
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
sábado, 20 de julio de 2024
La almohada
Recuerdo este invierno como algo ya muy lejano. Los días más fríos duermo abrazado a la almohada. Hubo dos o tres días de calor, la temperatura subió y dormí sin pijama. Tuve un sueño erótico festivo impresionante, me desperté morreándome con la almohada. Un beso magnífico en el sueño se transformó en una almohada llena de babas y mi boca bastante seca y con sabor a sábana mojada. No le di importancia. La noche siguiente fue aún mejor, una noche de sexo agotadora. La cosa se repitió varias noches. Empecé a hacer preparativos. Antes de acostarme miraba a la almohada con ojos diferentes, con cierta lujuría, insinuándome, luego sonreía y pensaba, pero qué haces, son solo sueños. A la mañana siguiente había varios condones usados, la almohada completamente desnuda, su funda colgando de la lámpara, el tocadiscos encendido y Jane Birkin repitiendo sin parar Je t'aime; el disco se había rayado. Yo también. Y la almohada tenía escrito con pintalabios como si fuera un tatuaje sanguinolento: ¿me quieres?
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