran idea. Así el amor calará en ellos. Y eso hicimos y seguimos haciendo. Es uno de nuestros actos revolucionarios que la nube y yo mantenemos en secreto. No nos queda más remedio pues si lo revelaramos quién nos creería. El amor es tan maravilloso que, a medida que te vas adentrando en él, vas descubriendo el poder inmenso que tiene. Podría decir sin temor a equivocarme que no hay límites, para el amor no hay imposibles.
La carta
Sé que no vas a leerla. Nunca las lees, pero tengo que decírtelo. A veces me ocurre lo mismo cuando hablo. Hay personas que me miran incluso a los ojos mientras pronuncio mis palabras, pero no me escuchan; asienten con la cabeza, simulan atender, esbozan una ligera sonrisa, todos sus gestos aparentan, piensan, aunque no estoy seguro, que lo que digo ya lo han oído muchas veces, que lo dice todo el mundo, pero realmente no me oyen, nunca me han escuchado. Estoy cansado de tener siempre las mismas discusiones, no se puede hablar con quien no atiende a argumentos, con quien opina e impone. Por eso voy a dejar de mantener conversaciones, prefiero cantar en soledad, ir al parque, pasear con mis emociones, sin explicárselas a nadie, para qué, no me escucharían. Abriré un libro y me sumergiré en la lectura. Siempre es mejor un buen libro porque los libros siempre escuchan. Primero te hablan durante la lectura e incluso después, cuando los cierras y piensas en lo que has leído. Entonces comienza una conversación silenciosa; son las que mas me maravillan. Hablas con el autor, me embargan recuerdos relacionados con lo leído, empiezo a encontrar conexiones y entonces quiero explicarte algo que he descubierto y decido escribirte una carta. Me preparo, bolígrafo, papel, pero entonces algo me frena. Es tu voz en mi cabeza: no leo las cartas. Doblo el folio en blanco y lo meto en un sobre. Pongo tu nombre y dirección, mojo el sello y lo pego en el sobre. Lo introduzco en un buzón. A lo mejor esta vez lees la carta, aunque presiento que va a ser difícil hacerlo. Pero aún sin letras, algo te estoy diciendo. Te estoy ofreciendo mi silencio.
¿Por qué llamamos nada a la nada?
Nuestra capacidad de entender tiene un límite. Queremos explicárnoslo todo desde siempre, por eso creamos los mitos, filosofamos, nos zambullimos en la ciencia y también en los textos literarios, hacemos poesía con el aire, con la música, con cualquier cosa, generamos arte. Pero, por otro lado, también decimos que dios creó el mundo de la nada. ¿Cómo? Un filósofo poco conocido, Fredegiso, dijo que si dios había creado el mundo de la nada, entonces, la nada no sólo es algo, sino que es algo de suma importancia. Y creo que tiene razón. De la nada sale también el amor. Una mirada, unos ojos que se cruzan, un rostro que antes no te decía nada, curioso, ahora lo es todo. También decimos cuando no hay nada que algo está vacío, pero los científicos aseguran que el vacío está lleno de cosas. Aunque no creo que el amor surja de la nada, más bien el amor está ahí siempre, hay que rebuscar, agarrarlo fuerte, sentirlo y formar parte de la revolución más hermosa que la vida nos ofrece: la revolución del amor. Así que cuando sientas que no hay nada, cuando percibas el vacío, delante de un folio o un lienzo en blanco, piensa que entre toda esa nada está el amor, y que dentro del amor estoy yo, tu amigo, y que mi amor estará siempre contigo.
sábado, 25 de mayo de 2024
¿Por qué amo las imperfecciones?
Porque las personalidades maravillosas que conozco las poseen, porque yo estoy lleno de ellas y, sobre todo, porque lo perfecto no me sorprende en absoluto. Amo a los seres débiles y frágiles, a personas robustas pero delicadas, a amigos que parecen duros pero son entrañables y sensibles. Amo las corazas naturales que usan las almas tiernas para caminar por el mundo. Y por el último resquicio de sus miradas, por ese brillo apenas perceptible, las descubro. Amo las imperfecciones, tal vez, porque no me queda más remedio, ya que yo las acumulo. Pero las imperfecciones que más amo están en mis amigos y, aunque sea un sin sentido, son las que les vuelve maravillosos y perfectos; esos tropiezos, un tartamudeo, unos ronquidos, unas lágrimas que brotan en medio de una conversación que les emociona, ese sube y baja de la euforia a la pesadumbre... Todas y cada una de ellas me hacen quererlos, abrazarlos, decirles que todo está correcto, que sus imperfecciones les hacen perfectos, que les amo, pues son lo mejor que me ha dado el mundo, la vida, el destino, el poder cruzarme con ellos, conocerlos. ¿Qué haría yo sin ellos?
La tormenta perfecta
Estoy en el parque, al lado de la fuente, escuchando el sonido del agua y pensando en ti. Miro el agua, como corre de forma continua, como nuestro amor, por lo menos el que yo siento. El sol calienta mi piel y tu imagen se intensifica. Los rayos de sol parecen tus manos, siento tu calor y el murmullo del agua adquiere el tono de tu voz. Un rayo que atraviesa el árbol que tengo justo detrás, entre dos hojas ligeramente separadas de una rama que se balancea alegremente por la brisa, termina su trayectoria justo debajo de mi oreja, y a tus susurros se asemeja, creo que eres tú diciéndome esas cosas que me embelesan, y ahí, solo en el parque, delante de la fuente, se me escapa un leve gemido y te contesto, te quiero amor, alegras mi vida. Una nube suelta sus primeras gotas, dos de ellas caen en mis labios , humedeciéndolos, paso mi lengua sobre ellas y tienen el sabor de tus besos. Mientras, la gente en el parque busca refugio, se avecina tormenta, pero yo estoy en otro mundo. Me desnudo, dejo que la lluvia cale en mí, aunque solo siento tus caricias. Me empapo de tu amor. El cielo se ha oscurecido pero yo siento que estamos en mi habitación. El amor nos agita, nos envuelve, saciamos nuestros deseos y, con los cuerpos y las lenguas entrelazadas, permanecemos abrazados. El cielo se despeja y el sol vuelve a inundarlo todo. Me visto mientras dos pájaros aletean y unos patos dan vueltas en la fuente. Poco a poco vuelve a aparecer la gente.
El trasplante
Lo habitual es quitar un órgano averiado y sustituirlo por otro en mejor estado. El trasplante del que hablo es distinto. Mi corazón no funcionaba al cien por cien, las funciones de las que era capaz no eran satisfechas. Así que comencé a hacer un trasplante por partes, no porque estuviera averiado sino por estar incompleto. Empecé a escribir sobre la revolución del amor sin saber que se iba produciendo a medida que escribía. Las palabras son más poderosas de lo que parecen, sobre todo si van rociadas de amor. Iban apareciendo amigos en mi acostumbrada soledad. Nos relacionábamos, no importa de qué manera, por mensajes, vídeo, en persona, y casi siempre terminaba queriéndolos. Y ahí comenzó el trasplante. Habitaban mi corazón, sus vidas formaban parte de mí, y lo siguen haciendo. A veces descubro, mirándome al espejo, que se dibuja la sonrisa de un amigo en mi rostro. O dando un paseo, cuando encuentro algo nuevo, una alegre situación, un maravilloso evento, un instante cotidiano lleno de arte y emoción, me descubro pensando: tal amigo diría esto, y ese otro haría esto. Sin duda es un trasplante que me completa, que me hace mejor persona, que me llena de amor y, a la vez, hace que mis amistades se presenten ante mí con cada nueva emoción, haciendo que surjan de mi soledad recuerdos compartidos porque al llevarlos en mi corazón todo lo maravilloso con ellos lo vivo.
viernes, 24 de mayo de 2024
Fracasar a tu lado
No conseguí el nuevo trabajo, ni me aumentaron el sueldo. ¿Te acuerdas de aquel concurso? No lo gané. Pero cada fracaso a tu lado es un éxito. Porque tras la derrota diaria llegan tus besos y tus abrazos, el premio de tus caricias y tu compañía. A tu lado todo se transforma en éxito asegurado porque contienes todo lo que más importa: mi amor, la maravilla de la vida, la alegría de mi día a día, los sueños que me enamoran y transforman mi realidad en asombrosa fantasía. A quién le importa fracasar todos los días teniéndote cerca vida mía. Fracasar a tu lado es lo mejor que me ha pasado. Hemos compartido sueños, besos, abrazos, caricias que mucho antes soñamos, hemos inventado un nuevo beso, hemos hablado, hemos estado en silencio, nos hemos sentido y nos seguimos sintiendo. Y con cada fracaso he tenido tu consuelo, me has dado amor, has recompuesto mi esperanza, me has hecho sentir mejor, me has alegrado la vida con la forma que me miras y no hay mayor éxito en la vida que tú.
Por qué amo a las personas
Hay algo en su forma de mirar, puede que en su voz, en la textura de sus gestos, no sé qué es en realidad pero algo percibo desde un principio, algo se va cocinando en mi interior. Un día los ves y salta la chispa que se había ido formando y toda su ternura sale al exterior y te envuelve, es algo mágico. Mis ojos brillan, mi corazón late más rápido, todo lo que veo me maravilla, toda la belleza de su alma se me está mostrando. De repente quiero decirle todo lo que me está ocurriendo, a veces lo hago, pero otras no me entienden. Todos mis poros desprenden amor. Cada vez que veo a alguien a quien quiero mi alma se derrite, mi cuerpo se estremece, un cúmulo de sensaciones de placer se alborotan en mi interior y, aunque solo sea una foto, me siento mucho mejor. Y si esa persona sonríe, mi corazón da palmas y canta, el sol entra por la ventana, todo mi cuerpo se alegra y, solo por esto, la vida vale la pena. Amo a las personas como me enseñó mi madre y también mi perro. He juntado sus enseñanzas, he perfeccionado la técnica, la revolución del amor lo requería, por eso no importan las distancias ni el tiempo, lo que importa es la alegría, la alegría que me dan, la que expando, la que me desborda cada día que veo una nueva sonrisa de una persona querida, aunque sea en una foto, en un recuerdo, en algo que mi mente imagina.
La carcajada
Voy de un lado a otro de la casa. Ordeno, limpio, intento mantenerme en movimiento pero, entre tanta actividad repentina siento que alguien me mira: es mi madre. Tengo varios retratos suyos situados en sitios estratégicos. Me mira cuando voy al dormitorio, mi mira cuando estoy en el salón, pero también me mira cuando cierro los ojos y siempre, siempre me mira cuando me duele el corazón. Ahí, en esos momentos, oigo también su voz. No se me olvida, es una voz que acaricia, que consuela, la voz que me dio la vida y que, a pesar de llevar muerta muchos años, sigue siendo la voz que me aconseja, que me salva del delirio, de la locura violenta de mandarlo todo a la... Siempre está ahí, vigilándome, apoyándome, recargándome con su amor inagotable. Ahora voy de un lado a otro de la casa, cantando lo que ella cantaba, repitiendo sus palabras y, cuando me callo, escucho a lo lejos su carcajada.
jueves, 23 de mayo de 2024
Poema
Siempre quise tener una casa que fuera distinta a todas las demás. Un sitio donde estuviese a gusto, donde pudiera corretear desnudo en cualquier época del año. Tener todos los rincones habilitados para una buena lectura. Una hamaca y también una mecedora, como tenía mi abuela; siempre me gustó ese balanceo donde tu alma ronronea, y la imaginación se dispara pero tu cuerpo está en calma. Una casa de diferentes colores. Una habitación para meditar, con olor a incienso, otra con mucha luz y muchas flores. Y me puse a pensar cómo podría ser mi casa, si cabría en un folio, si tendría versos, si rimarían o no, si esos versos olerían, si entre verso y verso haríamos el amor. Y me vine a vivir a un poema, a un poema de amor. Mi casa ahora es un fiesta, cada verso es un amigo, cada uno con su ritmo y todos en mi corazón, su hogar natural. Lo bonito de vivir en un poema de amor es que ya no tienes que pedir lo imposible porque todo lo maravilloso que imaginaste ahora es condición de posibilidad, la ensoñación se materializa, la imaginación se hace real, toda dulce fantasía tiene cabida en la vida que transcurre en esta casa poema y, al abrir el ventanal, una brisa de besos entra en la casa llenándola de fragancias y, como en un sueño, cambian todos los colores de la estancias y todos disfrutan retozando entre los versos, impregnados de brisa de besos y yo, desde la mecedora, desnudo me balanceo.
Y si no fuera yo
Y si no fuera yo el que habla. Si todas mis palabras fueran dichas directamente por el amor a través de mí. ¿Me creerías? Y si es mi corazón el que habla y no mi boca. Y si te digo que la sangre que fluye en mi interior, que me da la vida, es bombeada por la fuerza de tu amor, pues en mi corazón estás permanentemente. Camino; parece que soy yo el que da los pasos, pero son tus besos que me dan la fuerza y el valor para darlos. Y si... Exacto. Ya no soy yo. Soy parte de ti. Habito en tu encanto. A veces me tumbo en tu sonrisa a descansar un rato y en tu boca me doy un baño. Recorro tu piel de arriba a abajo, ahora es mi mundo y lo descubro apasionado. Voy sembrando besos y caricias. Duermo en tu pecho y, luego, subo hasta tu cuello o bajo hasta tu ombligo para conocer todos tus recovecos. Soy el brillo de tus ojos. Soy llanto y carcajada, soy tu hada, soy... todo lo que feliz te haga.
miércoles, 22 de mayo de 2024
Voy a amarte siempre
No se quiere a las personas porque sean guapas y maravillosas sino que son guapas y maravillosas porque se las quiere. No me importan tus defectos, tus enfermedades, tus sufrimientos, no me importan para salir corriendo, me importan para vivirlos contigo, porque todos sufrimos mi amor y el amor es el sufrimiento compartido. Mitigaré tu dolor con caricias, plantaré semillas en tu corazón que regaré con mis besos y tus lágrimas lameré hasta que broten sonrisas. Voy a amarte siempre porque mi destino es quererte. No importa lo lejos que estés porque el amor me teletransporta a tus pies y alli comienza el ritual de los besos, de cubrir tu cuerpo por entero, de envolverlo con el roce de mis labios, de sentir tus gemidos placenteros. Voy a amarte siempre porque eres mi amigo, mi otro yo, parte de mí desde el momento que te vi, ser querido con el que sueño, amante de mis pensamientos, compañero de locuras y de juegos, eres la vida que deseo, disfruto con tus movimientos, tu voz me acaricia y de tus alegrías tengo llenos los recuerdos. Y son unos recuerdos vivos que generan nuevos besos que disfruto en soledad, una soledad que es compañía pues habitas todos mis pensamientos. Voy a amarte siempre, pienso, pero ya lo estoy haciendo.
martes, 21 de mayo de 2024
Mi otro yo
Leí hace poco que un amigo guarda tu propio yo para protegerlo de ti mismo. Los amigos son un reflejo, una versión de nosotros mismos, porque no somos tan diferentes. Uno mismo puede dejar de quererse pero un amigo te querrá siempre. Porque para eso es tu amigo, para hacer que vuelvas a quererte. Puede parecer una redundancia o un juego enrevesado de querencias, aunque más bien, diría yo, es una ciencia estupenda, la amistad, el amor y todo lo que conlleva. ¿Pero quién es un amigo, un amigo verdadero? Un amigo es otro yo y, cuanto más lo quieres, no es porque más se parezca a ti sino porque te completa más, porque su amistad te hace ser mejor persona y así puedes devolverle a tu otro yo todo lo que él te mejoró. Tengo otros yos llenos de ternura y me aman, puedo sentirlo, no importa la distancia a que se encuentren porque al ser otros yo hay una química compartida que se percibe como si estuviesen justo al lado. Mi corazón se ensancha, mi alma se expande y se llena de amor, partículas de diferentes yos se acumulan y vibran al unísono en mi corazón. Mis otros yos me protegen de mí mismo porque, en definitiva, son mi propio mecanismo, mis amigos, mis alegrías, las personas con las que pasaría cien mil vidas y nunca me cansaría.
