martes, 31 de julio de 2012

Mejunje de amor

Miro tu foto mientras escucho nuestra canción. Gozo con los recuerdos en los que aparecemos tu y yo. Revivo aquella conversación salpicada de emociones, de bonitas tonterías, de sonrisas como flores. Lo junto todo y tengo mi mejunje de amor. Cuando estoy solo y las lágrimas humedecen mi rostro, me aplico el mejunje de amor y la ilusión renace, la espera cobra sentido y, sin darme apenas cuenta, me siento mejor. Tus antiguos besos reverberan en mis labios, en mi boca de nuevo tu sabor, es un milagro. Es la panacea del solitario, sueño contigo, tus caricias me envuelven y en las sábanas veo el dibujo de tu hueco a diario. Mejunje de amor y oigo tu voz acercarse con un tarareo saltarín y mis labios se arquean de puro frenesí. Mejunje de amor, mi cielo, y al momento estás aquí jugueteando con mi pelo, bailando, cantando, haciendo un poco el canelo, invitándome a sonreír.

lunes, 30 de julio de 2012

Siempre los otros

Hacía mucho calor, tenía todo el cuerpo húmedo y me quité la ropa, aunque no toda; me quedé en calzoncillos. Tenía la sal de mi cuerpo en los labios, mi aroma me subyugaba. Me miré al espejo y, en el brillo de mis ojos, vi toques de placer y algo de miedo. Poco a poco los otros que me habitan fueron poblando el espejo. Un niño inocente y travieso, un chico responsable y uno gamberro; el que soy ahora, pero una versión divertida y otra seria. Todos ellos desde el espejo estudiaban mi cuerpo. Parecían cuestionarse como habían acabado aquí. Sus miradas encerraban un secreto. Me tranquilice al ver al niño que fui sonreír, pero la risa de mi yo gamberro me dio miedo. Algo están tramando, pensé. Pero si son sólo mi reflejo, aunque son otros los que me habitan; los yos que fui y los que soy. Les saludé con la mano y me fui a la ducha. Todos mojados, refrescándonos, los otros que me habitan y yo. Y afuera, en el exterior, los otros que me evitan. Siempre los otros.

sábado, 28 de julio de 2012

El camelo de la originalidad

Siempre quise decirlo, tenía que decirlo, me repetía a mí mismo a diario, voy a decirlo, me sugiere el yo interno, con su voz de enano sabelotodo. Ahí va, lo digo por fin: la originalidad se repite, como todas las cosas. Es curioso ver como las personas originales son muy parecidas entre ellas. Buscan lo nuevo cuando en realidad quieren decir lo mismo. Así que ser original es decir lo mismo pero de otra forma. Buscan también la sorpresa, lo sorprendente. Aunque no es nada original decir lo mismo, si lo haces sin que nadie te entienda puede llegar a ser sorprendente. Pero no es útil, ni sencillo, ni práctico. Todo esto hace que la originalidad aparezca de nuevo en algo que no lo era, que es decir lo mismo. Por tanto ser original es algo fluctuante, que va y viene, como el autobús de las cinco, que acaba volviendo siempre más tarde, y entonces ya no es original. Es y no es. Para ti sí, para mí no. Lo mismo me da y me da lo mismo. Yo soy original y también lo es mi mecanismo, tanto si cambio como si soy siempre el mismo. Puro camelo de originalidad.

