
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
martes, 24 de septiembre de 2024
Dicen que seré feliz
Lo asegura mucha gente. Desde niño vengo oyendo lo mismo. Que no desespere, que ya seré feliz cuando muera. Y después de decirme eso añaden que para conseguir esa felicidad después de muerto, tengo que ser bueno aquí y ahora, mientras viva. Y a la vez me hacen la vida imposible. Y todos se tragan semejante cuento. ¿Para qué quiero ser feliz cuando muera? Para aceptar esa felicidad futura y putrefacta primero hay que ser idiota. Y también esclavo. Y no protestar. Y sucumbir al mercado que corrompe, a la vanidad del consumo, a la manipulación diaria del todo más rápido, al aluvión de información inútil que abotarga. ¡Basta! Voy a ser feliz ahora. Voy a intentarlo. No quiero paraíso ni comprarme piso. No quiero felicidad eterna ni cuarenta vírgenes en una nube, quiero abrazar a mi amor cerca de un río, quiero compartir una fruta y muchas sonrisas, quiero regalar miles de besos y caricias. Quiero dormir sobre el pecho soñado, vivir en un abrazo, cuerpo con cuerpo, brazo con brazo, pierna con pierna, quiero la felicidad terrena. Quiero las lágrimas de mi amor en mis venas. Contrarrestar el dolor con cariño, volverme un niño a su lado y jugar con mi amor todo el rato.
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