Soledad que te burlas de mí
Soledad que te burlas de mí. Lo bien que lo pasamos juntos. Me escapé y me advertiste, te harán daño, no resistirás. No te hice caso. Y ahora la sangre me bulle, todo en mí está atribulado. Estoy en medio de un torbellino de amor gigante, voy dando bandazos. Las turbulencias son tremendas, me tiran, me tumban, pero siempre acabo levantándome. Tú me advertiste soledad, y no te hice caso; te harán daño. Siempre ha sido así, el amor duele, pero es lo más bonito del mundo, lo único que vale la pena, por lo único por lo que hay que luchar y lo haré hasta mi último aliento y más allá, porque el amor es más fuerte que la muerte. Dicen que todo se acaba, pero sé que mienten. Llevo a todos mis amores en mi corazón y siempre cabe uno nuevo. El amor es imparable, no tiene límites y yo soy su revolucionario principal porque no voy a parar de amar nunca. Dedico mi vida a adquirir conocimientos para poder amar más y mejor. La revolución del amor ha llegado para quedarse. Puede que duela, pero ya estoy recogiendo sus frutos. Tengo amigos maravillosos, ¿cómo voy a dejar de amar? Soledad, tú te burlas de mí porque aún no aprendiste a amar.
lunes, 20 de mayo de 2024
Hay gente
Que tira bombas en las calles que limpiamos todos los días. Hay gente que escupe en los corazones llenos de amor e intenta pudrirlos. Pero también hay gente que te da los buenos días con una sonrisa y que, a medida que los vas conociendo, puedes ver amor en esos labios, un mal día en la mirada, un gesto en el que se intuye dolor y quieres mitigarlo, necesitas abrazar esos cuerpos y, si no puedes debido a la distancia, llenas de amor unas palabras y las mandas con el mejor de los deseos para que abracen esas almas solitarias y recarguen de dicha esos cuerpos doloridos. Hay gente que intuye el amor en lo que digo, que me miran desde sus bellos ombligos, que recogen las caricias que se desprenden de mis frases y visten su desnudez con mi cariño. Hay gente que siente lo que digo, que lo vive, que esta dentro de esta revolución del amor, aquí, conmigo. Esa gente son mis amigos. Que son capaces de amar como si nunca nadie les hubiera herido. Porque en esta revolución, como en la vida, todo lo importante está en el amor y lo demás carece de sentido. Hay gente que con su presencia, de cualquier manera, me alegra la vida.
domingo, 19 de mayo de 2024
La ternura de tus gestos
La he absorbido. El trato contigo ha hecho que vaya calando en mí. Por eso ahora lloro de emoción, porque tu corazón tan tierno está en mi corazón. Soy un poco tú. La paradoja de esto es que la distancia que nos separa me ha acercado a ti. Es el amor tan intenso que se acerca por el aire y, como volutas de humo, me envuelve, me atrapa, tus palabras cobran vida, siento tus susurros al lado de mi oreja, el ligero calor de tu aliento provocándome un pequeño cosquilleo, el brillo de tu mirada seduciéndome a cada momento. Estás lejos pero pongo mi cara en tu pecho, tu mano acaricia mi pelo, mi rostro y, si hay una persona feliz, soy yo en este preciso momento. Tu ternura me apacigua y en mi cuerpo llueven besos diminutos que llenan todos mis poros del mayor tesoro del mundo: tu amor. Y tus manos, con sus caricias, lo extienden por todo mi cuerpo. Y tu ternura se aventura en mi interior haciéndome sentir mejor. Pintas con tus dedos en mi piel un cuadro de amor sempiterno y voy flotando a tu encuentro nadando de mi sueño a tu sueño, para que cuando despiertes ese cuadro que has soñado aparezca a tu lado y, antes de que abras los ojos, mis labios se juntarán con tus labios.
Hay un fantasma
Que todas las noches viene en mi busca. La primera vez, nuestro primer encuentro, di un respingo, me sobresalté, mi corazón bombardeaba en estéreo. ¿Qué es esta presencia? ¿Un ectoplasma maligno, alguien que busca venganza? Me vio tan agitado que se sentó a mi lado. Poco a poco la calma inundó la estancia. Mis pensamientos hablaban con su voz: sólo es añoranza. Cierta energía que vibraba me acariciaba el rostro y me sentía mejor. Antes de que se fuera sentí un cosquilleo en mis labios y, donde antes había agitacíon, ahora era todo emoción. Volveré, me dijo a su manera. Sí, hay un fantasma que me hace pensar en la vida. Ahora es el momento de cambiar las cosas, por lo menos las de mi cuerpo, las de esta vida. ¿Por qué me ronda el fantasma, por qué me visita? Tal vez la revolución del amor haya llegado más lejos de lo que pensaba y, en otros planos, en otras dimensiones, se estén también revolucionando. Hay un fantasma que vivió y me sigue amando. Siento su presencia todas las noches, un ligero hormigueo en el pecho, es el fantasma disfrutando de mi corazón palpitando. Siempre lo he creído así, el amor es más fuerte que la muerte, y ahora lo estoy comprobando. Hay un fantasma, un amigo, un amor diluido, un amante revolucionario que, todas las noches, en mi piel, escribe un diario con vibraciones armoniosas que no sé si capto o estoy soñando.
La interrupción
Siendo una maravilla hemos construido una obra megalómana a nuestro alrededor. Ya no somos seres, somos construcciones de un yo, de un ego, de un continuo absolutizado. Un yo separado de su propio cuerpo para manejarlo. Buscamos satisfacer nuestro propio deseo. La sociedad, el sistema, el capitalismo agonizante, el anatema neoliberal, todo nos encauza a un continuo absoluto y manipulador como ninguno, a una estúpida hiperactividad vendida como aprovechamiento propio cuando no es más que auto explotación. Pero la revolución del amor acude en nuestra ayuda. Siempre hay un resquicio, una posibilidad, una brecha que posibilite la interrupción. Un amor, una amistad, otro cuerpo y un entre en medio de los dos: entre tú y yo. Esos advenimientos que nos enseñan la verdad del existir, no es ningún yo. Esos advenimientos, y también partidas, que nos acercan al infinito. Un cuerpo que se aventura más allá de la identidad subjetiva, una vida humana reflexiva. Volver a ser maravilla, quitar todas las capas superfluas. Desnudez psicoanalítica. Nuevos vínculos imprevisibles con el mundo vivo y todo lo que existe. Ser otro, estar entre otros, establecer conexiones, desdoblarme, volver a la maravilla, desechar el yo inaceptable, ser amor y vida.
sábado, 18 de mayo de 2024
Veo en las sonrisas
La verdad de la vida. El amor que me embruja, la alegría que me dice que la revolución del amor en sus corazones anida. Se ha extendido el amor, ha revolucionado a los amigos queridos, sus labios se han arqueado y de sus corazones brota un nuevo amor revolucionario. Veo en las sonrisas futuros abrazos, siento caricias y nuevos lazos, de amistad, de cariño, de amor que respiro a diario. Veo también la maravilla de unos labios y quiero besarlos, besar sonrisas es mi nuevo acto revolucionario. Quiero mis besos entre sonrisas. Tu sonrisa que yo beso, hay un interrupción de amor y, cuando nuestros labios se separan, reaparece la sonrisa reanimada Esa es la secuencia que imagino. Sonrisa beso sonrisa. Liturgia de alegría con el amigo querido. Veo en las sonrisas estampados los besos, las cosquillas de unos labios con otros labios, el encuentro de dos cuerpos que se han soñado. Y no solo veo también siento todo el amor que me pone contento. Hay en tu sonrisa una historia, un relato terminado pero también uno no escrito, y ese va a ser a mi lado. Dos sonrisas que se buscan, que se juntan, que se quieren y se funden en un abrazo. Veo en las sonrisas el futuro cercano.
viernes, 17 de mayo de 2024
¿Qué hacer?
