domingo, 31 de marzo de 2024

¿De dónde viene el amor?

No hay nada que venga de nada, que es muy parecido a decir que todo viene de algún sitio, que todas las cosas tiene una causa. Yo quiero saber de dónde viene el amor, el nuestro en concreto. ¿Surge de una necesidad? ¿Es la belleza del otro la que nos engatusa por así decir? He oído que vemos a personas muchas veces y nunca significaron nada, pero un día, sin saber por qué, nos enamoramos, hay algo distinto, las circunstancias son diferentes o tal vez nosotros, que somos seres cambiantes por naturaleza. Hay algo invisible a los ojos que hace que todo sea distinto, como un interruptor que, al accionarlo, ilumina toda le estancia y todo brilla para nosotros. Pero yo creo que el amor viene de otra manera. Hay un germen, una semilla oculta en todo. A veces veo a una persona y pienso, será mi amigo, lo presiento. Y cuando eso ocurre y acierto, son amigos para siempre, y los quiero. Pienso que es el espíritu o el alma la que capta la esencia amorosa futura. Hay un algo que nos embelesa, que nos cautiva y va creciendo con el tiempo y, si las acciones acompañan, el amor crece, pues es regado por todo lo que acontece. Podría decir que el amor viene de las entrañas, y de las estrellas, de otro mundo y del centro de la tierra. Y siempre acertaría, pues el amor es un embrujo, un torbellino que se mezcla y nos envuelve, un cosquilleo permanente, un placer inmenso al verte, al oírte, al sentirte, al pensarte, un gozo sólo de nombrarte. ¿De dónde viene el amor? De todas partes, de tu ombligo, tu sonrisa, de tus gestos, de tus curvas, de tus pezones que me hablan de sensaciones futuras.

El despertar

Se despertó. Estiró brazos y piernas, retiró las sábanas, puso los pies en el suelo. Se miró al espejo mientras se aseaba, buscando reconocerse. Desayunó. Leyó el periódico, oyó la radio, vio la televisión. Todos coincidían. Estaba informado y dispuesto para afrontar el día. Salió a la calle. Nada era igual a las informaciones recibidas. Asustado, creyó que estaba sufriendo una alucinación. Se frotó los ojos. Todo seguía siendo difererente a las informaciones recibidas. Llegó a la conclusión de que le mentían. Se despertó. Procuró fijarse en todos los detalles de lo que veía. Todo había cambiado. Las informaciones recibidas habían caído como las sombras de la caverna. Se despertó, había salido a la luz del día, la verdad se mostraba distinta a como se la habían contado. ¿Por qué mentían? ¿Qué querían conseguir manipulando? ¿No se daría cuenta todo el mundo de que mentían? No, era evidente que no. La información era nuestro modo de vida. Así actuábamos como ellos querían mientras nos mantenían dormidos. Pero se despertó. Aunque debía andar con sigilo. Ya nada sería lo mismo.

sábado, 30 de marzo de 2024

La golondrina

Soy una golondrina que va escanciando endorfinas pues no se venden en la esquina. Flotan en el aire como dulce vitamina, se posan en el agua, las respiras, se cuelan por tu piel activando tu sonrisa. Soy esa golondrina rebelde que va plantando las semillas en la vida de la gente, semillas de alegría, amor, felicidad, que cada uno debe cuidar y regar, alimentar con cariño, con la sonrisa del niño que somos, que fuimos, que seguimos siendo a pesar de los lamentos que van surgiendo por el camino. Vuelo entre nubes y entre sueños, y allí donde hay dolor aparezco y suelto mis endorfinas para que cumplan su cometido y hagan de nuestras vidas un placentero asunto, para estar contigo unos eternos segundos y generar el amor más profundo que haya habido en el mundo. Soy una golondrina que ha generado manada y ahora vamos en bandada revolucionando el mundo, y en cada aleteo soltamos las endorfinas, la gente extiende sus brazos, las absorbe en sus cuerpos desnudos y fornican las personas, las plantas y, como no, las golondrinas que empezaron el asunto. Cuánto amor, vamos, no pierdan un segundo.

Ser instantes de amor

¿Cuánto dura un instante? A veces unos segundos, unos minutos, no sé, no está claro. ¿Y si lo pluralizamos? Esperar unos instantes, instantes de placer. Pero todo es relativo. Nuestra vida es corta si la comparamos con la historia, con el mundo, con la humanidad. Nuestra vida es un instante entonces. Como gotas de lluvia, instantes de vida. Y lo más hermoso de la vida es el amor, por eso quiero ser instante de amor. Juntarme con otros instantes, como gotas que forman un charco, un río que ensancha su caudal, seres de amor con plena conciencia de ser componentes de algo más grande, partícipes del amor que se expande tanto o más que el universo, pues el amor es un poema compuesto de varios versos, multiverso. Hay otros instantes pero están en este, el amor los entrelaza, se fusionan y se expanden. Qué maravilla ser un instante de amor de algo tan grande. No es fácil en este mundo transformarse en sonrisa, ser caricia, volverse beso o verso, hacer del amor multiverso siendo un instante converso, cóncavo o convexo, mejor con beso. Ser instante de amor, y sólo eso.

En el cuerpo

Hermoso y desnudo busco el asidero del espíritu, en las curvas de tu cuerpo, el espíritu es tu contorno, lo que acaricio con placer y con esmero. En la habitación del mundo te veo, sonriendo en la ventana digital. Por las noches tu espíritu analógico aparece a mi lado, recuperamos el tiempo, secuencias de amor soñado se plasman, como es lógico, formando un placer caledioscópico. Un aura dulce surge de cada uno de tus poros, flotando en el espacio y creando mundos sonoros. Unas velas encendidas aparecen formando un camino de tu vera a la mía, es la ruta de nuestros destinos, que se buscan, que se encuentran, que comparten de la vida su alegría. Nuestros cuerpos se contorsionan producto de la emoción, un sentimiento se forma como una seda vaporosa, cubriendo los cuerpos con una esencia de amor, todo sonríe, brilla el placer, arde la noche, surgen estrellas del contacto de nuestras pieles, huele el amanecer ti. Abrazado a ti vuelvo a sentirme vivir.

La sirena

Salí a bucear por la ciudad festiva. El cielo parpadeaba, ahora sol, ahora nubes, luces, sombras, brillos, claroscuros. Se formó un corro en la plaza. Un grupo de sirenas bailaba y mostraba sus encantos. Me acerqué mientras se iban emparejando. Cuando llegué todas las sirenas tenían pareja. No sé por qué pero me quedé. Surgió entre las sombras una sirena con bigote, gordita, peluda, sonriente; dio varias vueltas a mi alrededor, embelesándome con sus bailes. Me dijo algo gracioso al oído, me dio la mano y desaparecimos en las páginas de un libro abierto. El aire movía las páginas. Aquí es, me dijo. Soy la sirena con bigote y juntos vamos a escribir la historia más importante de nuestras vidas. Me acomodé en el párrafo dispuesto a disfrutar de sus encantos, mientras movía sus curvas le dije: como te cimbreas mi hermosa sirena bigotuda. Y por unos instantes desaparecieron todas mis dudas.

jueves, 28 de marzo de 2024

Sin explicación

Somos seres que buscamos el sentido a todo, más que nada a la vida y, posiblemente, tanta explicación no sea más que un constructo apaciguador, porque vivir, sentir sin explicación nos perturba, nos altera. Fijémonos en el amor. Aparece sin darse uno cuenta, nos agita el interior, nos excita sobremanera. Un torbellino que pone la normalidad patas arriba, y la vida de mierda ahora es una vida bella. No hay percance mundial que cambie nuestra sintonía con el ser amado. Nuestro entorno se ha encapsulado, una burbuja nos lleva flotando por donde antes, como todos, íbamos caminando. Dormimos en una nube, surfeamos la vida en la cresta de la ola, somos la espuma de la cima, fragmento de eternidad, orgánico amor, mágico cuerpo hecho flor. Sin explicación a múltiples cambios continuos seguimos guiados por el torbellino. Todo el dolor permanece ahora en el olvido. La vida tiene una nueva fragancia, un sabor a plenitud, a abundancia, cualquier detalle cobra un sentido mágico e inesperado que nos sorprende a diario. Tal vez sea la acitud lo único que ha cambiado, puede que un hado me haya rozado, tal vez un hechizo, un encantamiento, pero por que insisto en explicar este goce, cuando sólo he de disfrutar lo que a mis manos se acerca, el cariño, la caricia, el roce. Sin explicación, amar es el camino, amor es el destino, la función, lo que mi cuerpo pide, lo que mi alma da, la canción que me cantas al despertar.

