
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
miércoles, 7 de agosto de 2024
Jazz
Siempre he creído que mi forma de escribir es como un banda de jazz. Mis múltiples personalidades, estados de ánimos, escritos de diferentes épocas que guardo por los cajones por si algún día sirven para algo, son como las personas que usan sus diferencias para crear algo que funciona. Y mi banda de jazz particular, mi escritura, a veces desentona, se pierde por las digresiones más inhóspitas, no busca la comprensión rápida, prefiere la meditación y hacer pensar, entrar, sin que apenas lo percibas, en tu corazón y acariciarlo por dentro con estas palabras llenas de amor y ponerte otra vez contento. Escribo con un ritmo acalorado, con melodía o sin ella, con patrones fijos o que me voy inventando sobre la marcha, me dejo arrastrar por un punto de vista diferente al mío, escucho a mi amor, hago mías sus frases, pero les doy la vuelta, hago que tengan un nuevo mensaje, y cuando retornen en el viaje de vuelta, se alegre mi amor de escuchar su frase con un nuevo estilo que ha dado un viraje al sentido, para que piense que siempre, siempre, va a estar conmigo, que el sentimiento con que escribo le hará bailar las emociones, moverse por el mundo con un nuevo aliento, con un ánimo renovado, como un músico de jazz que se siente orgulloso de lo que es, de lo que ha creado. Para eso escribo, para crear mundo poema y para el ser amado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario