sábado, 3 de agosto de 2024

El diario

Abandonado diario: hace años que apenas te uso, por no decir nada, y, aunque parezca que no pasa nada, han ocurrido un montón de cosas. Tuve que dejar el conservatorio porque me faltaban horas; hubiera necesitado días con cincuenta o sesenta para poder seguir, con el trabajo, mi padre, el perro y esta vida llena de altibajos, que pasa de normal a mierda teniendo instantes fantásticos. Y llegaron la muertes, mi padre y dos hermanos. Y entre medias una pandemia mundial, con aplausos y lemas como que todo saldrá genial. Saldremos mejores decían, pero terminó la pandemia y la gente estaba alterada, los hijoputas afloraron como setas, no sólo aquí, en todo el mundo, y nadie era mejor, sino más recelosos, más precavidos, todos en su burbuja, cambiaron los hábitos, mucho tiempo en casa encerrados, dijeron, pero yo tuve que seguir trabajando. Mi trabajo era de los esenciales pero nunca me subieron el sueldo. Y por qué te cuento yo ahora esto diario. No sólo ha habido catástrofes, también me fui enamorando aunque no pedía nada a cambio. El amor se fue afianzando y ahora es revolucionario. Tengo varios proyectos para nuevos libros, tengo ilusión y ganas, me falta dinero y tiempo; lo típico. Pero sabes qué, diario, no me importa. También estoy construyendo un mundo aunque te parezca exagerado. Puede que otro día te dé más detalles, tal vez dentro de unos cuantos años.

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