domingo, 31 de agosto de 2008

A propósito de Tarkovski y el amor

El director de cine ruso llegó hasta mí a través de internet, vía Málaga, en un blog de fotos. El amor llegó hasta mí por los mismos medios, vía Brasil-Perú, maravillosa conexión entre países de gentes adorables. La amistad se expande de la misma forma de Zaragoza a República Dominicaca, Miami, Chile, Argentina y España, conexión genial Huelva-Milano y el mundo tengo en una mano, o dos y un teclado.
Leyendo Esculpir en el tiempo, de Andrei Tarkovski, me encuentro con esto: Hay un lenguaje absolutamente diferente, hay un sistema de comunicación totalmente distinto... a través de sentimientos, imágenes. Este contacto supera todo lo que separa, derriba las fronteras. Tarkovski habla de cine, pero yo leo y comprendo que es lo que estoy viviendo ahora mismo en la red, donde también hay sentimientos e imágenes que me han capturado por el amor que me han dado sin pedir nada a cambio, tal vez sólo una foto de vez en cuando y algún comentario.
Tarkovski sigue diciendo: El marco de la pantalla se amplía, ante nosotros se abre un mundo, cerrado hasta ahora, y se convierte en una nueva realidad...
Qué razón tienes Andrei, el mundo se amplía, y lo que ayer fue sólo fantasía soñada, hoy es realidad amada.
Y termina diciéndome Andrei: La muerte deja de existir, existe la inmortalidad. El tiempo es una sola unidad, indestructible.