
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
sábado, 31 de agosto de 2024
Personas que desean algo que no pueden tener
Es lo más normal del mundo. Pero también deberíamos saber que es un error. Aunque hay que matizar. Todos deseamos lo que no tenemos. Yo incluido. Y a pesar de que hay gente, muy cercana, por cierto, que me incluye en ese grupo de personas que desean algo que no pueden tener, siento decepcionarles, pero se equivocan. No deseo nada que no pueda tener. Y añadiría también que deseo muy pocas cosas. Lo que más hago es amar, y eso es muy diferente. Desear lo que no se puede tener es hacerse uno rico y que se te atragante, te hagas adicto, tu vida se vuelva un infierno, te quedes sin amigos y te arruines enseguida. No todos podemos tener mucho dinero. La filosofía advierte que hay que saber vivir con lo que se tiene. Y si teniendo poco ya somos adictos a cien mil cosas, tener mucho no va a solucionar nada. La naturaleza humana es más inteligente que los propios humanos. Desear que te hagan caso, te den confianza, amistad, amor y responder portándote mal, maltratando a la persona que te cede su tiempo, te da cariño y amor, confía en ti contándote cosas que no ha contado nadie, se hace vulnerable ante ti porque te tiene confianza y amor, pero tú la traiconas de la peor forma posible, mintiendo e insistiendo en alargar esa mentira en el tiempo y el espacio, eso es precisamente desear algo que no puedes tener ni podrás tener nunca porque no sabes amarte a ti mismo. El amor, como casi todo en la vida, se aprende y nunca es tarde para empezar a hacerlo.
Irme
No sé si aguantaré mucho aquí. Necesito irme del mundo, introducirme en un libro, vivirlo, saltar de uno a otro, navegar entre letras, vestirme con ellas, dormir entre versos ya que los besos se me niegan. Quiero sexo con palabras, la alegría de las frases, disfrutar de párrafos y sonetos. Me siento como un pez atrapado en las redes, con angustia, cierta ansiedad por soltarme, por escapar, pero sin saber cómo porque, a la vez, pienso, engañándome, que soy completamente libre. Pero esa libertad me hace sufrir, me genera adicción, una extraña adicción a estar atrapado. Quiero escapar pero aprieto más los nudos que me atan. Me auto presiono. Y sigo dando bandazos en la red, agonizando por dentro con una sonrisa hipócrita en los labios que vendo al mundo a pesar de tener esos labios llenos de lágrimas secas y me están asqueando. Puede que la compañía constante acabe desgastándome, pues no he encontrado a nadie que sepa tratarme mucho tiempo seguido. Por eso, a veces, aún sintiéndome bien con alguien, necesito irme y estar solo para poder seguir disfrutando de esa persona a mi manera, para echarla de menos, para no sentir que atosigo ni que me atosigan. Quiero a mi lado a una persona que sepa ser ella misma, sin que actúe porque está conmigo. Quiero poder ser yo, poder estar solo en compañía. Y eso es amor.
Catapultado a un misterio
Paseando pasé por delante de un cajero automático, de los antiguos, que aún tienen puerta de cristal y te puedes cerrar por dentro, de esos en donde duermen los vagabundos y los sin techo. Algo me llamó la atención. Me acerqué un poco. Una pequeña luz brillaba, como el foco de una linterna, había un punto de luz que me atraía. Cuando estaba al lado del cristal vi un rostro, había un indigente sonriéndome, con una camiseta raída, sin pantalones y con los calzoncillos cagados. Me hizo como unas reverencias sin dejar de sonreír. No sé por qué lo hice, pero entré en el cajero. Me saludó amablemente. Tecleó algo en el teclado del cajero, como si intentara sacar dinero pero sin haber introducido ninguna tarjeta. Daba la sensación de estar loco. Pero el cajero se abrió de par en par, como la puerta de una nave espacial. Entramos. Me dió la mano. Le pregunté quién era y me dijo, tú ya lo sabes, soy ese en quien estás pensando. He tomado esta forma para que no me terminen matando mis futuros adoradores. Seguimos caminando. Era como un paseo interior. Siguió hablando. No busques sentido a lo que te está ocurriendo, ni siquiera busques la verdad, sólo siente el amor, siente la vibración en tu interior y déjate guiar por ella. Quedé fascinado. Sin buscar sentido ni verdad aparecieron a mi lado. El amor estaba dentro de mí completamente iluminado. Estaba en la calle, mirando hacia un cajero automático. No sabía qué hacía allí ni cómo había llegado. Había un vagabundo durmiendo en el interior. Su cara me era familiar. Estaba durmiendo. Al acercarme abrio los ojos, sonrió, levantó el pulgar de una de sus manos y me guiñó el ojo. No sabía qué estaba pasando, pero me gustaba.
Cloaca de la galaxia
Estercolero de inmundicia llamado Planeta Tierra. Aquí vivo o mal vivo. Creyendo que estoy en una buena situación si me comparo con los que están peor, pero dominado por impulsos vacíos generados por un mercado que todo lo banaliza, donde el alma se vende y se ofertan cursos de risa. Viendo como el mayor problema que tenemos somos nosotros mismos. Nos enseñan que el cuerpo es un templo y lo apedreamos a diario. Exigiendo productividad cuando deberíamos estar mirando el cielo o debajo de una higuera meditando un ratito. Nos caemos por las zancadillas, del amigo, del hermano y luego, un cualquiera, nos ofrece su mano para ayudar a levantarnos. No sabemos amar porque una vez nos hicieron daño, pero sabemos emborracharnos aunque nos haga daño siempre. Lo peor que nos pasará nos lo haremos nosotros mismos, con nuestros actos, nuestras decisiones, con los miedos que creamos al sentirnos perdidos cuando éramos unos niños. Siempre repitiendo el mismo error pero con diferentes variantes, con detalles superfluos y cambiantes. La vida es una mierda, nos repitimos, pero no nos esforzamos por cambiarla. Contentos de habitar la cloaca de la galaxia, lo que es una mierda es nuestra vida, nuestra manera de afrontarla. Teniendo pequeños éxitos, todos monetarios, rehuyendo al amor que se asoma con la excusa de que nos harán daño. La cloaca de la galaxia se gestó en nuestro corazón que huele a banco y alcohol, a producto sintético que nos ha colonizado. La basura que ingerimos, por la boca, por los ojos, por todos los orificios corporales. No hay nada natural. El sexo por una pantalla, las exposiciones naturales a través de gafas digitales, conversaciones tecleadas o con robots irracionales. Sueño inducido, descanso programado, ingesta controlada por una máquina expendedora de garantizada productividad, sin sentimientos, sin roce, sin amor, sin cariño perturbador que podría hacerte soñar una vida mejor.
Piensa que he muerto
Puede que sea lo más acertado. Piensa que he muerto. Y vive. Mantén un recuerdo mío si te apetece, pero no durante mucho tiempo; olvídame pronto. Será lo más saludable. No te será difícil. Tampoco hace tanto tiempo que nos conocemos. Llegará una bruma que me disipará de todos tus recuerdos y entonces podrás ser feliz. Piensa que he muerto. No hace falta que derrames lágrimas. He muerto ya muchas veces, para mí no supone un gran esfuerzo, el amor me hace morir siempre, nada me viene de nuevo en este infierno. Acataré el dolor que me corresponde, puedes cederme el tuyo también, aunque dudo que a ti te duela como a mí me está doliendo. Además, no quiero que sufras ni un ápice. Piensa que he muerto. Me olvidarás pronto. Céntrate en la alegría de tu entorno. Deja que mis cenizas se las lleve el viento del no retorno. Purifica tu alma, olvídate de mí pronto. No sufras por un amor que sólo ha estado en mí. Nada más puedo decirte. Piensa que he muerto. Eso es todo.
Vuela
Vuela alto. Sé feliz. Crea. Aunque tu voz se haya callado sigue resonando en mi corazón. Porque ahí estarás siempre. Disfruta de la vida. Conserva la alegría. Busca a alguien que te quiera y con el que no tengas miedo. Vuela alto. En la distancia te seguiré soñando. No importa que el tiempo pase, que el silencio crezca, voy a seguir amándote. Sé que volarás alto. Yo voy a seguir tu vuelo hasta con los ojos cerrados. Vuela alto, sé feliz, crea, olvídate de mí, pero vuela alto. El amor seguirá entre nosotros, está en mí, anclado en mi tuétano y ni quiero ni lo voy a dejar salir. El amor que te tengo sigue en mí y me verá morir. Y ahí seguirá flotando cuando deje de existir. Siempre lo dije, el amor es más fuerte que la muerte. Podré morir, pero no dejaré de quererte. Vuela alto. Sé feliz. Y vuela alto.
viernes, 30 de agosto de 2024
El amor siempre
Después del amor siempre podemos poner casi casi lo que queramos y funcionará. El amor siempre me trae problemas. El amor siempre es como esa piedra en la que tropiezas varias veces a diario. Porque el amor me vuelve un pretencioso. Amo y quiero que me amen, aunque no siempre. Amo y lo digo, y si alguien también me lo dice es cuando quiero que me lo demuestre. Pero también me ha pasado que personas que me cuidan, que me escuchan, que me prestan atención, ceden su tiempo, que se alegran al verme y al pasar tiempo conmigo, que me abrazan y me besan, dicen que no me aman. Por eso el amor siempre confunde los conceptos. Hay gente que solo desea y dice que ama. Hay gente que al amor le llama cariño por miedo, como si cariño fuera una palabra menor. El amor siempre aturde, imposibilita, crea imposibles, los hace realidad, frena, acelera, el amor siempre es todo y nada, por separado y mezclado, el amor siempre pasa y vuelve. El amor siempre es el mismo aunque se ame a otra persona. El amor siempre es distinto con la misma persona, cambia cada día, crece, se expande. Y si tuviera que hacer un alegato sobre el amor, seguramente sería este: el amor siempre, siempre.
Qué pasa con el pasado
Muchas veces pienso por qué llegan unos recuerdos en concreto justamente ahora, por qué me acuerdo de unas cosas del pasado y de otras no. Hay quien dice que el pasado nunca es el pasado sino el presente que se cuenta a sí mismo a través del pasado que recuerda. Otros aseguran que el pasado contiene el futuro. Los tiempos son como una planta. El pasado es la semilla que crece en el presente y se desarrolla en el futuro. Algunos, sin embargo, aseguran que el tiempo no existe; otros, incluso, dicen que el mundo no existe. Pero volvamos al pasado, donde había un mundo y un tiempo. Cuando decimos que cualquier tiempo pasado fue mejor tal vez añoremos la juventud o nuestro presente es una mierda y, a pesar de haber en el pasado mierdas mayores de nuestra historia personal, no queremos recordarlas. Cuando conocemos a personas creemos que conocer su pasado nos ayudará a conocerlas y no es cierto, porque la persona actual no tiene casi nada que ver con su pasado y mucho menos con lo que nos está contando. Deberíamos de hacer un experimento y anotar lo que nos pasa justo cuando acaba de pasarnos y, más adelante, recordarlo y volver a anotarlo y así unas cuantas veces, cada cinco años por ejemplo. Pasados treinta años leer todas las anotaciones. Nos asombraríamos de cómo cambia el recuerdo. Había un juego cuando era niño que consistía en decir una palabra al oído muy rápido, y tú se la decías al siguiente, lo que habías entendido. El último debía decir la palabra en alto y se contrastaba con la palabra que dijo la primera persona. Casi nunca coincidían, lo mismo que ocurriría con nuestro recuerdo anotado varias veces. Entonces ¿nuestra vida o nuestro pasado es una mentira? No, es una construcción, algo que vamos creando siempre, por eso el pasado sigue vivo y se hace futuro, o tal vez no haya tiempo, ni existe el mundo, ni tu estás leyendo ni yo escribí nada. La nada es el constructo que nos atormenta durante toda la vida. La nada pasada, cuando no pasa nada o cuando pasan cosas que no son nada o que nunca serán nada. Qué pasa con el pasado entonces. Absolutamente nada.
