
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
miércoles, 31 de julio de 2024
Lo que vi
La intuición me dijo que ahí había algo. Siempre me fijo en los gestos de las personas. Las fotos, aunque muchas veces sean fingidas, dicen muchas cosas de la gente. No sonreímos siempre igual y no sólo sonríe la boca sino también la mirada y, a veces, todo el rostro o todo el cuerpo. Otras veces no da tiempo a prepararse y se produce el clic a medio camino de esa preparación. Y muchas veces estamos con la guardia bajada y la foto nos sorprende o nos da igual. Las redes sociales te acostumbran a ver fotos de las mismas personas con las que muchas veces tienes cierta relación de intimidad. Sabes cuándo alguien oculta algo, cuando quiere dar pena o hacerse la víctima o cuando es su forma natural la que ves. La mayoría de veces es la construcción de un personaje, pero ese personaje no se puede sostener siempre. Ves las fotos de un grupo de amigos y percibes cierto enredo. Siempre me gusta más observar las fotos que los vídeos porque hay un antes y un después hasta llegar a ese gesto que se ha captado que el observador debe descubrir. La belleza de las personas se deja ver en los gestos de ternura involuntaria. Puede que estés sólo construyendo un personaje o intentando mostrar tu faceta poderosa y viril, pero una parte de tu cuerpo, una mirada tierna, a pesar de tu gran cuerpo y su gesto o posición hostil, muestra al buen observador lo más bonito que hay en ti y, tal vez por timidez, pretendes ocultar. Y ese descubrimiento de la primera vez, de mi primera visión, se fue afianzando, fui ampliando el conocimiento y lo que vi, sí, lo que vi fue amor.
El otro camino
Siempre hay otro camino al que estamos tomando. Deberíamos saberlo, pero no queremos que nadie se inmiscuya en nuestra elecciones personales cuando, en realidad, estamos siendo manipulados desde hace mucho tiempo. El capitalismo es astuto, te explota y luego te dice cómo tienes que evadirte. De joven te crees un rebelde antisistema porque manejas drogas, experimentas con ellas, te crees más libre, pero la fiesta, el supuesto descontrol, te lo proporciona el Estado de manera soterrada. Hoy en día internet juega un papel parecido. Mientras estés conectado, solo, delante de un ordenador en tu casa, comprando con tu tarjeta de crédito, individualizando tu vida al máximo, y no te relaciones nada más que para cuestiones de placer, utilices todo, incluidas las personas, como utensilios de usar y tirar, te olvides de la cooperación, ni se te ocurra hablar de amor y amistad, por lo menos no en su sentido verdadero sino como amigos de redes, esos que no verás nunca en tu vida y solo muestran sonrisas y mentiras en un escaparete que da grima; mientras ocurra todo esto, el sistema ha vencido sobre tu existencia, no tienes vida y el camino que sigues no lo eliges tú pero es tu rutina. Pero hay un punto de luz en el horizonte, hay un otro lado escondido y poco iluminado donde se encuentra el otro camino. Un camino a construir, con nuestro corazón y nuestro pensamiento, con nuestra revolución del amor que surge de dentro, un camino que nos lleva directos al mundo poema que creamos, ahora sí, con la libertad de nuestra vida filosófica, con la cooperación de los amigos, con los rebeldes y revolucionarios amorosos, con el arte que nos proporciona belleza y vida, y la alegría de sentir que nuestras ideas, nuestro amor, mejoran nuestro mundo y amplían nuestras vidas.
martes, 30 de julio de 2024
Descansando en la duda
Voy haciendo camino y, durante el trayecto, surgen muchas preguntas. Me tumbo a la vera de una higuera a meditar si el dudar se va acabar y sonrío, no, nunca termina, he ahí mi dicha en esta filosofía de la vida. No tengo muchas certezas. El conocimiento aprendido me hace dudar a mí conmigo. Dudo de mí, dudo de lo aprendido, dudo del mundo, tal vez por eso construyo otro, dudo del amor y me revoluciono. Uno se queda más relajado descansando en la duda. El pensar nunca termina y las preguntas se multiplican. Quién soy, de dónde vengo, a dónde iremos a parar, qué hay del amor eterno, ¿es eso cierto?, ¿es amor o sólo deseo?, ¿puede ser el deseo digital y quedarse ahí y ya está?, ¿será cierto que nos sobraba una dimensión?, ¿se pude tener miedo al amor? Ha durado mucho este descanso. Me levanto, me estiro, retozo un poco más en la duda y sigo camino. ¿Me amará toda la gente que dice que ama?, ¿la amistad digital es más amistad o más digital? Parece que la duda se reproduce por esporas y no por horas sino por segundos. Miles, que digo miles, millones de dudas asaltándome en el camino, y yo contento con todo lo que produce este invento de descansar en un mar de dudas amigas que mantiene activo mi razonamiento. Y sigo pensando que lo más bonito es el amor, por mucho que dude siempre acabo revolucionado, construyendo un mundo poema con amigos y con hados. No sé dónde me llevará todo esto, y otra duda más se añade a mi querido universo.
Cuando el asombro es saludable
La monotonía, la vida diaria nos anclan en esa bruma del siempre lo mismo, acciones mecánicas y maquinales que el mundo digital contribuye a enquistar. El asombro del que hablo nos ayuda a ver las cosas como son y no como suponíamos que eran. Nuestro destino no es deambular por una niebla invisible de suposiciones sino asombrarnos de la maravilla humana del amor revolucionario, del poder del amor que recibimos a diario de una u otra forma, de diferentes partes del mundo, de personas magníficas que, a lo mejor, aún sin saberlo, están construyendo conjuntamente el mundo poema que habitaremos con la serenidad de nuestra vida filosófica. El espíritu utópico ha dejado de ser invisible, la vida es una fiesta a pesar de todo. Y este asombro saludable cura todos los males provocados por la suposición, el bulo, la mentira... y volvemos a vislumbrar la maravilla que somos al cooperar en esta revolución del amor. Un asombro saludable al día, y si necesitas dos, adelante, asómbrate como te asombrabas antes, cuando un niño con tu nombre soñaba con gigantes, elefantes rosas y hadas madrinas, con un juego en cualquier esquina, con muchos amigos, físicos o imaginarios, con aventuras que vivir y que leer que, aunque suene diferente, lo asombroso es que las vives también cuando las lees. Cuando el asombro es saludable el amor sale a tu encuentro y tu vida, a veces anodina y sosa, se transforma en un cuento.
Crear una fe
La casa se está completando. La casa de la que hablo es la revolución que vivo, el mundo que creo, la vida que llevo y el amor que concibo. Hay que crear una fe, como decía Tolstói, en la que podamos creer tan firmemente como nuestros padres creían en la suya. Y no, no es una religión, es una forma de vida, es la fe en el amor revolucionario que nos llevará a un nuevo mundo, al mundo poema tan deseado por todos y que llevamos grabado en nuestro ADN, pero que, evidentemente, cuesta percibir debido a esas fuerzas de la vida cotidiana que nos llevan por derroteros vulgares que creemos necesarios cuando en realidad son inoperantes y obstruyentes. Los textos diarios van generando esta nueva fe poderosa y el poder de las palabras enaltecido por el significado y el sentido que rebosan. Fluye la vida filosófica, llueven versos como rosas y, cuando te veo, pienso en tus besos, entre otras cosas. Se abre camino el mundo poema entre sonrisas y alegrías de esta fe firme que se crea en compañía de almas verdaderas, de arte que es vida y, con amor revolucionario, se extiende en esta amistad compartida por todo el universo de espíritus afables que, hables de lo que hables, te dedican su sonrisa, su vida, su atención, y todos estos pequeños detalles son el amor que recibo y, te halles donde te halles, mi corazón está contigo. Hoy he creado una fe para todos mis amigos.
El innombrable
Lo he visto. Se plantó ante mí en uno de mis actos, en medio de una acción. No lo vi durante, sino después, cuando medité sobre ello. No dijo nada, pero entendí su mensaje; porque lo que aquí es silencio, allí es lenguaje. No se invoca al innombrable en vano, me dijeron; aunque yo no lo había invocado, él se presentó a mi lado. Su silencio me hizo ver mi error que mi orgullo y la satisfacción de un placer menor habían soslayado, y una gran ola de vergüenza catártica se derramó sobre mí. Debes estar atento, me dijo; es difícil no caer en estas pequeñas trampas, susurró el silencio. Vamos bajando la guardia y el sistema nos fagocita de nuevo a través de nuestro entorno, de las personas cercanas y el efecto mimético que provocan en nosotros, pero el silencio del innombrable me lo dijo claramente: la revolución del amor no puede parar, hay una lucha entre el mundo que se descompone pero perdura y el mundo poema que se crea. El innombrable me ha abierto los ojos y el lenguaje de su silencio me ha insuflado la energía del misterio.
lunes, 29 de julio de 2024
Versos por el mundo
No, no es una onegé, se trata del material para construir el mundo poema. Versos que son como besos que se estampan en la tierra, en el cielo, en el cuerpo, en la brisa mañanera que te acicala el talento, que te despierta y te pone contento. Versos que flotan en el aire como el amor de la canción que canta mi corazón cuando pienso en ti, en tu alegría, tu ternura y tu talante. Besos que salen del aeropuerto de mi boca y atraviesan nubes, montañas y rocas, para aterrizar en la tuya y, cuando mojes tus labios con la lengua, captarás mi sabor que recorrerá tu interior como un gran poema de amor, como una revolución en su momento álgido, como esos viajes sin moverse del sitio en un camino ácido, expandiendo el mundo poema, para otros anatema, pero qué nos importa si decimos adiós al sistema, a la sociedad perecedera, que llega una vida nueva, llueven versos de amor y nos calamos de poemas. Aquí desnudo yazco esperando que me caigan de este cielo imaginado tus abrazos. Se transforma lo soñado en real y apacible caricia que viste mi piel con tu roce para que yo me llene de goce y recargue de energía nuestra alegría compartida. Más mundo poema florece en los campos de mi alma y con el corazón ya en calma te doy la bienvenida a mi vida, a esta revolución que clama tu amor y tu fragancia y tu presencia en mi estancia.