viernes, 20 de julio de 2012

Lo normal me parece raro

Soy raro, lo sé, siempre lo he sido. Pero por eso mismo, por haber sido siempre raro, también es normal que siga siendo raro ahora. En el fondo de mi ser hay algo que me dice que mi rareza es normal. Lo malo sería ser un raro raro o raro al cuadrado. Ahí es cuando debes empezar a preocuparte. Pero el ser humano es un cúmulo de contradicciones, por eso soy un raro normal. No bebo, no fumo, no tengo teléfono móvil: son características raras pero normales. Cuando se lo explico a mis amigos me dicen que eso no es tan raro, que lo raro en mí es leer libros. Yo les digo que hay mucha gente que lee libros, pero ellos me dicen que no hay tanta gente que lea los que yo leo, ni mucho menos tal cantidad. Que lo normal es decir que te gusta leer pero no hacerlo. ¿Y esas estanterías con libros que hay en todas las casas? Son adornos, libros que se han heredado, que te han prestado y no has devuelto, son esos huecos de una casa que se tienen que rellenar con lo que sea. Por eso la gente normal tiene una lectura de verano o de invierno al año, ese súper ventas del que todo el mundo habla y que es imprescindible tener pero no leer. ¿Para qué vas a leer un libro que está destripando todo quisqui? Lo único que tienes que hacer es formarte una opinión sobre él, y elegir un bando: detractor o adulador. Así de simple, eso es lo normal. Lo raro es leerlo, y encima pierdes tiempo. Y cuando los demás te preguntan la opinión sobre el libro, les dices que lo estás leyendo, y te miran con esos ojillos que chillan pobre imbécil, siempre fue un raro.

miércoles, 18 de julio de 2012

El mundo en un verso o reducciones poéticas del universo

Antiguamente se tenía miedo a la expansión del universo. Estabas leyendo sentado en el sofá de tu casa tranquilamente, te quitabas las gafas y las dejabas sobre la mesa que estaba justo al lado del sofá, te restregabas los ojos lentamente, como desperezando tu visión del mundo y, cuando intentabas recuperar las gafas, estaban unos centímetros más lejos, tenías que incorporarte para volvértelas a poner. El universo se había expandido. Hoy en día todo es distinto. La crisis mundial ha generado una serie de recortes que hacen que todo sea más pequeño. Tu sueldo es más pequeño, como la paga de un niño; tus vacaciones más cortas, como las de una mosca canaria (sin salir de tu país y con una hora menos). Tus amistades caben en una pantalla y son de todo el mundo y parte del extranjero. Donde antes dejabas las gafas ahora hay un amigo de Madagascar; en el baño, diez americanos; en la cocina, quince japoneses; a tu lado, un murciano y en el techo, tres madrileños. El universo se encoge debido a los recortes. Ayer era una persona, hoy soy un avatar. De mi cuerpo sólo quedan unas manos que teclean para hablar, para amar, para andar por un mundo reducido, por un universo recortado, sin distancias, por paisajes de fantasía atrapados en fotografías, por sentimientos encapsulados en un vídeo musical, por personalidades hechas de gustos y disgustos, por amores digitales de experiencias virtuales, por odios de comentario, por ecologistas del no. Llaman a la puerta, o tal vez al teléfono; no importa, todo está en mi cabeza que está en mis manos y. a través de una tecla, descuelgo o abro. Así es el universo recortado.

miércoles, 11 de julio de 2012

Silencio: amor y música

Amar sin ver, amar sin oír, amar sin leer, amar sólo con el corazón, sin hacerse preguntas, qué dirán, qué no, amar sin interpretar, amar pensando, amar conociendo. Si el amor es música y la música es silencio, pues eso, amar en silencio.

martes, 10 de julio de 2012

Música para dos

Busco en el aire las notas que me recompongan. Quiero reunir mi banda sonora de vida dispersa, que me cantes al oído una nana que despierta. Descubrir la sinfonía del amor en tu boca. Percutir con caricias jugosas tus nalgas, descubrir tu ritmo vital aposentado en tu pecho, recubrirte de sostenidos besos. Escribir una canción con nuestros cuerpos. Dormir a tu lado, soñar despierto, disfrutar de tus silencios, y cada vez que hagamos el amor un nuevo concierto. Tus manos dos estrofas, tu sexo, el estribillo y nuestro amor aposentado en tus ojos, en su brillo. Mi corazón, tu partitura y el tuyo, mi lectura.