Qué hacer con las palabras que me asaltan en la esquina, que inundan la habitación, que dejan un ambiente enrarecido pues se acumulan por todas partes sin que nadie las haya unido. Tropiezo con ellas por los pasillos. Se deslizan por mis piernas y, si me bajo los calzoncillos, algunas salen de mi verga. Qué hacer con tanta palabra, con tanta dicha placentera. Construir frases sin sentido, armar párrafos absurdos, genera mundos grandes y chiquitos, escribir mensajes encriptados, encapsulados o momificados, pero no dejar nunca de escribir. Palabra tras palabra, salgan de dónde salgan, de mi boca, de mi culo o de mi cara, con todo mi cuerpo escribo y, en el tuyo, con mis dedos, deslizando las yemas, bailando con cada uno de tus pelos, y también con los labios escribo en todos tus espacios, y nuestras lenguas se escriben sobre el éxtasis soñado. Son tantas las historias que aún no se han generado que un mar de palabras ha aparecido a mi lado. Y nado entre amor y cariño, buceo en la rutina a diario, sueño con una revolución y de repente, escapulario. ¿De dónde ha salido esta? De un recuerdo o, tal vez, de un antiguo diario. Chichinabo, musitando, alquimia, sincopado, son tantas las palabras con las que he soñado que siento un regocijo asilvestrado. Voy usando todas la que encuentro; aquí hay una, la recojo, la miro de reojo, la guardo para un cuento. Allí otra, es un ósculo y si añado algún adjetivo lo transformo en un morreo desenfrenado. Qué hacer, amor, con tanta palabra, si ya estamos desnudos. Y llego yo con unas frases y te desnudo también el alma.
La soledad y la revolución
Se han juntado. Estoy solo, sola, pero también está la revolución del amor. Es una soledad compartida pues mis amigos, todos los que están en mi corazón, me acompañan. Soledad tumultuosa y también maravillosa. Vienen frases a mi memoria que se van hilvanando en mi cabeza, se teje una conversación sin voces aunque puedo oírlas; no hay tacto, pero siento el roce. Es esta soledad una maravilla placentera que me zarandea provocándome el goce. Hay palabras que revolotean como mosquitos en la noche, de repente, se convierten en luciérnagas, se iluminan las palabras, se me desnuda el alma y amo sin medida. El amor llega a su destino pues muchos amigos contestan de una u otra manera a esta llamada amorosa que mi soledad crea. La soledad y la revolucion, menudo equipo. La revolución del amor fue creada en soledad y ahora está por todas partes, ha extendido sus tentáculos, ha lanzado su red y múltiples conexiones avanzan por diferentes mundos. Poderosa soledad que del amor llega hasta lo más profundo, a la misma esencia, al átomo primigenio, al todo y al uno. Un torbellino de amor se está abriendo paso por el mundo. Poned un dedo en el ombligo y sintonizad esta frecuencia amorosa, cerrad los ojos, arquead los labios, chasquead ligeramente la lengua y dejad la boca semiabierta, la soledad terminará el beso más dulce que os pondrá en alerta. Llega la revolución del amor a la tierra, abridle las puertas.
jueves, 16 de mayo de 2024
¿Qué es la realidad?
Vivimos situaciones que disfrutamos y que más tarde tienen consecuencias. Por muchos planes que se hagan, las cosas no ocurren como habíamos imaginado que pasarían. Y es mejor así, aunque no lo creamos. Somos animales que necesitamos sorprendernos, si todo sale como se había pensado no tiene gracia. Y luego vienen las interpretaciones. Y también los recuerdos. Y puede que todo se complique, porque ya sabemos que los recuerdos van variando con el tiempo. Dicen que lo real es un vacío que deja a la realidad incompleta e inconsistente. La realidad se compone de unos hechos que tiene que ser explicados. Tenemos personalidad y carácter, somos así o asá, y también somos buscadores de sentido, y todos estos factores pueden complicarlo todo, pues cada uno, de los mismos hechos, vive una realidad distinta, está posicionado en un sitio diferente, desde otro ángulo, siente y asimila de otra manera. Podríamos decir que la realidad tiene múltiples planos; unos nos cuestionamos unos y otros otros, y ahí viene el lío. Parece que hablamos de lo mismo pero no es así. ¿Hay una realidad para todos o cada uno construye la suya? El lenguaje nos aporta conceptos con los que poder debatir sobre esa realidad y sobre ese vacío de lo real. Pero aquí vuelve a complicarse todo otra vez. ¿Entendemos todos el concepto amor, por ejemplo, de la misma forma? No. ¿Cómo explicar lo que uno siente si la mayoría de veces no tenemos palabras? ¿Qué es la realidad? ¿Y tú me lo preguntas?
miércoles, 15 de mayo de 2024
El amor duele
El amor siempre hace daño. Lo que hay que hacer es disfrutar de lo que venga. Amar sin esperar nada a cambio, amar sin trueques, en silencio, sin ningún idioma extraño. Desde que entré en la revolución del amor no paro de amar, pero la vida diaria, la rutina, se me espesa, tira de mis pies cuando ando y el mundo se me viene encima. Pero el amor vuelve con un ligero soplo de una brisa tal vez inventada, de un viento que cambia de sentido y noto un escalofrío en el ombligo, recuerdos de unos besos que revivo y una lágrima se lanza mejilla abajo, juega con mis labios y la vida se ha arreglado. Es el amor un balancín donde subo y bajo, donde disfruto de alegría y donde sucumbo por la lejanía de ese amor que me duele y me da alegrías.
martes, 14 de mayo de 2024
Algo divino
Se ha asomado a mi destino como si fuera una ventana que un día, una mañana, se abre de par en par y un aroma peculiar invade toda la estancia. Algo divino, un ser de sublime prestancia aparece en el camino de la vida, un requiebro con patas que me mira, un ser que con los ojos me desnuda y hace que la alegría calle mi voz, la deje muda. Para qué hablar con la boca si ya habla con sus manos que me tocan, y su aliento me alimenta como un pajarillo a sus polluelos y, por un lado, va apagando mis anhelos de pasiones perdidas y, por otro, va sembrando campos de futuras alegrías. Algo divino merodea por todos mis pensamientos, de amor mis palabras rellena y a todas partes flotando me lleva. Vivo en ua nueva dimensión desde que apareció el ciclón de sentimientos que me alteran. Cada paso que doy, cada frase que escribo, cada sueño que tengo son un contigo que en mi alma reverbera. Algo divino apareció con sigilo en medio de un susurro que se hizo canción y el estribillo repite a cada instante mi corazón. No sé si es un duermevela o es la pasión que todo mi ser anhela, que digo anhela, vive, porque esto dura y pervive y a todas partes me persigue, pues en mí está, noto su amor, su esencia su sabor y, en cada flor del camino, algo divino, conmigo, contigo.
Nueva identidad
Me identifico con la nada porque un día no seré. También me identifico mucho con el amor. Creo que el amor, tanto el dado como el recibido, siempre sigue existiendo, va rebotando por el espacio y por el tiempo, como el sonido, por eso el amor es más fuerte que la muerte. Mi madre murió hace más de diez años y su amor sigue presente. Ahora que estoy inmerso en la revolución del amor estoy percibiendo todas sus maravillas como nunca las habia percibido antes. Porque esta revolución va a cambiar el mundo para bien. Mi identidad sería la de una nada amorosa que vibra y se hace todo al entrar en contacto con otra de esas nadas amorosas revolucionarias que habitan el universo. Maestro de idiomas, doy clases de caricia, el nuevo lenguaje revolucionario con el que se comunican las nadas amorosas. Leo en las pieles amistosas mil y una historias y besar a las amistades me hace viajar a una euforia magnífica y misteriosa. Descubro en las nadas amorosas el sentido de esta historia que es vivir sintiendo el tacto del universo que me hace revolucionario converso en esta revolución del amor que profeso. Soy la partícula que anima la vida, el instante en el que brota una sonrisa, soy el espacio que hay entre los labios durante un beso, el recuerdo que excita, la mirada que calma, parte de tu alma y de tu cuerpo. Soy tu nada amorosa, la nueva identidad que te revoluciona, la relajación que te entona, el silencio que te inspira, los brazos que te buscan y te añoran. Soy tu nada amorosa.
lunes, 13 de mayo de 2024
¿Necesitamos un sentido trascendental?
La vida no necesita tener un sentido trascendental para que merezca la pena disfrutarla y mejorarla. Pero nosotros, individualmente, creo que sí. Lo llevamos anclado en el ADN. La mayoría no quiere hablar de la muerte, suena a extinción, a nada. Los artistas sueñan con que su obra les sobreviva, les inmortalice, como a los héroes antiguos, o a los nuevos mequetrefes. Bueno, tal vez hay una excepción, el artista del hambre. Siempre hay excepciones y además nunca me ha gustado absolutizar nada. Pero volviendo al sentido trascendental, las religiones nos lo dan mascado desde niños, como una gominola que nos eterniza a pesar de nuestra existencia material de mierda. ¿Pero por qué ese afán de trascender? Somos seres viajeros desde chiquititos. Recuerdo ahora una parte de mí corriendo a la fuga entre un grupo de espermatozoides. Llegué el primero trascendí a esta realidad que a la mayoría disgusta y, tal vez por eso, de ahí el sentido trascendental que buscamos constantemente sin darnos apenas cuenta. Queremos escapar, y de mil maneras lo hacemos, pero volvemos aquí siempre y bastante peor. Son huidas momentáneas a base de todo lo que nos está viniendo a la cabeza ahora mismo. El más allá llama a nuestra puerta igual que lo hacía Avon cuando era pequeño. Siempre que llamaban a la puerta pensaba ¿será Avon? Ya de niño descubrí que la publicidad era engañosa. Ahora no llama nadie, pero el más allá no llama, lo trascendental susurra, a lo sumo, y muy pocas veces.
domingo, 12 de mayo de 2024
¿Será verdad?
La felicidad no es sino una agradable y feliz forma de sentir que depende de la imaginación, dice La Mettrie en 'El arte de gozar'. Si eso es así por qué no estamos felices constantemente. Tal vez esa imaginación, como ocurre en el amor, deba ser propulsada por algo o alguien para poder alcanzar esa felicidad. Dicen también que el amor es un estado idílico pero yo no lo comparto. Desde que estoy inmerso en la revolución del amor, creo que el amor perdura mucho más en el tiempo de lo que creemos. Tiene múltiples maneras de aparecer y se puede cultivar y construir. Esa dependencia de la felicidad de la imaginación es porque nuestra imaginación depende de lo que nos hace felices, hay una simbiosis. Pienso en el amor. Por qué amo a quien amo. No sabría decirlo. El amor aparece y luego se van descubriendo sus porqués. La imaginación juega un papel muy importante porque el amor desborda de forma creativa. Donde hay un pequeño detalle, cuando hay amor, se transforma en un hecho importante, crucial, pero no porque lo imaginemos sino porque el amor sazona, le da los matices, el amor es la fantasía del corazón, el espíritu creativo del alma, la bonita locura del cerebro, la imaginación hecha realidad. Por tanto, sí, creo que la imaginación es muy importante para ser feliz, pero la imaginación nos la activan nuestros seres queridos. La mirada del ser querido, su sonrisa, es un mundo entero; su caricia, una aventura. Abrazado al amor veo otros mundos que están en este, pero no en este mundo, sino en este cuerpo, en este amor que mis brazos envuelven. El cuerpo amado, el ser amado, activa mi imaginación y, sólo de pensarlo, soy feliz.
Roto
A veces la vida te hace pedazos, otras se nace maravilloso pero incompleto. Conocí al artista roto. Desprendía una naturalidad apasionante. No se daba cuenta pero iba plantando semillas mágicas en los corazones. Y él, a veces, parecía quedarse seco. Pero la revolución del amor ha venido para quedarse. Una mezcla de arte, amor y cariño está suspendida en el aire, la siento, la respiro. De mi corazón sale una bandada de mariposas en busca del artista roto, llegan hasta él entre sueños y con sus aleteos devuelven al artista todo lo que dió, toda la energía gastada en el resto vuelve ahora multiplicada y llena de amor, y va calando en el artista roto, recomponiéndolo. Resurge de su letargo con un ánimo nuevo, flota a dos palmos del suelo, brilla como una estrella, su sonrisa se dibuja en el cielo. Es la obra del amor en pleno vuelo. Todos levantan su cabeza al cielo. La gente brinda con horchata, se reparten caramelos y frutos secos. Hay un intercambio de abrazos y de besos. La revolución del amor se ha implantado, ha llegado para quedarse. Todo el mundo flota. Ya nadie tiene miedo. El artista roto es alabado por el resto, todos contemplan su obra. Por fin, la revolución del amor el mundo está recomponiendo. A qué estás esperando. Únete al movimiento.
sábado, 11 de mayo de 2024
Desbarrar
A veces no queda más remedio, todo te lleva a ello y no cabe otra posibilidad. No hay salida. Piensas, intentas buscar una solución, pero no, no la hay. Me gusta ir al parque, leer, tomar flan de requesón, visitar bibliotecas y librerías, embadurnar todo de cariño, dejar todo pringado de amor, como cuando juega un niño en un charco, salpicar todo lo que hay a mi alrededor. También me satisface seguir el ritmo primero en el pensamiento, que fluya, que llegue hasta mis dedos, manos y pies en movimiento, cuerpo en pleno cimbreo, seduciendo al aire con las cadencias de mi carne y el traqueteo de mis huesos. Primero así y luego más. Variar el ritmo, reencontrar la calma y volver a encender el fuego. Notar el sabor de la fruta madura en mi boca, su frescura y sus esencias, mezclar frutas, dejar que conversen en mi paladar mientras mi cuerpo no para de cimbrear. Suspirar un poco allí y un poco allá. Lanzar besos con los ojos, recibir miradas que acarician, emborracharme de movimientos y llegar al éxtasis como un derviche sediento. Pero a veces el mundo se conjura contra uno y no se te ocurre otra cosa que invocar la revolución, la revolución del amor, por supuesto. Y de repente el absurdo entra en acción y no te queda más remedio que desbarrar. Como has hecho siempre. Y lo haces bien, jodidamente bien.
Parálisis permanente
Mientras trabajo me viene a la memoria, por esa extraña alquimia que me invade a veces, se genera una serie de conexiones cerebrales, y recuerdo a Eduardo Benavente cantando 'ya soy autosuficiente, ya no necesito gente, al fin'. Y eso está muy bien. Ahora no necesito a nadie, ahora sólo quiero amar. Y el amor es tan, pero tan maravilloso, que puedes amar a los muertos e incluso a gente que no te corresponde, aunque, evidentemente, lo bonito es que lo hagan. En el amor se unen muchos conceptos que ahora se han desvirtualizado, como por ejemplo el de libertad. Hay que luchar en el amor como por los derechos a conquistar, pero en el amor la libertad podría entenderse a veces como el dejar ir, cosa que no puede pasar con los derechos. Porque cuando dejas ir, cuando no quieres dominar o controlar nada, el amor aparece como realmente es. Por eso a veces es no correspondido. Pero el amor no se elige, el verdadero por lo menos, no se elige. Podemos construir una relación de amor con el tiempo que comenzó siendo sólo deseo, pero algo que ha comenzado siendo amor desde el principio, lo único que podemos hacer es intentar conservarlo con cautela o dejarlo ir. Descubrir los designios del amor no es fácil, tendemos a las comparaciones, a dejarnos guiar única y exclusivamente por el deseo, por las pulsiones carnales, y el amor no sólo está ahí. Una vez un hombre más mayor, creo que era el padre de un amigo, me dijo: enamórate de alguien con quien puedas mantener una conversación larga. El sexo dura poco y, con los años, acabarán siendo todo conversaciones, recuerdos y cariño. Entonces me reí, pero a medida que pasa el tiempo me doy cuenta de la razón que tenía.