Casillas de vida
Recuerdo que el concepto cuando yo era pequeño eran compartimentos estancos, pero no me gusta mucho utilizarlo, me recuerda a compartir y a fumar, por eso he elegido casillas de vida, como si la existencia fuera un tablero de un juego, la vida actual es muy parecida. Somos de una forma en el trabajo, de otra durante el ocio, diferente con los vecinos, distinto con la familia, aparentes en las redes y creemos que somos nosotros mismos cuando estamos solos o con la pareja o lo que quiera que tengamos. Hay personas que amplían el tablero dependiendo de con quién estén. Y otras, como yo, que lo disminuyen a tan solo una casilla. Y ese es mi mayor problema. Una vez, en uno de mis trabajos anteriores, en una fábrica donde fui metalúrgico, un compañero de trabajo que me llevó a casa un día porque perdí el autobús de empresa y además le tenía que dar un cedé, por aquella época aún se grababan cedés, subió a casa para recoger el disco y vio como actuaba con mis padres. Le acompañé otra vez hasta su coche y me dijo muy sorprendido: es alucinante, tú eres igual en todas partes. ¿Y cómo iba a ser? Siempre me consideré un mutante, pero mis mutaciones son lentas, pero a lo que se refería mi compañero era a que me comportaba igual en todas partes, tenía la misma acitud y el mismo carácter donde quiera que estuviese, y eso él no lo entendía. La gente cambia dependiendo de con qué sexo se relaciona, si son amigos o compañeros, si son vecinos o extraños, tienen muchas casillas en sus tableros, pero también deben de tener el cerebro hecho polvo. Yo cuando tengo un poco de confianza bromeo, tiendo a la risa, me gusta ver sonreír a la gente, pero también tener conversaciones serias, ir alternando ambas cosas, y tanta mezcla no se puede tolerar; aunque los demás deberían saber que yo solo poseo una casilla.
Todo intento de pensar
Cae en saco roto si comienza con susposiciones que se afianzan en nuestra mente hasta usurpar el espacio de la verdad. Todo intento de pensar es con palabras y si no dispones de una buena colección tu razón es diminuta y violenta, y eso a lo que llamas pensar es solo una ofensa al pensamiento de verdad. Bajo corriendo a la tienda de la esquina. El ascensor está ocupado y me lanzo escaleras abajo. Pienso que es la mejor opción. Pero luego pienso que por qué tengo tanta prisa con la cantidad de tiempo que he estado sin pensar. Vuelvo a correr pues es por eso mismo que acabo de decir por lo que tengo prisa. Abro la puerta al exterior del edificio y el agua de lluvia me moja casi con la misma rapidez que yo he bajado las escaleras. Llego a la esquina, miro el reloj, quedan pocos minutos para que cierren, pero hay tiempo, pienso. El dependiente, René, me mira con una ligera sonrisa, se remanga la camisa antes de apoyar sus brazos en el mostrador y puedo ver su tatuaje un poco más arriba de su muñeca izquierda: pienso luego existo. Supongo que vienes a por esto, me dice sin abrir la boca, y debajo de su mano derecha hay un sobre en el que puedo leer, justo cuando retira su mano René, pensamiento crítico. Es tuyo. Bienvenido al club.
El desconocido está esperando
Algo o a alguien. Hace tiempo que no sucede nada pero a la vez suceden muchísimas cosas que, individualmente, no importan nada, pero, al acumularse, te destrozan la vida. Poco a poco te van desgatando sin que lo percibas. Unos días te sientes cansado, dejas las cosas que te interesan para otro momento, ese libro, ese viaje, esa relación. Habrá tiempo, piensas. Procrastinar lo llaman ahora, pero siempre ha sido que te joden la vida y, al final, te la acabas jodiendo tú mismo. Te auto proclamas víctima del sistema, les ayudas a que te sigan latigando, a que continúe la explotación, a destrozarte por dentro ya que ellos lo hacen por fuera. Pero un día un pequeño demonio antisistema llama a tu puerta. Tiene cara angelical y viste como un testigo de Jehova y va tatareando esa canción flamenco gitana obi-obi obi-oba. Te quedas un poco perpejo pero le dejas pasar. Rebusca entre tus libros, elige varios y los pone delante de ti. Tu podrías escribir así, te dice. No le eches la culpa a nadie más si no lo consigues. Te sonríe y se va por donde ha venido. El desconocido sigue esperando mientras asimila lo sucedido. Comienza a escribir. El desconocido soy yo. Voy a construir un mundo y me ayudaré con una revolución. ¿Te apuntas?
domingo, 28 de julio de 2024
Chamanes y dáimones
Nosotros somos chamanes, y nosotros dáimones, y tú eres las dos cosas. Respire profundamente varias veces antes de abrir los ojos. Estaba desnudo y tumbado en la cama, había hecho una pequeña siesta de cinco o diez minutos, pero, durante el sueño, había vivido años con un grupo de seres maravillosos con los que intercambié conocimientos y grandes momentos creativos y, como era inevitable, disfrutamos de la revolución del amor y construimos juntos varias porciones muy interesantes del mundo poema onírico. Los chamanes, con su combinación de poetas, sacerdotes y médicos, hacían de la vida un ritual mágico constante y, los dáimones, lo ponían en práctica con sus maravillosas transformaciones. A veces eran personas; otras, animales. Y desde todas las perspectivas que adquirían me enseñaban lo más misterioso de la existencia. Todos se congratularon de la revolución del amor y la consideraron esencial para la creación de más mundo poema. Me levanté con una parsomonia feliz, deleitándome en mi propia desnudez. Abrí la ventana. Varios pájaros se acercaron y, aleteando a tan sólo un palmo de mi nariz, me hicieron una señal para que les siguiese. Comencé a aletear. Volamos un rato por el barrio. Unas vistas increíbles que jamás creí poder ver se ofrecían ante mí. Un perro nos observaba desde el suelo. Aterricé a su lado y tomé su forma canina. Charlamos de filosofía y de cosas de la vida. Leímos varias bilbiotecas con nuestros olfatos y, en muy poco rato, construímos un gran trozo de mundo poema. En una esquina había un hombre apoyado. Soy Néstor, me dijo, tu perro amigo y, aunque estoy muerto, sigo queriendo estar contigo. Y nos fundimos en un abrazo.
La magia que hay en ti
La mayoría de personas nos pasan desapercibidas. Para que nos llamen la atención normalmente tienen que resaltar en algo, tener mucha belleza, mucho dinero, ser un gran deportista. Nos han educado así. Por eso, cuando veo una persona aparentemente normal me fijo en algunos detalles, en su mirada, en su sonrisa, intento captar lo maravilloso que hay en ella porque muchas veces ni siquiera nosotros mismos sabemos lo que somos ni de lo que somos capaces. Por eso siempre me ha gustado observar y, gracias a la revolución del amor, entre otras cosas, he sabido intuir la magia de las personas, descubrir sus pequeñas maravillas, sus increíbles dotes creativas, sus ganas de vivir a pesar de los múltiples problemas que nos acechan constantemente, sus sonrisas que sobresalen por encima del dolor diario. Y, cuando te veo, veo la magia que hay en ti. Tú a lo mejor la desconoces, pero esa magia que posees me hace feliz, me llena de amor y me hace sentir mejor. El mayor logro de mi vida creo que es y será siempre encontrarme en el mundo a personas mágicas que comparten conmigo, poder sentir sus abrazos aunque sea en la distancia, acabar conociéndolos en persona, hacer que mi alma se complete, que su magia me contagie. Sumergirme en la magia que hay en ti es, posiblemente, mi único fin.
Los muertos
Cuando hablamos de los muertos creemos que lo único que podemos hacer es recordarlos, pero los recuerdos suelen mentir para ambos lados, para lo bueno y para lo malo. Siempre exageramos. Hoy he leído que hay que alimentar a los muertos. Al principio me he quedado perplejo, pero solo uno segundos después lo he entendido. Los muertos están en otro estado, pero siguen estando. Yo hablo con mis muertos y me responden a cosas de mi vida actual, me guían, me llaman la atención, a veces creo que es mi cabeza o mi memoria, pero son ellos. Con el tiempo te das cuenta. Alimentar a los muertos es informarles, no solo hablándoles de tu vida sino también amándolos porque, como digo siempre, el amor es más fuerte que la muerte y, aunque al morir creamos que todo termina, no es cierto, el amor perdura, alimenta las almas, los espíritus, lo que sea que continúe existiendo y de la forma que sea. La muerte significa solamente una transformación del individuo y, en vida, si hemos sabido vivirla, tendremos muchas transformaciones, para mejorar esa vida, como la revolución del amor que, sin duda, continuará más allá de nuestra muerte. Así que alimentemos a nuestros muertos con amor porque aparecerán ante nosotros como animales, como otras personas que creeremos que están vivas o por lo menos nos lo parecerá, pero serán nuestros muertos. Ayer, sin ir más lejos, me crucé con una ancianita que caminaba agarrada a su andador y, cuando se cruzó conmigo me obsequió con una mirada genuina y familiar que llamó mi atención y me llenó de alegría: era la mirada de mi madre.
