domingo, 26 de mayo de 2024

¿Por qué llamamos nada a la nada?

Nuestra capacidad de entender tiene un límite. Queremos explicárnoslo todo desde siempre, por eso creamos los mitos, filosofamos, nos zambullimos en la ciencia y también en los textos literarios, hacemos poesía con el aire, con la música, con cualquier cosa, generamos arte. Pero, por otro lado, también decimos que dios creó el mundo de la nada. ¿Cómo? Un filósofo poco conocido, Fredegiso, dijo que si dios había creado el mundo de la nada, entonces, la nada no sólo es algo, sino que es algo de suma importancia. Y creo que tiene razón. De la nada sale también el amor. Una mirada, unos ojos que se cruzan, un rostro que antes no te decía nada, curioso, ahora lo es todo. También decimos cuando no hay nada que algo está vacío, pero los científicos aseguran que el vacío está lleno de cosas. Aunque no creo que el amor surja de la nada, más bien el amor está ahí siempre, hay que rebuscar, agarrarlo fuerte, sentirlo y formar parte de la revolución más hermosa que la vida nos ofrece: la revolución del amor. Así que cuando sientas que no hay nada, cuando percibas el vacío, delante de un folio o un lienzo en blanco, piensa que entre toda esa nada está el amor, y que dentro del amor estoy yo, tu amigo, y que mi amor estará siempre contigo.

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