Genuino beduino

Visto caftán morado bajo gabardina con el forro a rayas. Llevo un sombrero prestado, unos guantes encontrados, de diferente color y tamaño. Zapatos amarillos y cordones coloreados. La moda se fija en mí, me están analizando. No se atreven a copiarme aún, les parezco subversivo, fuera de lo común, no saben si demasiado atrevido o pasado de vueltas, pero, por si acaso, no me pierden de vista. Lo auténtico no tiene cabida si no es sistematizado, no me preocupa lo más mínimo, visto caftán morado. Doy dos pasos y me paro; miro a ambos lados, echo a correr en zigzag y vuelvo andando sobre mis pasos dados. Me siento observado; me siento literalmente en el suelo y observo al observador. El observador observado se molesta, ríe nervioso, me increpa, no le gusta que los demás hagan lo que él hace a los demás. Es el signo de los tiempos. El violador no quiere ser violado, ni el invasor invadido, el ladrón no tolera a los bandidos y el que ofende no quiere ser ofendido. La vulgaridad intolerante ha vuelto a contaminarlo todo. Busco en mi interior un poema, unos versos que diluyan las cadenas circundantes del absurdo intolerante, derretir la viscosa realidad, formar un charco de fantasía, me levanto, me lanzo sin pensármelo dos veces, ni siquiera una, genuino beduino buceando por el limbo de los sueños contenidos en un alma extravagante; ya no soy yo, el yo de antes, aparezco transformado junto a un hado enamorado del genuino beduino que surgió de un charco buceando.

El proceso

Torres de libros al pie de mis estanterías llenas. Frases rondándome en una órbita cercana que intento captar para plasmar en papel o pantalla. La música rebusca en mi cabeza a la par que deja leves ideas espolvoreadas, como plantando la semilla, para un futuro texto que se acerca. No logro entender el proceso, lo veo venir, eso sí, como el humo de un mago que precede a una aparición o desaparición, sabes que nada será lo mismo, que todo cambiará gracias a un desconocido mecanismo que cada equis tiempo se activa provocando esta magia que da vida a unas palabras al reunirlas en un orden inesperado, original, siguiendo las pautas del rito creativo que los hados han decidido cederme y concederme aún no sé por qué aunque a veces lo imagino. Junto las frases como las piezas de un puzzle, un mensaje que ha de ser descifrado por la hermenéutica del mago que aparece, no de una lámpara, si no de las páginas de un libro abierto, saltando de una historia, de una idea, adquiriendo vida propia en un mundo que no es el suyo, viviendo una nueva aventura donde yo sólo veo rutinas, porque siempre son los otros mundos los interesantes y no los nuestros. Es el otro el que me incomoda, el que me da envidia, el que molesta y al que imito. Busco en el libro la fórmula, el rito, todo lo que quiero vivir, lo que sueño, lo que imagino, y lo pongo por escrito.

miércoles, 27 de marzo de 2024

Roma

Igual que todos los caminos llevan a Roma, todas mis historias conducen al mismo sitio, al amor. Puedo empezar hablando de un papagayo o de una locomotora, pero siempre termino hablando del amor. Es el camino, es la esencia, el sentido de la vida, si es que tiene alguno, el motor, el amor es la alegría y la esperanza, el juego que te entretiene, la lectura que te enseña, el silencio que te arropa, el papagayo que te mira desde una locomotora. Al derecho dice Roma y al revés es amor. El amor es la canción que canto en silencio mientras te pienso, el sueño que vivo con un placer intenso, la desnudez del cuerpo, el amor es verte y sentir un cosquilleo, una alegría interna que revoluciona mi cuerpo y, cada uno de mis pelos, ondula levemente, un ligero vaivén, como si una dulce brisa soplase, bailan al son de tus encantos. Tengo visiones, alucinaciones, sueños e imaginaciones y en todas ellas apareces con tu linda sonrisa y enseguida me enterneces y me excitas, y todo en mi vida cambia de repente. Lo que ayer era monótono hoy ha adquirido un nuevo sentido. Si el día nublado me entristecía, hoy parece que me da la vida. Todo es distinto y nada ha cambiado y, desde la locomotora, me sonríe un papagayo.

martes, 26 de marzo de 2024

Magnífico

¿Cómo te encuentras, cómo estás, cuál es tu estado? Lo pensé dos segundos y luego dije: magnífico. Ese es mi estado, soy del estado de magnífico. Porque magnífico es haberte encontrado, celebrar tu amistad, estar enamorado, magnífico es amarte, tan magnífico como el arte. Una auténtica maravilla. Vivo flotando en una nube de chiribitas que se producen al pensar en ti. Cierro los ojos y veo tu sonrisa, más hermosa que un paisaje estelar porque la puedo alcanzar y disfrutar, y lo más magnífico de todo, también besar. Hay muchos temas que tiene sus peros, pero aquí todo es estupendo, porque magnífico me siento y me estoy sintiendo espléndido, al soñarte dormido y también despierto y, con un ojo cerrado y otro abierto, tengo doble sueño. Magnífico, me digo, y se me llena el corazón de contento. ¿Cuánto durará todo esto esto?, me preguntan a diestro y siniestro. Ni lo sé ni me importa, sólo disfruto el momento y lo aprovecho, y lo tatuo en el recuerdo para que quede grabado en la memoria que un hado hizo una vez historia al volver mi estado magnífico.

Empapándome bien

Hoy imaginaba cómo me gustaría que fuera mi relación contigo. No quería buscar un adjetivo, prefería un símil que me produjera la sensación que estoy buscando, que quiero tener. Evidentemente quiero una relación alegre y placentera, que aporte novedad y frescura a la par que calor, seguridad y conocimiento y, sobre todo, mucho amor. ¿Cómo conseguir un símil así? Se paró la música y escuché un ruido. Miré por la ventana, estaba lloviendo. La gente corría con prisa, como si el agua quemase. Chillaban, buscaban cobijo. Pero mis ojos, desde la ventana, se fijaron en la excepción. Una persona bajo la lluvia, quieta, como en plena catarsis, ríos de agua deslizándose sobre su contorno. Y pensé, eso es, así quiero que sea mi relación contigo. Dejar que fluya sobre mí toda tu vida, tus actividades, tus silencios, tus sonrisas, empaparme de ti desde todas las perspectivas posibles. Sentirte en mi flujo sanguíneo pues habitas en mi corazón. Llevarte en mi piel, tu tacto, tus caricias, tus besos. Acumular todos tus sentimientos sobre mí y los míos sobre ti en mi interior, corazón, cabeza, imaginación. Empapándome bien, sí, empapándome bien de ti.

lunes, 25 de marzo de 2024

El zombi

Suena el timbre. Abro la puerta. Ante mí un hombre alto, trajeado, mirada inquisidora pero suave y cierto aire crepuscular en su rostro. Algo me llama la atención en él, pero no sabría especificar qué. Quién es, le pregunto, qué quiere, le digo mientras me sonríe abiertamente. Soy tu zombi filosófico, me dice. Ya decía yo que me resultaba familiar. Idéntico a ti pero sin conciencia. La cosa se pone interesante; como mirarse al espejo, a un espejo sin conciencia. A qué has venido, le digo. Haces muchas preguntas. Es que soy un humano filosófico, estoy lleno de dudas. Pero pasa, no te quedes ahí como un pasmarote. Te voy a hacer algo de cenar y pronto te vas a dormir, que mañana trabajas. No, no trabajo. Sí, empiezas mañana, me vas a sustituir. Bueno, podemos probar. Ya verás, te encantará, mi zombi querido. Qué bien me vas a venir. Le puse un plato de sopa y, mientras se lo tomaba, le preparé su cama y le puse mi despertador. ¿Podemos concluir que la consciencia no depende de las propiedades físicas de lo seres? No sé, pero que vaya a trabajar él.

¿Qué significa hacer las cosas que se hacen?

Trabajar, tener un mes de vacaciones, tomar un roscón de nata el día de reyes y algún que otro día más, celebrar las fiestas programadas por otros, ensuciar la calle el día de nochevieja, cuando vamos al fútbol, en semana santa o, puede, que incluso todo el año. Ir a ver películas que muchos ven, ir a la playa cuando está llena de gente o a conciertos que no cabe un alfiler, en fin, esas cosas. Pero qué significa. Significa ser una pieza del sistema. Si cobras poco y sólo te llega para unas cervezas como consuelo del día o del fin de semana, pues eres un esclavo sin saberlo. No hacen falta latigos para la esclavitud moderna. Vivo en un país donde los gobernantes están todo el rato diciendo que hay una democracia plena, pero, si sales a protestar, te aporrea la policía y, dependiendo cómo sea tu protesta, puedes terminar en la cárcel. Vamos, que mucha libertad no hay, aunque lo parezca. Es una libertad capitalista donde, si tienes dinero, eres libre de comprar muchas cosas. Pero no son cosas que tú quieras, son cosas que han hecho que creas que las necesitas, un teléfono móvil, cambiarlo cada tres meses, un coche, dependiendo cada cuanto lo cambies estás en una clase social u otra, propiedades, vacaciones aquí o allá, dependiendo de la moda del momento. Y todas estas mentiras se han globalizado. La manipulación es mundial y el borreguismo acelerado. Como te salgas de la norma estás perdido. Tienes que salirte de la norma con las formas establecidas: consumiendo las drogas del momento, iniciándote en los rituales de evasion establecidos por el capital, hay tantos que parece que escoges pero no es verdad. Una maquinaria invisible te lleva por donde quiere. Adquieres aficiones, compras libros de auto ayuda y, si te sobra un poco de dinero, vas al psicólogo o a meditación o a yoga o a cualquier chorrada. Cosas que se hacen.

domingo, 24 de marzo de 2024

Corriente interna

Cada día la percibo con más intensidad. No estoy hablando de la sanguínea, aunque pudiera ser que tuviera algo que ver. En el flujo constante de la vida voy absorbiendo cosas, unas me afectan más que otras y, el amor, ha pasado a formar parte de mi corriente interna. Vivo en un eureka constante porque todos los días descubro que el amor aumenta en mi corriente interna. Esto no significa que ame todo lo que hay a mi alrededor ya que ello es imposible, no es viable. Pero siento el amor como una lluvia constante que va calando, poco a poco, cada vez más, aunque también hay agentes perturbadores que entorpecen esta línea constante de absorción del amor. El crecimiento del amor en mi corriente interna hace que me percate antes de los agentes externos, ha agudizado mis sentidos, disminuyendo considerablemente los síntomas agresivos de mis respuestas ante provocaciones y contrariedades y, muchas veces, anticipándome a los problemas minúsculos de la vida diaria, esquivándolos, sorteándolos con la alegría de mi corriente interna.

