martes, 27 de agosto de 2024

Aquievocado

Te puedes equivocar y aquievocar. Tal vez la primera vez que me aquievoqué también me equivocara. El destino me guió por un camino distinto, toda la vida ha sido así. Pero si un error me lleva a aquievocarme lo elijo ahora mismo, sin titubeos. Y aquievoco la piedra en la que tropecé dos veces, que digo dos, diez, miles de veces. Aquí evoco al amor que es el motor de MundoPoema,la sustancia primigenia, la esencia pura, la proteína magnífica, el arte, la ciencia versificada, el todo y la nada. Y cuando aquievoco no hay un tiempo para encerrar lo aquievocado, pues puede ser futuro, presente o pasado. O todos a la vez, sería lo más acertado. Y el amor que me hace quererte me aquievoca en este instante que RoJo es el monstruo bicéfalo que pasea tan elegante por MundoPoema, se codea con gigantes de amor revolucionario, de vida filosófica, de bien supremo sentido, de hermosas ideas estróficas. Aquievocar, como digo, comenzó siendo un error, una casualidad, un tropiezo lingüístico, una anomalía gramatical, una falta que mejora, que evoluciona los ritmos de nuestra fantástica fauna y flora. Tal vez sea el error más fenomenal porque cuando uno se aquievoca puede evocar aquí lo nunca visto, lo imaginado, lo soñado en lo más profundo del abismo, porque la aquievocación tiene una esencia fantástica como el mundo al que pertenece y al que con amor se abraza.

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