Si andaras con mis zapatos
Para conocer al otro es primordial la empatía, ponerse en su lugar, andar con sus zapatos. Pero estamos tan preocupados en aparentar la imagen que hemos construido de nosotros mismos que poca empatía podemos tener. Yo recuerdo mis años de juventud donde todo el mundo iba disfrazado de algo, tribus urbanas lo llamaban. Era como un carnaval constante. Veías a gente que iba cambiando de tribu dependiendo de las modas, pero, aunque no cambiaras, también dependías de ellas. La filosofía ya me gustaba entonces y era difícil compaginar una vestimenta, un peinado y una filosofía. Posiblemente fuera todo apariencia porque los gustos van cambiando con el tiempo, se van moldeando, y te vas dando cuenta de qué es lo que perdura y qué lo que desaparece. Mi gusto por la música y por la escritura me hizo aprender a tocar un instrumento. Sigo comprando discos aunque no voy a conciertos, las masas me aturden. Solamente he ido a algún concierto de música clásica, pero muy pocos. Es curioso porque me doy cuenta de que me atrae más la cultura en solitario y de joven no me pasaba. Sin duda me he deshecho de la apariencia. Que me vean o no en un sitio no es lo importante sino mis sentidos, mis respuestas. Es como que te firmen un libro. Si lo piensas bien es una chorrada. Una costumbre adquirida que no lleva a ningún lado, solo a las ferias de libros y presentaciones, por tanto es una costumbre capitalista. Conozco a gente con muchos libros firmados pero ninguno leído. Y, si ando con sus zapatos, me doy cuenta de que estos actos son como drogas llevaderas que el capitalismo proporciona para no intoxicarnos tanto y que sigamos comprando. Por eso últimamente voy mucho a las bibliotecas públicas. Porque ando en mis zapatos.
jueves, 29 de agosto de 2024
Puente de amor
Hay un cuadro llamado puente de amor. Hoy con él he soñado. Una tormenta lo ha quebrado. Al observar el cuadro puedo ver las turbulencias sonoras que hasta mi corazón han llegado. Un oleaje de sentimientos encontrados que ahora se pierden y se hunden en un mar embravecido por los miedos infundados. Puente de amor repiten los ecos en el viento. Voy flotando por las olas, caminando muy lento sobre las aguas, generando un milagro incruento a los ojos del inexperto, pero solo es la habilidad del amor que siento. Puente de amor quebrado, pero sigue siendo un puente aunque el amor se haya ahogado. Voy a las profundidades de este abismo salado, al encuentro del amor, a revivirlo, a cumplir mi deseo soñado, a ver quién hay del otro lado. Ya no respiro, no hay aire. Camino por el fondo arrastrando los pies, haciendo pequeñas nubes de polvo y con los peces doy traspiés, uno detrás de otro, y me vuelvo del revés. Ahí está el cuadro bien quieto y me tumbo sobre él. Puente de amor que recorro, a pie, a nado, en sueños o despertado, no importa si termino en los brazos de mi amado. Puente de amor hazme un hueco, quiero dormir en tu regazo.
Causas perdidas
Soy el adalid de las causas perdidas. El señor de los fracasos, duque del error inmenso que, solo por su inmensidad, es ya un éxito. No es ignota para mí la derrota, al contrario, está en todas las letras de mi abecedario. Pero no creáis que me importa, acrecienta mi fe en las causas perdidas. Donde huelo amor allí voy, pero también están los defensores de lo oscuro, el miedo y su rayo paralizador, la mentira que fulmina, las palabras dichas sin pensar que luego retornan a mi memoria cuando quiero arreglar desaguisados y aún salgo más escaldado. Ni siquiera yo las pronuncié, me fueron dichas a mí que, como siempre ingenuo, me las creí. Soy un pesimista alegre, sé lo que es sufrir, y lo acato, si eso te hace feliz. No comprendo muchas cosas, que se mienta por amor es ya una falacia que nunca me ha hecho gracia y la evito en cuanto puedo y si me rechazas muero, pero renazco con el viento. Soy la causa más perdida, más que todos mis intentos, y no quiero consuelos ni lamentos ni tampoco la poesía del silencio. Pues si fracaso lo digo, y escribo un cuento y me río, y corriendo voy al huerto a ver si las nuevas causas perdidas están creciendo. Y riego una y la observo a diario, está creciendo, me mira con brillo, con un brillo de amor que quiero. Oigo sus palabras en mis sueños y, a lo lejos, en el horizonte, un fuego de arrepentimiento. Son antiguas causas perdidas que aún me siguen queriendo. Soy el adalid, duque del error inmenso.
Van de la mano
Como dos amantes. Decepción e ilusión. Porque si no hay ilusión no hay decepción. Puede que vayan de la mano siempre, pero la decepción permanece invisible hasta que ocurre lo inevitable. La decepción es ese espíritu silencioso, ese acompañante que, si se hace notar llena de lágrimas tu rostro. Ilusión y decepción, una dualidad de poema, un éxito en la mente, un fracaso en la arena. Pero el fracaso genera nuevos intentos, nuevas iluisiones, como en el amor. Yo no soy de los que se rinde. No insisto en un amor que me rechaza, pero sigo buscándolo, aunque más que buscarlo lo espero, pues aparece solo. Viene envuelto en unos ojos, en una mirada que insinúa sonrisas, en unas sonrisas que prometen besos, besos que te abrazan de cuerpo entro, y luego, luego puede que llegue la decepción, pero la ilusión vino primero. Y luego el amor salta como una rana, a veces no ves donde cae, la tapan las ramas, las hojas, el agua y tardas un tiempo en volverla a ver. Pero un día vuelve a saltar, la rana de amor que te hará querer. Y surgirá de nuevo la ilusión, y la fábrica de chiribitas de tu corazón se pondrá en funcionamiento otra vez. Y se colarán por una mirada ilusionada, por unos ojos que me observan con placer. Y nos empezaremos a conocer. Como dos niños primero, como dos amantes después.
Hay cosas que no cuadran en el sexo
Me refiero a las relaciones, ya sea entre parejas o amigos, realizándolo o solo cuando se habla de él. Idealizamos el amor y decimos, yo mismo lo digo, que el amor no es sexo. Pero al hablar del amor decimos que era un amor puro porque no había sexo, como si el sexo contaminara la relación. Todo el mundo quiere tener sexo, no siempre, pero sí durante mucho tiempo a lo largo de su vida. Y cuando no se tiene, se habla de él. Muchos incluso lo ven, el sexo practicado por otros; no es mi caso. Lo mío es más imaginativo. Con una insinuación o con un rostro me monto mi propia película porno en mi cabeza. Pero descubro que al hablar con amigos, cuando te vas de viaje, de vacaciones, siempre te dicen pórtate mal, disfruta mucho. Ese pórtate mal se refiere al sexo. El sexo nos gusta pero hablamos de él como algo malo, como un vicio, que podría llegar a serlo si se necesita constantemente, pero no si realizas sexo con las personas a las que quieres, a las que amas. Por eso no cuadra el disfrutar, vivir, sentir, amar y tener sexo, y después referirse a ese mismo sexo diciendo pórtate mal, peca, haz guarradas, ser un guarro y cosas por el estilo. El sexo es bello, y con amor es maravilloso. A cierta edad solo quieres tener sexo con amor. Mucha gente lo sabe y por eso miente en lo referente al amor. Muchos chascos amorosos son porque ya no se quiere tener sexo, porque solo se quería tener una vez o unas pocas veces, y luego ya, otro, pasar página, poner una muesca en el calzoncillo y carretera y manta. Pero el sexo no contamina, es conocer al otro más profundamente, darle placer, recibirlo, compartir el cuerpo y el alma, disfrutar de la desnudez amada, llegar al éxtasis mientras siento tu mirada, estar solamente abrazados, acariciarte mientras duermes, el sexo también es dormir con mi cara en tu pecho y mi mano en tu entrepierna, despertar y vivir la excitación como un alegría nueva, como un regalo de la vida, la pureza de fusionar los cuerpos, de sentir tu palpitar mientras eyaculo el amor que me generas.
El impostor
Lo he descubierto. Me ha costado bastante tiempo, pero siempre se les acaba descubriendo. Hay muchos, están por todas partes, pero, el principal, lo llevamos dentro. Quiero ser escritor, de hecho, lo soy, pero soy un escritor que no escribe, y yo quería ser un escritor que escribiera mucho, muchas novelas, muchas historias, muchos cuentos. Pero me paso el día procrastinando, y digo el día por no decir la vida, porque si digo la vida me avergüenza un poco. Y digo que hoy he descubierto al impostor porque tengo varios proyectos que no fructifican. He necesitado generar proyectos compartidos para comenzar a escribir y, pensando en mis actos, me preguntaba por qué. Y he comenzado a recordar. Cuando vivían mis padres y les cuidaba en sus últimos años de vida. Yo les cocinaba, mi madre me enseñó y aprendí para ella. Mi madre terminó diciéndome que cocinaba mejor que ella, que la había superado. Pero al morir ellos ya no cocinaba para mí solo de la misma manera. No ponía tanto interés, no variaba tanto los platos, me volví más rutinario, cómodo, vago. Y ahí asomó la cabeza el impostor, pero yo no quise verlo. Ahora, con los proyectos compartidos, puede que algunos no lleguen a buen puerto, o a lo mejor ninguno, pero me percato de que siempre necesito el impulso de alguien, que no me basta mi propio impulso y que este solo surge para que lo vea el resto, por eso soy un impostor, porque hago las cosas para que las vean los demás, para que las disfruten, para que me digan, que bien te ha salido este plato, la comida, para que me halaguen, como si eso me hiciera falta o fuera mi vida. Así que voy a escribir mucho, pondré todo mi empeño en ello, disfrutaré escribiendo, muchos libros, muchas historias, muchos cuentos. Y los iré acumulando en el trastero, todos esos libros, mis proyectos. Y la única alabanza que quiero es la mía, ahora que el impostor ha muerto.
Lo que vi en ti y lo que hace el miedo
Lo que vi en ti fue un te quiero prematuro, la ternura en el horizonte de tus ojos, unas pocas nubes de dolor que regabas a diario con esmero. Lo que vi en ti fue el cariño de un niño necesitado, de alguien que ha crecido antes de tiempo y que sigue siendo un niño sin saberlo. Lo que vi en ti fue amor, ganas de ofrecértelo, de procurarte atención, de cuidarte alma y cuerpo. Lo que hace el miedo es lanzar dolor como las aspas de un molino embravecido, como un helicóptero sin control, lanzarlo y extenderlo, salpicar de dolor todo lo cercano, destruir el amor en poco tiempo. Lo que hace el miedo es dejarme contrariado, pues no se puede querer al rechazado, ni que te rechacen y seguir queriendo. El miedo siempre hace lo mismo, mentir, hacer sufrir y sufrir uno mismo luego. El miedo paraliza y te deja con mal cuerpo. No se puede amar con miedo, ni siquiera a uno mismo que es al primero que hay que amar en este infierno. Lo que hace el miedo es destruir lo que vi, lo va diluyendo, pero no deprisa, lo va haciendo poco a poco para poder verme sufriendo. El miedo es un canalla que disfruta jodiendo, y por mucha paciencia que uno tenga no hay ciencia que arregle esto. Miedo y amor son los polos opuestos. La costumbre anquilosada ayuda mucho al miedo, la falsa seguridad que proporciona repetir los mismos gestos, los mismos errores, que nos alegran un poco pero con los temores de siempre, asustados por un cambio que reclamamos cuando estamos mal, pero, cuando podemos hacer algo, no movemos un dedo, nos quedamos quietos junto al miedo. Miedo al cambio, miedo a lo nuevo, miedo al amor que un día me dijo te quiero. Y ahora solo queda la carcajada del miedo porque lo que vi, ya no lo veo.
miércoles, 28 de agosto de 2024
Un mundo a medio hacer
Construir un mundo a estas alturas de la vida es lo que tiene. MundoPoema es un mundo a medio hacer pero, también es verdad, que provengo de un mundo medio deshecho. Alguno creen que está deshecho completamente, otros siguen validando genocidios y muerte solo por dinero. Deberían construirse un mundo a su medida y dejar el que ya había para la vida. Vengo de un mundo deshecho y estoy en un mundo a medio hacer donde quiero que las cosas salgan bien, donde no va a haber sistemas ni capitales, ni tampoco fronteras, donde lo mágico será lo sencillo, donde el dolor brillará por su ausencia y el arte y la poesía, el amor y la alegría por su constante presencia. Construir un mundo siendo un viejo con arrugas en el pellejo pero con la inestimable ayuda del niño que llevo dentro. Siempre hay tiempo, siempre es el momento y el amor es el ingrediente perfecto, para esto y para todo, para amar el conocimiento. Un mundo a medio hacer pero nuestro, un mundo que se expande con versos y con besos conversos y convexos, un mundo nuevo pero en la imaginación ya viejo, como yo y el niño que llevo dentro.
Siete Sabios
Entre los siglos VII y VI antes de Cristo vivieron. Dicen que han renacido en un mundo nuevo. Malas lenguas, comentarios de unas brujas en una Rave-Aquelarre, mito urbano que ya corre como la pólvora por los barrios más bajos de diferentes ciudades y también por los más altos y engolados. Siete Sabios que serían como el Gran Consejo de MundoPoema, un referente, recitadores de versos revolucionarios de amor, sabios de la verdad que nos harán la vida mejor. Sabios de los que no conocemos el nombre y, como ellos mismos dicen, ni falta que nos hace. Sabios que nos dijeron hace siglos conócete a ti mismo, tu propio mecanismo, aprende de tu conocimiento sentido, vive con intensidad y amor, tu casa está en tu interior, ama a los huéspedes que contengas en ella, ámanos a nosotros si estás en MundoPoema, pues también estamos en tu corazón y, sólo por eso, tú eres uno de lo siete sabios. Hemos renacido y nos hemos multiplicado, búscanos en tu reflejo y también en tus actos, hállanos en tus besos y en tus abrazos. Somos los siete sabios y hemos venido para quedarnos, para amar, y para amaos.