La visita
Me levanté en mitad de la noche. Era la segunda vez que lo hacía, necesitaba vaciar mi vejiga y, cuando lo hice, no sé por qué , me dirigí a la puerta de entrada del piso y abrí sin que nadie hubiera llamado pero convencido de que tenía que hacerlo. Y ahí estaba. Me saludó con una pequeña inclinación de cabeza y entró como Pedro por su casa, pero ni era su casa ni se llamaba Pedro. Eres un ingenuo, me dijo. Con lo mayor que eres y sigues confiando en la gente. No era la primera vez que me decían algo así, pero sí era la primera vez que lo hacía un desconocido en mitad de la noche. ¿Quieres café?, le pregunté. No hace falta, nunca duermo. Sonreí sin entender, aún tenía un pie con Morfeo. Pero a medida que íbamos charlando comprendí que no era un ser de este mundo. Y cuando le ví ir directo al sillón sin bordear la mesa sino atravesándola, me pareció curioso, aunque muy bien podría ser un truco para quedarse conmigo. No dije nada, no quería ser el ingenuo que había dicho que era y no le di importancia a sus peculiaridades fenoménicas. Estuvo un rato más hablando hasta que se difuminó. Dejó un pequeño cerco en el sillón o eso me pareció. Cuando fui a limpiar el cerco pude leer: no te fíes ni de tu sombra. Qué manía tienen las visitas con dar consejos a todo el mundo. Apagué la luz del baño y volví a la cama. A veces es mejor pensar que no ha ocurrido nada, que todo ha sido un sueño y que se borrará a mitad de mañana.
Sonreír hasta el final
Algunas veces todo sale mal. Recuerdo cuando se murió mi hermana. La quería mucho. Más tarde murió mi madre y pensé que se habían ido las dos personas que más quería y que nada valía la pena ya. Pero algo me decía que debía seguir, y ese algo eran ellas, sin duda, desde donde quiera que estuviesen. A veces pienso que el que no está soy yo; así están las cosas. A mi hermana, pasará lo que pasará, la vi siempre sonreír. Sonreír hasta el final. Tal vez ese sea su legado, la consigna marcada a fuego por el destino con el llanto por su perdida. La última lágrima derramada cayó en mis labios y provocó que se entornaran. Al poco tiempo tuve un sueño en el que aparecía mi hermana muerta y me sonreía. No podía creérmelo, era todo tan vívido que le pregunte qué hacía ahí de pie, delante mío, si estaba muerta. Siguió sonriendo y me dijo ¿y qué? Ese sueño me persiguió durante años. ¿Qué podía significar, qué sentido tenía? Qué manía tenemos en buscarle sentido a todo cuando la vida diaria, las relaciones, todo o casi todo, no tiene ningún sentido. Así que para qué estar mal. Siempre que sufro me acuerdo de mi hermana. Sonreír hasta el final, aunque te inunden a mentiras. Sonreír hasta el final aunque te engañe quien querías. Sonreírle a la muerte cuando se acerque y hacerle cosquillas.
viernes, 10 de mayo de 2024
La inteligencia aplicada
¿De qué sirve tener muchos conocimientos, ser muy inteligente, si no sabes aplicarlos a tu vida? Si no eres capaz de resolver tus problemas habituales, los que tienen solución, una solución que requiere esfuerzo, determinación, pero, por lo que sea, por múltiples subterfugios, por auto manipulaciones y auto engaños varios, ocultas y dices que todo será así siempre y, por si fuera poco, no contento con no solucinar, vas generando más problemas de nimiedades del día a día, como para rellenar el tiempo, para tener temas de conversación pero, en definitiva, sin decir nada, hablando de esta y aquel y de estupideces supinas. Por otro lado ¿de qué sirve ser inteligente si aplicas tus conocimientos mal? Si solo sabes crear bombas, inventar la mejor forma de ganar dinero, esclavizando al resto, multiplicando beneficios a costa de la angustia humana. ¿Podemos llamar a esa mierda éxito sólo porque reporta mucho dinero? Ser inteligente es ser crítico con uno mismo, conocerse, amarse, empezar siempre por uno y seguir por el resto, nuestros amigos, nuestros amores. Descubrir nuestros errores, esforzarnos por corregirlos, hacer los pertinentes cambios y no escudarse en las milongas del destino. Si partimos de la base de que el amor es más fuerte que la muerte, ese amor nos ayudará a cambiar, a vivir mejor, a entendernos, a superar lo superable y a asumir lo insuperable.
Dos pedazos
Tú estás roto y yo también. Somos dos pedazos que juntos hacemos algo bonito. Dos trozos de nada que se aman. Dos puntitos en el universo que, al mínimo roce, sacan chispas extasiantes, chiribitas sentimentales, vibraciones placenteras que recorren estos pedazos que somos. Como las letras sueltas que se juntan para formar una palabra con sentido, nosotros, al juntarnos, de la nada sacamos amor. Nadie sabe de dónde ha salido, cómo ha venido pero así ha sido. Una vida hecha pedazos, otra rota, se juntan y el mundo se ha vuelto idiota. De repente todo es rosa, las nubes sonríen, el agua no moja, ahora nos hace cosquillas y nos entra la risa floja. El silencio tiene música cuando los dos pedazos se rozan. Las lágrimas que aparecen son todas de alegría porque así es la vida cuando el amor te envuelve, te rellena, te propulsa y la imaginación crea de forma convulsa. Todo lo que aburría ahora es pura alegría, no hay momento sin placer, cada instante es eterno y cada movimiento de los pedazos un detalle de amor inmenso. Maravillosa rotura, fantástica existencia de pedazos que bailan echando lazos de suavidad profunda en los corazones que estaban negros y secos y ahora son dos soles que brillan en múltiples universos.
jueves, 9 de mayo de 2024
Ama de casa, pitonisa y chamán
He sido. Entre otras cosas. Prostituta, cuidador, barrendero. Todos trabajos dignos por la dignidad de quien los hace. El artista del hambre, como decía Kafka. Porque mi arte no da dinero, sólo me produce hambre. Escribo unas líneas y es tanto el desgaste que tengo que ingerir algo. Kafka me vio venir y me caló enseguida. El artista del hambre. Todo el día artisteando y comiendo. Tengo que dosificar mi arte porque, últimamente, me estoy engordando. Esto sí que no lo vio venir Kafka. Era listo Franz, pero no pitoniso como yo. He sido tantas cosas y sin embargo no soy ninguna. Descarte humano, partícula inhóspita, verso que no rima, rima que no versa, pero también cosa que besa, mano tersa que acaricia, amigo a corazón abierto, para que entres y te pongas a cubierto, para que notes el ritmo de mi cuerpo, el calor de mis entrañas y oigas los susurros de mis tuétanos. Soy lo que soy y es nada. Nada conmigo en este mar de calma, donde las dudas campean y el amor se expande al alba. Nada tesoro mío y atraviesa mi pecho, date un chapuzón de intensidad en mi corazón abierto, para ti, donde habitan también mis muertos, pero no te asustes, son hospitalarios, te recibirán con sonrisas y te harán halagos, te darán todos los mimos imaginarios, los mismos que te daré yo físicamente a diario. Soy la bruma, la brisa, la espuma de los días, tu cuerpo sin camisa. Soy tu sombra y también tus alegrías.