Cosas que tal vez no te cuente pero deberías saber

Intento utilizar las palabras más hermosas, pero mirarte me seduce, pienso en sexo, en cosas que me gustaría hacerte y que me hicieras, aunque no sé por qué lo expreso así porque el sexo lo haremos los dos. Si te acaricio tú serás acariciado, intervendrán mis manos y tu cuerpo. Tal vez tu cuerpo, tu piel sean los que acarician mis manos. El placer está en la mano que acaricia y en el cuerpo acariciado. Así que ambos son protagonistas. Mis manos se llenan de tus encantos, quieren recordarte en el futuro, porque cada caricia será un recuerdo tuyo, un instante de tu tacto, de tu contacto serán horas de maravillosos recuerdos. Me gusta observarte mientras duermes, intentar buscarme entre tus sueños, abrazarte si te sientes inquieto, sentir cerca tu calor, tu respiración, el perfume embriagador que tu piel desprende. Quiero sorprender a tus ojos cuando se abran, para ver los últimos instantes de tus sueños aún vivos en tus retinas. Quiero que te duermas arropado por mis caricias, que busques instintivamente mi contacto durante el sueño. Saborear tus labios al despertar, remolonear un rato más en la cama contigo, ver el nacimiento de tu primera sonrisa del día y también la última, ser partícipe de cada instante de tu alegría.

sábado, 23 de marzo de 2024

¿Cómo te encuentras hoy?

Cuando me despierto me doy cuenta de que vengo buscándome desde el último sueño. Me levanto de la cama y, antes de poner los pies en el suelo, me ubico: planeta tierra, ir a trabajar, preparar el desayuno, lavarme, cosas que tengo que hacer. Voy mandándome mensajes y no precisamente en el orden que he dado. Encender el ordenador mientras desayuno, mirar el correo, chatear tal vez, curiosear un poco hasta que se haga la hora de irme. Pedaleando hasta el trabajo, haga calor, frío, llueva o me frene una ventolera típica de mi tierra. ¿Que cómo me encuentro hoy? Difícil buscarme, casi no hay tiempo para pensar. Llego al trabajo. Los mismos comentarios absurdos, saludos, discusiones, chistes, de todo un poco, todo mezclado y en poco tiempo. Trabajo. Ducha y bici. De vuelta en casa. Ordenar un poco, hacer la comida y hacer planes para la tarde. Puede que una siesta sea inevitable, depende del cansancio. Leo, me busco entre las líneas, entre los párrafos, busco el detonante para poder escribir algo. Una frase, un verso, un tema para desarrollar, un conocerme un poquito más. ¿Cómo te encuentras hoy? Como casi siempre, perdido, agobiado, riéndome solo delante del espejo del ascensor, hablando con la vecina de cosas intrascendentes de importancia. Hoy me encuentro como si fuera un marciano perdido en una tierra extraña, en un planeta desconocido, en un mundo al que he sido enviado por error. Hoy me encuentro, tal vez, en una época que no es la mía, en un país que no me gusta, en una sociedad que dista mucho de mis preferencias. ¿Cómo te encuentras hoy? Diferente, distinto, enamorado. Hoy sigue todo igual pero todo ha cambiado.

No me acostumbro

A que me vendan mentiras como si fueran noticias. A que me digan en el trabajo que, si nos exprimen más cada día, es por nuestro bien. No me acostumbro al capitalismo que lo ha invadido todo, a que nos vendan el aire que respiramos, a que comercien con el agua, a que me cobren varias veces por un médico o por un medicamento. No me acostumbro a los genocidios, a las violaciones, a las manipulaciones constantes, a los que las difunden en los bares, en la calle o en las redes. No, no me acostumbro, a pesar de que sea cotidiano. No me acostumbro a las religiones que permiten los abusos de niños, a los dioses que te obligan a matar, a los pueblos elegidos, no me acostumbro a las razas ni a que existan oprimidos. Ni siquiera me acostumbro al amor, porque el amor es tan maravilloso que me soprende a diario, el amor es revolucionario a la par que necesario. No me acostumbro a ese afán de competir por todo, lo que debemos hacer es cooperar si queremos el mundo cambiar. La lucha sigue, en todo, cada día porque, si te despistas, te arrebatan lo conquistado. No me acostumbro a votar por inercia, a que nos mientan en campaña, a que nos digan que lo que prometieron no se puede cumplir o que ahora no es el momento. No, no me acostumbro.

viernes, 22 de marzo de 2024

Patria diseminada

La patria es un concepto vago, abstracto, denostado. Hoy pensaba en la mía, en si la tenía, en dónde estaba. He llegado a la conclusión de que mi patria está diseminada. Porque la patria es algo que uno ama y, como tengo grandes amigos esparcidos por el mundo, mi patria está diseminada. También hay trozos de patria invisibles, son pensamientos y recuerdos, personas que sólo habitan el recuerdo, que duermen en la memoria, que forman parte de nuestra historia y, en mi caso, de mi patria. Mi madre es la capital. También hay pedazos de patria escritos en papel, poemas, relatos, novelas que me han hecho feliz, que he releído, porque uno siempre vuelve a su patria. Hay varios idiomas en la patria mía, hay calor y frío, al mismo tiempo, hay futuro feliz y muchos paseos. La patria diseminada descoloca al inexperto. Cuando voy de viaje siempre encuentro un lugar que es mi patria, una zona que amo, un espacio que me acoge, un entorno que me ama pues sabe que yo pertenezco a ese pedazo. La patria diseminada abarca múltiples campos: auditivos, visuales, espirituales y mentales. Una ocurrencia divertida, una melodía que engatusa y provoca el baile instintivo, un paisaje evocador, un sueño contigo, unas páginas de un libro que provocan movimientos espasmódicos de mi ombligo. Mi patria es tu sonrisa, el abrazo del amigo, un poema que me enciende, un relato que me deja pensativo, una ilusión, un sueño cumplido, estar contigo.

jueves, 21 de marzo de 2024

Mariposas con poemas tatuados en sus alas

Revolotean entre mis pensamientos que se han materializado en este enamoramiento que me envuelve y me desnuda, que me deja el alma ardiendo de tanto que estoy sintiendo al ver estos lindos versos revoloteando mi mundo, alterando mi sangre, revolucionando mi vida, haciendo que todo lo soñado se plasme en este mismo instante. Mariposas que escancian versos a los más necesitados, a los enamorados, a los que en vilo sueñan con lo imposible, a los niños humanos calvos y avejentados, mariposas aleteando sus poemas tatuados. Versos vivos que se cruzan y generan nuevos poemas en un día caleidocóspico versado. Con rima, sin rima, soneto o pareado, verso libre enamorado, verso revolucionado, poema que no ha sido escrito, poema que una mariposa se llevó volando, te lo enseñó un segundo, un aleteo, un parpadeo, un nuevo mundo volando, un sueño por descifrar, una vida para descifrarlo.

¿Damos amor?

El amor nos es dado, no sabemos de dónde viene ni por qué, pero ahí está, sigiloso entre la niebla, escondido en la brisa mañanera, encapsulado en una gota de sudor de esta futura primavera. El amor que surge de nuestras entrañas entró ahí primero por cierto tipo de magia, a través del aire que respiramos un día, del influjo hechizador de tu mirada, llegó hacia mí en una de tus sonrisas, en un sueño lleno de maravillas, cada vez que gesticulas, cada vez que me piensas, cuando me hablas, cuando me miras y quizá también cuando tan sólo me imaginas. El amor es el polen de las almas enamoradas, va saltando de flor en flor, llenando nuestro entorno de fragancias, de belleza enamorada, de mariposas con poemas tatuados en sus alas. Damos el amor que recibimos y supimos captar en el momento adecuado. El amor es el néctar que libamos, ambrosía de tu corazón que hasta mí ha llegado y, en un proceso natural orgánico-mágico lo transformo en el amor que ahora te estoy dando. La vida es el amor que estamos disfrutando, de cerca, de lejos, en palabras y en versos, con miradas y labios juntados creando besos que desprenden chiribitas de amor en el ambiente y se contagia el universo. Damos amor que recibimos porque el amor nos es dado, es el regalo del mundo para quien ha sabido captarlo.

miércoles, 20 de marzo de 2024

Roncar placenteramente

Como un oso satisfecho, esa es mi meta, con mi cara en tu pecho, y mi sonrisa brincando con tu palpitar, como si, aun dormido, esuviera riéndome de felicidad. Roncar al unísono, cuerpos entrelazados y, mis brazos, intentando abarcar toda tu extensión, mientras disfrutamos de ronquidos rítmicos en una dulce canción. Unos buscan oro, otros fama, y yo ronquidos junto a tu cama. Que tipo más simple, dicen algunos mientras ronco a pierna suelta o, mejor, entrelazada a la persona amada. Dulce es la vida sencilla, comida, sexo y una buena roncada. ¿Hay algo mejor que soñar desnudo, vestido solo con la piel de quien más quieres en el mundo? Despertar después de una buena roncada, seguir tumbados retozando, roncando despiertos, riendo, sin hablar o hablando, pero siempre roncando placenteramente junto al ser al que no mientes pues es tu gran sueño regalado. Esa es mi meta, mi cara en tu pecho y ambos roncando.