sábado, 27 de julio de 2024
Hace un rato fui otro
No me refiero a la evidencia físico filosófica del cambio constante. Hace un rato era enteramente otro. Mi piel era más oscura, la voz más aflautada si cabe y mi flauta, como era de esperar, parecía un oboe. Estaba desnudo y tenia la piel húmeda y salada. Intuí que había salido del mar hace poco. Miraba a todos lados de forma extraña, chocaba con los libros y las cosas que había en la habitación que no reconocía. Fui al baño y me lavé la cara. El color oscuro de mi rostro se fue con el agua por el desagüe. El resto de mi cuerpo seguía oscuro, así que me dí una ducha. Aclarado el asunto y mi cuerpo parecía que volvía a ser yo, pero no las tenía todas conmigo. Algo del otro de hace un rato seguía zarandeándome por dentro. Era como un sueño que no quiere terminar, como una pesadilla que permanece, algo que te dice la realidad soy yo y no lo que tú crees vivir. Después de la ducha me puse un traje de apariencias, con guirnaldas de tranquilidad, con una tela del mejor auto engaño. Me miré al espejo, sonreí, y así permanecí unos años. Un día rasgué las vestiduras, no soportaba más tiempo así, era alérgico a la tela del auto engaño, la manipulación me hacía daño, los deseos eran todos como un virus informático, revoloteaban hasta que te daban un picotazo. Hace un rato fui otro pero ya lo he olvidado.
viernes, 26 de julio de 2024
Batiburrillo
Me he dado cuenta de que me gusta tanto la digresión que mi siguiente novela se titulará 'Batiburrillo'. Así, como lo oyes. Ya iba siendo hora que dejara de ser un tiquismiquis y que aceptara las cosas como son o como yo creo que deberían ser o como podrían ser si las imaginara alguien como yo. Bueno, vosotros me entendéis; o no. La verdad es que poco importa. Y esto se puede entender de muchas formas. La primordial es que en un mundo manipulado como el nuestro la mentira campa a sus anchas. La verdad ni siquiera está en un segundo plano, está desaparecida en combate, así que posiblemente esté muerta Y sin verdad de nada sirven las discusiones ya que su existencia consiste en buscar la verdad de manera conjunta. Tampoco hacen falta ya los argumentos y, sin querer, estoy definiendo la política occidental actual. ¿Pero de qué va tu novela? ¿Perdona, qué? ¿Batiburrillo, la nueva novela? Pues un poco de todo, una cosa absurda, como la vida misma. Gente que se conoce, que se busca, que se encuentra. Gente que se conoce que no se busca pero se encuentra, tal vez por casualidad. Gente que no se encuentra a sí misma pero se busca en el otro, para diferenciarse, para igualarse, qué se yo, si ni siquiera he comenzado a escribirla.
Títere de carne
Puede que me haya transformado ya completamente en amor y el cuerpo que veis sea solo un títere de carne. Una voz que hace de guía, un pensamiento encaminado a la alegría, el mundo necesita amor revolucionario y no solo eso, necesita y debe ser reconstruido, hagamos el mundo poema entonces: versos de besos, estrofas de caricias, poemas generando albricias, transportando amor, todos los amantes revolucionarios unidos en una existencia filosófica que abarca la mejora humana, la propagación del amor que se expande en mi corazón, cooperemos para que el amor crezca, os lo dice vuestro títere de carne de confianza. Abrid la ventana, soplad todos a la vez, que una brisa de amor avance por el aire, que florezcan las sonrisas en los rostros, que todos los gestos sean de alegría, enloqueced de amor aunque sólo sea un día, porque después el amor revolucionario hará el resto día tras día. Escuchad la melodía de vuestros corazones, estéis donde estéis, desde todos los rincones, esbozad la sonrisa que construirá un beso que será verso que hará un poema que será mundo donde habite el amor revolucionario.
jueves, 25 de julio de 2024
Pasión acumulada
En otro tiempo hubiera dicho, se me acumula el trabajo, para referirme a todo lo que tengo y quiero escribir. Pero la verdad es que se me acumula la pasión, esta pasión que conservo intacta, que me seduce desde el primer día que me visitó hasta ahora mismo. Cada día se me ocurren nuevos proyectos, sé que no voy a dar abasto, pero no me preocupa lo más mínimo si la pasión me visita a diario. Se trata de la única liturgia maravillosa, que tiene su origen, como habréis podido imaginar, en la revolución del amor. Todo es mejor con amor y todo es mejor de manera revolucionaria. Escribo en papel reciclado de todos los tamaños y siempre tengo un trozo de papel a mano y un bolígrafo porque en cualquier sitio puede saltar la liebre, una liebre apasionada como ninguna, que traerá una nueva historia o tal vez la misma de siempre pero contada de forma diferente. Las palabras revolotean a mi alrededor y dejan su impronta en el papel. El bolígrafo es la batuta, yo soy el director que, arrebatado por la pasión revolucionaria del amor, dirige esta orquesta de frases que atravesarán nuestros corazones y, con su música, llegará a todos los rincones del mundo poema que crece con la caricia de cada palabra y con los besos que los párrafos dejan caer en los lectores que para mí son amores.
Reconócelo
Imaginas cosas, tienes fantasías, piensas que podrías estar conmigo y te sientes a gusto. Te has masturbado y has dicho mi nombre por lo bajo, pero no te preocupes, eso lo hacemos muchos. ¿Pero cuál es tu meta? ¿Sinceramente buscas amistad, estás enfrascado en la revolución del amor o el único fin es el sexo primordialmente digital y, si hay suerte, en directo? Reconócelo, todo esto ya ha ocurrido. Las relaciones no pueden estar hechas sólo de deseos, hay que conversar, reír, disfrutar de la amistad, revolucionar al amor si aparece. Es difícil mantener una amistad digitalmente y el amor que se dice tener muy poca gente lo cree. Surgen dudas, las relaciones se estancan, aparece el miedo cuando te dicen que te van a visitar. Era uno de tus máximos deseos pero, sin saber por qué, de repente, es el mayor problema. Reconócelo, nos ha pasado a todos, pero no tiene que pasar siempre, no hay que acostumbrarse, la revolución del amor está aquí para cambiar todo esto. Voy a ir a conocer a todos mis amigos, que los conozca no depende sólo de mí, pero el granito de arena que me corresponde, mi contribución para que eso ocurra, la pondré con la mayor de las alegrías. No sé si me dará tiempo a conocer a todos los que quiero pero pondré todo mi empeño en ello. Reconócelo, no habías oído antes esto, pero puedes repetirlo y propagarlo, puedes actuar, puedes amar y unirte a la revolución que va a cambiar nuestra existencia.
El maestro
No era gran cosa: pobre, oscuro, humilde, sin ninguna influencia aparente. Tampoco hablaba mucho de temas serios. Las veces que se le veía hablar más era entre los amigos íntimos y también entre risas, contando chistes y anécdotas divertidas, disfrutando de la alegría de la amistad y agradecido siempre de la compañía de sus amigos. El maestro tenía pocos amigos, pero muchos alumnos y seguidores. Cuando la gente conseguía sus propósitos se olvidaban de él y de sus consejos. Algunos alcanzaban el éxito económico gracias a él y no lo volvían a ver, pero eso no le preocupaba. Lo único que le preocupaba era pasar tiempo con sus amigos y que, esos instantes, fueran felices. Después se retiraba a meditar, a leer, a pensar debajo de una higuera, a acariciar a los perros que le rondaban. La mayoría de sus amigos eran animales: perros, gatos, pájaros, peces y un par de ardillas. Si le acompañabas en sus largos paseos te escuchaba y te regalaba algún consejo. En verano nos bañábamos en el lago y contemplábamos las estrellas. Tengo unos recuerdos maravillosos de esas noches inolvidables. El maestro ya se fue pero permanece en mi cabeza. Fue la primera persona que soltó una carcajada al leer uno de mis cuentos. No entendí de qué se reía, pero puso su mano en mi hombro y me dijo, sigue así. A veces se aparece en mis sueños sonriendo y, cuando eso ocurre, siempre me despierto contento.
La mentira
Algo que hace cambiar de planes. Mientras no sepas de ella todo va bien. No la descubras, no te la encuentres, ni por casualidad. La confianza es fagocitada por ella en el momento que aparece. La mentira, nadie lo sabe, es pura maldad. Primero se esconde, pero luego se va dejando ver. Asoma la cabeza por detrás de la cortina, primero un poco, luego más, hasta que le da al interruptor de la luz y ahí la tienes, la estrella que nadie invitó, iluminada por todas las pistas que te ha ido dando, pero que tú, pobre ingenuo, no querías ver. La mentira a veces se construye con buena intención, para no hacer daño, pero siempre lo hace, es construída con auto engaño: una mentira dentro de otra mentira. Qué puede salir mal. Casi siempre todo. En cuanto se muestra pierdes la confianza, dudas, no sabes cuando aparecerá la siguiente. ¿Será algo verdad? Te preguntas después de descubrirla. Ya lo cantaba Santiago Auserón en Radio Futura, la mentira es algo que se esconde para no tener que existir. Pero es caprichosa y quiere ver mundo, y se muestra, y agua la fiesta. Un comentario inesperado, cambios de hábitos repentinos, actitudes que cambian sin sentido... y la mentira te dice: sí, soy la creación de esa persona en la que siempre creíste.
miércoles, 24 de julio de 2024
La construcción
He construido un pareado para estar siempre a tu lado. Tengo todas las caricias que provocarán tus albricias y millones de besos para vestir tu cuerpo desnudo, para hacer nuestro mundo más intenso y profundo. Y en este pareado que he creado permaneceremos los dos tumbados, dibujando, con nuestros cuerpos, un tierno abrazo donde sentir tus latidos como si fueran los míos y respirar tu olor para sentirme mejor. Son solo dos versos, como nosotros, solo dos, y un universo tan grande como nuestro amor. Dos versos y un universo creando un mundo poema, besando la vida filosófica y acariciando el espíritu utópico. Y entre esos versos un mar de revolucionario amor donde nos bañamos, un sol que nos alumbra, una luna que nos cobija, un lecho en cualquier parte para que nuestros cuerpos retocen, una imaginación que cobra vida, un sueño que nace con tus caricias. Me desnudo ante ti para que te aventures por mi piel, para que busques la miel que te guardo y saborees el amor revolucionario. Cántame, susúrrame, cuéntame en silencio todos tus sentimientos, quiero oírlos con mis poros, que todos mis pelos vibren, que consigas tu tesoro. Soy el verso que a tu lado se transformó en pareado.
