jueves, 22 de agosto de 2024

Otro mundo

Habitando otro mundo me encuentro. No hecho en falta nada del anterior. Todo lo que quería se fue debilitando o muriendo. Yo ya no era el mismo. Había cambiado muchas veces, lo intenté todo de múltiples formas y nada dió resultado. Así que jugué mi última carta. Si no podía hacer que el mundo cambiara, construiría otro mundo. Llevo tiempo haciéndolo. Nadie me cree, creen que es un mundo literario, algo que voy a construir en un libro, con letras y ficciones, como un juego de niños con muchas ilusiones. Pero los niños saben tan bien como yo que hay otros mundos, que podemos crearlos, y yo, he decidido habitarlo. Y aquí leo y escribo. Y aquí amo, pero solo a mis libros, que me abrazan, que me instruyen, que me hacen distinto pero no me repudian, ni me mienten y, lo más importante, son leales, mantienen su palabra, puedo fiarme de ellos. En este mundo faltan muchas cosas, pero, si lo piensas bien, son todas superficiales. Aquí puedo viajar a diferentes planetas y épocas. Aquí la soledad es alegría; allí también lo era, aunque todo me incitaba a la compañía, y ese fue mi gran error. Aquí hay flores que son versos y paseo entre pareados y sonetos. Cuando me doy un baño, me zambullo en un cuento. Para no crear sospechas, dejé en el mundo viejo un holograma perfecto. Nadie se ha percatado, porque para darte cuenta debes ser un revolucionario del amor, y esa especie se extinguió en el momento que me fui a MundoPoema.

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