Rojo

Como ciertos amaneceres. Rojo es nuestra palabra en clave secreta dentro de la revolución del amor. Rojo somos tú y yo, el mundo que deseamos, la sandía dulce y fresca que tanto nos gusta y que representa y exige la libertad para el pueblo palestino. La sangre es roja porque roja es la vida, y la sangre azul es toda mentira. Rojo es un planeta enorme, casi tan grande como nuestro amor. Rojo es el santo y seña, la contraseña, el oráculo revolucionario, la palabra mágica del hechicero, rojo es el fuego, la amapola, la rosa, la esencia profunda de cualquier cosa. Hay todo un mundo en rojo y tanto, pero tanto amor, que me sonrojo. Hay demonios rojos en una orgía divina y manzanas rojas en la cocina. Está por todas partes, inunda el arte, está en la música y en la literatura, está en el aire. Ahora cuando escuches rojo se activará el protocolo del acto revolucionario amatorio. Comenzará la danza del apareamiento que será todo sentimiento. Cuatro letras, dos sílabas, dos mundos que forman un universo: poemático, pictórico, amatoriamente hiperbólico: rojo.

Sin atajos

Siempre nos han dicho que es mejor llegar antes, no perder el tiempo, buscar el atajo perfecto para todo, para ascender en la vida, para buscar el amor... Pero ¿qué hacemos con el tiempo que hemos ganado, buscar otro atajo más rápido? La vida es el camino y, si buscamos atajos, reducimos la vida. Los atajos me recuerdan a los hombres grises que habitaban en Momo, la novela de Ende, que se dedicaban a robar el tiempo a la gente. Por eso no me gustan los atajos para nada y mucho menos para el amor. La prisa es la dueña del atajo y, juntos, quieren formar un complot contra todo bicho viviente. El atajo odia los rodeos, la meditación, la vida tranquila, el juego seductor del amante, las cartas de amor, el lenguaje de los abanicos seductores. El atajo quiere ir al grano, no perder tiempo, empezar por lo último, que se acabe cuanto antes y volver a empezar otra vez, y deprisa, por el final. Es el ratón corriendo en la rueda, ya no sabes por qué haces lo que haces pero lo haces; y el ratón se hace borrego, y el mundo está lleno de ellos. Por eso hay que evitar los atajos, perderse en los bosques, ir a Roma en la dirección opuesta porque todos los caminos te llevarán allí pero por el camino está la aventura del vivir que es un sentir constante, un estar presente en este mundo cambiante, un amar lento pero embriagante, un camino inmenso, sin atajos.

martes, 19 de marzo de 2024

El acontecimiento

Ese algo que ocurre de repente. No sabes cómo ha pasado pero ha ocurrido, se ha producido una grieta en la normalidad, la rutina ha sido rasgada y, en ese corte, se han introducido unas pinzas que han separado ambos lados y ha surgido el acontecimiento. Es como un parto del mundo, el nacimiento de unas circunstancias. La vida te escupe sus consecuencias, te contesta, te dice: pues ahora pasa esto, asúmelo. A lo largo de nuestra existencia habrá varios acontecimientos. No me refiero a los sociales o históricos, sino a los personales. Aunque a veces pueden coincidir ambas cosas. Un acontecimiento sería estar en la playa tranquilamente, sin mucha gente, con algunos amigos y, cuando decides meterte en el agua, nadie te acompaña. Dejas que el fin de una ola moje tus pies y te parece que el agua está fría. No sabes por qué pero te agachas, agarras la ola antes de que se vaya, la levantas y, justo debajo hay una ruedecita que giras hacia la derecha y piensas, ya está, he subido un poco la temperatura. Sueltas la ola y dejas que venga la siguiente que, cuando roza tus pies, efectivamente compruebas en tu piel que la temperatura ha subido. Vuelves a donde están tus amigos y les cuentas lo sucedido. Te miran sorprendidos y se echan a reír. Otro acontecimiento más que pasará desapercibido para el resto del mundo.

El bigote

Me desperté temprano. Esta frase no significa nada si no añado algo más. Normalmente me levanto a las cinco y cuarto de la mañana, así que temprano serán entre dos y cuatro de la mañana. Lo dejo ahí porque la exactitud ni viene a cuento ni tiene importancia. Era uno de esos días en que, sin saber por qué, uno cambia sus rutinas, como cuando te vas de viaje, o te casas o hay algún acontecimiento en tu vida que no es nada habitual. Me puse a leer sin haber desayunado o, por lo menos, lo intenté, pero justo cuando estaba abriendo el libro llamaron a la puerta. ¿Quién podría ser a estas horas? Mire por la mirilla de la puerta y no vi nada. ¿Habrán llamado de verdad o lo habré soñado?, pensé. Sin pensarlo abrí la puerta y ahí estaba: un bigote dando pequeños saltitos en el suelo. Me hizo gracia la escena así que debía de estar soñando. Doblé mis piernas y me quedé en cuclillas, estiré el brazo con la palma de la mano derecha abierta y el bigote, de un salto, se aposentó en mi mano. Vamos a formar un buen equipo, me dijo. Asentí con un ligero movimiento de cejas. Fui acercando la mano con el bigote hacia mi rostro. Había cierta atracción inexplicable. De repente, como si fuese un imán, el bigote se pegó en mi frente. Ese no es un buen sitio, le dije. Bajó hasta mi nariz y él mismo se dio cuenta de que no era un lugar muy estético. Se dejó caer y se plantó justo encima de mi labio superior, mirando de reojo las fosas nasales. Creo que me quedaré aquí, dijo. Me parece bien, contesté.

lunes, 18 de marzo de 2024

Dos vidas

Una sistemática y otra creativa. Trabajar para vivir y vivir para crear. Una por la mañana y otra por la tarde. La tarde se alarga con la imaginación y el amor, pero las mañanas te golpean con rutina y sin sentido, con desorganizada organización que sólo tiene certezas pero ninguna respuesta. En las dos vidas llevo mi mochila de dudas y el mismo cuerpo. Pero como siempre que hay dos vidas, una le va comiendo terreno a la otra, y a veces pienso por la mañana en el amor y por la tarde en el trabajo. No se pueden mantener en compartimentos estancos. Se van fusionando o, lo que es peor, hay invasiones de una vida en otra. Pero en el trabajo no se puede ser creativo, no les gusta, no lo toleran, quieren que seas monótono, que cumplas con tu rutina, que obedezcas, pero la jerarquía laboral es intolerable, tienes que hacer caso a cualquier idiota que se siente superior a ti y, cuando descubre que no lo es, se encabrita. Así que por la mañana me hago el tonto, es más llevadero, la gente se siente medio feliz mirándote por encima del hombro, aunque es un sentimiento ficticio, les gusta, o eso parece. Menos mal que las tardes me liberan de tanta idiotez matutina. Un fondo musical permanente, una pequeña siesta a veces, lecturas, pequeños momentos creativos, navegación internáutica, visiones e ilusiones que se entremezclan, ideas que se escapan y otras que se quedan. Luego la noche, el sueño, todo lo mezcla, batiburrillo nocturno, festival onírico. Dos vidas, una prefabricada y otra deseada.

domingo, 17 de marzo de 2024

El amor vivido

Me sostiene, me mantiene erguido, me hace caminar, pensar que, un día, estarás conmigo. El amor vivido es el pasado, es el amor materno, el amor de niños que jugaban sin saber que todo era un infierno. Pero el pasado nunca termina, a veces vuelve, a veces está a la vuelta de la esquina, con un paquete, con un regalo que, cuando lo abres, visualizas el amor futuro, las personas que quieres al lado tuyo. Los tiempos son todos uno, porque el presente que es este instante, se compone del amor vivido, del soñado, del amor que aún no ha llegado y del que está ahora conmigo, rondándome como un fantasma que me acaricia el ombligo. El amor vivido es la puerta que se abrió para mostrarme el camino, el aperitivo de la vida, el anuncio revolucionario de un nuevo mundo, la brasa encendida de un fuego iracundo que no responde a razones, que quiere ser domado por ilusiones, brasa que abrasa y abraza, que calienta nuestros corazones. Hay un horizonte en cada beso que pienso, un lecho en cada verso que escribo, una ilusión diferente que en el fondo es la misma, estar contigo.