miércoles, 8 de mayo de 2024
La reticencia al cambio
Somos cambio constante. Es evidente, pero nos resistimos a ello. Queremos ser siempre los mismos o por lo menos eso creemos, nos quejamos siempre de las mismas cosas pero no hacemos nada por cambiarlas. Nuestro yo es una falacia porque el yo de ayer no es el de hoy aunque siga llamándole igual: yo. Me acuerdo ahora de la serie de la tele 'Fama'. La fama cuesta, decían, lo que no decían es que la fama es una mierda. Y que todo cuesta. Escribir cuesta, conocerse a uno mismo cuesta, amar cuesta. Sólo hace falta voluntad porque sino nos estaremos autoengañando. Como ocurre en política. Siempre nos mienten con promesas que no cumplen y, más tarde, nos dicen que ahora no es el momento de cumplirlas. Pero lo único que pasa es que no hay voluntad política porque nos anquilosamos en lo de siempre. Quiero escribir y escribo, aunque no me lea nadie, la fama me importa un carajo. Quiero amar y amo aunque no sea correspondido. El amor duele pero mola. Porque aunque el amor duela a veces, es lo mejor que hay. Siempre. No intento sermonear a nadie, todo esto me lo digo a mí mismo porque quiero cambiar a mejor. Escribir mejor y amar mejor. Escribir en tu piel mientras te amo también. Mutatis mutandis.
martes, 7 de mayo de 2024
El mundo
¿Podremos salvarlo? ¿Podremos salvarnos nosotros? ¿Pero de qué hay que salvar al mundo y a nosotros? De nosotros mismos. Hay una invasión de yos, Todo el mundo quiere tener uno. Yo, yo, yo se oye por todas partes. Y eso yo se quiere apropiar de muchas cosas, es un yo pa'mí, se quiere apropiar también del mundo. Deberíamos transformar ese yo en algo impersonal y así podríamos salvar al mundo que ahora estamos utilizando como objeto. Luchamos por un trozo de mundo, invadimos, asesinamos, creemos que conquistamos y lo estamos arruinando todo. Yo, yo, yo, se oye un eco constante. Lo mío pa'mí y lo tuyo también. Y esto no reporta nada bueno. Hambre, tortura, cárceles...nuestra solución es que se vaya todo por el sumidero de nuestra arrogancia. Y el mundo se apaga. Necesitamos interrumpir todo esto. Igual que los anuncios que nos liberan de la atención de una película, que nos conceden el tiempo para ir al baño y desahogar nuestra vejiga, buscar patatas o palomitas y también agua, recuperarnos del trauma fílmico, de la misma forma, necesitamos interrumpir tanto destrozo del mundo. Puede que, sin que sepamos cómo, surja una cooperación mutua, percibamos el valor de la revolución del amor como algo mundial y no como algo personal y nos sintamos uno con la tierra, con el mundo, sin tanto yo de mierda.
lunes, 6 de mayo de 2024
No quiero pasar a la historia
Quiero pasar a las pequeñas historias individuales porque no me gustaría ser recordado sino ser amado. Transformarme en el amor que sienten los demás y fluir y expandirme en luminiscencias sentimentales, ser amor. De eso se trata la revolución del amor. De pequeños detalles que perduran y explosionan liberando pequeñas partículas de amor, como una fuente encendida, a borbotones, de manera constante y permanente. Generando alegrías con todos los actos hacia las personas amadas. Adaptando la fantasía a nuestras rutinas, haciendo que la imaginación se infiltre en nuestras realidades con pequeños actos inusuales, con el único fin de hacer feliz, de producir ilusión en el otro. Quiero zambullirme en lo cotidiano y transformarlo en asombroso, provocar una sonrisa permanente, conversar con la mirada, escribir con mis dedos en la piel de la persona amada, hacer cosquillas con las palabras, hacer que los recuerdos renazcan incorporando incluso nuevas emociones. No quiero pasar a la historia, prefiero las infrahistorias, las buenas relaciones, amistades disfrutadas, armonías amorosas, fiestas de cariño, bailes sin ropa, juegos de niños, luces y brillos, saltos y brincos, y silencios hermosos, y reposo, y ataraxia para todos, pago yo.
domingo, 5 de mayo de 2024
Apenas sé
Algo sé, pero muy poco. Y durante poco rato también. Porque ¿cuánto duran las verdades a las que he conseguido llegar? La mayoría son efímeras, por no decir todas. Aunque algo sé. Es sencillo y evidente y debería saberlo toda la gente. La última enseñanza de mi madre fue, estando ya muerta, hacerme saber que el amor es más fuerte que la muerte. Y sí, algo sé, el amor siempre me salva la vida. Deberíamos ponerlo en práctica todos los días. Esbozar sonrisas, generar en nuestro entorno alegrías, amar a los amigos, en ello me va la vida. Y sí, sé que sé poco, pero también sé que tengo muchas dudas, y el amor me las calma y, a veces, las cura. No es que la duda sea una enfermedad sino solamente una forma de vida, donde veo certezas siembro dudas. Es mi destino. Y este destino es la vida, la vida es el camino y por el camino el amor brota porque hay semillas que yo riego con las lágrimas de mi alegría y surge entonces un amor que perdurará más allá de la vida. Apenas sé, pero este poco que sé, me hace compañía, me alegra el día y en mi corazón una fiesta constante y ya no soy el de antes, por eso amo un poco más cada día. Apenas sé, pero sé que me alegras la vida.
Todo lo que me produces
Te busco en cada palabra. Te materializas entre dos versos donde hacemos el amor y, aunque parezca un cuento, contigo todo es mejor. Ya no hay pensamiento sin ti. Eres la bruma que me envuelve, la brisa que me sigue, la esencia de todos mis actos. ¿Por qué te amo? No sabría decirte. Por tu sonrisa, por tu ternura, por ser como eres, por tus defectos, por todo. Primero te vi. Puede que hubiera deseo o ni siquiera eso. Te fui conociendo. Vamos, lo que hace uno con todos. Y algo se fue plantando en mi interior, puede que lo plantaras tú sin darte cuenta, una semilla mágica que fue creciendo en la tierra de los sentimientos. Y un día brotó, se ensanchó mi corazón, el mundo cambió de color porque contigo todo es mejor. Una música interior marcaba el ritmo de mi corazón y, en cada palpitación, tu sonrisa aparecía, tu beso en mi boca sentía y en tu piel se creaba mi caricia. Iba leyendo tu cuerpo dulcemente con mis dedos, escribiendo con el tacto todo lo que producen mis sueños, generando tu presencia en cada alegre momento. Si escucho música en el estribillo te encuentro, cuando un poema recito eres el alma y el estilo, y si sólo contemplo el paisaje tú te transformas en su brillo. Todo lo inundas, en todo te veo y, como los niños, estás en todos mis juegos. Eres el agua que recorre mi cuerpo, que sacia mi sed con los mejores momentos. Te busco en cada palabra y si no te encuentro, te invento.
sábado, 4 de mayo de 2024
Lenguaje caricia
He creado el lenguaje caricia. Producto de mucho esfuerzo y de mil albricias. Puedo hablar de amor con las yemas de mis dedos y, a la vez que recorro tu cuerpo, dejo mi impronta y leo tu historia. Tu piel es el pergamino de cariño que me encuentro en el camino de la vida. Nuestro contacto, el destino. Escribo mi amor y entramos en perfecta sintonía. Disfrutando cada uno de la esencia del otro. Capturando las presencias con caricias. La caricia habla y lee al mismo tiempo. Es el lenguaje perfecto del amor, uno de ellos. En tu piel escribo con mis dedos lo que la memoria te devolverá en recuerdos y pensamientos. Y mis dedos absorben tus encantos que van directos a mi corazón que genera una música interior que me está teletransportando. El lenguaje caricia es una maravilla. Ahora, aquí solo, toco mi piel y son tus dedos, la vuelvo a tocar y ahora es tu piel. ¿Dónde estoy? ¿Es esto el cielo? Sigue hablando lenguaje caricia, cuéntamelo todo, genera más albricias. Sublime roce, placer intenso, amor en benditas caricias, amor supremo.
Seducido
Por el arte de encontrarte, de saber de tu amistad, de percibir tu amor, de soñar tu cercanía y disfrutar tus alegrías. Seducido por las palabras que aún no has dicho, por lo que no has pensado, por tu desnudez soñada, imaginada y, por todo ello, vivida. Seducido por las canciones que aún no me has cantado, por los bailes no bailados, seducido por lo imaginado que, es tan intenso, y en la memoria se ha anclado. Pura seducción en esencia que traspasa límites, que me envuelve, que mantiene mi amor en constante crecimiento, pues vibras en mi corazón y también en mi pensamiento. Seducido por la mirada, por la sonrisa, seducido por todo lo que hay en tu vida. Encantado de ir conociéndote, fascinado de haberte encontrado, cautivado por el amor profesado. Y es esta seducción constante la que me lleva en volandas, como flotando a escasos milímetros del suelo, soy transportado por esta cinta de amor imaginaria que me lleva de un lado a otro, aunque en mi interior siempre estoy a tu lado. Seducido por tu naturalidad, por tu encanto y todas estas maravillas me han vuelto a dar la vida como si un soplo primaveral me hubiera generado alas, voy volando de una fantasía a otra y, es tan real, que estoy seducido todo el rato.
viernes, 3 de mayo de 2024
La renuncia
No quiero serlo todo y, a pesar de haber insistido mucho en ello, tampoco volveré a pretender saberlo todo. Son absurdas estas querencias pero también tengo yo mi toque de absurdo. Sólo me gustaría ser una partícula de amor, flotar en el aire que respiras, hacerte cosquillas con pequeños susurros a la vuelta de la esquina. Renuncio a todo lo demás, a todo consumo inapropiado, a manipulaciones inherentes, al trabajo inadecuado, a esa obsesión por el dinero que me han inoculado. No pretenderé nada, sólo partícula, una partícula de amor, sagrada, venerada por otras partículas con las que forma grupúsculo y, juntas, en un éxtasis de cooperación inopinada, llevar a la revolución del amor a una zona inmaculada. Qué gusto este nuevo estado producto de una renuncia que sincera y alocadamente una nueva vida anuncia. Qué puedo esperar ahora, si ni siquiera soy yo, sólo pequeña partícula activa en la revolución. Hoy el amor es más grande, hoy muchas se sienten mejor, partículas integrantes de la revolución del amor.
La fuente encendida
Estaba en el parque leyendo. Los niños jugaban con sus padres, unos iban en bici, otros se entretenían con pistolas de agua, daban migas de pan a los patos y a las palomas...y yo leía. Los patos nadaban tranquilamente en la fuente. El agua se movía al ritmo de las patas de los patos. De repente apareció el rumor. El sonido del agua. Múltiples chorros de diferentes tamaños borboteando al unísono dibujaban en el aire la alegría de la vida en movimiento. Y entonces comprendí que eso mismo me había sucedido a mí. Mi corazón tranquilo, mi cuerpo pausado, la rutina que me envolvía; todo ha cambiado. Ahora soy la fuente encendida. La sangre bonita, la primavera alterada, el corazón cantando, la mente asimilando alegrías, el alma ubicua, llenándose del amor de todas partes. Llego a casa, me desnudo, me tumbo en la cama y sigo escuchando la fuente encendida.
miércoles, 1 de mayo de 2024
Me apetecía
Hoy voy a contaros un cuento. Igual que se pasa de la noche al día, yo paso de la soledad a la compañía. Y no por necesidad, sino por pura alegría. He de reconocer que la soledad no es tal pues estoy rodeado de libros, hay música de fondo, a veces sonando en el exterior y otras en mi cabeza. Y dónde está el cuento, estaréis pensando, el cuento es la vida, por lo menos, la mía. Aunque a veces nado entre versos disfrutando en los lagos de la poesía, mi vida es un relato corto que transforman en eterno las compañías. Por eso hay amigos que conozco hace un año pero lo son de toda la vida. Hay conexiones a distancia y amores en la lejanía y si, por casualidad, un día se realiza el encuentro de esas dos vidas amigas, surge la maravilla porque en pocos instantes el amor distante se transforma en chiribitas que transportan el contento acumulado en los ratos de soledad divina. Hoy puedo decirte que te sentí en otra vida y, a los que aún no conozco en persona, mi cara en sus sueños asoma como por una ventana de fantasía, y todo en este cuento de mi vida, a veces sola y a veces en compañía, es la alegría que perdura y moldea mi corazón, y no sólo moldea, también lo amplía. Porque mi corazón es como el universo, se expande cada día. Y este es el cuento y quería contároslo. Me apetecía.
INTRODUCCIÓN
Todo empieza leyendo la novela ‘Los nombres epicenos’ de Amélie Nothomb. ‘El poeta era simultáneamente el poema, la música y el texto. Para pasar a la posteridad, tenía que conocer a otro poeta y este debía transmitir su arte por contagio. La poesía de éxito tenía mucho que ver con una epidemia. El mal poeta sólo creaba un virus inofensivo, no contagiaba a nadie.’ La poesía como una epidemia que influye en tu vida; qué poesía, qué tipo; no para todos es la misma por eso ese virus poético en realidad nos define a nosotros mismos. Mi intención en este pequeño análisis es llegar a cierto tipo de conocimiento, sobre todo de mí mismo, pero sin cometer el error del psicoanálisis de querer analizarlo todo, como si todo tuviera explicación. David Lynch lo explica muy bien cuando dice que por qué buscamos siempre sentido en el arte cuando la vida no tiene sentido, es absurdo, y en el arte pasa igual, hay hermosura pero muchas veces sin sentido, no tenemos explicación para ese algo que nos subyuga, que nos emociona. “El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos.” Marcel Proust. Esa nueva visión es la que aporta el virus poético, por eso tenemos que mirar con sus ojos. “Es cierto que el ADN revela el vínculo sanguíneo, pero no nos cuenta nada sobre las discordias o los rencores, las heridas o los reproches, no cuentan nada sobre el amor dado o nunca recibido”, nos dice Taina Tervonen en ‘Las sepultureras’, y es ahí donde entra el arte del virus poético. Como dice José Jiménez en ‘Teoría del arte’, el arte contemporáneo bebe de las vanguardias. Compromiso estético de la obra con el momento histórico que vive, pero no sólo eso, la poesía, el virus poético tiene un compromiso especial e individual con cada uno que lo disfruta, un compromiso que se ensancha y profundiza en el conocimiento. […] El poeta vive la poesía como una experiencia más de las que, a lo largo de su existencia, lo configuran como persona.
Ataraxia para todos
Sí, ataraxia para todos, pago yo. Era mi deseo preferido cuando entraba en los bares a las tantas de la noche en mis épocas de, ahora escarceos intensos descontrolados y sin sentido, rutina alcohólica desenfrenada. Pero hay cosas que van y vuelven, como el oleaje, vuelve el agua hecha otra ola nueva, parece idéntica pero es completamente distinta, nueva es la espuma, nuevo el sentido, nueva la vida de esta espuma de los días. Y esta ola ha vuelto en un viaje a la costa alicantina. Por diferentes motivos que muy bien podrían ser un jeroglífico, termino en una clase de cerámica, rodeado de gente casi desconocida pero amiga, creando en cooperación dicharachera, manchándome las manos con la vida auténtica, disfrutando del entorno me mimetizo y en estas que viene la ola y, tras la espuma, sale de mi memoria: ataraxia para todos, pago yo. Como dos neuronas que se conectan, dos instantes de mi vida se saludan, vuelve lo mejor de un recuerdo, la serenidad que vivo moldeando el barro, conversando, riendo, a ratos en silencio, pero siempre disfrutando. Hago un pequeño cuenco, todos lo hicieron, para mí una gran obra, para los otros el comienzo. Y la mente se me ilumina al elegir una palabra que pintar en el cuenco: ataraxia. La mejor forma de describir este agradable momento.
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