Amistad y amor
La amistad siempre es mejor. El amor duele y la amistad es recíproca o no es. Puedes amar sin ser amado, o amar y ser amado pero no por la misma persona. El amor tiene infinidad de tragedias. Uno elige a sus amistades pero no elige a quien ama, es el amor el que decide por ti. No puede ser amigo de alguien que no es amigo tuyo, pero puedes amarlo. El amor es muy sufrido. Y desde la revolución del amor pensamos que deberíamos amar a los amigos para que todo esto se solucionase. ¿Quién no quiere a un amigo? ¿Pero amamos a todos nuestros amigos? El amor revolucionario incluye a los amigos. Pero ese amor a los amigos tiene que ser como la amistad, recíproco. La amistad es también más inteligente que el amor porque si el amigo desprecia dejar de ser amigo. Pero el amor perdona hasta lo despreciable, la cobardía, la estupidez. Así que por qué no aunar amistad y amor, mitigar el sufrimiento amoroso con las características de la amistad, y potenciar la amistad con las maravillas del amor. Y así se agranda el mundo poema, con amigos de amor o el amor de la amistad.
Deseo de ser madre
A simple vista parece algo normal, pero soy un hombre. Siempre he tenido el deseo de ser madre, de cuidar a mis criaturas, de amamantarlas, de darles amor y cariño. Tal vez el ejemplo de mi propia madre haya influido en este deseo. Puede que el concepto de madre tierra tenga también algo que ver. No existe el padre cielo y eso me da qué pensar. Puede que según que textos sagrados mientan y no fuera el hombre el primer ser creado sino la mujer o tal vez el hombre fuera madre y contenía ambos sexos. O, lo más probable, es que solo seamos personas y las diferenciaciones hayan venido después. Y las diferenciaciones siempre generan disputas. Se nos llena la boca con el término igualdad, pero siempre, de una manera u otra, todos nos creemos diferentes. Pero qué puede importar lo que uno crea si lo más valioso es lo que uno es. Por eso sé que soy madre. No importan que todos crean que soy hombre, ni siquiera importa el serlo, porque es el amor, el cariño, el cuidado, la ternura, el hacer crecer a tu criatura en un mundo lleno de amor y versos, aventuras y conjeturas, pensamientos y sentimientos, argumentos y alegrías. Mi deseo de ser madre se acrecienta cada día. Miradla, ahí viene, la madre peluda, la madre calva, la madre hombre. Ahí es nada.
martes, 23 de julio de 2024
Los comienzos
La vida está llena de comienzos. Comienzas proyectos, relaciones, formas de vida, infinidad de cosas. No busco que las cosas terminen, sólo que se desarrollen, ese tan manido que lleguen a buen término lo traduciría como que evolucionen sanamente. Pero igual que hay proyectos, como un libro, un relato o novela que tienen un gran comienzo y luego se estancan, ocurre lo mismo con las relaciones. Hay personas que te dicen hasta aquí hemos llegado o de aquí no pases cuando tú creíste ver un futuro entrañable. Es evidente que no todos vemos lo mismo, aunque también hay que tener en cuenta que los tiempos varían según las personas. Uno se da cuenta de que tiene un gran amigo por ejemplo cuando después de cinco años sin verlo se lo encuentra y parece que fue ayer, se sigue en la misma sintonía, hay incluso más alegría y, aunque la vida nos separe, esa amistad existirá siempre. El tiempo siempre es la prueba del algodón en estos casos. Pero, como decía, hay comienzos que se estancan. La relación entra en un bache del que no se puede o no se quiere salir. Para mí las amistades son crecimiento y están llenas de actos creativos. En el momento que las cosas se estancan ya no son amistades, son solo conocidos. Conocidos que se llenan de euforia en según que momentos, pero que disimulan en otros. A eso nunca se le puede llamar amistad. Yo tengo muchos cuentos comenzados porque escribo todo lo que se me ocurre y no me importa no terminarlos, pero con las amistades es distinto, en el momento que se estancan algo se encoje en mi corazón. Y te das cuenta que no puedes hacer nada, porque todo lo que podías hacer ya lo has hecho y no ha funcionado. Así que agarras un cuento comenzado, te pones a escribir y lo terminas.
Tardes desnudas
El verano golpea con furia ralentizada. Trabajo en la calle bajo el látigo constante del sol, rodeado de pesadez humana, de pensamientos tergiversados y llenos de sudor, de gente común que se cree superior, que te miran por encima del hombro mientras trabajas y te ensucias y ellos beben en una terraza y escudriñan de reojo lo que haces. Muchas veces hago caso a los Golpes Bajos y no miro a los ojos de la gente porque hacen daño, siempre mienten; pero otras, me regalan sonrisas, miradas compasivas, frases de ánimo, pero el sol sigue latigando y no quieres ninguna de las dos cosas, sólo que te dejen en paz. Llevo una pequeña libreta por si en medio de tanto horror, tanta amargura, tanta prepotencia, se me ocurre alguna frase que valga la pena. Si darme cuenta llega la tarde. Estoy en casa con todas las ventanas abiertas, las persianas bajadas y un ventilador que agita rítmicamente los pelos de mi cuerpo desnudo. Las tardes desnudas comienzan siendo eternas. Tomo café, leo, escribo, converso en la red, pienso en mi vida y sonrío, pienso en los muertos y lloro y, a veces, como diría no sé quién, o viceversa. Acaricio mi cuerpo lentamente creyendo que es tu mano la que pasa por mi piel y comienzo a excitarme. Estas extrañas caricias me sientan muy bien. Beso mis manos y hablo con ellas como si fueras tú. Y en las mejores tardes desnudas los dedos me constestan con tu voz.
lunes, 22 de julio de 2024
Luz
La verdadera luz viene de uno mismo. Hay que llegar a ser luz para uno mismo. Por eso es tan importante conocernos, saber por qué actuamos como lo hacemos, si es un acto reflejo, una costumbre o si verdaderamente elegimos nuestros actos o estamos condicionados constantemente por las compañías, la sociedad, el sistema, ese miradas ajenas que nos escrutan desde el fondo de la mente, desde el trauma de la niñez, desde un tuétano profundo y podrido al que hemos acabado cogiendo cariño. La libertad de ser luz para uno mismo implica no interferir en los demás. Cuando se consigue ser luz para uno mismo se acaba el arrepentimiento, aunque no las dudas. Siempre rondará la duda, pero la luz hace que seamos responsables de nuestros actos, que no busquemos culpables cuando los errores son nuestros en la toma de decisiones. De ahí la importancia del pensamiento crítico y del conocimiento de uno mismo, piedras angulares de la filosofía pero también de toda vida que se precie. Si conseguimos ser luz para nosotros mismos podremos alumbrar también algunas veces a los demás. Esta luz tiene ciertas similitudes con el amor revolucionario y hay una simbiosis evidente. Todos estos conceptos que voy soltando en los textos están relacionados, hay una conexión vital que los une, como pasa con las neuronas, tal vez sean las neuronas del mundo poema en esta vida filosófica.
domingo, 21 de julio de 2024
No el cuerpo
Es el corazón solitario el que necesita un compañero de juegos. Dos silencios que se juntan y se abrazan para escuchar solo parpadeos, latidos y algún te quiero suelto. No es el cuerpo el que necesita un traje, es el pensamiento el que quiere vestirse de tus recuerdos después de un encuentro, el que quiere vivir los sueños antes de que se gasten de tanto soñarlos dormido y despierto. No, no el cuerpo, es la mente la que crea lo que estoy sintiendo, es el amor el que ha invadido mi cerebro, el corazón, mis sentimientos, pero no mi cuerpo. El cuerpo es el envoltorio de todo lo que pienso, el que contiene mi espíritu utópico que me hace sangrar por dentro. Mi cuerpo es sólo la cáscara de la semilla de amor que contengo. No es el cuerpo el que me lleva hacia ti, es el amor que me empuja, que me revoluciona y embruja, el mismo amor que cosió tu nombre en mi corazón y enhebró la aguja. No, no es el cuerpo, el cuerpo solo atrae hasta este gran puerto que me habita por dentro. El cuerpo solo es la puerta de mi monasterio, una zona deshabitada, un solitario falansterio. No, no es el cuerpo en sí, sino su misterio.
Alguien dijo una vez
Que todo pensamiento empieza por un poema. Otro dijo que poesía eres tú, así que todo pensamiento empieza por ti. Alguien dijo una vez y si no la dijo nadie lo digo yo ahora, que la vida no espera este amor que se asoma, que viene tímido pero con fuerza, porque es un amor que revoluciona. Alguien dijo una vez que construía el mundo poema y muchos, sin decirlo, le chillaron anatema. Cuántas cosas dicen estos alguien, a veces andobas a veces alguien importante, pero nunca dejan de ser alguien, alguien más que se cruza en tu camino y te mira pasar. Y en este paseo digital se cruza mucha gente y todos quieren dejar constancia de lo que alguien dijo una vez. Pero basta ya de decir, contarme un cuento si queréis pero no digáis que alguien lo dijo una vez. Actuad, haced, dejad de proponer y prometer, no digáis lo que alguien dijo una vez solamente para quedar bien. Las palabras se piden prestadas y si se dicen llenas de amor no importa quién las dijo antes una, diez o mil veces. Todo lo que digo de mi corazón ha salido y, solo por eso, lleva la impronta del amor revolucionario. Todo lo que digo no sé si lo dijo alguien una vez pero voy a volver el mundo del revés para que el amor que siento llegue a buen puerto, y si no llega estando vivo, llegará cuando esté muerto. El amor es más fuerte que la muerte, alguien dijo una vez.