Los siameses

Uno era de un país, el otro de uno distinto. ¿Cómo podía ser posible? Nacieron separados pero los juntó un hado o tal vez fue el destino que propició todo para juntar esos caminos. Pero la verdad es que fue el amor el único pegamento, la unión de tallo y flor, de nube y cielo, de una mirada linda y una sonrisa de caramelo. Nada los puede separar, ni siquiera la distancia, pues están unidos por el cuerpo, por la mente y por el corazón, unidos por el pensamiento y la imaginación, unidos en los sueños y también en la añoranza. Sus pechos se juntaron al darse un abrazo y un vínculo invisible creó una vía que unió corazón y corazón por donde los sentimientos fluyen en plena armonía al ritmo de una palpitación en estéreo. Los siameses, uno con más edad que el otro, pero eso no importa pues viven en un mundo sin tiempo, en una locura artística efervescente, siendo los niños que fueron, siendo niños siempre. Emociones compartidas los unen más todavía. Los siameses pasean por la vida sintiendo que nada termina; todo es comienzo, todo es un lienzo, todo es un escrito que empieza y genera siempre más vida, más vidas, más alegrías compartidas, un futuro unido al amor más puro: al tuyo.

sábado, 16 de marzo de 2024

Todas las almas que habitan un alma

Son también todos los cuerpos que, desde el principio de los tiempos, han existido para intentar más o menos lo mismo: conocerse a sí mismos, fabricar un sentido, encontrar un camino a un destino complicado como la verdad. Siento mi alma como un mosaico compuesto por partículas de almas pertenecientes a cuerpos de hace millones de años y también a cuerpos que aún están por nacer. Todo el universo en un alma. Como las luces parpadeantes de una discoteca, una luz interior insinúa durante breves instantes, como a fogonazos, las vidas anteriores, las existencias futuras. He de mantener la calma, pues todas las almas en una perturban al inexperto, lo contrarían, lo inducen a la locura. Puede que esa locura sea el camino de la verdad, el destino que aparace y desaparece, que se muestra, que te espera y por eso nos agarramos a la rutina con fuerza. La normalidad aburre pero parece segura, sin embargo, la locura requiere muchos conocimientos si queremos entenderla. Cuando la gente no sabe de qué estoy hablando me llaman loco, esa es su forma de arreglarlo todo, de esconderse de la verdad, de parapetarse en su costumbre rutinaria, de decir no a las sorpresas que todo lo cambian. Y así es el amor, una sorpresa diaria, una constante locura, un vaivén, un zigzagueo, un pulular de sentimientos en un espacio muy pequeño llamado corazón inmenso.

viernes, 15 de marzo de 2024

Supuestamente

Somos cuerpos con alma o tal vez espíritu, o puede que esas dos cosas, alma y espíritu, sean lo mismo. La mente no parece tener un sitio fijo en el cuerpo, los pensamientos flotan, las ideas son invisibles, parecen estar en otro mundo. Incluso nosotros mismos nos salimos de nuestro cuerpo con mucha facilidad. Da la sensación, o eso dicen algunos, que somos seres pensantes, el cuerpo sería como un medio de transporte, con un aire acondicionado placentero que denominamos sexo que, por cierto, muchas veces no nos deja pensar con claridad y, ese sexo, no sólo está en la entrepierna sino que también habita la cabeza, el cerebro, la mente. Así que somos seres pensantes fusionados a un coche-cuerpo, a una nave corporal orgánica bastante rudimentaria a veces. Y todos los extras que parecen ir con nosotros, la mente, la conciencia, el yo, el espíritu, el alma, si no los hemos construido nosotros por puro aburrimiento a lo largo de la historia de la humanidad, puede que solo sean un auto engaño más o quizá un descubrimiento, algo que perdurará más allá de nuestros cuerpos, tal vez como parte de una conciencia colectiva o de un cielo de almas cándidas o de un averno divertido de espíritus trasnochados. Supuestamente somos seres pensantes que no sabemos exactamente qué somos aunque intuimos qué nos gustaría ser: seres que aman y son amados, aprendices de buscadores de felicidad, alegres artistas de la vida soñada.

La puerta está abierta

Parece que no hay nadie pero está muy concurrido. Todas mis lecturas han dejado sus posos, todas las personas queridas firmaron con su huella, toda la sabiduría materna permanece intacta, eterna. La puerta está abierta, acomódate, las paredes te ofrecen lectura, la lectura compañía, la compañía calor, conocimiento, sabiduría y, la sabiduría, te enseña a reconocer el amor, a sentirte mejor, te da pie al momento creativo, donde las almas se unen en un soplo divino y una brisa musical atraviesa la puerta abierta, entra y recorre e inunda la estancia creando ambiente propicio para generar el arte compartido. Un dibujo en la pared desciende hasta el suelo buscando un texto que se forma en una tormenta de libros, letras que son gotas, charcos que se hacen párrafos y el conocimiento ignoto que se descubre al complementarse con el dibujo que descendió hace poco. La puerta está abierta. Las estancias separadas por cortinas que son páginas que se van rellenando con la revolución del amor, con las vidas amando en la escuela libre del tiempo. Estáte atento, la puerta está abierta, alguien te está esperando, entre dos líneas, tumbado en un confortable verso, en los pelos de un pincel, pintándose en este preciso momento.

jueves, 14 de marzo de 2024

La satisfacción más grande

Siempre albergue dudas. De joven creía en el hedonismo, pensaba que ciertos placeres serían la satisfacción más grande, pero luego me di cuenta que la satisfacción se alarga en el tiempo así que no puede ser un placer momentáneo. La calma y la armonía fueron ganando terreno a la excitación. La satisfacción más grande tenía que abarcar múltiples facetas y, sobre todo, tener un ingrediente esencial, el amor. Por eso amando conseguiría esa satisfacción. Pero el amor tiene, muchas veces, aunque no necesariamente, un componente de ida y vuelta. Podemos amar sin ser correspondidos, como ocurre habitualmente con el deseo. La satisfacción más grande sería leer un libro que nos dejara en un estado de armonía y buen humor, que nos ayudara a vivir mejor, que un mar de alegría nos inundara al terminarlo, que pudiéramos releerlo. Pero esta satisfacción no se ciñe exclusivamente a un libro. La satisfacción más grande es sentirse querido por las personas que amas. Pueden estar vivas o muertas, de ahí que la satisfacción te la pueda dar un libro de un autor que lleva siglos criando malvas. O una sinfonía que te envuelve, que te lleva en volandas. O tal vez un amigo que te mira como nadie te ha mirado, que te escucha incluso en silencio, que lo sueñas y te sueña, que habitas en su pensamiento y él es el protagonista de los tuyos. La satisfacción más grande es el amigo querido, el amigo que te quiere, el sentimiento compartido.

Lo absurdo

Siempre hemos creído, o más bien nos han hecho creer, como la mayoría de veces, que el absurdo de la vida, el hecho de que no haya un sentido a pesar de que nos esforcemos en buscarlo, puede llegar a ser algo deprimente. Pero si lo piensas bien es totalmente al contrario. La falta de sentido nos hace buscar a cada uno nuestro sentido particular y, muchas veces, el verdadero sentido es no buscar ninguno, simplemente vivir. ¿Y cómo vivir? Yo lo tengo claro: amando. Porque amar no tiene sentido, es el sinsentido que le da sentido a la vida. Uno puede amar algo sin haberlo visto físicamente, como los dioses; sin conocerlo personalmente, como a los ídolos. Y a mí me ocurre lo mismo con muchos amigos. No los he visto físicamente sino a través de una pantalla y tampoco los conozco personalmente sino a través de textos, audiciones e imágenes. Este hecho insólito a la par que absurdo me incita a amarlos. He adquirido una habilidad con el tiempo que me deja ver más allá de lo superficial. Digitalmente podemos mostrar una cara amable, un mundo idílico, pero siempre hay ciertos detalles que nos delatan: una mirada, un gesto, cierta repetición de tal o cual actitud, la persistencia en algo, los temas que tratamos, de qué hablamos, qué mostramos y, por tanto, qué ocultamos. Enseguida puedo ver quién se muestra como realmente es, quién utiliza perfumes digitales, quién se barniza, quién oculta qué y, a veces, hasta por qué. Y todo esto sólo me sirve para conocerme a mí mismo, para saber a dónde voy, con quién quiero ir y encontrar el sentido que tanto buscaba.

miércoles, 13 de marzo de 2024

Los besos

Nos dimos tantos besos. Al principio era la novedad, romper el hielo, conocerse a besos, dejar a las lenguas bailar su baile húmedo y lento. Todo fue en aumento. Nos dimos tantos besos que los labios se agrietaron, apareció esa espumilla en la comisura de los labios, la piel se rompía y era doloroso tener los labios juntos y también separados. Después de millones de besos nos dimos cuenta que los besos no eran suficiente, queríamos más. Añadimos humor a nuestro amor y también mucho diálogo. Pasábamos ratos en silencio, leyendo, escribiendo, pintando, pero juntos, como nadando en un mismo lago invisible de aire. Y comenzamos a darnos besos con las manos, parecían caricias pero no lo eran, juntábamos dos dedos y dábamos ligeros pellizcos en el cuerpo del otro con la mayor de las delicadezas, como pequeñas pinceladas en los poros, nos besábamos con los dedos. Después nos besamos también con el pensamiento, nos quedábamos en silencio, mirándonos, estremeciéndonos de amor, en pleno éxtasis místico, llevando nuestro amor a una nueva dimensión. Hicimos el amor en silencio, lentamente, luego salvajemente, gemíamos en estéreo, dormíamos abrazados y, al despertar, casi sin haber abierto los ojos, nos dimos otro beso.