Lo mismo
Hubo varios momentos en mi infancia y en la adolescencia donde creía que el resto del mundo era imbécil. No se trata de orgullo ni de prepotencia, ni de saberlo todo, pero fueron esos momentos de lucidez, que supongo que debe de tener todo el mundo, los momentos álgidos de mi vida. Luego, cuando uno cree crecer, hacerse adulto, descubrir el sexo, y cuatro o cinco tonterías más, se pierde en un nebulosa de adicciones sociales adultas, como trabajar, dinero, relaciones, casa, coche, comprar, comprar, gastar, gastar y aparentar. A veces los recuerdos me llevan a esos momentos por túneles de mi memoria que creía cerrados, y me veo con muy poca edad pero con mucha más inteligencia que ahora. Y también más imaginación, pero más control sobre todo ello. Con la edad solo adquirimos seriedad y tontería. Puede que con más edad, la crisis de los cuarenta para algunos, nos dé por volver a ser jóvenes pero sólo con los vicios, o nos volvamos tiernos y victimistas, o un batiburrillo de todo eso. Después viene la edad de las cosas sencillas: viajar, comer bien, asentir en el trabajo a tu jefe cuando te da órdenes y luego hacer lo que te dé la gana, estás en el punto de la maestría laboral. Yo me estoy aficionando a saltar de una época a la otra cuando me conviene o simplemente para pasar el rato. La gente no deja de sorprenderse, pues unas veces me ven discutiéndolo todo, otras callado y asintiendo con una sonrisa, pero nunca dejo que vean todas mis cartas, ni siquiera las de la manga, prefiero pasar por tonto o por engañado, hay veces que dejo que me mientan sólo para ver hasta dónde llegan; otras, sin embargo, soy capaz de decir frases enteras unos segundos antes de que me las digan a mí, y nunca nadie se da cuenta de nada, solo repiten sorprendidos, qué casualidad, yo te iba a decir lo mismo ahora.
Navegar la incertidumbre
Estoy dispuesto. El mundo está lleno de certezas que terminan siendo falsas pero dan seguridad al que dice poseerlas. Mi amiga es la duda. La coherencia no es mantener siempre la misma línea de pensamiento cuando el entorno cambia, las circunstancias también y todo y cada uno de nosotros cambiamos a diario. Si pensamos en cómo éramos hace veinte, quince o diez años, nos damos cuenta de la cantidad enorme de cambios que hemos tenido. Por eso la certeza es una mala consejera. Todos los días son nuevos y distintos aunque nos parezcan el mismo y nosotros insistamos en ser como ese idéntico día que no existe. Ser coherente no es ser predecible. La coherencia tiene que ver más con el interior de uno mismo. Todas nuestras mejoras, nuestra evolución, el conocimiento que vamos adquiriendo y poniendo en práctica, el amor, hacen que el conocimiento sentido sea distinto ahora en el presente. Por eso lo que en el pasado me parecía normal, hoy no se nos ocurriría realizarlo, es más, nos asombra que lo hiciéramos entonces. Y también nos alegran los cambios que nos han traído hasta aquí. Navegar la incertidumbre es también navegar los cambios. Somo seres cambiantes que navegamos por el mundo. Yo soy tan cambiante que cambié incluso de mundo. Y voy con el amor a cuestas revolucionándolo todo y cada instante, cada segundo.
martes, 27 de agosto de 2024
Aquievocado
Te puedes equivocar y aquievocar. Tal vez la primera vez que me aquievoqué también me equivocara. El destino me guió por un camino distinto, toda la vida ha sido así. Pero si un error me lleva a aquievocarme lo elijo ahora mismo, sin titubeos. Y aquievoco la piedra en la que tropecé dos veces, que digo dos, diez, miles de veces. Aquí evoco al amor que es el motor de MundoPoema,la sustancia primigenia, la esencia pura, la proteína magnífica, el arte, la ciencia versificada, el todo y la nada. Y cuando aquievoco no hay un tiempo para encerrar lo aquievocado, pues puede ser futuro, presente o pasado. O todos a la vez, sería lo más acertado. Y el amor que me hace quererte me aquievoca en este instante que RoJo es el monstruo bicéfalo que pasea tan elegante por MundoPoema, se codea con gigantes de amor revolucionario, de vida filosófica, de bien supremo sentido, de hermosas ideas estróficas. Aquievocar, como digo, comenzó siendo un error, una casualidad, un tropiezo lingüístico, una anomalía gramatical, una falta que mejora, que evoluciona los ritmos de nuestra fantástica fauna y flora. Tal vez sea el error más fenomenal porque cuando uno se aquievoca puede evocar aquí lo nunca visto, lo imaginado, lo soñado en lo más profundo del abismo, porque la aquievocación tiene una esencia fantástica como el mundo al que pertenece y al que con amor se abraza.
Coopera con el genocida
Me dice la tele todo el día. No critiques, no polemices, el genocida es vida y el colonialismo da alegría. Porque, de lo contrario, te visitará un juez. Bájate el sueldo, come basura con alegría, mira que contento va el genocida. Subió el aceite un día más, frío los huevos con agua y sal. ¿Pero si no encendiste el fuego? Y a ti qué más te da. Al genocida le gusta que mi salud vaya mal. Vayan a misa que dios proveerá. El malo es el pobre, el bicho el enfermo, mucho cuidado con el extranjero. Acaricia al genocida que te da la vida, te dice el imperialista en todas sus noticias. La democracia es matar y necesitamos tu cooperar. ¿Qué tengo que hacer? Asentir, decir a todo que sí, mirar para otro lado cuando pises a un asesinado. Si te quieres expresar con libertad repite conmigo: el genocidio es el sentido, la democracia, eliminar al oprimido. ¡Vivan los ricos y los monarcas! ¡Viva la iglesia que no tributa, vivan los curas pederastas! Esta es la nueva democracia mundial, asúmelo cuanto antes porque si no acabarás en nuestras cárceles. La noticia me dirige, de mi jefe soy amante y cobro la mitad que antes, pero mucho cuidado, trabajar, trabajo el doble porque el genocida es noble. Lucha por tu libertad, toma, ponte estas cadenas, búscate otro trabajo, comparte tu piso como un escarabajo. Deja de pensar, no estorbes y mira a los ricos en Forbes. Gracias a ti su fortuna crece como la espuma. Coopera con el genocida y cuando seas viejo y necesitado, con un tiro en la frente te dará la bienvenida.
Enamorado
Me enamoro muy intensamente y de todo. Me enamoro de un color, de las flores, me enamoro de un amigo y de su ombligo, me enamoro de un cuadro y de un pintor, de un cantante, de su rostro. Me enamora la ternura, la timidez, esa cara que se oculta con unos mofletes rojos que arden de pasión intensa, que sueñan con ser besados, que se queman de solo penarlo. Me enamoro de tu pecho, de tu alma, de tu carácter bonito. Me enamoro cuando te pienso, pues si te pienso te siento, y me enamoro y te amo. Corriendo me das la mano, agarro tu brazo y te abrazo. Me enamoro de ti, tesoro. Por eso te sueño y te vivo, te pienso y te toco. Me enamoro en este ensueño que me está volviendo loco y me gusta porque veo que si miro al suelo floto. Y volando voy a tu encuentro solo porque me enamoro. Y a decirte que te quiero, con la boca, con las manos y también con los ojos. Que mi alma habló primero y ahora lo dice mi rostro. Me enamoro del instante. Del instante que te veo y también del que te añoro. Del principio de tu caricia me enamoro, del durante y del final, de saber que vendrá otra, de que tus labios besarán mi boca. Me enamoro del beso que nace en mi pensamiento, de los labios que me rozan, del instante en que lo sueño, de que mi boca sepa a tu boca. Me enamoro de ti cada segundo porque mi vida está loca. Y la alegría que tu amor provoca se expande por este MundoPoema que mi alma revoluciona. Tu cuerpo desnudo se acerca cuando mi espíritu lo invoca.
El escombro
Soy el escombro del amor, restos de una caricia desaparecida, tal vez perdida en el tiempo, quieta en un sueño que nadie sueña, una caricia voladora que ahora tan solo añora, el desperdicio de un cariño dormido, la cáscara seca de un beso antiguo, soy el residuo de una relación que insiste en vivir en la mente del niño interior, al lado de la ilusión que nunca fue, que nunca dejó de serlo, rodeado de telarañas de sueños incumplidos, de costras de imaginación reseca. Soy el bien deshidratado, líquido que no moja, despojo de amor que se arroja, cosa que se desecha, fruto de una relación mal hecha, sin apenas ciencia, que no generó experiencia, pues no hubo tiempo más que para el lamento. Soy la funda que se tira, el envoltorio muerto, el ojo malo de un tuerto, la cosa que nunca encaja, esa cremallera que ni sube ni baja. Soy la cosa superflua, la nimiedad, la nada. Soy transparencia, soy holograma. Pero un día, una mirada me habla, una sonrisa me escucha, tu atención arrebatada por mí nada y estalla la sequedad de mi alma. Una semilla se abre, brota el amor, nunca es tarde, canta en mi corazón la sangre. Hay una fiesta en mis venas, todo tu amor es arte. Y los restos de caricia en tu piel se recomponen, corren por ella contentos buscando tu ombligo enorme, se deslizan por tu pecho y la cáscara del beso aterriza en tus pezones que echan chispas de colores, y pequeños besos voladores se dispersan por tu cuerpo, provocando tu alegría y sacándote los colores que iluminan tus mejillas, y te miro y sonreímos, y tus carcajadas brotan al hacerte yo cosquillas. Y el escombro del amor es ahora lo más lindo pues es amor compartido.
lunes, 26 de agosto de 2024
Guiño cósmico
Tenía que ordenar la casa, pero al mirar a mi alrededor y ver tanto desorden, se me quitaban las ganas, y mi mente y mi cuerpo habían decidido, por cuenta propia, procrastinar. Pero ha ocurrido algo. Me he acordado de que mañana tenía que ir a la biblioteca pública a devolver dos libros porque se vencía el plazo del préstamo. Uno de los libros lo tenía delante. El otro tenía que estar en la bolsa que me suelo llevar al parque para leer allí varios libros. He mirado en la bolsa y no estaba. Estará en mi habitación, me he dicho a mí mismo. Lo he ido a comprobar y tampoco estaba allí. He buscado en la mesa del comedor, en el sofá, en varias torres de libros que tengo por el suelo, no lo veía por ninguna parte. Me estaba empezando a poner nervioso. Involuntariamente me he puesto a ordenar. A lo mejor ordenando aparece el dichoso libro, me he dicho a mí mismo sin mucho convencimiento pero viendo que era la única opción que tenía. He mirado en mi habitación varias veces y en los mismos sitios. No he visto el libro pero sí las cosas que tenía que bajar al trastero y los rincones donde tenía que limpiar, pues había algo de suciedad. He recogido libros del salón, he ordenado varias zonas, he limpiado. No he parado. La verdad es que aún me falta mucho, pero he acabado agotado y deseperado pues el libro no había aparecido. Estaba empezando a pensar que tendría que ir mañana a la biblioteca y decir que lo había perdido y pagar el libro. Lo malo sería que me sancionarían sin préstamos durante algún tiempo, y eso sí que me fastidiaba, mucho más que pagar un libro. Me he sentado a descansar y he dejado mi mente en blanco. El libro desaparecido iba viajando por mi cabeza como sobrevolando un habitáculo vacío. De repente se ha aposentado. Una luz se ha encendido en mi cabeza. Me he girado para mirar un rincón con libros que parecía estar llamándome. Me he levantado y he comprobado que entre dos columnas de libros había una libreta y, al lado, lo que parecía otra libreta, era un libro con el lomo hacia abajo. Lo he levantado y sí, era el libro desaparecido. Así que he limpiado, ordenado y he encontrado el libro. Menudo guiño cósmico, me he dicho.
Hablar mal
No sé si os habéis dado cuenta de que la mayoría de veces que se habla de alguien recién muerto se tiende a la alabanza. Aquí murió un dictador y todas las televisones hablaban de sus grandes obras y de lo bueno que había sido. Posiblemente aún tenían miedo de represalias o solo se había acostumbrado al sistema de alabar a quien te latiga. Pero cuando muere un compañero de trabajo que todos odian, al que todos tildan de vago o de que huele mal, o un vecino que no se lleva bien con nadie, también ocurre lo mismo. Hay personas que se dedican a defender a los muertos diciendo que esta feo hablar mal de alguien que no se puede defender. Pero aquí hay múltiples conceptos erróneos, confusiones, no sé si conscientes o inconscientes, infundadas por el miedo a la muerte. No hay que defender a nadie de la verdad porque la verdad no es un ataque. No está feo decir las cosas como son o como eran, porque no se trata de una opinión sino de hechos verídicos y, además, nadie corrige a los que alaban al muerto aunque se lo estén inventando o mintiendo descaradamente. Todos hacemos cosas mal, unos más que otros, por eso hemos de ser consecuentes con nuestros actos. A los muertos no les importa lo que se diga después de su muerte, sólo les importa a los vivos miedosos, a los vivos que quieren aparentar una supuesta educación social, un saber estar, y se dedican a corregir las verdades de los demás con las mentiras de su comportamiento y su educación. Lo bonito es recordar a los muertos y, en los recuerdos, hay de todo. Si has sido más malo que bueno se recordarán cosas peores. Decir que se ataca a un muerto con la verdad es extender la mentira en el tiempo. Y el que alaba con mentiras, me lo dijo una viejecita muy linda, algo oculta. No es trigo limpio y posiblemente sea tan malo como el muerto comentado.