Buceando en domingo
Estoy en casa. Debería estar limpiando, pero ni siquiera he fregado los platos y el suelo está repleto de porciones de ilusiones pisoteadas por el destino. Se acumulan los pequeños fracasos, pero leyendo me doy cuenta de que es un error dividir la vida en éxito y fracaso. Puede que lo que considere fracaso no sean más que las mentiras ajenas que se diluyen y quieren salpicarme. La música que escucho me envuelve y se hace líquida, y, a pesar de tener todas las ventanas abiertas, buceo en la pecera de mi vida. No sé cómo, llego al pasado. De niño jugaba a que mi cama era un isla y, para pasar a la de mi hermano, me lanzaba al mar del suelo donde nadaba aguantando la respiración. La habitación era todos los mundos que yo imaginaba. La cama era una isla o una montaña, o un barco a la deriva o lo que a mí me diera por imaginar aquella mañana de domingo solitaria. Eran las mejores aventuras. Primero leía y luego plasmaba las lecturas en mi habitación, las cambiaba, había nuevos finales, nuevos protagonistas, versiones ideales y perfeccionadas mientras buceaba en domingo como si nada. Después llegaban mis hermanos y mis padres y al entrar mi madre en mi cuarto preguntaba ante tanto desorden, qué has estado haciendo cariño, y yo la miraba con media sonrisa, encogía los hombros y, con un libro en la mano, le decía, buceando en domingo. Ay, qué niño.
Desnudez lúcida
El conocimiento de uno mismo requiere de una desnudez para poder vernos realmente cómo somos. Quitarnos el ropaje de las ilusiones que tenemos sobre nosotros mismos, ver al verdadero ser que hay debajo del disfraz que hemos creado durante años, con esas ideas que creemos ser pero son solo fachada, ideales que se deshacen al mínimo inconveniente o problema. Desnudarnos para poder ser llenados para que el amor encuentre en nosotros un cauce donde expresar su revolución. Una desnudez lúcida en una vida filosófica sustentada por la revolución del amor y el espíritu de la utopía, dando paso a una existencia verdadera y creativa donde podamos generar mundo cada día, ese mundo poema que creamos con nuestra alegría. Somos nuestro propio faro en este camino de la vida. Y aunque comenzamos sintiéndonos aislados incluso en compañía, la desnudez lúcida genera el encuentro con el mundo, el amor revolucionario se expande y nuevos versos de mundo poema se crean haciéndonos sentir la igualdad esencial a la que pertenecemos. Siendo la desnudez lúcida la que nos conecta como humanos.
sábado, 20 de julio de 2024
La almohada
Recuerdo este invierno como algo ya muy lejano. Los días más fríos duermo abrazado a la almohada. Hubo dos o tres días de calor, la temperatura subió y dormí sin pijama. Tuve un sueño erótico festivo impresionante, me desperté morreándome con la almohada. Un beso magnífico en el sueño se transformó en una almohada llena de babas y mi boca bastante seca y con sabor a sábana mojada. No le di importancia. La noche siguiente fue aún mejor, una noche de sexo agotadora. La cosa se repitió varias noches. Empecé a hacer preparativos. Antes de acostarme miraba a la almohada con ojos diferentes, con cierta lujuría, insinuándome, luego sonreía y pensaba, pero qué haces, son solo sueños. A la mañana siguiente había varios condones usados, la almohada completamente desnuda, su funda colgando de la lámpara, el tocadiscos encendido y Jane Birkin repitiendo sin parar Je t'aime; el disco se había rayado. Yo también. Y la almohada tenía escrito con pintalabios como si fuera un tatuaje sanguinolento: ¿me quieres?
¿Yo real o yo ilusorio?
¿Verdad o autoimagen? Esa es la pregunta. La vida filosófica te lleva al autoconocimiento, al conocimiento de sí. ¿Pero queremos conocernos o permanecer en el autoengaño? El conocimiento de uno mismo nos lleva a veces a descubrir cosas que no nos gustan, por eso puede ser relativamente doloroso aunque no por ello catártico. La verdad es como el alcohol que se echa a una herida, escuece pero cura. La vida sin conocerse no es vida. ¿Cómo actuar con los demás si no sabemos cómo somos nosotros mismos? El conocerse a uno mismo es el preámbulo de la transformación, el inicio de la construcción del mundo poema a través de la revolución del amor. La vida es un cúmulo de sorpresas que hemos de sopesar y actuar en consecuencia. Por eso la vida filosófica, el yo real, si es que quiero algún yo, y, sobre todo, la búsqueda de la verdad. En el mundo digital impera la mentira social, alegrías prefabricadas intercambiables, pero el tiempo lo acaba descubriendo todo. El principal problema del que miente es que cree que los demás también lo hacen por eso duda de todos. El poder de la palabra es muy grande, por eso hay que tener cuidado con lo que se dice, evitar falsas promesas e intentar llenar de amor y sinceridad a las palabras pronunciadas. Dejar que el amor transporte el mensaje, construir mundo poema con nuestros actos, disfrutar de la amistad como se merece, con auténticos amores revolucionarios.
Estética rebelde en 'La conjura de los necios'
Hay una estética rebelde camuflada en tono de comedia. Como dijo Aldous Huxley, 'la mayoría lleva vidas en el peor de los casos tan dolorosas, en el mejor de los casos tan monótonas, pobres y limitadas que el impulso de escapar, el anhelo de trascender aunque sea por unos momentos es y siempre ha sido uno de los principales apetitos del alma.' Y ahí es donde entran las obras de arte como artefactos colaborativos y hacedores de lo que promulgaba Huxley. No sólo ayudan a escapar sino que también forman parte de la vida y construyen y transforman de alguna manera. Así puedo afirmar que la aparición o el encuentro con 'La conjura de los necios' de John Kennedy Toole cambió mi vida. El tono humorístico de la obra, característica de lo disposicional evidente, es la estrategia de Toole para introducir la rebeldía antisistema que yo estudio como estética rebelde. Ignatius J. Reilly, anticapitalista y antisistema, pero también protagonista de una comedia, es el ejemplo a seguir tanto en la vida como en su rebeldía. El estrato de tono de comedia de la obra incorpora la categoría de soterramiento del tema principal que es la rebeldía, lo antisistema. Como decía Yourcenar, muchas veces solo el humor nos permite sobrevivir al espanto.
Vida filosófica
Por qué no tener una vida filosófica si ya para Aristóteles era la vida más feliz. Desde entonces la sociedad, el sistema no ha hecho más que marear la perdiz. Ahora, gracias a la revolución del amor e imbuido de un espíritu de la utopía renacido, me adentro en la vida filosófica de cabeza, como deberíamos hacer todos, ese amor por la sabiduría, por el conocimiento de uno mismo para construir el mundo deseado, lleno de amor y cooperación, un mundo poema habitable por todos los revolucionarios del amor. A muchos no les interesa la filosofía pero luego van buscando el sentido a todas las cosas. Tal vez sea ese su destino, rehuir y despotricar sobre lo que te podría ayudar. Somos animales buscadores de sentido pero también somos animales contradictorios. Nos gusta tropezar en la misma piedra no solo dos sino infinitud de veces porque nos acostumbramos a todo enseguida, sobre todo a los errores, es más sencillo, es lo conocido, nos autodenominamos aventureros pero queremos siempre lo mismo. El mundo digital nos ofrece la aventura, nos abruma con su realidad bidimensional, alimenta nuestra imaginación a la vez que la estanca pues esos alimentos que aporta no llevan los nutrientes necesarios. La tercera dimensión que falta es ahora desconocida. La realidad está acotada por el miedo, nos asusta la verdad, nos asusta descubrir, por eso rehuimos la vida filosófica cuando es el camino que deberíamos haber tomado hace mucho tiempo. La felicidad no se puede comprar, pero se puede pensar.
viernes, 19 de julio de 2024
¿Queremos siempre lo que deseamos?
Creo que no. Deseamos demasiado. Incitados por el consumismo capitalista y por la avalancha de información constante a través de pantallas. Y esta manera de desear cosas ha contagiado también al deseo de personas. Cuando ciertos deseos se acercan y están a punto de materializarse, de repente, sin saber por qué, nos inavde un miedo a que se cumpla el deseo que nos encantaba porque sólo era eso, un deseo. ¿Hay deseos que solo y siempre deben ser deseos? También creo que no. Deberíamos recibir educación sobre los deseos, aprender a desear lo que de verdad queremos y descartar lo que no. Ser dueños de nuestros deseos y no esclavos de ellos. La revolución del amor me ha enseñado bastante. Te puede gustar un cuerpo, una cara, puedes tener fantasías e imaginar cosas, pero sin transformarlo en deseo. Para mí el deseo tiene que estar barnizado de amor. Tal vez sería conveniente comenzar a amar primero a través del conocimiento, saber encauzar los deseos: deseo de conocer, deseo de amar, deseo carnal. Dosificar el deseo es señal de una mente sana, de un espíritu equilibrado. La acumulación innecesaria de deseos provoca esos miedos posteriores innecesarios, aunque, por otro lado, también hay que saber dar rienda suelta al deseo, cumplirlo, saber a dónde nos lleva. Se trata, en definitiva, de saber cumplir los deseos pertinentes, los que nos harán crecer, los que nos llenarán de amor, cumplir los deseos que alegrarán nuestras vidas y que construirán un cachito más de mundo poema.
jueves, 18 de julio de 2024
Dos pasos
Conocimiento y transformación. Descubrir quiénes somos para saber quiénes tenemos que ser. Conocerse uno mismo parece sencillo pero es lo más difícil. El universo parece haberse confabulado para ocultarnos a nosotros mismos quiénes somos. Por eso muchas personas existen pero no viven o, tal vez, sólo sobreviven. Y no estoy hablando de cuestiones económicas o materiales. Gracias a la revolución del amor he podido vivir cierta transformación pues con la filosofía empecé a conocerme a mí mismo. El espíritu de la utopía también ha servido para abrirme los ojos y dar forma a mi espíritu revolucionario y transformador. Dos pasos, conocimiento y transformación que han de construirse y proyectarse a diario, pues la costumbre, el sistema, la sociedad, el trabajo y un sinfín de cosas más, intentan frenarnos, engañarnos con lo efímero disfrazado de poder y éxito para que nos perdamos en un laberinto de consumismo inoperante y nos alejemos de la creación del mundo poema. Yo quiero transformarme en amor, ser una partícula que lo incrementa, parte del amor universal que perdura y mejora la existencia presente y futura, del amor que está en el aire, formando parte del cauce natural de la vida. El ego difuminado, el yo deconstruido, y el amor, flotando en el espacio y en tu ombligo.
