domingo, 1 de septiembre de 2024

Cerca del abismo

El amor me ha llevado cerca del abismo, pero me ha servido para encontrarme conmigo mismo. Porque en el amor no puede vivir el egoísmo, y yo he sido egoista, quería que me quisieran como quiero yo; quería que fueran fieles a sus palabras y, si lo piensas bien, no se puede exigir nada en el amor. Cerca del abismo me di cuenta de mi craso error. Miraba hacia abajo. Impresiona bastante, pero no hay dolor suficiente que apague el amor de mi interior. No importa las veces que me caiga, los fracasos que tenga, las desilusiones que me lleve, no importa si en mi corazón hace sol o si llueve. Lloré, escupí cerca del abismo, eché sapos y culebras, maldije a toda la tierra, chillé sin control, aún tengo en la garganta un ligero escozor, me dí golpes en el pecho, me dije ¡no, no y no! Derrotado, le dije adiós al abismo. Hubo como un eco apagado, como una respuesta que no sé si fue sólo en mi imaginación, pero creía escuchar, hasta tu siguiente amor. Me sequé las lágrimas y sonreí. Estas cosas solo me pueden pasar a mí. Con lo bien que estoy en soledad y siempre pensando en compartir. Quién va a querer mi corazón, a mi edad, quién va a querer verme morir. Ah, desisto. Pero es que yo me he visto tantas veces y a todas las edades, de niño, de adolescente y también de viejo, porque eso es lo que soy, puro pellejo que arde por dentro. Me doy media vuelta y me vuelvo al abismo, pero no, me digo a mí mismo. El amor es y será el mecanismo que rige mi vida, que me da alegrías. El amor que siento es la compañía. No hacen falta cuerpos, solo amor y filosofía.

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