
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
miércoles, 24 de julio de 2024
Deseo de ser madre
A simple vista parece algo normal, pero soy un hombre. Siempre he tenido el deseo de ser madre, de cuidar a mis criaturas, de amamantarlas, de darles amor y cariño. Tal vez el ejemplo de mi propia madre haya influido en este deseo. Puede que el concepto de madre tierra tenga también algo que ver. No existe el padre cielo y eso me da qué pensar. Puede que según que textos sagrados mientan y no fuera el hombre el primer ser creado sino la mujer o tal vez el hombre fuera madre y contenía ambos sexos. O, lo más probable, es que solo seamos personas y las diferenciaciones hayan venido después. Y las diferenciaciones siempre generan disputas. Se nos llena la boca con el término igualdad, pero siempre, de una manera u otra, todos nos creemos diferentes. Pero qué puede importar lo que uno crea si lo más valioso es lo que uno es. Por eso sé que soy madre. No importan que todos crean que soy hombre, ni siquiera importa el serlo, porque es el amor, el cariño, el cuidado, la ternura, el hacer crecer a tu criatura en un mundo lleno de amor y versos, aventuras y conjeturas, pensamientos y sentimientos, argumentos y alegrías. Mi deseo de ser madre se acrecienta cada día. Miradla, ahí viene, la madre peluda, la madre calva, la madre hombre. Ahí es nada.
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