sábado, 11 de mayo de 2024

Sonreír hasta el final

Algunas veces todo sale mal. Recuerdo cuando se murió mi hermana. La quería mucho. Más tarde murió mi madre y pensé que se habían ido las dos personas que más quería y que nada valía la pena ya. Pero algo me decía que debía seguir, y ese algo eran ellas, sin duda, desde donde quiera que estuviesen. A veces pienso que el que no está soy yo; así están las cosas. A mi hermana, pasará lo que pasará, la vi siempre sonreír. Sonreír hasta el final. Tal vez ese sea su legado, la consigna marcada a fuego por el destino con el llanto por su perdida. La última lágrima derramada cayó en mis labios y provocó que se entornaran. Al poco tiempo tuve un sueño en el que aparecía mi hermana muerta y me sonreía. No podía creérmelo, era todo tan vívido que le pregunte qué hacía ahí de pie, delante mío, si estaba muerta. Siguió sonriendo y me dijo ¿y qué? Ese sueño me persiguió durante años. ¿Qué podía significar, qué sentido tenía? Qué manía tenemos en buscarle sentido a todo cuando la vida diaria, las relaciones, todo o casi todo, no tiene ningún sentido. Así que para qué estar mal. Siempre que sufro me acuerdo de mi hermana. Sonreír hasta el final, aunque te inunden a mentiras. Sonreír hasta el final aunque te engañe quien querías. Sonreírle a la muerte cuando se acerque y hacerle cosquillas.

No hay comentarios: