viernes, 6 de septiembre de 2024

Divino y límpido destino

A veces pensamos que los desplantes en el amor, los engaños, las mentiras vertidas con sonrisas y brillos de ojos amorosos, todas ilusorias, puro trampantojo que nos hunde en la miseria sentimental, es lo peor que le puede pasar a nuestro corazón. Pero si uno reflexiona bien, con calma y relajación, acaba descubriendo que toda la vida es puro trampantojo y, donde antes mi corazón palpitaba de alegría, ahora mi rostro se quema de vergüenza y sonrojo. Y estos amores de chichinabo, de aquí te veo aquí te amo, y te sigo el juego pero todo es más falso que mi escapulario, hacen que descubra mi divino y límpido destino, lo único que está fuera del trampantojo son mi soledad y los libros, así que nada voy a buscar en ningún rostro que no esté entre líneas, en un cuerpo que no yazca entre dos versos, en una vida que no sea puro teatro, ya extinta pero revivida un rato en una actuación asombrosa que el arte me ofrece en mi divino y límpido destino, la soledad en la que vine y vivo.

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