Reproducirse y morir
Muchos animales, por no decir todos, viven para reproducirse y morir. Nosotros también. ¿Y si no tienes hijos pierdes parte de tu vida? No. Porque nos podemos reproducir de más maneras que el resto de animales. El sistema nos inculca que la reproducción solo es sexual, teniendo hijos, descendencia. Pero no es cierto. Te puedes reproducir artísticamente. El artista deja su impronta en cada una de sus obras, en sus cuadros, en sus libros, en su forma de interpretar. Pero también hay artistas de la vida, de la vida sencilla, del amor, artistas de la amistad, artistas de la cooperación. Mi madre era una artista de la familia y una artista como madre. Su forma de amar, de cuidarnos, su amor al alimentarnos, al darse cuenta de nuestros sentimientos con una sola mirada, todo esto formaba parte de su arte. Sus enseñanzas que, después de muerta, aún perduran y aparecen nuevas. Al pensar en mi madre me acuerdo de Sócrates que decía que tenemos muchos conocimientos en nuestro interior que desnococemos. Mi madre dejó conocimientos esenciales incubándose en mí y ahora, en MundoPoema, surgen, esos conocimientos magníficos están rompiendo la cáscara, están naciendo en mi interior. A veces tengo algún problema y un nuevo concimiento materno nace para ayudarme y vuelvo a descubrir la maravilla de mi madre. Y acojo su arte como mío y me reproduzco con él, y no solo me reproduzco en mis escritos, sino también en el amor, en el cariño, en voler a ser un niño, en la amistad, en el trato con mis seres queridos que, aunque son pocos y algunos están muy lejos, los amo como si estuvieran aquí mismo. Me reproduzco en el amor que doy al otro, en el tiempo que comparto, en la atención que doy y recibo, me reproduzco en todos los actos que realizo con cariño. Me reproduzco en tus sonrisas, amor mío.
Quiénes somos en realidad
Una gran variedad de capacidades espirituales son generadas por la mente humana y no hay una ubicación física ni pueden ser explicadas exclusivamente por la biología. ¿Dónde está nuestra conciencia? ¿Cuánto pesa la mente? ¿Puedo tocar el espíritu? Comenzaré por la última pregunta. Sí, puedo tocar el espíritu de las personas que amo. Porque puedo verlo con los ojos del corazón. Puedo sentir todo lo maravilloso de una persona amada sólo con zambullirme en su mirada. Nuestros espíritus se abrazan, se fusionan, transformándonos en dos seres con un espíritu compartido, cooperando a través del amor, creando una maravillosa conciencia colectiva que nos hará crear un mundo mejor y nuestra mente adquirirá tanto peso y tan magnífico que flotará ne nuestros besos, se colará por nuestros poros de la mano de un amor intenso que envolverá nuestro espíritu compartido en la artística danza del amor eterno.
Tu cuerpo
Si lo pienso bien, tu cuerpo es lo de menos. Me gusta, lo amo, pero tu cuerpo solo no importa, lo que amo es tu persona. Al conocerte, el gusto por tu cuerpo, tu belleza, apareció después. En realidad estaba en un segundo plano. Pero al comprobar lo maravilloso que eres, tu ternura, el cariño que me tienes, tus detalles, tu amor, al ver todo eso, tu belleza aumenta, porque tu belleza interna te desborda y sale al exterior. Estás gordito pero eres muy bonito. Tu cuerpo habla de tu sinceridad, en tu piel puedo ver tu timidez, tu humildad, el arte de tu vida, tus cuidados, tu tristeza y tu alegría. Tu cuerpo me cuenta tu historia con las palabras de su memoria. Y yo veo a la maravillosa persona que eres, a mi amigo, a mi amor, al compañero de mi vida, a la persona con la que quiero pasar más tiempo, pues todo lo tuyo me pone contento. Y el amor que tengo para ti es mi mejor creación, llena de cuidados y atención, de oídos dispuestos a escucharte siempre, de brazos que son para acogerte en todos tus momentos, los duros, los difíciles, para abrazarte y calmar tu llanto, para darte seguridad y buen trato, y tambien para tus momentos buenos, y reír juntos y soñar despiertos, bailar, cantar y abrazarnos de puro contento, celebrando la vida y cada encuentro. Tu cuerpo no importaba. Me importas tú entero, tu persona, tu amor, tu mente, tu imaginación y, gracias a todo eso, también tu cuerpo.
domingo, 25 de agosto de 2024
Aburrimiento crónico
Si estás afectado de aburrimiento crónico, ten cuidado, podrías cometer atrocidades sin apenas sentir un ápice de maldad. Mantenerse ocupado podría ser la solución, pero hay que tener en cuenta que los malvados de verdad están bastante ocupados. Por eso a esa ocupación hay que añadir el condimento esencial, el amor, que no sólo ha de ser sentido sino también pensado. Porque en el amor hay palabras que no se pueden decir sin pensar, que son solo producto del arrebato, del comentario ajeno que nos convenció hace un rato pero que, si hubiéramos pensado, jamás lo habríamos mencionado. Por eso te prometo, amor, que jamás te aburrirás a mi lado. He construido un mundo, primero hice una revolución y el aburrimiento está desterrado. El aburrido crónico es un muerto en vida y en MundoPoema no tiene cabida porque entra uno en verso y a besos y disfruta la vida con amor y alegría. Y así es imposible aburrirse porque todo se hace de forma creativa
El huerto
Siempre quise tener uno. Y, a pesar de no disponer de tierras, tengo un huerto imaginado. Ahí planto mis ideas, allí cultivaré también mi conciencia de clase, esa conciencia que el sistema quiere arrancar de raíz, incluso desactivando el concepto diciéndote que ya no existe. En el huerto planto a mis amores que son mis mejores flores, las más coloridas, flores llenas de sonrisas, mis queridas flores amigas, flores de amor y amistad. Y las riego con cariño, con dulzura y con esmero. Paso tiempo con ellas y las acaricio con mis versos. Y el abono de este huerto es la música del corazón, son los pensamientos sonoros que vibran al unísono en MundoPoema, donde las sonrisas son versos que se estampan en los labios y los pájaros besos que van volando de flor en flor para que todos y cada uno de mis amigos se sienta mejor. Y los frutos de este huerto se reparten con abrazos recién cosechados, con cariño interconectado, amor que fluye de corazón a corazón, y una macedonia de alegría se reparte todos los días con una danza de dicha y un canto de pura pasión. Hay plantados muchos libros que crecen con ilusión, con un arte compartido y en plena cooperación. Se avecina una buena cosecha y escribo para que así sea, otros pintan y hacen fotos, y esas flores que son amores cantan de alegría en el huerto multicolor. Qué tendrá MundoPoema que no puede haber nada mejor. Pura vida y mucho amor.
El pasado y las personas maravillosas
Te boicoteas, te culpabilizas de todos los daños sufridos y estás estancado en la misma zona de dolor que es como una fuente que regurgita siempre el mismo líquido que da vueltas constantes a través de un circuito eterno que simula que el agua brota sin fin, pero es siempre el mismo dolor que revives, sentido una y mil veces. El pasado no se puede cambiar, o eso dicen, pero esta vivo, así que siempre podemos tener un pasado distinto dependiendo de cómo actúe en nosotros. El pasado, sea el que sea el que se ha tenido, ha de servir para tener un presente magnífico. Para muchos cualquier tiempo pasado fue mejor, pero eso no es cierto, eso significa un presente con resquemor. Podemos hacer que el pasado sea mejor al tener un presente distinto, porque así le estamos dando al pasado la importancia que debe realmente tener, la de hacernos cambiar a mejor. Las personas maravillosas, las personas que nos quieren no son una casualidad, nos cruzamos con ellas en la vida por alguna razón y no debemos dejarlas escapar. Las personas maravillosas no nos van a hacer reír siempre. Nos harán también pensar, ver nuestra situación, nos abrirán los ojos, sacudirán las alfombras de nuestros sentimientos, harán que nos conozcamos mejor, y nuestra vida cambiará. Y tal vez, cuando se vayan de nuestras vidas, nos demos cuenta de todo lo que han hecho por nosotros, porque cuando estaban a nuestro lado eran tan delicadas y sutiles que apenas percibíamos su amabilidad y su inestimable guía. Esas personas son como ese libro que lees y te ensancha el espíritu poco a poco, te va transformando, la alegría brota en tu interior, te sientes mejor y crees que todo lo que te pasa es producto de tu actuación y tus decisiones, pero, ese libro, esa persona maravillosa, fueron los que propiciaron todos tus maravillosos cambios.
sábado, 24 de agosto de 2024
Nada me sorprende
Por suerte, no es totalmente cierto. Hay ciertos libros y autores que sí me sorprenden, MundoPoema me sorprende a diario, incluso yo mismo también sigo sorprendiéndome al insistir en seguir creando, al levantarme a pesar de las zancadillas emocionales. Pero cuando digo nada me sorprende me refiero a la actitud de algunas personas en las relaciones íntimas, sean de pareja o de amistad, tanto en redes como fuera de ellas. Hay cierta tendencia al utilitarismo. Mucha gente confunde amar, no sólo con sexo, sino con usar. La intimidad se crea con mentiras y luego vienen los chascos en tromba. Es curioso, pero, como digo, ya no me sorprende, que el que miente y dice amar y no ama, cuando es descubierto se siente ofendido. La ofensa se utiliza como ataque. Una vez me pasó con un conocido al que presté un poco de dinero. Me dijeron que había encontrado trabajo y le iba muy bien, así que cuando le vi lo abordé y se lo pedí. Comenzó a chillar, estábamos rodeados de gente en un local público, y se ofendió bastante y se marchó, Me quedé perplejo pues era a mí a quien debía el dinero, pero estaba claro que no iba a pagarme. Con los sentimientos ocurre lo mismo. La gente te la juega y luego agacha la cabeza, actúan como sufridores, como víctimas. Puede que tengan razón y sólo sean víctimas de sus propias mentiras, del sistema al que idolatran sin saberlo, de la manipulación a la que son sometidos por los comentarios de personas cercanas que les acaban jodiendo la vida, induciéndoles a actuar erróneamente. Y van pasando por delante de tu vida, amantes intensos que nunca llegan a serlo, amigos que tratan mal y se enfadan, personas que se venden como auténticas, sí, pero son un auténtico fraude. Te ven, te alaban, te idolatran, dicen amarte y te abandonan. Nada me sorprende.
Sospechoso de ser tú
Primero llegó una citación del juzgado: ha sido acusado de ser usted. Pensé que la frase se había cortado, que muy bien podría ser una broma, aunque llevaba los sellos pertinentes. Pero era una citación extraña, no había fechas, ni se citaba el lugar donde debía ir. No le di importancia y fueron pasando los días. A veces, al venir del trabajo o al hacer la compra, en la calle y con algunos vecinos, sentía miradas inquisitoriales, me miraban sin emitir palabra alguna, pero llegué a la conclusión de que los idiotas estaban proliferando exponencialmente. Después de una semana de trabajo duro, había pasado el fin de semana limpiando la casa, ordenando y bajando cosas al trastero. Estaba realmente cansado, así que me tumbé un rato. A los pocos minutos llamaron a la puerta. Quién será, un domingo por la tarde. Abrí desperezándome. Estaba el rellano lleno de policías con muchos papeles en las manos, un juez, su secretario, dos testigos, la vecina de arriba y el panadero de enfrente. Tendrá que acompañarnos, es usted sospechoso. Pero ¿de qué? Ha estado usted incitando al amor revolucionario en las redes, dice haber creado otro mundo, MundoPoema lo llama, escribe a diario soflamas y consejos irritantes y espeluznantes con la única intención de arreglar las vidas de sus más cercanos pero ¿qué se ha creído usted? Sí, todo esto me parece muy bien, pero sospechoso de qué. Se lo diré tuteándole para que me entienda: Sospechoso de ser tú.
