miércoles, 18 de septiembre de 2024

Se acabó el cuerpo

Ahora sólo habrá espíritu. Se acabó el mero hacer cuasi mecánico para dar paso a la ensoñación espiritual que se mezcla en el ambiente como una bruma de pensamientos, sentimiento y placer invisible y auténtico. Se acabó el cuerpo, el erotismo carnal del siempre lo mismo, donde las palabras pierden su valor ante la chicha desnuda que perturba, aletarga y embota. El amor y el placer corporal parece ser que no querían unirse. En mi caso estaban reñidos, cada uno por su lado; si estaba uno, no estaba el otro. No cabe duda que uno se lo pasa bien con el cuerpo, pero sin amor acaba cansando. El espíritu es más ligero, se transporta fácilmente y, en poco tiempo, recorre el mundo entero. Anima a la imaginación pues cada uno genera su propia ilusión. es como leer un libro, donde el lector pone cara a los personajes, pinta los paisajes y el mismo libro es diferente en cada cabeza. No todos leen lo mismo, ni ven lo mismo, cada uno con su propio mecanismo, pero para el espíritu se acabaron los mecanicismos. Sin cuerpo, sin miedo. La libertad se hace más grande y el amor verdadero. Se acabó el cuerpo y me deslizo a un mundo nuevo donde fluyen los espíritus entremezclados con los versos.

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