Siempre estarás conmigo

Mientras escriba estarás a salvo. Permaneces a mi lado porque habitas mis palbraas. Mientras escriba siempre estarás conigo. Puedo estar una hora contemplando tu mirada y, en una sola frase, te desnudo con mis manos y mi boca. Te lleno de caricias que te excitan, gimes con mis besos, culebrean tus piernas con el tacto de mis manos en tu entrepierna. Tu mirada se enciende casi más que tu sexo. Ya no puedes emitir palabras. Ahora eres un animal de placer. Te dejas hacer; tus brazos, torpes, quieren hacer cien mil cosas a la vez. Los detengo con mis manos, beso tu boca y nuestros gemidos en estéreo guían a las yemas de mis dedos por tu pecho. Beso tu cuello, chupo tus pezones y, mientras me acaricias, asciendo y me siento en tu ombligo dispuesto a cabalgar este lindo domingo. Salen sonidos de tu boca y ninguno tiene sentido. Tal vez hayas dicho mi nombre entre gemido y gemido. Tus ojos se ponen en blanco mientras subo y bajo por el tobogán de los sentidos. Aprietas los dientes, emites gruñidos y, de repente, empiezas a ser engullido. Poco a poco te absorbo hasta que desapareces en mi interior. Siempre estarás comigo.