Te boicoteas
Siempre he creído que el boicot se dirigía hacia otra persona. Pero cuando a uno le pasan cosas que no entiende, se pone a pensar. Y pienso en por qué actúa la gente como actúa. Cuando tengo un problema sentimental o de otro tipo, quiero saber por qué ocurre, cuáles han sido las causas. Y cuando dos personas se quieren, avanzan en su relación, se dicen mutuamente que se aman, hacen planes, llevan meses en esa situación, incluso tiene proyectos creativos, pasan horas hablando diariamente, cada vez se quieren más y así lo afirman ambos. Pronto llegara el verano y podrán verse pero el viaje se trunca. No pasa nada, hay amor, y se aplaza un año más. Pero un día una de las partes dice cuatro palabras catastróficas sin venir a cuento: esto no es una relación. ¿Qué es entonces? ¿A qué se debe este cambio? Has ido conociendo a esa persona y sabes que habla por los codos, te habla de gente que no conoces,luego te dice que no debería habértelo dicho, y piensas que también contará a otras personas lo que está sucediendo entre nosotros. Así que este cambio de actitud puede haber sido inducido por comentarios de personas ajenas a la relación. Y todo cuadra. El auto boicot, consciente o incoscientemente, es el nuevo actor ha tener en cuenta. Hay evidencias, tanto por las palabras como por la nueva actitud, de romper la relación aunque insiste en que no quiere hacerlo, que busca amistad. El auto boicot provocará la ruptura, se acabarán los miedos, pero también el proyecto que, como dicen aquí, se quedará en agua de borrajas. Y comenzará, tarde o temprano, el arrepentimiento. Lo he visto otras veces. Aunque hay gente que se pasa la vida entera auto boicoteándose sin darse cuenta. Y junto al arrepentimiento vendrá, de la mano, el victimismo.
Salir del armario
Hay ciertas exigencias y conceptos sociales que no entiendo muy bien. Para los homosexuales parece moderno, necesario, libre y muchas cosas más, salir del armario. ¿Pero por qué no se exige salir del armario a los imbéciles o a los mentirosos? Me imagino paseando por la calle y viendo a gente vistiendo camisetas con mensajes como estos: ¡cuidado! soy imbécil, atención estás mirando a un mentiroso. Claro que el mentiroso, para seguir en su mundo, puede que llevara la camiseta del imbécil. Yo creo que la exigencia de salir del armario a los homosexuales la impusieron, precisamente, homosexuales que todavía continuaban en el armario y se les hacía muy difícil relacionarse. Es sólo una teoría, pero cada vez me convence más. De todas formas no creo en la separación o encasillamiento de las sexualidades. El sexo es uno y nosotros somos seres cambiantes por naturaleza, y en todos los aspectos de nuestra vida, así que por qué no podría cambiar la alternativa sexual. El activo termina siendo pasivo. El hetero homo. El adicto sexual se hace célibe. Hay cosas bastante extrañas. Yo, mismamente, cada día tengo más ganas de volverme al armario.
Mala experiencia
El problema de la mala experiencia no es sólo esa experiencia en sí que ha resultado dolorosa, sino que puede intoxicar a las experiencias futuras. Porque una mala experiencia acrecienta nuestra desconfianza. El ser humano tiende a la analogía y comenzamos a ver similitudes y patrones por todas partes, tal vez, donde no los hay. Pero cuanto más reciente es la mala experiencia, más influencia tiene. Tengo una amiga que perdió al amor de su vida por una mala experiencia anterior. Había salido de una relación tortuosa, con cierto maltrato psicológico, donde su pareja le exigía atención constante, responsabilidades extra y un compromiso que al resto nos parecía inusual. Ella parecía feliz hasta que le cambió el carácter. Ël se tomaba la relación a la ligera, no quería contribuir en nada relativo a los sentimientos, ciertos detalles le parecían ñoños. Sólo se interesaba en compartir gastos, el resto de la relación era usar a su pareja: para tener sexo, para desahogarse, para que le hiciera la comida. Evidentemente, cuando la enamoró no era así, era todo lo contrario, tenía una aureola como de salvador. Ah, y eso sí, siempre le exigía un tiempo extra para él solo, quería libertad decía, la libertad del macho, claro; los demás descubrimos que la engañaba. Pero a ella no le importaba. El amor es así a veces, ciego y tonto. Le costó darse cuenta de la situación pero terminó separándose. Apareció entonces un hombre maravilloso, pero ella recelaba, tenía múltiples sospechas, todas infundadas. Cuantas más atenciones le procuraba, más sospechaba. Ese hombre era un encanto y, al explicarle la situación, tuvo mucha paciencia, pero acabó marchándose. Han pasado quince años y mi amiga no ha vuelto a tener pareja y además está un pelín desquiciada mentalmente. Y tampoco quiere recibir ayuda médica. Las cosas le van de mal en peor. Es el ejemplo de una mala experiencia que se alarga en el tiempo, que se eterniza. Pero aunque seamos muy parecidos, nunca hay nada igual. Todos añadimos algún matiz pecualiar, unos más que otros. Y lo que hay que intentar que perduren son las buenas experiencias, no las malas.
viernes, 23 de agosto de 2024
Versonauta
Soy el primer versonauta de MundoPoema, navegante de las letras, viajero que escribe, recita y piensa. Tengo la inmensa compañía de las páginas, aún no todas leídas, pero sí muchas revisitadas. Soy versonauta y cuentonauta a la vez, descubro historias y, a veces, también las creo, porque este mi mundo, MundoPoema, crece y se expande y es verdadero. Soy versonauta, el primero, el número cero, no tiene mucha importancia, pero quiero dejar constancia. Quién sabe si en un futuro, surgen más caminantes del verso, más viajeros intrépidos del cuento, más navegantes de la narración que invento. Aquí tenemos pensamiento propio y adquirimos conocimientos, no alardeamos de ello, al contrario, nos hace más humildes y, como diría mi madre, también más bellos. Porque la belleza está en alma de quien ama, de quien a los cuatros vientos proclama que es un versonauta sincero, que le gustaría cooperar y compartir pero aún conserva cierto recelo. Para ser versonauta solo hay que amar y no tener miedo. Dejad vuestros miedos en los mundos antiguos y viejos, utilizad el pensamiento. MundoPoema estará aquí siempre abierto a nuevos versonautas sinceros. Verdad, belleza y bien, conocimientos sentidos, arte, literatura, filosofía, amor en toda actividad y también alegría. Soy el versonauta cero y MundoPoema mi compañía.
Tengo miedo
Tengo a miedo a ser como soy entre tanto fascista embravecido. Pero también tengo miedo entre los míos. Las pantallas también envalentonan y nos hacen decididos, pero, qué triste, solamente a mentir como cochinos. Ya hablamos de amor cuando queremos decir sexo, y de amistad cuando también es sexo o, a veces, solo compañía, pasar el rato, nos aburrimos y buscamos ese amigo entrecomillado, porque no nos importa nada, ni le queremos nada más que cuando estamos sin saber qué hacer. Amigos de usar y tirar, a ser posible sin memoria, porque así podremos defraudarlos a menudo y no se darán cuenta. Pues sí, queridos lo que seáis que estáis ahí, si es que estáis, no creí que pudiera pasar, pero tengo miedo. Amar me da miedo, no por no ser correspondido, eso lo tengo más que asumido, sino por el engaño, por la mentira que está a la orden del día. Como cantaba Sara Montiel y escribía Lemebel, tengo miedo torero, y el toro es el fascista, que, a la vuelta de la esquina, espía mis movimientos, que se fija en la portada de los libros que llevo, que me pregunta por mi novia o por qué siempre voy solo, que dónde está mi mujer, porque te gustan las mujeres ¿no?, que me hace gestos, que se ríe y me mira cuando está en compañía mientras sus dedos me estigmatizan en la calle, en el barrio, en el trabajo, en una ciudad que se dice libre, de un país supuestamente democrático donde, si te apalizan, los demás se giran, no quieren meterse en tus asuntos, qué simpáticos. Así que cojo mis bártulos y desparezco, abro un libro y me meto dentro. Voy nadando entre las líneas, usando un lenguaje secreto, recito la contraseña y, las puertas de MundoPoema, se abren. Primero me quitan el miedo y luego me abrazan unos versos y tres cuentos.
Banderas
No quiero banderas en mi vida. De ningún tipo. Solo son trapos que quitan vidas, que separan, que discriminan, que le dicen al otro, tú no eres como yo y vamos a por ti, o tú no puedes hacer esto pero yo sí. Ondear un trapo quita la alegría, lo único que quiero ver ondear es el mar, sus olas, la espuma de los días. Ni banderas de países, ni negras, ni blancas, ni banderas rojas. Mi patria, si es que tengo alguna, es MundoPoema, y es una maravilla, porque allí no existen las banderas y porque es más matria que patria, porque, como una madre, da la vida, sabe cuidar y engendra con cariño, amor y alegría. Cualquier boñiga vale más que una bandera. Por eso MundoPoema ni tiene bandera, ni himno, ni ejército. Sólo tiene amor y letras. Palabras llenas de amor para el que las quiera entender, para el que no tenga miedo, para el que no se asuste al querer. MundoPoema puede que aún sea un desierto, que no esté masificado, que sólo haya un humano solitario, rodeado de libros, que los abre a diario, que acompañan, que protegen, que dan la compañía que necesito, que me enseñan, que me dan conocimiento, que me hacen revolucionario, tal vez el único, pero muy honrado de serlo, revolucionario del amor. Porque el amor no duele, lo que duele es la gente, el mundo que he abandonado y, ahora, por fin, en MundoPoema, estoy liberado.
La inmortalidad
No sé cómo pasó, pero como pasó así lo cuento. Puede que mi vida sea un cuento lleno de fantasías, pero mucho de lo que primero invento acaba siendo realidad en mi día a día. No sé cómo pasó, pero rocé el éxito. Estaba en las cercanías de un circo, cuando aún se explotaban animales, cuando los latigazos arrancaban aplausos y exclamaciones de admiración, cuando un tigre saltaba a través de un aro incendiado. Un payaso estaba sentado en un banco echándose un trago. El líquido derramado había borrado parte de la sonrisa pintada. Un trapecista cojo y un hada con un ala rota discutían después de haberse besado apasionadamente. Un enano con un turbante se acercó y me preguntó si me gustaba lo que veía. Yo lo observo todo señor y algún día dejaré constancia de ello. Ahora solo recopilo datos e imagino fantasías. Vaya, vaya, dijo el enano, un futuro escritor, un Dickens, un Tolstoi, un Cervantes de barrio, y soltó una carcajada. Necesitarás mucho tiempo y yo puedo ayudarte. Puedo hacer que seas inmortal. Todo te irá genial, venderás muchos libros, ganarás premios y fama, tus competidores se bañarán en el mar del ostracismo. ¿Qué me dices, quieres la inmortalidad? Lo miré fijamente. Estaba convencido de lo que decía. Piénsalo el tiempo que quieras, pero algún día tendrás que contestar. In-mor-tal, repitió recalcando las sílabas para llenar de importancia la palabra. Pensé en mis amigos. Todos muriendo y yo solo ante los siglos. Pareció una eternidad pero no fueron ni tres minutos. ¿Quieres la inmortalidad? Repitió el enano. Y yo le dije: elijo morir.
La letanía
Casualidad, destino, asombro, deseo, alegría, gratitud, descubrimiento, conocimiento, pasión, alabanza, sonrisas, confianza, risas, recomendaciones, historias, compartir, amor, escuchar, atención, relación. ¿Relación? NO. Miedo. Distancia, discusión, llanto, búsqueda, solución, apariencias, retroceso, ¿amistad?, límites, ataque, defensa, hablar, sentir, letanías. Confianza perdida. Ya nada es lo mismo, ¿qué pasó?, ¿la costumbre?, amor al fracaso, error, duda, culpa. Desconocimiento. Volver a leer la letanía.
Escribo
Sin importar quién me lea. Mis palabras no reclaman ni éxito ni alabanzas, tampoco críticas aunque son bien recibidas si son fundamentadas. Si no te gusta lo que lees, no lo hagas, nadie te obliga. Si te identificas, te sientes aludido o te ves reflejado en mis líneas, es asunto tuyo. A mí me encantaría formar parte de un texto ajeno, prescindiendo de lo que se diga de mí, denotaría mi importancia y sería un honor. Prefiero la habladuría a la indiferencia, porque en el odio quedan posos de amor. Escribo porque soy pobre, porque quiero mejorar, porque es mi terapia. Escribo para ser yo, sí, para ser yo a través de otros, como en el amor. Amo porque es mi aire, es lo que respiro. Y si no quieres que te ame, no eres mi amigo. No pongo vetos, ni hago imposiciones, no prohibo nada cuando escribo. Puedo dar consejos y la mayoría de veces que lo hago, me los doy a mí mismo. Escribo porque me hace sentir vivo, da sentido a mi existencia. Escribo por no matar y, si tengo que matar, lo hago mientras escribo. Ya he muerto muchas veces, cada vez que veo mi ombligo más de cinco minutos seguidos. No escribo para gustar, ni para dar pena, ni para que te guste o te deje de gustar. Escribo para mí y conmigo. Es puro conocimiento de mí mismo. Es mi propio mecanismo. Escribo para reírme de mi dolor. Escribo para conocerme porque nunca soy el mismo. Para eso escribo.
jueves, 22 de agosto de 2024
El riesgo de lo desconocido
La vida suele ser monótona y nos quejamos de ello. A veces nos sorprende y también nos quejamos. Nunca estamos contentos. Deseamos y deseamos, pero en cuanto conseguimos el deseo volvemos a estar asqueados. Es un sistema de mierda, lo sé, por eso lo he abandonado. Tampoco queremos correr riesgos, nuestra aburrida rutina nos tiene bloqueados. Cada equis tiempo hay un ligero cambio que nos conmueve, pero son siempre los mismos, las mismas veces, las mismas sorpresas, que no son tales, solo que las habíamos olvidado. El sistema nos ha inoculado memoria de pez, para que hoy hayamos olvidado lo de ayer. Pero en el cuerpo hay ciertos residuos que recuerdan y, en los sueños, aparecen imágenes que desvelan el pastel. Vas andando por la calle, como casi siempre haces, por el mismo recorrido de siempre y, de pronto, una anomalía, un pájaro se te caga encima. Te enfadas, entras en un bar o, tal vez, en una fuente cercana intentas limpiar la cagada. Vas con sumo cuidado, pero no sirve de nada, te equivocas y extiendes la mierda haciendo más grande la mancha. Frotas con enfado y nervio y cierta rapidez de cabreo. Algo te dice por dentro que pares. Te quedas estupefacto. Debajo de la mierda que has quitado hay un mensaje. Crees que estás alucinando. Miras a tu alrededor, no te fias de nada ni de nadie. Ves varias cámaras que te están apuntando; una, la del banco, otra, no sabes de dónde ha salido pero ahí te está mirando. Huyes de su campo de visión y contemplas la mancha de caca de pájaro y lees el mensaje oculto: la felicidad es tomar el riesgo de lo desconocido.
