viernes, 24 de mayo de 2024

La carcajada

Voy de un lado a otro de la casa. Ordeno, limpio, intento mantenerme en movimiento pero, entre tanta actividad repentina siento que alguien me mira: es mi madre. Tengo varios retratos suyos situados en sitios estratégicos. Me mira cuando voy al dormitorio, mi mira cuando estoy en el salón, pero también me mira cuando cierro los ojos y siempre, siempre me mira cuando me duele el corazón. Ahí, en esos momentos, oigo también su voz. No se me olvida, es una voz que acaricia, que consuela, la voz que me dio la vida y que, a pesar de llevar muerta muchos años, sigue siendo la voz que me aconseja, que me salva del delirio, de la locura violenta de mandarlo todo a la... Siempre está ahí, vigilándome, apoyándome, recargándome con su amor inagotable. Ahora voy de un lado a otro de la casa, cantando lo que ella cantaba, repitiendo sus palabras y, cuando me callo, escucho a lo lejos su carcajada.

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