lunes, 5 de agosto de 2024

Donde reside el amor

Podemos llenar a nuestras palabras de amor, pero esas palabras se irán vaciando, aunque el amor continúe. El amor puede viajar en las palabras pero reside en los actos cotidianos: en la atención, en las miradas, en el trato, en el cuidado natural al ser amado. Podemos tener sexo con amor y ese sexo será mejorado, pero el amor reside en el antes y el después, en el durante sólo es transportado. Por eso el amor habita más los silencios. El amor es como pintar o escribir donde hay un instante donde aparece el arte y, aunque tú estás ahí, puedes estar en cualquier parte; el arte y el amor son hermanos que se conjugan, que te muestran el mundo poema y te ayudan a crearlo, y el tiempo se alarga o se para, porque cuando estás haciendo arte o cuando estás amando y, a veces, incluso las dos cosas a la vez, el instante placentero se eterniza, el sentido de la vida se hace transparente, todo se ve claro y por eso quiero estar a tu lado. Donde reside el amor las fantasías se materializan, la ternura se masca en el aire y el poder de tu mirada brillante cubre mi desnudez y la hace más elegante. Donde reside el amor es en tus movimientos, esos movimientos que preceden a tus sonrisas que hacen vibrar mi alma ahora compartida con el ser más maravilloso de mi vida, que me hace flotar cada vez que me mira.

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