La burbuja
Me dicen, me llegan rumores, el tam-tam susurra, que estoy en una burbuja, pero no es cierto, se trata de MundoPoema. No es una burbuja, es un mundo ilimitado que se crea a diario, que está lleno de letras del abecedario, dispuestas y preparadas para que juegue con ellas, para que las junte y las separe, para que haga frases que se agrupen en textos que serán señales para otros mundos tan fenomenales como el que habito y desde donde emito. No, no es una burbuja pero tampoco importaría que lo fuera, por lo menos no a mí. Las burbujas siempre me gustaron. De pequeño las hacía de jabón y las llamábamos pompas, sí, como las fúnebres, tal vez porque duraban muy poco. Siempre las queríamos hacer muy grandes y, cuando duraban más de lo normal, acabábamos reventándolas con los dedos. Yo me imaginaba metido en una de ellas e iba ascendiendo hasta que un dedo amigo, qué curioso, reventaba mi pompa y yo, que esperaba flotar, terminaba cayendo. Adquiría velocidad y me estrellaba en el suelo de la realidad sin burbujas, de la competitividad que zancadillea y empuja. Ahora rumorean que vuelvo a estar en una burbuja. Y es que nunca te dejan en paz, en el momento que huelen algo de felicidad, hay un boicot, un atentado, un terremoto provocado, un qué sé yo, pero todo equivocado. Y no hay que ponerse nervioso, todo es más sencillo y hermoso. Abro la maleta y pongo lo necesario: libros, amor y dos o tres abecedarios. Y vuelvo a la tierra, al mundo que yo he creado, y cierro con llaves y echo todos los candados.
El miedo destructor
Cada persona es un mundo y cada relación, sea del tipo que sea, es distinta. Si aceptamos esto como premisas no podemos responder a nuestras relaciones de la misma manera y fundamentándonos en las malas experiencias del pasado. Por lo menos no anticipando suposiciones irreales, imaginando que todo acabará mal, y convirtiéndolos en hechos reputados por arte de birlibirloque, porque estaremos abriendo la puerta a un miedo destructor que acabará con todo lo maravilloso de la vida. Por muy malas que hayan sido nuestras experiencias pasadas no deben obstruir a las futuras experiencias porque, como dice una gran consigna de MundoPoema, si no lo intentamos nunca lo averiguaremos, si la nueva relación, el nuevo amigo, el nuevo amor, quién sabe si todo a la vez, responde de otra manera, complementándonos, haciéndonos felices. Tenemos que dejar que la vida nos sorprenda, nunca es tarde para ser feliz, para crear, para amar de otra manera, aunque sea solo unos instantes, pero la vida tortuosa puede acabar siendo placentera. Nos merecemos lo mejor y poner piedras en el propio camino no es la mejor manera de conseguirlo. Me he caído muchas veces y siempre me he levantado. Tal vez el amor esté después del último fracaso, esperando, sentado tranquilamente, a la vuelta de la esquina, cantando, sonriendo, sin miedo y lleno de esperanza. Tal vez alguien esté construyendo un mundo al lado del mío y estén conectados.
Miel poética
Todo es distinto aquí. Este mundo cada día me gusta más. Y cuando antes solo desayunaba miel, ahora desayuno mil poética. Es la mejor manera de comenzar el día, ayuda a mantener la alegría, da fuerzas y energía, y te proporciona muchas rimas. Y no solo eso, también ganas de bailar, de crear danzas de la vida. Así bailo antes del ritual de lectura, una danza amorosa, leo en voz alta poesía y prosa, luego descanso y pinto unos cuadros en rosa. La miel poética es fantástica, es filosófica y ética. Endulza mi corazón, dibuja sonrisas en los instantes, es una aventura constante; vivo, sueño, imagino, tan pronto soy un viejo como un niño. Tal vez sea todo al mismo tiempo, pero esto lo digo con tiento y, no sé por qué, me pone contento. La miel poética tiene muchas propiedades, es también diurética, no contamina, es ecológica, es una miel polifacética. Todos mis libros la llevan, y también mis frases, pues mi palabra de ella se impregna. Y así transcurre mi vida, con mucho arte y fantasía, con un hilo musical que está en mi mente tranquila. Qué maravilla, por qué no habré venido antes a este MundoPoema de rutinas excitantes. No paro de disfrutar, todos y cada uno de los instantes.
Otro mundo
Habitando otro mundo me encuentro. No hecho en falta nada del anterior. Todo lo que quería se fue debilitando o muriendo. Yo ya no era el mismo. Había cambiado muchas veces, lo intenté todo de múltiples formas y nada dió resultado. Así que jugué mi última carta. Si no podía hacer que el mundo cambiara, construiría otro mundo. Llevo tiempo haciéndolo. Nadie me cree, creen que es un mundo literario, algo que voy a construir en un libro, con letras y ficciones, como un juego de niños con muchas ilusiones. Pero los niños saben tan bien como yo que hay otros mundos, que podemos crearlos, y yo, he decidido habitarlo. Y aquí leo y escribo. Y aquí amo, pero solo a mis libros, que me abrazan, que me instruyen, que me hacen distinto pero no me repudian, ni me mienten y, lo más importante, son leales, mantienen su palabra, puedo fiarme de ellos. En este mundo faltan muchas cosas, pero, si lo piensas bien, son todas superficiales. Aquí puedo viajar a diferentes planetas y épocas. Aquí la soledad es alegría; allí también lo era, aunque todo me incitaba a la compañía, y ese fue mi gran error. Aquí hay flores que son versos y paseo entre pareados y sonetos. Cuando me doy un baño, me zambullo en un cuento. Para no crear sospechas, dejé en el mundo viejo un holograma perfecto. Nadie se ha percatado, porque para darte cuenta debes ser un revolucionario del amor, y esa especie se extinguió en el momento que me fui a MundoPoema.
Mente tranquila
Me paso la vida buscando soluciones. Conociendo a gente, amándola, intentando hacer que sus vidas sean mejores, que sean felices y, para ello, procuro amarme a mí mismo primero. Pero ocurre que, aunque parezca que hablamos el mismo idioma, surge un momento, hay un instante en que todo cambia y no nos entendemos. La mentira está instalada en muchos cuerpos sin ellos saberlo. Hablan y hablan, usan las palabras sin ningún cuidado, y las palabras son poderosas, yo creo en ellas y a mí siempre me han afectado. Una mentira me hace más daño que una puñalada, y lo sé y lo digo por experiecia, he sufrido las dos. Una frase inoportuna es más dolorosa que una paliza porque te rasga el alma. E insisto en resolver los problemas, no me doy por vencido aunque duela, pero no llegan las respuestas. Entonces me rindo, caigo desolado en un pozo vacío, parece que sucumbo pero sólo estoy dormido, dormido para el mundo. Y dejo a mi mente tranquila. Las lágrimas se secan, la calma cierra la herida, queda la cicatriz como una rubrica del dolor pero la serenidad la cubre. Y es aquí donde surge la respuesta que los nervios, el ansia, las prisas, la vida de mierda no dejaban descubrir de ninguna manera. En el silencio amigo, el único amigo verdadero, brota la serenidad que deberíamos haber buscado la vida entera. Y escojo morir. Y desaparezco en MundoPoema. Y veo a mi madre, a mi hermana, a mi amigo Tito con solo ocho años, a Néstor dando saltos de alegría. Todos sonríen y vienen hacia mí y lo que nunca creí que pasaría, pasa. Soy feliz.
El presente es el presente
Imagina por un momento que lo nuestro funciona, que lo que tú ahora no te crees sucede al añadir la dimensión que falta. Que voy a verte y tú, en un principio, te sorprendes, pero una alegría fluorescente te envuelve, sonríes, lloras, me abrazas, y el amor que contenías se desborda. Que nos quedamos callados un rato, asimilando el momento, recomponiendo los gestos, dejando que las emociones reposen, pero nada de eso sucede, pues nuevas emociones afloran. Charlamos, reímos, tomamos café con alegría, damos pequeños sorbos de café y grandes tragos de alegría y se hace eterno nuestro día. Me cantas una canción, te leo un cuento, cantas el cuento y te cuento una canción, tropezamos al hablar y tartamudean nuestros movimientos. Estamos contentos, no lo podemos remediar ni tampoco queremos. Es un maravilloso encuentro, está escrito en nuestros ojos y en nuestros corazones rojos. Hay una nube que se posa encima de nosotros, casi no nos damos cuenta, pero comienza a chispear en nuestras cabezas, es la felicidad y nos empapamos de ella.
Aún recuerdo
La alegría mágica, sorpresiva, que estalló delante mí cuando apareciste en mi vida. Había un brillo que fluía, de ti a mí, iba y volvía, y por el camino se entretenía, y tu presencia, a cada instante, era más viva. Desnudaste tu espíritu, tu cuerpo, me constaste lo más oscuro mientras yo veía lo más tierno. Aún recuerdo el amor de tus actos, cómo me llamabas, que todo lo mío te parecía genial y perfecto. Como un niño, me enseñabas tu alma, jugabas conmigo, me dabas placer al tú tenerlo. No sé qué pasó, pero todo se fue diluyendo. Pero cada día recuerdo estas estampas, esos momentos, ese tenerte tan adentro que, por mucho que se diluya, se fundió a mí, y toda aquella alegría, aquel contento, siguen en mi interior, muy adentro, forman parte de mí, tus palabras, tus miradas, tus tocamientos, ahora también son yo y, aunque lo recuerdo, no necesito hacerlo, porque te siento en el respirar, con cada latido oigo tu voz, siento tu tacto y, aún cerrando los ojos, te veo sonriendo, no cerca de mí sino muy adentro, y cuando sonrío son tus labios los que muevo, si los humedezco es tu sabor el que pruebo. Aún recuerdo todo lo que pasó, y lo hago presente, lo revivo a cada instante, y no hay tiempo para sentirte porque te siento en todo momento. No hay tiempo para el lamento porque es todo amor lo que siento.
miércoles, 21 de agosto de 2024
Cierra los ojos
¿Has tenido un mal día? Puede que haya sido solo regular, o tal vez, incluso, ha sido bueno; no importa. Acércate, relaja tus músculos, destensa tu cuerpo y cierra los ojos. Piensa que estás en otro lugar, con la temperatura idónea, tu cuerpo desnudo disfrutando de una brisa fresquita y placentera. Hay una enorme cascada a tu vera que te salpica ligeramente y lo agradeces, esas gotitas que te alcanzan, esa humedad, hace surgir en ti una leve sonrisa y sientes la brisa por todo tu cuerpo, entre las piernas, en los sobacos, el pelo de tu pecho se está cimbreando, tus pezones se ponen tiesos, pero no tensos, parece que ahora son tus ojos y están observando este maravilloso paisaje. Estás con la cabeza erguida, tu pecho se ha hinchado, sientes potencia y alegría, tu mente está tranquila y, de repente, sales volando. No te asustas, sientes alegría; vas contemplando el paisaje entre las nubes que atraviesas como si nada, como un juego. Pequeños trocitos de nube humedecen tus labios y los refrescan. Sigues volando sin apenas esfuerzo, es fantástico y estás disfrutando como nunca lo habías hecho. Tu cuerpo aireado, con restos de nube, con el perfume de unas plantas agradables que te han impregnado en tu perfecto aterrizaje. Estás rodeado de hermosas flores de diferentes colores que parecen hablarte con sus contorsiones que semejan un pequeño baile de bienvenida. Unos dedos rozan tu piel, luego unos brazos envuelven tu cuerpo, unos labios se posan en los tuyos. Abre los ojos cariño, este es mi beso para ti. Un beso que lanzaré al aire y te hará volar a mi encuentro, un beso que es un cuento, nuestro cuento. Cierra los ojos amor, vamos a realizar otro intento.