Experiencias extracorporales

La separación entre mi organismo y mi mente se hace efectiva. Sale mi mente disparada dejando al cuerpo atolondrado, durmiendo o en las Batuecas, nuestra Babia nacional. Pero esto no tiene nada de anormal, lo raro es que mi mente llega a su destino y, en su experiencia extracorporal, se materializa, se hace física, como si adquiriera un cuerpo nuevo. Por eso llego hacia ti, estés donde estés, atravieso mares, continentes y lo que haga falta para llegar hasta ti. Cada noche me materializo en tu lecho, te beso, acaricio tu pecho, nos amamos en una noche ardiente, una experiencia extracorporal fenomenal. Tú te despertarás mañana creyendo que todo ha sido un sueño, pero en las arrugas de tus sábanas está la forma de mi cuerpo, en tus labios mi sabor y, en tu cuerpo, mi calor, el tacto dulce de mis dedos recorriendo todos tus senderos y, tus pezones, aún húmedos y erectos, llenos de mis lametones. te despertarás con mis besos en tu cuello y con la increíble sensación de amor eterno al llevarme en todos tus pensamientos.

martes, 12 de marzo de 2024

El hechicero

Fui a verlo con intención de hacerle una consulta pero no me dejó hablar. Sólo dijo mírame y no hables. Comenzó a correr a todas partes, sin sentido, sin dirección fija, tirando las cosas al suelo, completamente agitado, sudoroso, con la respiración acelerada; el concepto de prisa había adquirido la forma humana. Lo dejó todo revuelto, no había nada en su sitio, solamente yo seguía sentado en la misma silla, algo nervioso también pues nada entendía. Se detuvo y, lentamente, se sentó en el suelo. Estuvo así diez minutos, respirando, con los ojos cerrados. Se quitó la ropa y se duchó con calma. Poco a poco fue colocando las cosas en su sitio, con cuidado, restaurando más que el orden la armonía. Una sonrisa apareció en su rostro y mis nervios se habían evaporado. Bebimos agua mirando por la ventana, contemplando el paisaje, el sol se escondía en el horizonte y la noche nacía. Antes de terminar el agua el cielo estaba lleno de estrellas. Me miró y dijo: ¿he respondido a tu pregunta?

lunes, 11 de marzo de 2024

Mundo de muertos que respiran

Es extraño el mundo que habito, un nuevo mundo de muertos que respiran. Antes estuve en un mundo de vivos que no vivían, de gente manipulada que sólo comía rutina. Empecé hablando con retratos de muertos que seguían respirando, que escuchaban y contestaban susurrando. Después fueron libros, bibliotecas enteras de muertos que respiran sigo frecuentando. Ahora los sueños que habito me mantienen en contacto. Pero ¿qué es estar muerto o vivo, acaso no es lo mismo? Hay filósofos que llevan siglos muertos y siguen hablando conmigo y vecinos vivos que nunca he visto. Hay personas que veo a diario y son sólo parte de un decorado. Hay personas que nunca he visto y siempre están a mi lado. Es extraño el mundo que habito, donde la eternidad puede ser un ratito, un instante que no termina, que perdura en el recuerdo, que cambia con la vida. Ser eterno es olvidarse de todo menos de un único verso, nuestro tesoro, que repetimos para mantenernos con vida, para no olvidar la alegría de ese instante que no termina. Puede que lleve siglos muerto y ahora haya alguien repitiendo mi vida con ese único verso eterno, fugaz, que todos los demás olvidan.

No sé por qué insisto

El amor no puede ser contado pero no sé por qué insisto, no puedo remediar el intentarlo. Soy tan feliz amando que quiero que se extienda por el mundo, proclamándolo a diario, pero cómo empiezo a contarlo, ¿con una flecha de Cupido que me ha atravesado? Menudo relato manido, voy a seguir buscando, porque en este amor no hay flechas, ni fechas, en este amor hay vida, hay pureza, hay un sueño que se transforma en verdad, una brisa que es caricia, hay miradas en silencio que dicen más que las palabras. El amor no puede ser contado porque ha de ser vivido, tiene que atravesarnos, llegar al alma, cambiarlo todo, alegría, dicha, excitación y calma. El amor es la desnudez elegante de un cuerpo sin miedo, la sonrisa tímida que se vuelve beso, el comienzo de una caricia que no termina, que es siempre comienzo, el amor es el viento jugando con tu pelo y yo viéndolo.

Tu mirada es el paisaje

Tu mirada es el paisaje a la vida, donde descubro el horizonte del amor, el amanecer de un beso, de nuestro primer beso, la historia de una torpe caricia que llegó a ser infinita, tu cuerpo es mi cuerpo y, todo esto, se muestra en tu mirada exclusivamente para mí. Bajo a tu sonrisa, como si de una escalera se tratase, bajo al peldaño de la risa, a la vía de escape del humor y la alegría. Dulces tus labios se arquean y, la lengua, con un par de pasadas rápidas, los humedece y brillan, incitandándome al beso, ese beso que me pide el corazón y también el deseo, tus labios me lo ofrecen con incipiente pasión de aquí te espero. Otro escalón más y estoy en tu cuello. Lo huelo, lo lamo, le estampo unos besos y caigo rodando a tu pecho, tan lindo, tan cómodo, que me dejo llevar por los brazos de Morfeo. Los sueños más dulces me abordan mientras acaricias mi pelo, mi rostro, mi hombro, mi espalda hasta que abro los ojos y encuentro tu mirada de nuevo. Sopla el viento, las ramas de los árboles danzan en el cielo, me adentro en tu mirada y alcanzo a ver de los pájaros el vuelo. No me sueltes, te digo, abrázame, cuánto te quiero.

domingo, 10 de marzo de 2024

Fascinación

Sumido en un periodo de fascinación absoluta, me miro en el espejo y te veo a ti. Mis curvas son tus curvas, en mis ojos tu mirada, tu pelo ondulado envuelve mi cabeza. Fascinado me tienes, eres como un hado amado que en volandas me sostiene. Veo tu pecho en la almohada a la que abrazo cada noche y la suavidad de tu presencia, la ternura de tu contacto, esa sonrisa estupenda, las caricias que me doy siento que tú me las estás dando, fascinado por el embrujo de tu encanto me encamino a los brazos de Morfeo y, cuando en el sueño entro, me encuentro con todos tus besos que me arropan, que me visten, que me cuentan tus secretos. Despierto completamente fascinado, en la fascinación estoy viviendo, y te amo, y te sueño y, como no podría ser de otra manera, eres el protagonista de mis pensamientos. Busco las palabras más bellas para decírtelas pero, cuando te veo, cualquier palabra dirigida a ti parece hermosa, pues entran en el campo gravitatorio de la fascinación en la que me encuentro. Mis manos sueñan con acariciar tu cuerpo, mis besos salen volando al encuentro de tus labios y, los abrazos más intensos te los doy durmiendo porque la fascinación produce allí nuestros encuentros, en todos los sueños que tengo. Y ahora que voy hacia ti, ahora que siento tus brazos que rodean mi cuerpo, ahora que tus labios en mi boca crean besos, creo que sigo durmiendo, que todo es un sueño y me digo, pues ya no despierto.

La nave sintiente

Estoy en el interior de mi cerebro a los mandos de la nave sintiente, a los mandos de mi cuerpo. No puedo asegurar que siempre tenga el control o que siempre pueda dirigir esos mandos a mi antojo. A veces la nave sintiente actúa por libre y, más tarde, no puedo hacer otra cosa que alegrarme o arrepentirme; casi siempre suele ser lo último. A veces digo, voy a escribir, y dirijo mi mano hacia un bolígrafo. Otra veces no digo nada y mi mano se va a la entrepierna, como buscando consuelo, o tal vez, algo de calor. Después vuelvo a tomar el control y la retiro, podría haber extraños mirando y, la nave sintiente, se recalentaría a la altura de la cara, y aparecería cierto arrebol de vergüenza que me descoloca bastante y paraliza los mandos durante unos segundos. Pero cuando verdaderamente los mandos van por libre es cuando la nave sintiente se enamora. Se dirige a sitios insospechados, hace cosas no habituales, huele flores más de lo habitual y esboza una sonrisa permanente que, muchas veces, desconcierta a la alteridad. Pero lo peor de todo es el beso enamorado. Todo se mueve aceleradamente, pierdes el control de la nave, resbalas y caes, llegas a un tobogán húmedo que se está entrelazando a otro tobogán, lenguas que se enroscan durante minutos y, cuando vuelves a tener el control, cuando tienes otra vez acceso a los mandos, adviertes que estás en otra nave, en la nave equivocada, en la nave que enamora a tu nave enamorada.