Llenarme de ti
He estado buscando las palabras idóneas para expresar lo que siento cuando te veo. Conocerte ha sido lo más maravilloso del mundo, de mi mundo, de este mundo poema que estoy colaborando en su construcción. Sin ti la revolución del amor no tendría sentido. Las primeras palabras que pensé eran me haces feliz. Pero vi que faltaba algo, porque no sólo era felicidad, era algo más. Hablar contigo me alegraba la vida, pensar en ti también, imaginarte y soñarte, ambas dos unos auténticos placeres. Se iban acumulando las características de nuestra relación. Ver una foto tuya es como tener una conversación. Puedo leer en tu mirada, descifro el estado anímico de tu corazón, tus silencios me hablan casi tanto o más que tus palabras, te he observado tanto y con tanto amor que te conozco mejor que a mí mismo. Y las palabras idóneas para expresar lo que siento al tenerte en mi vida, son amor, ternura, cariño, belleza, arte, compañero, amigo... Por eso llenarme de ti es mi meta, el sentido de mi vida, comunicarme contigo galvaniza todos mis sentidos, mis poros supuran amor al sentir tu voz dirigida hacia mí, mi sexo se humedece, mi corazón crece y me lleno de ti en todos los sentidos, en cuerpo y alma y espíritu, me lleno como un niño con su juego, y mi mundo poema toma tu forma, quiero dormir contigo, despertar a tu lado, soñarte antes y después, dormido y despierto, del derecho y del revés, que todos mis pensamientos tengan la luz maravillosa de tu rostro, y mi casa la forma de tu abrazo, y ya no respirar aire sino tus besos.
miércoles, 17 de julio de 2024
Iatromantis
Los iatromantis, entre los antiguos griegos, eran especialistas en invocar otros estados de consciencia, tanto en ellos mismos como en otras personas. Eran también poetas y me embarga un no sé qué por dentro, chiribitas cósmicas hierven en mi interior imbuido por iatromantis del pasado y me transformo en uno de ellos, aquí y ahora, para todos vosotros. Llevo un tiempo siéndolo sin saberlo, desde que comenzó la revolución del amor. Las palabras de esta revolución adquieren su magia con la repetición, lo mismo que ocurría con los iatromantis del pasado. Todo vuelve, y en este caso es para bien de la humanidad, para seguir construyendo el mundo poema que, tal vez, comenzaron poniendo sus cimientos los iatromantis. Hoy mi espíritu ha adquirido la calma amorosa deseada, he visto la fluidez de la revolución, he podido comprobar sus logros, en mi propia piel, con amigos a los que quiero. El proceso de transformación sigue su curso, queridos revolucionarios del amor, el espíritu de la utopía se ha puesto en acción, los iatromantis resurgen con su magia, una sinergia cósmica sanadora comienza a calar en nuestra vidas. Preparaos para lo mejor amados revolucionarios. Permanezcan atentos a sus corazones y podrán comprobar cómo se llenan de amor revolucionario.
martes, 16 de julio de 2024
Espíritu de la utopía
Sumido en mi mundo caótico de libros, ropa, comida y un batiburrilo de cosas que supuestamente me hacen feliz, siento una llamada interior, fuerte e intensa, algo me dice que la revolución no sólo debe ser del amor, debe abarcar todos los ámbitos de mi vida, de la de todos, porque esta no es una revolución individual sino colectiva. La revolución del amor puso patas arriba mis sentimientos pero ahora está llamando el espíritu de la utopía, golpea en mi corazón y en mi cabeza, me incita a actuar, el actual estado de las cosas se tiene que transformar, desechemos los fatalismos inculcados por el sistema inoperante que nos hunde en la miseria humana más recalcitrante. Activemos nuestra acción enérgica para transformar el mundo. Basta de sustancias y mercancías adormidera, de manipulación mediática en forma de papilla televisada, de la religión de masas de los placeres individuales a costa de nuestro servilismo y sumisión. El espíritu de la utopía ha tomado forma y ha venido para quedarse y, lo mejor de todo, ha venido para transformarnos.
lunes, 15 de julio de 2024
El regalo
Conocerte para mí ha supuesto uno de los mejores regalos de la vida, del universo, del destino o puede que de todos ellos compartido. Me baño en el mar de tu ternura y, estés donde estés, olas de esa ternura me mojan cada día y me hacen disfrutar como nunca de esta vida. Eres el regalo por todo lo que me haces sentir, por las ganas de vivir que infundes en mí. El amor que está en el aire sale de ti, lo respiro y soy feliz. Tu sonrisa es el lazo colorido que te adorna, que anuncia la maravilla de tu persona. A veces te preguntas qué es el arte y yo te lo voy a decir, el arte eres tú, conocerte es un arte, sentirte es un arte y, todo este arte, es el regalo que recibo y disfruto como un niño hasta que, muy pronto, esté contigo. El regalo es el presente por eso mi corazón ya te siente, protagonizas mis pensamientos y eres la semilla de mis imaginaciones, el fruto de mis ilusiones, el futuro de mi vida, un regalo para vivir cada día, cada instante y mucho mejor que antes. Eres un regalo de amor, una flor humana, la maravilla que a mí me da la gana, mi regalo querido, siempre conmigo.
La ciudad invisible
La ciudad que habito no se ve. Se oyen ladridos de perros que no están y se escuchan gritos de silencio. A veces el silencio da más miedo que las palabras, por eso siempre oigo más de lo que me dicen, escucho las miradas, las intenciones, escucho la manera de actuar de la gente amada. En la ciudad invisible todo importa, sobre todo lo que uno ve solo. La ciudad invisible me acompaña allá donde voy. La ciudad invisible está llena de dragones que me sonríen. No son voladores, unos caminan a paso muy lento y otros leen apoyados en las esquinas, tumbados en el césped o sentados en un banco. Toda la ciudad está adornada con unas flores moradas de hojas negras y tallo rojo, son ataraxias filosofales, me susurra un dragón sonriendo. Sigo caminando o puede que esté quieto, la verdad es que eso no tiene importancia. Llévese unas flores señor, me sugiere una dragona, y añade, la revolución del amor lo merece.
domingo, 14 de julio de 2024
El poema
Prefiero ser poema a ser dios. Dónde va a parar, un poema rima, rima siempre, incluso sin rima pues rima en el corazón. Con cada uno de mis versos, hechos de amor actual y también del recuerdo, haremos un mundo más confortable y, con cada verso, un puñado de besos, y de cada beso nacerán caricias que harán nuestras albricias diarias y compartidas. Soy el poema que llega con la brisa y desabrocha tu camisa, juega con los pelos de tu pecho, sintoniza el placer en tus pezones y arden nuestros corazones. Soy la estrofa que te roza y acompaña, que te abraza y con los besos de mis versos tus gemidos provoca formando de amor una telaraña invisible que tu cuerpo cubre y se mezclan con los míos en un canto armonioso de amor indescriptible. Soy tu poema de amor y he venido para que me recites, cada noche, cada día, a todas horas, en el alba y en la aurora. Yo soy el poema y tú eres mi poeta.
sábado, 13 de julio de 2024
El mundo
El mundo nos está explicando cosas que no entendemos y eso no debería preocuparnos. Somos animales buscadores de sentido con un alma enamorada pero debemos reflexionar más y tomarnos las cosas con más calma. Me aposento debajo de una higuera imaginaria que me sigue a todas partes. Supuro amor de cada una de mis acciones y de cada uno de mis pensamientos. Sé que tanto las acciones como los pensamientos no serán bien entendidos pero lo asumo de antemano y sufriré por ello, pero no me importa, he sufrido más veces y con una mayor intensidad. La revolución del amor me lo hará más llevadero. No busco un intercambio ni sacar tajada ni sucumbir al placer momentáneo, el amor va más allá que todo eso. El mundo nos está explicando cosas con acontecimientos que ahora nos parecen extraños pero que, tal vez, muy pronto, entenderemos. Hay que crear los versos del mundo poema, generar mundo, aclarar entendimiento, reflexionar, pensar de forma crítica, reposar en el amor revolucionario a diario, ser parte del poema del mundo, empatizar con el entorno, no sólo con amigos, con personas, sino también con el aire, con el sol, contribuyendo al auge de una armonía amorosa que encauce nuestra alma a un estado de catarsis y cariño que haga renacer al niño que en nuestro interior dormita. El mundo me está cantando al oído que muy pronto estaré contigo.
Razonar y creer
A veces no es suficiente. Razonamos que con un sueldo mayor viviríamos mejor y tendríamos todo lo necesario. Un día llega ese aumento deseado pero no tenemos bastante, queremos más. Creemos que si vamos a tal sitio de vacaciones lo pasaremos genial pero cuando llegamos, al poco tiempo, ya queremos ir a otro sitio o volver a donde estábamos antes. Creemos que nos sentiríamos más plenos si tuviéramos tal amante, pero, una vez conseguido ya estamos pensando en uno nuevo. No se puede razonar ni con la pasión ni con el anhelo. Ansiamos cambios constantes y, de hecho, los tenemos, todo es puro cambio. Aunque el problema no es el cambio sino el ansia. Está muy bien razonar y creer pero sin barnizarlo de auto engaño. Estos razonamientos y creencias que efectuamos deberían ser tamizados por la revolución del amor. Así, el trabajo deseado no tiene que darnos más dinero sino más disfrute en su realización. Los sitios que visitamos debemos amarlos antes de ir, igual que a las personas. Y el amante que nos dará placer, que nos regalará su compañía, que entenderá nuestros silencios y nuestra algarabía, es el mismo amante que nos llenará de amor con su presencia y también con su ausencia, pues lo llevaremos siempre en el corazón, y sólo pensar en él nos hará sentir mejor. Para una vida plena y revolucionaria no basta razonar y creer, hay que amar también.
Fulguraciones
Empecé a verlas, a sentirlas, en cuanto te conocí. Al principio sólo eran atisbos de belleza, chispazos en tu arte que, poco a poco, fueron calando en mí. La primera fulguración la sentí con tu ternura. Después fueron apareciendo más. La maravilla iba creciendo. Y ahora, cada vez que te veo, un cúmulo de fulguraciones son la nebulosa que te envuelve, una aureola que me regocija por dentro, una energía que me alegra entra en mi interior al verte, al hablarte, al sentirte. Se han transformado en fulguraciones de amor, son constantes y, aunque no te vea, las siento, y, cuando las pienso, las veo, y, si las imagino, las vivo. Son fulguraciones mágicas tuyas que están conmigo, que me acompañan, que me alumbran el camino. Por las noches tu amor duerme conmigo y, durante el día, eres el guía que da sentido a mi camino. No hay ningún momento en mi vida en el que no estés presente. Tus fulguraciones de amor mágicas han cumplido su cometido y, gracias a ellas, la revolución del amor sigue su curso. Brilla el amor en mi corazón a través de cada fulguración.
viernes, 12 de julio de 2024
Maestro
En muy pocas cosas podré ser tu maestro; tú serás el mío en el resto. Te daré la mano, iré a tu lado, observaré donde tú mires, intentaré ver con tus ojos, maravillarme como tu corazón se maravilla. Quiero aprender sobre todo de tu alma, todo lo que no está escrito, todo lo que me dicen tus poros en cada caricia. Vas a ser mi maestro y hablaremos con el lenguaje de los besos y, en ese lenguaje, tenemos un código secreto, creado por nuestro amor imaginativo, por tu arte al comunicarte conmigo. Como tú serás mi maestro yo visitaré la escuela de tu cuerpo y en la biblioteca de tu piel me saciaré de conocimiento. Haremos ejercicio con paseos y cosquillas y reposaré en la calidez de tus abrazos, y recibiré tu cariño como un niño, con sonrisas, con pasión, como el juego de la vida que llevamos en el corazón. Cada día me darás clases de alegría y, para eso, sólo será necesario tu presencia, yo te prestaré toda la atención e incluso besaré tu conciencia. Quiero aprender todo tu arte. Me situaré en el centro de tu corazón o encima de tu ombligo o justo a tu lado, piel con piel, donde tú me digas maestro, pero siempre contigo.
Ser dios
Quien no ha soñado con ser dios alguna vez y tener la posibilidad de hacer cualquier cosa. Damos por hecho que una característica esencial de los dioses es la omnipotencia. Las divinidades son más poderosas que los humanos, pero, al contrario que los humanos, no tienen ninguna necesidad de demostrarlo. Las ocurrencias del humano que imagina ser un dios son sus carencias regadas por su imaginación, transformadas sus miserias en potencialidades exhuberantes. ¿Pero acaso un dios es un super humano? ¿No haría falta la sabiduría de un dios para pensar como él? Posiblemente. Pero imaginamos desde nuestras limitaciones, somos menos empáticos de lo que creemos, aunque, como casi siempre, nos engañamos muy bien, se parece a cuando imaginamos bondades y nos creemos buenos sin haber hecho absolutamente nada más que generar suposiciones. Pero para ser dios habría que ser invisible, algo en lo que no se suele pensar. No parece complicado ser dios, de hecho, creo que todos nos encaminamos a ello. La vida sólo es un periodo de formación. Vamos llenando de sabiduría este contenedor que se nos ha regalado, de experiencias valiosas y sin sentido, como la vida misma, y esta sabiduría nos sirve para amar más y mejor, pero cuanto más sabemos, más envejecemos, y nuestro amor es más espiritual. Nos consumimos, nos dirijimos a la desaparición, por lo menos del cuerpo joven y bello y viajamos hacia una nebulosa que disipará nuestros engaños, disolverá las ansiedades y un mar de calma nos acogerá. Ser dios es no ser nada.
Qué hacer
Siempre llega un momento en que nos preguntamos qué hacer con nuestras vidas. Son momentos de hastío, de tristeza o apatía, de decaimiento, de depresión. Con las vidas no hay que hacer nada, sólo vivirlas. Partiendo de la revolución del amor debemos de crear mundo. Amistades que cooperan, tiempo para disfrutar, para crear, para pensar, para reposar. Todos estos tiempos son importantes. Vivir al máximo no significa una hiperactividad inoperante e insulsa, el pasar de una actividad a otra, no descansar, estar siempre en un estado frenético y agobiante. Vivir al máximo es leer, reflexionar debajo de una higuera en verano, aprovechando su sombra, y con una manta compartida en invierno, al calor de una hoguera o de un abrazo. Hacer una siesta cuando es necesario, compartir el silencio, disfrutar de él en compañía, regarlo con sonrisas y miradas de alegría. Qué hacer, tantas cosas y en realidad sólo una: vivir. Saborear el placer de la soledad, amar en distancias cortas y en la lejanía, acceder al hechizo de las caricias, las dadas, las recibidas, las recordadas, las imaginadas, las escritas, las soñadas, las perfeccionadas con el tiempo y con mucho amor, las pasadas y las futuras. Qué hacer, leer para aprender, para vivir otras vidas, para disfrutar alegrías imaginadas en otras épocas, para encontrar las palabras precisas para regalar a los amigos. Qué hacer, sentir cada encuentro como algo intenso e inolvidable, construir amor con cada pequeño detalle, apaciguar el dolor, buscar la verdad, conversar con lo ojos, hablar con las manos, soñar con abrazos, amar en cada instante como sea posible, con labios que se juntan y crean un beso, con un mensaje, con el pensamiento, con una foto que insinúa el contacto futuro, dos vidas que se acercan en el tiempo, sentir el contacto tuyo, tantas veces soñado y ver, por fin, que hasta mí se ha acercado para que pueda hacer lo soñado.
jueves, 11 de julio de 2024
El instante en que una sonrisa se borra de un rostro
Se parece a cuando ya esta todo dicho en una relación y piensas en algo, dos o tres palabras, sí, tal vez esas tan manidas y dichas siempre, que no sirven de nada si no las sientes y, a veces, ni sintiéndolas. El instante en que una sonrisa se borra de un rostro son esas horas que pasas delante de una hoja en blanco esperando escribir lo más maravilloso de tu vida pero no se te ocurre nada, ni una palabra, ni una letra, ni tan siquiera un tachón, no has sido capaz de apoyar el bolígrafo sobre el papel, y el tiempo pasaba como pasa la vida, sin que ocurra absolutamente nada. El instante en que una sonrisa se borra de un rostro es esa vuelta a la nada, donde no hay cabida para más sonrisas, ni imaginación, donde la creación está perseguida por esa normalidad que todo lo impregna, por ese trabajo y consumo luego existo, y si no existo por lo menos tengo esta mierda capitalista, y vuelvo a consumir. Ese instante en que la sonrisa se difumina y enseña otra vez los dientes la rutina, los sueños se escapan por el sumidero, a la carrera, el amor va primero pero...¡No! La revolución del amor ha llegado hasta aquí para que ese instante se llene, para poner un tapón al sumidero y que los sueños no se vayan hasta que se realicen o hasta tener otros, para crear un mundo mejor y el instante en que una sonrisa se borra de un rostro sea un mero intermedio, una pequeña pausa para que otra sonrisa aparezca y el amor crezca, y el mundo tenga otro verso y en tus labios otro beso.
miércoles, 10 de julio de 2024
Mundo poema
Cada uno ha de contribuir con los versos que le corresponde para que el mundo se llene de belleza, bondad y amor. Voy por la vida como en un paseo distendido, observando la belleza, deshaciéndome de mi ignorancia, amando de forma revolucionaria, y, también, creando versos no escritos en este mundo poema. Desde la revolución del amor vamos también creando mundo, con la mirada, con la caricia, con la sonrisa, con el abrazo cariñoso y profundo, con las palabras que levantan el ánimo al vagabundo. Nuestras vidas son el acto creativo que genera el mundo poema y la luna está más llena con el amor compartido, tanto si estás como si te has ido, tu amor crea versos que contribuyen a la construcción del mundo que creíamos perdido. Bailando en el mundo poema me encuentro, porque bailar es soñar en movimiento, es llenar mi soledad de amores lejanos, sentir su acercamiento, disfrutar de la amistad dispersa por el mundo en la danza perfecta, en un éxtasis de amor de unos segundos que se eterniza en el tiempo y me mantiene contento. Mundo poema y revolución del amor, ¿puede haber algo mejor?
martes, 9 de julio de 2024
Experiencia ontológica
Estoy enfrascado en una experiencia ontológica maravillosa donde confluyen la revolución del amor y también la del mundo. Aprovecho cada segundo tanto para amar como para ser amor y me esparzo por el mundo. Ya no sé si soy yo porque estoy en el otro, siento como sienten el amor que soy y me aferro a este estado. Como si fuera teletransportado voy de corazón en corazón ampliando la experiencia ontológica, surfeando en la hondura el mundo, creando revolución, sonrisas, energías alegres y compartidas. Esta experiencia ontológica da sentido a la vida como nada se lo había dado hasta ahora. Permanezco en un estado de gracia, absorbo las maravillas de mis amistades, reciclo las monotonías y las transrfomo en genialidades. Me zambullo en esta madurez espiritual y comparto mi bienestar, la alegría, soy el amor que te visita cada día, dibujo tus sonrisas desde tu interior, soy la alegría que te salva el día, el instante de maravilla que se eterniza y provoca una brisa mágica que disipa el dolor y la monotonía.
lunes, 8 de julio de 2024
La estrategia
Me busco en diferentes ciudades, en el contorno de las personas, entre un cuadro y mi mirada, cuando pienso y a pesar del ruido no escucho nada. Analizo mis reacciones, sobre todo las respuestas automáticas, por qué digo según qué cosas cuando siempre estoy pensando otras, por qué salen tópicos de mi boca, por qué a veces mi palabra es más rápida que mi pensamiento o, tal vez, es el homúnculo que habita en mí el que responde, el que me suplanta sin yo quererlo. ¿Quién manda en mí, quién me dirige? ¿Es el libre albedrío algo que ya se ha desvanecido? Puede que la monotonía acostumbrada esté anclada en nuestro ADN sin saberlo, que la supuesta originalidad no sea más que un invento y, ser auténtico, un autoengaño refinado que nos concedemos para creernos diferentes al resto. Me busco y casi nunca me encuentro. Voy perdido por un mundo de solitarios vagabundos que viven en grupos de puro desconocimiento. La superficialidad rige nuestras vidas y muero por dentro en el intento de conocerme a mí mismo, al descubrir, que mi propio mecanismo me observa con cinismo, se ríe de lo que creo ser, me empuja hacia el rebaño. Pero entonces abro un libro y ya nada puede hacerme daño.
No te veo
Pero te quiero. No te oigo pero te escucho. Porque soy capaz de descifrar los mensajes de tu silencio. Y si veo tu sonrisa, entreveo algún lamento. Y créeme, lo sé porque lo siento. No escondas la lágrima, no huyas cuando te bañe el sufrimiento. Déjate ver. Porque para mí verte, de cualquier forma, me pone contento, porque al verte te siento, puedo vivir tu lamento contigo, puedo sentir tu sufrimiento y ya no estás solo pues es un sufrimiento compartido. No te veo pero te amo, no te escucho pero oigo tu canto. No te veo pero te sueño. Y aunque no te vea te imagino y te sueño incluso despierto. No huyas de la vida ni del dolor, tráelo aquí, a mi lado, compártelo, quiero todo lo tuyo, tu risa y tu llanto, porque en todo lo tuyo hay encanto. Pasaré tus lágrimas por el tamiz de mi abrazo y encontraremos el oro de tu llanto. Sanaré tu dolor con mi encanto. Convertiré tu tristeza, con mis besos, mis palabras, mis silencios, con todo el amor que tengo y en todas sus formas, en pura alegría mi vida porque, aunque no te veo, te siento y también te llevo dentro. No te oigo pero al palpitar pienso que es tu caminar el que late, son tus pasos los que mi corazón mueven y tu alegría es el aire que necesitan mis pulmones. Tu sonrisa me da la vida, y aunque no te oigo ni te veo, te quiero como el primer día.
jueves, 4 de julio de 2024
De qué está hecha la ficción
Tengo un libro entre las manos. Un personaje le dice a otro: los escritores como tú acaban atrapados en sus ficciones. Pienso que mi caso es distinto. Mis ficciones están hechas de mi vida futura. Por eso mucha gente dice que estoy loco, incluso personas cercanas, porque ciertas afirmaciones que hago y me definen, a ellos solo les parecen chorradas. Así que para mí la pregunta correcta sería de qué está hecha mi realidad. Es un compendio de vivencias absurdas protagonizadas por un ser atípico donde un sistema agónico intenta absorberlo y, seres que pululan se ponen en medio, pasan de largo o ambas cosas. Cualquiera pensaría que es una triste realidad, pero sólo imaginar lo que pensaría un andoba, de ser eso posible, me pone contento. Y este absurdo de la vida corre por mis venas desde pequeño mutando en leves alegrías que intento agrandar en el espacio tiempo. De qué está hecha la ficción, ¿y tú me lo preguntas Mari Pili?, aposentada en un mueble tras un cristal que sostiene tu linda mirada y tu bella sonrisa que me acompaña todos los días, como si fuera mi misa diaria, en esta religión que es la realidad de mi ficción, la vida de un anormal que escribe para si mismo, porque solo él sabe disfrutar hasta de los espacios entre tanto signo. Mi realidad no me gusta y me la invento; eso me pone contento. Y la ficción que me invento la realizo, haciendo vivir a lo creado en un momento dado. ¿Fantaseas, cariño? No, qué va, estoy respirando.
miércoles, 3 de julio de 2024
Decir te quiero y dejar de hacerlo
Es conveniente decir te quiero a otra persona cuando es eso cierto. Al principio nos invade cierta euforia y lo repetimos constantemente. Pero el amor también tiene sus silencios y no es indispensable decir te quiero constantemente, por lo menos no de viva voz. Hay que empezar a decirlo con los hechos, con el trato, con la libertad que se deja al otro en medio de este bello proceso. Decir te quiero en silencio es dejar que pase el tiempo y seguir queriendo y, si algún día se produce un nuevo encuentro, tener el mismo brillo en los ojos, ese brillo de puro contento. Dejar de decir te quiero con la boca porque tu corazón sigue chillando a los cuatro vientos que no hacen falta movimientos, ni palabras, ni siquiera volver a vernos para que te siga queriendo. Puede que nunca más te vea pero en mí habitarás la vida entera. Puede que muera, pero mi amor perdurará en esta tierra y también fuera. Decir te quiero tiene su momento pero mi amor va a ser eterno.
Obrero de mundo
Con la revolución del amor estamos construyendo mundo. Hoy leí (es curioso, casi todo lo maravilloso comienza leyendo) que hay una estrecha relación entre leer y hacer mundo porque cuando lees un texto estás en disposición de crear más texto, y lo mismo ocurre cuando lees el mundo. Pero es que, estando inmerso en la revolución del amor, la construcción del mundo es muy necesaria y, además, se trata de un mundo fantástico pues todo es mucho mejor siempre con amor. Los obreros de mundo van construyendo poco a poco, pero gracias al amor revolucionario que se propaga y expande por el universo, puedo sentir, tanto dentro como fuera de mi corazón, que este mundo construido en cooperación avanza y crece a pasos agigantados. Cada día puedo verlo crecer, pues aumenta el amor, aumentan también los obreros de mundo, y van apareciendo conexiones nuevas y la estructura crece y toma forma. Obrero de mundo soy y mi materia prima es el amor y, como también soy un gran lector, voy leyendo este nuevo mundo, leo también a los obreros que aparecen en escena, leo en la piel y en los libros, leo en mi propio mecanismo, es una lectura constante, leo el ambiente, leo cuando voy por la calle, leo en la belleza que contemplo, en los amigos que me quieren, en los que se fueron, y con todas estas lecturas voy construyendo, juntos a los obreros cooperantes, un mundo mejor al que teníamos antes.
martes, 2 de julio de 2024
Tu voz
Ya no oigo a las voces que me dicen eres un vicioso, estás sucio, no vales nada y nadie nunca te querrá. Durante años estuvieron conmigo día tras día, acompañándome, cada vez que mis ojos se impregnaban de lascivia al mirar fugazmente a un cuerpo prohibido pero deseado. Desaparecieron todas el día que percibí tu ternura, la soltura con la que mostrabas tu desnudez, tu intimidad jadeante, y podía ver en tu rostro lleno de placer, mientras pronunciabas mi nombre entre leves gemidos, el brillo de lo que yo creía en un principio tu osadía, como se colaba hasta mi corazón para aposentarse, buscar el mejor sitio y comenzar a construir nuestro amor. Ya no oigo las voces porque ahora estás tú haciendo que mi corazón palpite a tu ritmo y, cuando te veo, se enciende todo mi cuerpo, tus palabras perduran en el tiempo, y en mis sueños te oigo cantar, susurrarme, tu voz hablándome entre risas, tu voz acariciándome cuando llega cualquier brisa, tu voz deslizándose por mi piel, esa voz con manos de miel, con yemas invisibles que me llenan de placer. Tu voz pintándome en el cuerpo el amor que ha revolucionado mi vida.
lunes, 1 de julio de 2024
La vaciedad que agota
Víctimas de lo inmediato vamos perdiendo los momentos reflexivos y acumulando reacciones impulsivas que achacamos a nuestra firme personalidad. Lo inmediato es una droga en la que no hace falta camello pues se te proporciona en todas partes. La vaciedad está en las conversaciones, en los problemas, de hiperbanalidad supina por mucho que insistamos en untarlos de importancia, en la forma de vida, en la construcción de nuestra personalidad de cartón piedra que, a la mínima, se la lleva el viento, mostrándonos, ipso facto, que la vida moderna es una auténtica mierda. La gente se vanagloria de no leer, todo el mundo cree que tiene derecho a opinar de todo, pero la opinión es un juicio o una valoración que hacemos de algo de lo que debemos tener conocimiento y, sinceramente, tener conocimiento de algo no es leer un titular, oír a un tertuliano o escuchar un podcast. Es algo más. Se nos llena la boca con la palabra derecho, derecho a manchar, derecho a opinar... Pero la opinión que no se sustenta con argumentos no vale nada. Toda esta vaciedad imperante que agota menoscaba nuestras vidas, destroza nuestros estados de ánimo, nos lleva, como decía mi madre, por la calle de la amargura. Debemos volver a la calma, a la contemplación, reflexionar, dialogar, volver a saber medir los tiempos, olvidarnos de la prisa y de la inmediatez, pues más rápido de lo que imaginamos se trasnforman en idiotez. La vaciedad que agota no nos dejar ser, ni amar, nos zarandea, nos agita, nos transforma en bayeta humana, nos estruja, nos transforma en amasijo incólume de tontería innata, sin vida, sin amor, sin nada.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)