Suposiciones
A veces son útiles para pensar en algo pero en muchas ocasiones nos frenamos a nosotros mismos al imaginar muchos problemas antes de que ocurran. La suposición no deja de ser un pensamiento ficticio que, aunque basado en realidades o creencias de nuestro pensamiento, no podemos considerar como una verdad que torpedee nuestros futuros actos o decisiones. A veces antes de decidir algo suponemos y nos decantamos después por una decisión como si ciertas suposiciones fueran hechos reales, entonces es nuestra imaginación la que nos engaña pues, a traves de subterfugios, decide ella y no nosotros. Una suposición bien planteada puede servir para hacerse una idea de algo, pero de la misma forma que sirve una opinión de cualquier conocido aunque no tenga ni idea de lo que está hablando. No podemos delegar nuestras decisiones a ciertas suposiciones u opiniones solo porque coinciden con lo que deseábamos en un principio porque es hacernos trampas a nosotros mismos. De ahí la importancia del pensamiento propio, del conocimiento interno y profundo y, sobre todo, del amor, de la mezcla de todo esto que, aunque parezca un batiburrillo, es esencial en nuestras vidas. La suposición es como un chisme, no hay una base real que verifique que es cierto, hay que buscar pruebas, hay que contrastar para que un chisme o bulo no se transforme en nuestra cabeza en una noticia, para que una mera suposición no sea un argumento que nos incline por una decisión vital porque estaríamos cometiendo un grave error.
Todas las respuestas
En un mundo lleno de cosas desconocidas, donde hay que aprender constantemente para sobrevivir, buscamos las respuestas en cualquier parte y, muchas veces, no nos damos cuenta de que todas las respuestas que necesitamos para vivir sabiamente laten en nuestro interior. No están en los libros, ni en los consejos de nadie, porque las respuestas que necesitamos para nuestra vida yacen en el conocimiento profundo de nuestro corazón, en nuestro conocimiento sentido. Y llegamos a él a través de una paz interior que nos abre las puertas a esas respuestas, amando la verdad y sintiendo la armonía con el universo, y conocemos el bien y la belleza que nos dan la mano y nos muestran las respuestas y aclaran nuestras dudas, nos muestran el camino, nos deleitan con la música de nuestro destino, que no está escrito sino que nosotros lo elegimos. Hay una inteligencia profunda e interna que nos habla de una manera sutil y nos susurra los conocimientos espiritual, psíquica y corporalmente. Por eso una actividad creadora nos llena de placer, cuando concluimos una obra la dicha se expande, es una alegría tal vez no muy intensa pero sí duradera; cuando acertamos en la manera de actuar, cuando nuestra actitud es la correcta, hay armonía y paz, exactamente igual que cuando hacemos felices a los demás. Hay que mirar en el interior, ser empáticos y amar más.
Paz interior
Cuando estamos a gusto haciendo lo que hacemos y todas las perturbaciones diarias y traumas pasados se desvanecen, y un cosquilleo de felicidad recorre nuestro interior. Imágenes de personas queridas vienen a nuestra mente y sonreímos, queremos decirles a través del pensamiento y con todo nuestro corazón que estamos bien, que nos acordamos de ellos, que, aunque haga minutos, horas, días o años que no hablamos, los seguimos amando, incluso puede que alguno haya muerto, pero permanece en nuesro corazón y seguimos hablando con él con un sentimiento profundo que late al ritmo de nuestro corazón. La paz interior es el signo de que estamos en el camino correcto, el material inicial de MundoPoema, sus cimientos, después añadiremos el amor revolucionario que vivimos a diario, las sonrisas que los amigos nos regalan, sus miradas que nos aman y nos acarician independientemente de donde estén. Sentimos la unión con el entorno, la autenticidad del amor, de nuestra actitud, de nuestros compañeros de viaje, la coherencia de nuestros actos y, esa paz interior que nos embarga, dibuja una sonrisa perfecta en nuestro rostro y el amor que contenemos se expande y se reparte por el mundo a una velocidad alucinante. La armonía con el universo nos deleita con su música que nace en nuestros tuétanos y sale por los poros de forma placentera. Son solo unos instantes que parecen la vida entera. Y escribo, pienso, amo, beso con el alma, y abrazo espiritualmente a toda la gente que amo.
martes, 20 de agosto de 2024
Contradictorios
Si la física cuántica dice que hay una pluralidad de mundos, un universo como el nuestro y otro y luego otro y otro y un no parar. Entonces nuestro universo solo sería un puntito en la globalidad de universos, como un grano de arena, puede que bastante menos. Nuestro planeta sería mucho más pequeño que un átomo en comparación con todos los universos. Y nosotros una cosa minúscula, ínfima, apenas perceptible. ¿Por qué nos creemos tan grandes entonces? ¿Por qué un problema de mierda nos hace la vida imposible? Por qué, me pregunto, si ya somos una minúscula mierda nosotros mismos. Repetida en diferentes universos, infinitos, pero llenos de vida limitada, como la nuestra, de vida finita, corta y mediocre, pero que, sin saber muy bien por qué, algunos creen que su vida es diferente al resto, quieren diferenciarse de los otros seres minúsculos, pero a quién le importan esas diferencias, a qué fin fastidiar al resto, pudiendo vivir todos bien insistimos en tener a millones mal viviendo para que, muy poquitos, crean que viven fenomenal distinguiéndose del resto, pero tampoco es cierto, es una falacia más en este universo de grano de arena lleno de contradictorios que dan mucha pena.
Criterio
Verdad, bien y belleza en nuestro punto de mira. Kant decía que pensar por nosotros mismos es situar el criterio supremo de la verdad en la razón. Pero de la razón superior que es indisociable de la sensibilidad y del amor. Porque los sentidos nos enseñan y la filosofía, fuente de conocimientos desde sus orígenes, es el amor por la sabiduría. Si vemos a alguien maltratando a un animal o a una persona sabemos enseguida que está haciendo mal, o rompiendo una obra de arte o destruyendo la naturaleza porque sí. Y lo sabemos gracias a nuestro sentido del bien que traemos de fabrica. La maldad viene después, influenciados por la sociedad, por un sistema de mierda, manipulados por intereses que no son naturales, por placeres artificiales impuestos por la sociedad de consumo. Por eso hacemos guerras, invadimos, acumulamos riqueza, inundamos todo de ansiedad y depresión, somos nuestras propias víctimas y cualquier especie animal nos da cien mil vueltas. El conocimiento del bien es sentido, viene del corazón, por eso el amor es tan importante, porque pensar esta muy bien pero cooperando con el corazón, ahí es donde reside la verdadera sabiduría. Pensar sin corazón es solo inteligencia que, la mayoría de veces, termina por ser malvada. Y no solo el bien es un saber sentido, también lo son la belleza y la verdad. De ahí la importancia de la búsqueda de la verdad y de la cultura, del arte. Cuando captamos la verdad o la belleza hay una satisfacción interna al obtener esa comprensión inmediata y sentida.
Amar la verdad
Resulta algo esencial en el mundo del amor amar la verdad. No mentir a quien quieres, no decir a alguien que le amas si no es cierto. Por eso hay que pensar lo que se dice, tener pensamiento propio y amar la verdad por encima de todo. Porque si cambiamos de actitud de repente ante otra persona sin que haya hecho nada diferente de lo que había hecho hasta ahora, no nos van a comprender. Puede que acepten nuestra nueva actitud, e incluso una falsa explicación, pero la posible relación de amor o amistad irá desapareciendo poco a poco, ese es el poder erosionador de la mentira. La única solución es amar la verdad. Los cambios sin sentido se suelen producir por errores mentales, por cosas que imaginamos que no son ciertas, por sustancias que enturbian nuestra mente, por malas experiencias del pasado, por figuras de autoridad que nos manipulan, jefes, supuestos amigos, quienquiera que sea, que les hemos cedido la labor de pensar, que piensan por nosotros, que deciden en asuntos personales de nuestras vidas y terminan jodiéndola. No debemos dejar que esto ocurra pues lo acabaremos lamentando y una neblina de arrepentimiento nos inundará cuando ya no haya remedio a las malas decisiones que tomamos. Y, de nuevo, sólo germinará el victimismo en nuestro corazón creyendo que, como siempre, así nos sentimos mejor, que siempre pasa lo mismo, auto engañándonos y echando la culpa al resto del mundo cuando, en realidad, es solo y exclusivamente nuestra. Para que nada de esto pase, la respuesta es amar la verdad por encima de todo.
lunes, 19 de agosto de 2024
Cuando te vi
Sentí que la vida sonreía. Todo a mi alrededor se transformó en algarabía. Yo era feliz de repente aunque no sabía muy bien qué ocurría. No podía dejar de mirarte, igual que a una obra de arte, con intensidad, sin apartar la vista, con un brillo en mis ojos que crecía y dejaba como un soniquete en el aire que se colaba en mi pecho y en el corazón nadaba, reverberaba y luego se expandía. Cuando te vi sentí alegría, la semilla del amor se abrió y el tallo ascendía veloz, mi pecho se hinchó y apareció una flor. Al cabo de unos instantes mi vida era un prado multicolor. Cuando te vi descubrí el sentido de la vida y me dije, sí, ahora, es el momento, esta es la dicha que pedía, lo que siempre fui buscando, lo que soñé, lo que imaginé una y mil veces, lo que una y mil veces me fueron negando, pero, cuando te vi, supe que mi sueño había nacido a la vida, que tenía forma mi alegría, que el amor me sonreía. Y todo esto duró un instante que se llamó eternidad y, te vi y pensé, ya no me importa morirme, pues he visto la verdad. Luego me asusté un poco y me agarré a la vida de tus ojos, al cielo de tu sonrisa, me abracé a ese cuerpo maravilloso, subió el rubor a mi rostro pero no te solté porque entre tus brazos volví a nacer. Cuando te vi supe lo que es el querer.
Creí que eras una estrella
Soñé que buscabas mis abrazos. Despierto, oí que los pedías, pero tal vez estuviera otra vez soñando. El amor en mi corazón crecía y a los cuatro vientos cantaba mi alegría. Y los vientos soplaban a tu lado, y el amor que yo te repetía, resonaba en tu cabeza por mi hado. Pero de repente un día, este sueño en vela, este despertar onírico parece que se hizo fatídico y el amor que te mostraba, y con el que tú también me agasajabas, ya no te gustaba. Creía que eras una estrella de tanto que brillabas, y yo ya había olvidado que las estrellas también se apagan. Pero alguien me dijo de niño que aún muertas siguen brillando, aunque el amor que me dabas ya se está apagando, yo, que sigo siendo un niño, sigo soñando y, si cierro los ojos, tu amor continúa brillando. Y en mi corazón una estrella con tu rostro brilla y voy nadando en un mar de ensueño y fantasía donde tu sonrisa me espera en la orilla. Y no quiero despertar por miedo al horror, abrir los ojos y ver que ha muerto mi amor. Creía que eras una estrella, de mi cielo la más bella y para mí siempre lo serás aunque sin saber por qué hayas dado marcha atrás.
Todo y nada
Muchas veces deseamos que todo cambie. Todo el mundo quiere mejorar, es natural. Nos gustaría ganar más dinero, poder comprar una casa si aún no la tenemos o tener una mejor y más grande si ya disponemos de una. Que las cosas nos vayan bien en el amor, que nos ame a quien queremos, no tener que trabajar tanto, poder viajar más, no tener enfermedades ni malestares, no sentir resacas los lunes, bueno, algunos todos los días. ¿Pero qué hacemos para que cambie todo esto? Exacto. No hacemos nada, sólo quejarnos y, evidentemente, nada cambia. Si siempre se actúa de la misma forma, siempre ocurre lo mismo y, por mucho que nos quejemos, nada cambia. Todo no va a cambiar de la noche a la mañana. La vida no es una lotería donde te acuestas pobre y amaneces rico. Y, muchas veces, el dinero no cambia absolutamente nada, es más, acrecienta los problemas. Porque si no sabemos vivir con lo que tenemos, cómo vamos a saber vivir con más. Si no somos capaces de tener unos pocos amigos, para qué queremos añadir más. Si no sabemos amarnos a nosotros mismos nunca podremos amar a nadie. Los cambios no son una combustión espontánea, requieren un cambio de actitud, pensar, otra forma de ver y vivir. Reclamar cambios sin hacer nada ni siquiera resulta infantil porque hasta los niños bien educados saben que la vida requiere esfuerzo y voluntad, que para jugar con otros niños tienes que compartir la pelota y el tiempo, que cooperar, porque así se disfruta más. La revolución del amor es intensa y cuesta pero nos va a generar una vida mejor. Sobre todo a quien haga algo por cambiarla. Pensad en ello y asumid las consecuencias de vuestros actos.