El inventor

Igual que tenemos un niño en nuestro interior que debemos dejar salir, mantenerlo con vida, escucharle, también tenemos un inventor. Todos debemos ser inventores de nosotros mismos. Inventor, sí, pero no farsante o mentiroso. Por eso es necesario un previo autoconocimiento para poder inventar la personalidad o las formas ideales para mi personalidad. En ese inventarse a uno mismo está el descubrir nuestras limitaciones verdaderas, y destruir las limitaciones impuestas por la sociedad o por uno mismo y nuestra educación. El inventor que hay en cada uno de nosotros tiene que servir de guía en la vida, es el corredor que salta en una carrera de obstáculos, el que se las ingenia para dar un rodeo, atravesar o saltar ese obstáculo, dependiendo de la situación inventa la mejor manera posible y que está a nuestro alcance. Y algunas veces el inventor inventa la posibilidad, y me refiero a cada vez que tenemos un sueño que, en primera instancia, nos parece imposible. El inventor, con muy pocos materiales, o con los que tiene a su alcance, creará su invento. Y como un cocinero, tiene sus salsas preferidas y sus ingredientes mágico sorpresivos, y el inventor que hay en mí tiene el mejor ingrediente: amor.

sábado, 9 de marzo de 2024

Alguien que lee

Justo en este instante está teniendo una aventura, ahora mismo está conociendo el amor a través de unos versos que se graban en su retina y se dejan caer, como en un tobogán, hasta su corazón donde sedimentaran una historia futura que, posiblemente, termine siendo otra lectura. Alguien que lee me observa sin verme, me ve entre líneas, me conoce sin saber quién soy, pues comparto varias características del protagonista de la historia que está entrando en su memoria. Otro alguien y otro más, una comunidad lectora, donde diferentes mundos se conectan, unos riman, otros ríen y otros lloran. Una muda gratificación envuelve la atmósfera, hay personajes que van saltando de historia en historia, otros dan vueltas como en una noria. Alguien lee y se divierte, sonríe, ríe, explota en una carcajada, ahora la risa es fuerte, llora de alegría por una vida de fantasía, por una historia inventada, por un hada madrina que a la vuelta de la esquina deja un libro abierto por una página donde puede leerse claramente: alguien lee.

El amor como semilla

Me he propuesto a mí mismo una labor existencial de vital importancia: a través de todos mis actos intentaré sembrar amor allá donde pueda, iré dejando semillas de amor para que, en un futuro próximo, la revolución del amor sea inevitable y poderosa. Por eso pienso en versos, escribo cosas nuevas que voy dejando en los buzones que salen a mi encuentro. Con un rotulador indeleble dejo mensajes en lugares inhóspitos pero transitables, mensajes de ternura incipiente, para empezar a generar ambiente, para regarlos y que crezcan y se ramifiquen, y la ternura llegue a todos los rincones del barrio. Canto canciones de amor en el autobús, como si estuviera escuchando la radio y la canción me subyugara tanto que provocara en mi boca su canto. Acaricio el aire allá donde voy, lanzo besos al espacio, abrazo nuevas teorías y estrambóticas prácticas como dibujar corazones rojos en las luces verdes de los semáforos. Voy regalando sonrisas incluso cuando me aborda el llanto. Leo en voz alta poesía amorosa y juguetona en los parques y jardines, en los ascensores y en las colas de los cines. Regalo flores a unos señores tristes, hago muecas a un niño que llora y le cuento unos chistes a una señora. El amor como semilla, se mire por donde se mire, es una maravilla.

viernes, 8 de marzo de 2024

El lector

Leo en la página en blanco todos mis sueños. La realidad no escrita, el futuro vivido una y mil veces, la historia sin tiempo, todas las fantasías que me corren por dentro, que fluyen por mi sangre y también por mis pensamientos. No paro de leer ni durmiendo. Mi almohada es un libro abierto y, ahora, quiero leer tambien tu cuerpo. Escribiré con mi tacto mil historias y un lamento para leerlos en todo momento. Haré diferentes versiones, escribiré canciones para que me las susurre tu voz en pleno invierno. Leeré todas tus historias, con los ojos, con las manos, a besos, con caricias premonitorias que anticiparán siempre futuras nuevas historias. Leo en el cielo con calma la fusión de nuestras almas, la aventura de nuestro amor, nuestra vida estrafalaria. Leo en una obra de arte que jamás podré olvidarte. Leo y releo tus besos, con mis labios y tu lengua, donde están todos mis secretos y todos tus deseos impresos. Leo porque leyendo se multiplica todo lo que estoy sintiendo, lo que seré, lo que dejé de serlo, lo que nunca fui y la posibilidad de serlo.

Pegado a ti

Me siento, hermanado, como formando parte de tu cuerpo. Pegado a ti, nuestras almas entrelazadas, adheridas, tus palabras provocan siempre mi alegría. Pegados, sí, como si fuéramos una sola vida, absorbo tu ternura, la digiero, entra en mí, se aposenta en mis tuétanos, soy feliz. Camino con otra mirada por la vida desde que sé que estoy pegado a ti. Tal vez ahora vea con tus ojos o sea el corazón el que me da la visión por eso veo con deleite todo lo que tu pasión me ofrece. Pegado a ti en el sentimiento, pegado a ti en el pensamiento, una nueva forma de sentir estoy sintiendo y, mi pensamiento, cooperante, ya no es como el de antes. Todo ha sufrido una metamorfosis, el mundo ha perdido una capa de oscuridad gracias a tu luz que me da el conocimiento necesario para hacerme revolucionario y disfrutar del amor en un nuevo estadio. Pegado a ti quiero estar, nuestras pieles en contacto, mis manos descubriendo todos tus rincones y, las tuyas, pintando un cuadro en cada uno de mis poros. Pegado a ti quiero vivir igual como lo estoy soñando.

Formas de interrupción

Son las que busco a diario. Interrumpir el sistema, no como evasión, o, por lo menos, no exclusivamente. Interrumpir la monotonía de la vida, con una buena lectura, escribiendo un pequeño texto transformador, haciendo y compartiendo el arte, cooperando con amigos en busca del amor auténtico, reduciendo la rutina a su mínima expresión. Haciendo una comunidad amoroso artística en esta revolución del amor en la que tenemos que zambullirnos. Interrumpir la prisa con meditación y calma, interrumpir el consumismo sin sentido con el sosiego y el placer de la lectura que nos transforma y nos transporta a una nueva era, a un nuevo mundo, a una nueva forma de vivir con actos más profundos. Interrumpir el tráfico, interrumpir la discusión, interrumpir la tormenta con una sonrisa, con un baile alegre que dinamiza nuestra vida en común, interrumpir el capitalismo, el ego, el ser uno mismo, interrumpir al individuo para formar un grupo compenetrado del que somos una ínfima parte. Ser un grano de amor en la conciencia del mundo e interrumpirlo todo por un segundo.

miércoles, 6 de marzo de 2024

Lo que nos pasa

¿Somos lo que nos pasa? Un accidente constante, improbabilidades esporádicas insertadas en una rutina prefabricada que, supuestamente, hemos elegido para fluir con el mundo que criticamos a diario porque no nos gusta aunque a veces nos maraville. Yo soy el que soy, pero soy también el compañero que me critica, el jefe que me putea, el desconocido que me acosa en las redes sociales hasta que me harta y lo bloqueo, las personas que me agradecen mi existencia, soy tantas cosas que a veces creo que nada está pasando y, por tanto, nada soy. Soy la prisa que me encorre, la pereza que me engatusa, las ganas que me invaden, el absurdo que me envuelve, una parte minúscula de un planeta que se auto destruye, un átomo en el capitalismo que agoniza y bombardea, soy destrucción, soy marea, soy una mosca en un planeta de mierda, y revoloteo, atolondrada en mis tres días de fiesta, de vida, y no sé nada aunque me dé ínfulas de saber de todo. Lo que me pasa es algo así y también el amor. Soy un ser que ama porque el amor me descubre la vida que no estaba, la vida soñada. El amor es la improbabilidad esporádica insertada.

Las personas que fui

A veces me sorprenden los reencuentros con personas que hace años que no veía. Ellos recuerdan a otra persona. Si hace diez años que no te veían, esa década no cuenta para ellos y, en una década, tú ya eres otra persona. Puede que ya no bebas alcohol, ni fumes, e incluso que folles poco, por lo menos no tanto como antes; es lo que tiene la edad. Puede que, incluso, ahora estudies y, hace diez años, ni siquiera trabajabas. Tal vez ahora estés soltero o tenga dos parejas y seis hijos, diez años dan para mucho. Uno no percibe sus propios cambios, siempre son los demás los que los ven. Por eso los reencuentros sorprenden. Yo a veces me sorpendo porque los demás no han cambiado nada y eso hace que te veas a ti mismo como un estúpido. Los recuerdos también te muestran las personas que fuiste. Una carta, un regalo, un libro que desentierras con una dedicatoria que no entiendes, un poema que te parece escrito por un idiota y ves que lleva tu firma, otro texto que te asombra, con la misma firma pero con trazos desquiciados, lo lees y no sabes ubicarlo en tu vida porque el único recuerdo que queda es ese texto. Un niño en una extraña pose en una foto que te mira con desparpajo, el mismo niño que se esconde en tu interior, agazapado, esperando su oportunidad para salir, para jugar un rato, para seguir soñando.

martes, 5 de marzo de 2024

La realidad sostenida

A veces todo se hace inaguantable, incluso teniendo esporádicos momentos de felicidad construida con esfuerzo y mucha imaginación. La realidad nos supera y la evasión nos espera a la vuelta de la esquina con nuestra dosis diaria de auto engaño. Pero un día descubres el amor. Al principio titubeas, no sabes si creértelo, no sabes si sentirte mejor, pero la semilla del amor va creciendo, tanto y, sin apenas darte cuenta, hay una estructura, un armazón que sostiene todo tu mundo, toda tu realidad sotenida por el amor. Y lo que antes era inaguantable se ha transformado en amor a la realidad, como si la actitud ante la vida fuera reversible, todo lo insoportable ahora es encomiable, somos el faro de nosostros mismos y, gracias al amor, nos conocemos mejor. Los enfados duran menos y la tristeza se mitiga antes pues el amor nos transformó en gigantes.

