martes, 6 de agosto de 2024

La degradación del bienestar

Ese explosivo cóctel de consumismo, individualidad, capitalismo, sobreinformación y rapidez para tener-conseguir-disfrutar todo, nos está mermando el cerebro que ya ha desechado el pensamiento crítico y lo ha cambiado por la cómoda manipulación de escuchar y repetir sin pensar. Ahora tenemos a creadores de opinión que solo son descerebrados televisivos que cobran por difundir lo que les marca el guión que repiten allá donde van. Toda esta mierda de cóctel nos ha generado depresión, ansiedad, pobreza y adicciones varias. Y lo que es peor, aburrimiento, nos aburrimos si no nos pasa nada malo. Porque si te pasa algo malo puedes contarlo, tienes algo de qué hablar, una excusa para beber en compañía y despotricar, pero sin corregirse, porque corregirse cuesta casi tanto como pensar. Así que es preferible sufrir a hacer un esfuerzo, porque hay pastillas para el sufrimiento, primero te generan el mal con restricciones y luego te venden el supuesto antídoto, pero no hay pastillas para tener pensamiento crítico y actuar en consecuencia, ya que eso podría destruir el sistema.

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