El personaje
Cuando te gusta escribir una de las cosas más importantes es la construcción del personaje. Tiene que ser coherente pero también ir evolucionando a lo largo de la historia, responder a sus circunstancias, a lo que le pasa, en definitiva, crecer y, si hay algún cambio muy drástico de actitud, que tenga una explicación, aunque sea en la última línea de la historia. Lo malo es construir un personaje y no escribir y eso está a la orden del día gracias a internet. Las personas mediocres tienen hasta fotos que no son suyas en sus perfiles, pero aún poniendo su imagen, construyen un personaje para vendérselo a los navegantes con los que interactúan. Mentir en las redes es muy sencillo, lo difícil es sostener la mentira. Nos quejamos de las mentiras de los gobiernos, de los políticos, de los medios de comunicación y cuando nos aposentamos tranquilamente a relacionarnos por las redes, mentimos como cosacos. Muchos creen que nadie se va a enterar de sus mentiras. Pero solo hace falta un poco de memoria para descubrirlas todas. Gente que dice que te ama pero no quieren verte, extraño ¿verdad? Personas que te incitan al sexo por una pantalla pero físicamente no se atreven a nada. Amigos del alma que no pueden atenderte. Todas estas estupideces están siendo normalizadas en las redes. Y todo es más sencillo de lo que parece, si no quieres mantener una relación, no lo hagas, ni dentro ni fuera de las redes, porque las redes no es un mundo de fantasía donde tengan que campar las mentiras sino el preámbulo del mundo físico. Y si te amo, te amo a través de una pantalla y sin ella. Y si eres mi amigo en las redes, físicamente también lo eres.
Amistad bidimensional
Las redes sociales han desvirtuado el concepto de amistad. Amigo y seguidor suelen ser sinónimos, en una red añades amigos y en otra muy parecida tienes seguidores. Parece que esto no tiene mucha importancia pero, poco a poco, lo vamos interiorizando. Mi forma de relacionarme es igual fuera que dentro de las redes. En internet, al carecer de la tercera dimensión, hay cierta tendencia a la mentira pero, a medida que te vas relacionando, se descubre enseguida. Me cuesta mucho hacer amigos de verdad, tengo muy pocos, lo que me sobran son conocidos, conocer conozco a muchísimas personas y desconfío bastante de alguien que me llama o me trata de amigo a los pocos minutos de conocerme. Por eso en las redes es muy importante para conocerse el hablar, primero con mensajes y, a lo mejor, quién sabe, usar más adelante mensajes de voz o video conferencias, aunque usar todo esto no implica amistad. De todas formas acepto que las personas con las que llevo un tiempo relacionándome me llamen amigo. Pero la amistad es como una planta, hay que regarla, requiere de unos cuidados, y, si es un amistad verdadera, surge el amor. Porque el amor no es exclusivo de las relaciones de pareja, trío o íntimas. No hablo de relaciones que son exclusivamente sexuales porque no me interesan. Y al crecer la amistad uno quiere añadir esa tercera dimensión que falta, que todo lo que se ha dicho por internet se cumpla, aunque la mayoría de veces se acaba descubriendo que era una falacia. Por eso llega un momento en que me gusta conocer a mis amigos de redes físicamente. Y en este decisivo paso es cuando se suele descubrir el pastel y, lo que se intuía como una amistad o un amor, no es más que una amistad bidimensional, de pantalla, algo que no tendrá más que ceros y unos, píxeles, algo que muy bien podría estar construido por un ordenador o por inteligencia artificial y nos daría lo mismo.
Solo la imaginación puede hacerlo
Si quieres saber cuánto te amo, no intentes razonarlo. Si quieres saber por qué te amo, no busques un sentido y mucho menos una utilidad. Si quieres saber por qué estás habitando mi corazón, por qué mi amor hacia ti crece a diario, por qué soy un revolucionario del amor, por qué estoy creando MundoPoema, busca en tu imaginación. Todas las respuestas deberías hallarlas en tu pensamiento y, si necesitas ayuda para entender lo que te digo, solo la imaginación puede hacerlo. La poesía del pensamiento junto a la imaginación del revolucionario del amor son el pico y la pala para construir MundoPoema. Hay otros mundos pero están en este y MundoPoema se está abriendo camino, es la creación de mi vida y mi destino, lo que mi corazón imagina cuando tu amor está conmigo. Y en este mundo que estamos creando y primero imaginamos, la bondad está en el aire que respiramos, el amor disipó todos los miedos, mi espíritu se fusionó al tuyo, y me hago responsable de quererte, a ti, a mis amigos, a todos los revolucionarios del amor, a todos los que quieren un mundo mejor para todos, a todos los que colaboran en la construcción y creación de MundoPoema. Y todo esto solo la imaginación puede hacerlo porque todas las maravillas que disfrutamos primero fueron imaginadas y un ser lleno de amor les dió alas.
domingo, 18 de agosto de 2024
Libres
Siempre decimos que queremos ser libres para poder decir lo que queramos pero en realidad deberíamos ser libres para pensar lo que decimos. Porque si hablamos sin pensar no somos libres, posiblemente repitamos lo que nos dicen como loros o autómatas creyendo que, al escoger una opción, entre las que nos ofertan, para decir algo, está la libertad. Y lo mismo ocurre con las acciones. Pequeñas acciones rutinarias, mal llamadas costumbres, que no son más que adicciones: beber, fumar, contemplar pantallas, en definitiva, abotargarse, no pensar y dejarse insuflar ideología y opiniones de pacotilla e insufribles, aunque a simple vista o escucha, parecen razonables. La libertad no es ser víctima del mercado y tener los gustos impuestos por el capitalismo del momento. La cultura y el conocimiento nos pueden hacer libres, pero sobre todo es el pensamiento. Porque hay mucho formato cultural induciendo al no pensar, a hacernos absorber mensajes que, si pensaramos, no les otorgaríamos el valor que les estamos dando. Por eso el pensamiento propio y el pensamiento crítico son tan importantes. El método socrático nos ayuda a descubrir los conocimientos que ya están en nosotros pero que, por cobardía o pereza, obviamos. La duda cartesiana también juega un gran papel, cuestionárselo todo, incluso lo que ya damos por sabido, muchas veces es conveniente. Porque sin querer se van colando en nuestro interior falsos conocimientos a los que damos un valor que no tienen y que, si analizamos, nos percatamos de nuestro error y de su fraude. Libres sí, pero para pensar lo que decimos.
Tengo tantas cosas que decir
Que muchas las digo en silencio. A través de la mirada, con los ojos, absorbiendo el movimiento, y también con el rostro, sonriendo. También habla mi cuerpo, con ese ligero estremecimiento que provocan tus caricias, con el oleaje de mis pelos electrificándose de placer al sentir tus sentimientos, como se aposentan en mi piel, como penetran hasta el tuétano. Tengo tantas cosas que decir, lo que siento, lo que estoy sintiendo, lo que no sentí ni aún queriendo, lo que sentí imaginando, lo que inventé en los recuerdos, lo que nunca pasó y me hace daño y también lo que pasó de largo, sin verme, despreciándome y, más tarde, arrepintiéndose. A veces en una tarde tranquila y sosegada habla la memoria; otras, sin embargo, la imaginación engaña al recuerdo o, por lo menos, cree o quiere hacerlo, conversan en mi cabeza, juegan en un tablero, discuten y tiran todas las piezas. Se acabó la tranquilidad y el sosiego, se acabó también el juego. Tengo tantas cosas que decir que las pronuncio en susurros, las escribo con tiento, a veces mojando el papel con lágrimas que emocionaron mi recuerdo, otras, risas y carcajadas de puro contento. Tengo tantas cosas que decir, pero no al mundo, sino a ti.
Inocuo pero clandestino
En la revolución del amor tenemos infiltrados en el sistema: son los inocuos pero clandestinos. Observan, hacen su labor de manera soterrada, sin ruido, pasando desapercibidos, casi invisibles. Todos los revolucionarios han sido alguna vez inocuos pero clandestinos. Es el primer paso para entrar en la revolución, aunque hay algunos que prefieren ejercer siempre de inocuos pero clandestinos, debido a cierto apego al sistema, algo de miedo quizá, la poca voluntad y determinación para cambiar de costumbres. Pero en la revolución del amor no se obliga a nada a nadie. También es verdad que cada uno debe asumir las consecuencias de sus decisiones y elecciones. Podría ser siempre inocuo pero clandestino pero ese no es mi destino porque MundoPoema me necesita. La lucha va a ser intensa, lo sé, porque un mundo libre no lo construye cualquiera, porque la libertad es cultura, es arte y literatura, todo lo que el sistema quiere tirar a la basura. Cada día más revolucionarios del amor se unen a la lucha, el esfuerzo de amar es siempre el motor de la revolución. Cread en cualquier esquina, amad en casa y en la oficina, leed en el autobús, en el sofá, en las bibliotecas, en la playa, solos o en compañía, juntad colores en un lienzo, de papel, de tela, en un cartón mismamente puede ser el comienzo. Adelante revolucionarios, recitad vuestros poemarios, gritad pareados y sonetos que surjan de vuestros corazones inquietos.
sábado, 17 de agosto de 2024
La rebeldía
La diferencia, la originalidad, no es rechazar la ayuda de quien te quiere. La verdadera rebeldía es amar, con todas nuestras fuerzas, sentir el amor, venga de donde venga. Porque el amor no es sólo una revolución, es el antídoto del miedo, es la conexión entre seres alejados por el espacio y el tiempo, es sentir al amigo que está a miles de kilómetros, justo en el centro del corazón. Hay días en que una grieta aparece en el cielo, tu corazón se rasga y sangra de desconsuelo. Pero el amor hace su magia y, cuando crees que no puedes soportar el dolor, aparece alguien que te dice que eres todo para él, que todo lo que le gusta está en ti. Y el cielo se ilumina en MundoPoema, vuelves a sentir la revolución del amor con toda su fuerza, sabes que el amor de tu amigo querido, algún día, te llenará de felicidad, besarás el ombligo perfecto, la humanidad cambiará. Y ese día está cerca porque sientes la caricia futura como se adelanta en la brisa que te roza, y todo tu cuerpo goza, y siento la gratitud de vivir por adelantado la plenitud que el ser amado me proporciona con sus palabras, con su pensamiento, con lo que su corazón sueña, que es exactamente lo mismo que el mío al que está conectado. La rebeldía es el amor soñado vivido por adelantado.
Pensamiento
Tener pensamiento propio es lo original porque la mayoría no piensa, o se ha acostumbrado a ser diferente copiando pensamientos y costumbre estrafalarios. El pensamiento nos lleva a caminos comunes con el otro, al cuidado de uno mismo y de nuestro seres queridos, pero a través de la comprensión propia y no de ideas impuestas por personas o sustancias manipuladoras. El pensamiento propio se construye con un pensamiento crítico, con la máxima filosófica de conocerse a uno mismo, la tarea más difícil pero, a la vez, la más necesaria. El pensamiento se crea y nos transforma. Tener un pensamiento débil, vulgar, derrotista, que se auto engaña por cualquier motivo, que solo tiene conocimientos pero no los aplica, porque desconoce el conocimiento que se es. El victimista siempre repite el mismo discurso que, además, es de otro. El pensamiento propio no tiene miedo, ni de pensar, ni de descubrir el amor, ni de conocerse a uno mismo. Puede tener dudas, pero nunca miedo. El pensamiento propio se auto responsabiliza y es luz para uno mismo. Podemos aprender de los demás, de quien nos ama, de quien nos atiende y escucha, de quien despierta interés en nosotros, pero el pensamiento es primordial, como respirar.
Terremoto en MundoPoema
Un gran movimiento sísmico ha sacudido MundoPoema. Todo se tambalea, parte del este mundo se ha perdido, y un poco de amor se ha hecho añicos, pedazos, polvo que, ahora mismo, está flotando, haciendo que mis ojos lloren y se enturbien, que pierda la visión y también la ilusión. Se ha abierto una grieta en MundoPoema y, aunque mi corazón sufra, no voy a dejar que el mundo se destruya. Por esa grieta veo la mentira que intenta penetrar en mi día a día, la obsesión del que dirán, el miedo que me insuflnan los comentarios ajenos y las malas compañías que yo, no sé por qué, considero amigas. Pero voy a reconstruir este mundo desde sus cenizas, voy a tapar la grieta y ya no habrá más mentiras, ni miedo al amor, porque el amor es el antídoto del miedo, y puedo amar sin ser amado, eso no me hace sufrir, lo que me hace sufrir son las mentiras, que alienten mi amor, que me digan que me quieren siendo mentira. Un terremoto ha sacudido MundoPoema, mi corazón llora sangre, pero se repondrá enseguida. Sólo tengo una vida y no la voy a desperdiciar con tonterías. Varios revolucionarios del amor han muerto pero, auqnue sea solo, construiré MundoPoema. Sé que será duro, pero estoy acostumbrado a hacerlo todo solo, sin falsedades, ni mentiras ni falsas esperanzas. MundoPoema se construye con amor verdadero y eso es lo que yo quiero.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)