domingo, 8 de julio de 2012

Geranios secos

Las copas de los árboles cimbreadas por el viento parecen comentar el estado de las cosas. Hay un rumor, apenas perceptible, apagado por los chillidos de unos niños que discuten por un balón en la plaza, que asciende lentamente hasta mi terraza. Yo leo y mi perro juega con unos geranios secos. Le observo y veo como los mastica; son sus golosinas, su entretenimiento. Y pienso en qué cosas podrían ser mis geranios secos, mis pequeños placeres. El primero que me viene a la cabeza ocurre cuando me voy a dormir; una vez dentro de la cama y arropado, abrazo la almohada y noto como su frescor me habla. Y me dice que la felicidad consiste en coleccionar estos momentos y que, ahora mismo, en cualquier parte del mundo, hay otra persona abrazando a su almohada y soñando con alguien como yo. Y mi almohada afirma que, a lo mejor, no nos veamos nunca, pero que, por eso, el amor no dejará de existir. Suelto la almohada, salgo de la cama y me voy con mi perro a masticar geranios secos. Primero me mira sorprendido pero luego me sonríe. Vuelvo a la habitación y dejo un puñado de geranios secos encima de la almohada. Y pienso: todos contentos.

martes, 3 de julio de 2012

Cuéntame todo de ti

Quiero saber el nombre de cada una de tus pecas, la ubicación exacta de todos los pensamientos que hay en tu cabeza. Cuéntame tus alegrías y tus tristezas, tus fracasos y tus proezas. Cuéntame lo que de niño querías ser, cuéntame lo que ahora mismo no puedo ver. Cuéntame tu vida, tus sueños, tus plegarias, tus anhelos. Quiero tener la enciclopedia de tus recuerdos, la guía de tus intrigas, el mapa de tu cuerpo. Descúbreme tus escondites, insinúame tus secretos, grábame tus silencios, regálame tus espejos. Y cuando ya esté en tu corazón, expande el universo de tu cuerpo y disfrutemos del amor. Repítemelo todo al oído y me sentiré mejor. Escucha lo que te digo, me gustaría saber si esta noche soñaste conmigo y si hicimos el amor. Quiero saber si disfrutaste tanto como yo. Quiero contarte todo de mí, quiero ser el protagonista de tus recuerdos, quiero ser tus pecas, tus pensamientos, quiero ser tu vida y tus sueños.

domingo, 1 de julio de 2012

Cosas del amor

En algún sitio leí que el amor era un juego de patrañas. Un auto engaño maravilloso; y el desamor, un auto engaño oscuro y tenebroso. La realidad se encontraba justo en el centro, haciendo de frontera. No sé hasta qué punto es esto cierto, pero tampoco puedo asegurar que sea falso. A pesar de todo, personalmente creo en el amor. Puedo amar a personas que no he visto físicamente, personas con las que me comunico por carta o por ordenador, personas que he visto sus sonrisas sólo en fotos. Y el amor va creciendo, alimentándose con mis ilusiones que, curiosamente, tienen sus cimientos en mi imaginación. Y, tal vez, Dios no lo quiera, un día te ves desplazado por una o varias mentiras verdaderas, ¿mentiras verdaderas?, sí, habéis oído bien, así llamo yo a las verdades ocultadas, a las realidades que destruyen mis ilusiones y te ves de pronto sumido en una pausa silenciosa de no entendimiento que, poco a poco, genera enfado que te lleva de la mano al desamor. Pero aquí viene lo mejor, lo más maravilloso del amor: que para amar no es necesario ser correspondido. Y la paz interior abre sus puertas de par en par, mi imaginación sus ilusiones vuelve a generar, y se van agrupando en mi corazón. Y el amor desnutrido se vuelve a alimentar, vuelve a crecer conmigo. Y pienso que lo que se dice amar nadie me lo puede quitar. Así debió ser siempre y así será. Mis ilusiones, mi imaginación y mi amor son mi verdad.