domingo, 19 de mayo de 2024

La interrupción

Siendo una maravilla hemos construido una obra megalómana a nuestro alrededor. Ya no somos seres, somos construcciones de un yo, de un ego, de un continuo absolutizado. Un yo separado de su propio cuerpo para manejarlo. Buscamos satisfacer nuestro propio deseo. La sociedad, el sistema, el capitalismo agonizante, el anatema neoliberal, todo nos encauza a un continuo absoluto y manipulador como ninguno, a una estúpida hiperactividad vendida como aprovechamiento propio cuando no es más que auto explotación. Pero la revolución del amor acude en nuestra ayuda. Siempre hay un resquicio, una posibilidad, una brecha que posibilite la interrupción. Un amor, una amistad, otro cuerpo y un entre en medio de los dos: entre tú y yo. Esos advenimientos que nos enseñan la verdad del existir, no es ningún yo. Esos advenimientos, y también partidas, que nos acercan al infinito. Un cuerpo que se aventura más allá de la identidad subjetiva, una vida humana reflexiva. Volver a ser maravilla, quitar todas las capas superfluas. Desnudez psicoanalítica. Nuevos vínculos imprevisibles con el mundo vivo y todo lo que existe. Ser otro, estar entre otros, establecer conexiones, desdoblarme, volver a la maravilla, desechar el yo inaceptable, ser amor y vida.

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