martes, 7 de mayo de 2024

El mundo

¿Podremos salvarlo? ¿Podremos salvarnos nosotros? ¿Pero de qué hay que salvar al mundo y a nosotros? De nosotros mismos. Hay una invasión de yos, Todo el mundo quiere tener uno. Yo, yo, yo se oye por todas partes. Y eso yo se quiere apropiar de muchas cosas, es un yo pa'mí, se quiere apropiar también del mundo. Deberíamos transformar ese yo en algo impersonal y así podríamos salvar al mundo que ahora estamos utilizando como objeto. Luchamos por un trozo de mundo, invadimos, asesinamos, creemos que conquistamos y lo estamos arruinando todo. Yo, yo, yo, se oye un eco constante. Lo mío pa'mí y lo tuyo también. Y esto no reporta nada bueno. Hambre, tortura, cárceles...nuestra solución es que se vaya todo por el sumidero de nuestra arrogancia. Y el mundo se apaga. Necesitamos interrumpir todo esto. Igual que los anuncios que nos liberan de la atención de una película, que nos conceden el tiempo para ir al baño y desahogar nuestra vejiga, buscar patatas o palomitas y también agua, recuperarnos del trauma fílmico, de la misma forma, necesitamos interrumpir tanto destrozo del mundo. Puede que, sin que sepamos cómo, surja una cooperación mutua, percibamos el valor de la revolución del amor como algo mundial y no como algo personal y nos sintamos uno con la tierra, con el mundo, sin tanto yo de mierda.

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