viernes, 23 de agosto de 2024

Escribo

Sin importar quién me lea. Mis palabras no reclaman ni éxito ni alabanzas, tampoco críticas aunque son bien recibidas si son fundamentadas. Si no te gusta lo que lees, no lo hagas, nadie te obliga. Si te identificas, te sientes aludido o te ves reflejado en mis líneas, es asunto tuyo. A mí me encantaría formar parte de un texto ajeno, prescindiendo de lo que se diga de mí, denotaría mi importancia y sería un honor. Prefiero la habladuría a la indiferencia, porque en el odio quedan posos de amor. Escribo porque soy pobre, porque quiero mejorar, porque es mi terapia. Escribo para ser yo, sí, para ser yo a través de otros, como en el amor. Amo porque es mi aire, es lo que respiro. Y si no quieres que te ame, no eres mi amigo. No pongo vetos, ni hago imposiciones, no prohibo nada cuando escribo. Puedo dar consejos y la mayoría de veces que lo hago, me los doy a mí mismo. Escribo porque me hace sentir vivo, da sentido a mi existencia. Escribo por no matar y, si tengo que matar, lo hago mientras escribo. Ya he muerto muchas veces, cada vez que veo mi ombligo más de cinco minutos seguidos. No escribo para gustar, ni para dar pena, ni para que te guste o te deje de gustar. Escribo para mí y conmigo. Es puro conocimiento de mí mismo. Es mi propio mecanismo. Escribo para reírme de mi dolor. Escribo para conocerme porque nunca soy el mismo. Para eso escribo.

No hay comentarios: