martes, 30 de julio de 2024

Cuando el asombro es saludable

La monotonía, la vida diaria nos anclan en esa bruma del siempre lo mismo, acciones mecánicas y maquinales que el mundo digital contribuye a enquistar. El asombro del que hablo nos ayuda a ver las cosas como son y no como suponíamos que eran. Nuestro destino no es deambular por una niebla invisible de suposiciones sino asombrarnos de la maravilla humana del amor revolucionario, del poder del amor que recibimos a diario de una u otra forma, de diferentes partes del mundo, de personas magníficas que, a lo mejor, aún sin saberlo, están construyendo conjuntamente el mundo poema que habitaremos con la serenidad de nuestra vida filosófica. El espíritu utópico ha dejado de ser invisible, la vida es una fiesta a pesar de todo. Y este asombro saludable cura todos los males provocados por la suposición, el bulo, la mentira... y volvemos a vislumbrar la maravilla que somos al cooperar en esta revolución del amor. Un asombro saludable al día, y si necesitas dos, adelante, asómbrate como te asombrabas antes, cuando un niño con tu nombre soñaba con gigantes, elefantes rosas y hadas madrinas, con un juego en cualquier esquina, con muchos amigos, físicos o imaginarios, con aventuras que vivir y que leer que, aunque suene diferente, lo asombroso es que las vives también cuando las lees. Cuando el asombro es saludable el amor sale a tu encuentro y tu vida, a veces anodina y sosa, se transforma en un cuento.

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