
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
sábado, 27 de julio de 2024
Hace un rato fui otro
No me refiero a la evidencia físico filosófica del cambio constante. Hace un rato era enteramente otro. Mi piel era más oscura, la voz más aflautada si cabe y mi flauta, como era de esperar, parecía un oboe. Estaba desnudo y tenia la piel húmeda y salada. Intuí que había salido del mar hace poco. Miraba a todos lados de forma extraña, chocaba con los libros y las cosas que había en la habitación que no reconocía. Fui al baño y me lavé la cara. El color oscuro de mi rostro se fue con el agua por el desagüe. El resto de mi cuerpo seguía oscuro, así que me dí una ducha. Aclarado el asunto y mi cuerpo parecía que volvía a ser yo, pero no las tenía todas conmigo. Algo del otro de hace un rato seguía zarandeándome por dentro. Era como un sueño que no quiere terminar, como una pesadilla que permanece, algo que te dice la realidad soy yo y no lo que tú crees vivir. Después de la ducha me puse un traje de apariencias, con guirnaldas de tranquilidad, con una tela del mejor auto engaño. Me miré al espejo, sonreí, y así permanecí unos años. Un día rasgué las vestiduras, no soportaba más tiempo así, era alérgico a la tela del auto engaño, la manipulación me hacía daño, los deseos eran todos como un virus informático, revoloteaban hasta que te daban un picotazo. Hace un rato fui otro pero ya lo he olvidado.
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