miércoles, 29 de mayo de 2024

Condiciones y concesiones

Cuando sólo impones condiciones y no hay ninguna mención a pequeñas concesiones, no es una relación sana y mucho menos una relación basada en el amor. Es más una transacción comercial capitalista, ese maldito capitalismo que lo ha invadido todo, relaciones, sentimientos, identidades. Una transacción hecha con cuerpos y sentimientos. Sin darnos cuenta, a veces, caemos en la trampa. Por eso hay que analizarse, cuestionárselo todo. Por qué amo lo que amo, amo a quién amo, de qué manera amo y, lo primordial, eso que llamo amor ¿lo es realmente o es otra cosa? Ahora se estila mucho salirse de lo general, de la aparente norma, crear cada uno su singularidad, sentirse diferente. Pero hay tanto diferente que, sin querer, se vuelven a generalizar. Se buscan nombres distintos para terminar nombrando lo mismo. Y los sentimientos lo que mejor entienden es el amor natural, sin modernas parafernalias. Por eso hay que llegar a acuerdos y ahí entran las concesiones, la empatía, la construcción de un amor común no fundamentado exclusivamente en deseos ni en condiciones impuestas por una originalidad absurda llena de palabrería vacua donde se pudre el sentimiento. El capitalismo dice yo primero, a mi manera, mis condiciones, que se me quiera como soy, sin hacer miramientos, sin hacer concesiones, y al que no le guste que se pierda. Pero la revolución del amor va a terminar con toda esta mierda. Permanezcan sintonizados a la frecuencia amorosa de sus pantallas. Hasta el próximo vídeo, corazones. La revolución del amor sigue en marcha.

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