Soy tu poema

Para que me leas, no con miradas furtivas y altaneras sino con caricias, para que provoques mis albricias y yo te devuelva la alegría con estos versos cada día, para que sueñes que el verso es un beso, para que rimen mis manos con tu cuerpo. Soy tu poema de cabecera, y tú eres lector y metáfora, amor, anáfora porque soy tu poema. Mis versos te desnudan, un pareado y estoy a tu lado, es la magia de las palabras y el hechizo que conllevan, la dulzura que contienen la voy a escanciar a tu vera. Pronúnciame o léeme en silencio, hacia ti camino lento, un paso con cada sílaba, un sueño con cada verso. Vístete con mis rimas pero vístete por dentro pues desnudo quiero verte para recitarte mis besos, revelarte lo esencial, que la vida es un misterio y el amor que te regalo romperá mi cautiverio. Soy tu poema de amor que, con rima o sin ella, apaciguará tu dolor y, tal vez, si descubres el sentido quieres estar conmigo y compartir el amor y, así, seremos poema los dos.

Arte natural

Poesía entre beso y beso, un poema con besos en vez de versos. Una pintura en el lienzo de tu cuerpo y los pinceles, mis dedos. Dibujar con mis labios los sentimientos que tengo en la piel que te envuelve. Juntar los aromas esenciales y hacerlos fenomenales. El arte natural hecho con caricias, con susurros que riman, con besos que pintan la vida con tinta invisible que permanecerá en el recuerdo del amor, en la memoria del corazón. El arte natural de quererte estés donde estés, de amarte sin que tengas que corresponder, porque así es el arte, a veces se entiende y, otras, no se puede entender, sólo se disfruta, se vive, se aprecia lo bello que hay en él. Las yemas de mis dedos en tu piel descubrieron un tesoro y dejaron otro: descubrí tu magnífica desnudez y entre tus poros dejé escrito el amor que guardaba desde niño esperando encontrar a quien se lo pudiera ofrecer. Ahora tu cuerpo es una doble obra de arte, de arte natural que brilla y refulge al desnudarte. Mis dedos han aquirido un nuevo tono, la sabiduría de haber escrito sobre el amor en el propio amor y de la mejor manera posible, con el tacto que perdurará en tu piel, el recuerdo con sabor a miel que en tu corazón aguarda más arte natural para sentirte plenamente vivo, para volver a estar conmigo.

lunes, 4 de marzo de 2024

La siesta

De vez en cuando celebro el ritual de la siesta. Dos bostezos, me quito las gafas con las manos y los zapatos con los pies. Aliso la cama deshecha y me tumbo boca arriba vestido. Me tapo con mi manta de colores y cierro los ojos. Mis manos frías comienzan a recibir el calor de la manta, el calor del amante, tu calor. Noto el peso de tu cuerpo sobre mí como si fuera una pluma de amor. Sé que mis labios sonríen porque así lo estoy imaginando. Apenas me muevo pero estoy volando. Tus labios buscan mi boca. No sé cuánto tiempo ha pasado. Me despierto con tu sabor en mis labios húmedos, con los mofletes colorados y calientes, con cierto sofoco placentero, embriagado de ti. Me quito la manta despacio y, a pesar de la ropa, me siento desnudo. Hace un rato que tengo los ojos abiertos pero sigo al lado tuyo.

Voy a tocarte

Estés donde estés, voy a tocarte. Te llevo en el pensamiento y en el corazón, pero no es suficiente. Sé que vas a leer o escuchar estas palabras y yo, siempre que las dirijo a ti, las lleno de amor, he decidido ponerle dedos a las palabras. Así, cuando las escuches o leas, notarás el contacto, sentirás mi tacto, cada letra, cada sílaba, será un pequeño roce y, también, un bonito goce. Forma parte de mi idiosincrasia inventarme la vida, sentirla como la crea mi fantasía. Por eso imagina cualquiera de estas palabras que lees, ponla encima de tu piel, siente las yemas de mis dedos, ponte todo el texto encima de tu sexo. Hoy voy a tocarte con los dedos de las palabras, con las caricias de la idea, con besos de mi conciencia. No va a ser un placer virtual sino fenomenal. Vamos a crear una nueva forma de relación con palabras llenas de amor, con dedos en las palabras y, si todo funciona, añadiremos labios y todo lo que haga falta. Hoy voy a tocarte mientras me lees. Notarás mi caricia de dentro a afuera y de afuera a dentro. Puedo ver como lo estás sintiendo. Todas mis palabras por tu cuerpo y tú gimiendo sumido en un climax inusual y placentero.

domingo, 3 de marzo de 2024

Dependencia

El mundo es maravilloso y las nuevas tecnologías nos ayudan a conectarnos con él. Puedo hablar con amigos que están a miles de kilómetros, tener clases de filosofía, congelar alimentos y mantenerlos más tiempo en condiciones para ser ingeridos, oír música, leer analógica y digitalmente y muchas otras cosas. Pero hemos generado un grado de dependencia absoluta a la energía, a la luz, a la corriente eléctrica. Una obra en la calle, una tormenta, cualquier percance urbano echa por tierra ese mundo maravilloso. Se va la luz. Los alimentos se descongelan, acaban pudriéndose si no los consumes, ya sabemos que no es recomendable volver a congelar lo descongelado; tus conexiones con el mundo se pierden en una milésima de segundo y, si vives solo, no puedes hablar con nadie, ni siquiera con tu reflejo en un espejo, pues no hay luz y no ves nada, ni una miaja; tu clase de filosofía se ha ido a tomar viento; sin música y sin lectura, sólo oyes a gente quejándose en la calle, algunos gritos de personas que no saben qué hacer pues el hilo que les mantenía conectados a la vida ha desaparecido. Pero en estos momentos oscuros, sin todavía percatarse de ello, se está generando nueva vida. Dentro de nueve meses tendremos la prueba de ello. La vida futura pende y depende de un hilo de luz, la muerte también. De la oscuridad sale la vida y hacia la luz nos dirijimos.

La abducción

Estaba siendo una tarde tranquila, un café, diferentes lecturas, remendar un calcetín y ocurrió lo que llevaba imaginando desde niño: la abducción. No fue un ovni, fue un libro. Todo a mi alrededor adquirió un halo de pureza, de blancura: estaba encima de la página en blanco. ¿Qué hacer? Saqué un bolígrafo y decidí optar por lo soñado. Eliminé las distancias con mi amor, reuní a todos mis amigos, volví a darle la vida a mi madre, a mi hermana y a mi perro. Todo iba sobre ruedas, era una fiesta continua. Iba llenando páginas con una alegría constante que crecía exponencialmente, página a página. Conversaciones con mi madre, paseos con mi perro, teníamos tanto de que hablar. Sin darnos cuenta las páginas se consumían, ya quedaban muy pocas y una misteriosa angustia comenzó a impregnar el ambiente. Nadie decía nada pero todos lo notábamos. La felicidad cuesta mucho encontrarla y, por lo visto, termina antes de que te quieras dar cuenta. Muy pocas páginas quedaban en blanco y si las rellenaba se terminaría esta felicidad. Todos parecían haberlo asumido, el fin tenía que llegar. Nos abrazamos, nos dimos besos, mi perro ladraba, algo presentía. Los miré a todos sonriendo y dije: podemos quedarnos aquí, para siempre. Sus miradas cuestionaban mi última frase, me di la vuelta, lancé el bolígrafo fuera del libro y nos quedamos todos a tres páginas del final.

¿Te imaginas?

Dicen que la memoria es hija de la imaginación, por eso tal vez tergiversamos los recuerdos, los moldeamos, limamos asperezas, los elaboramos en un tiempo posterior, cada vez que acuden a nosotros, dulcificamos los buenos recuerdos y exageramos los malos, sobre todo si tenemos tendencia a la victimización. Pero puede que los recuerdos estén vivos, de ahí su cambio constante, que, tal vez, no exista el tiempo, por eso el pasado retorna algo cambiado, como un viajero que vuelve al cabo de unos años. ¿Quién no ha tenido alguna vez la sensación de vivir el futuro? ¿Quién, al visitar un lugar por primera vez, no ha experimentado la sensación de haberlo conocido antes, de estar viviendo lo que ahora vive, como si tuvieras varias vidas en el recuerdo? Puede que imaginar no sea tan fantasioso o falso como parece. Tal vez el hecho de imaginar sea de las cosas más reales de la existencia. Dicen que imaginando se creó la ciencia. Puede que los sueños sean el embrión de una vida futura que se está construyendo mientras la estamos imaginando.

sábado, 2 de marzo de 2024

La catarsis

Hablar contigo se ha convertido en un auténtico ritual de purificación. Las impurezas del día que se habían ido acumulando desaparecen. Me recargo de energía, tu ternura me da la vida. La catarsis opera en todos mis sentidos. Un placer inigualable recorre mi interior, tu voz me acaricia. Las palabras pronunciadas adquieren todo su significado que se plasma a mi lado, el amor que contienen forma una nube que me envuelve, me arropa y me sostiene. El mundo entra en una perfecta armonía que me alegra todo el día. Una calma placentera que sosiega, un mundo onírico que se acerca a mi mente despierta, todo lo extraño cobra sentido, no hay explicación pero está todo entendido. Mi alma se libera. Hablar contigo me transforma, ya no soy el que era. A un palmo del suelo voy levitando transportado por el susurro de tu canto. La catarsis ha concluido, nadie sabe como ha sido, tu voz ya se ha apagado, pero yo te sigo escuchando, y, estés donde estés, estoy siempre contigo.

Mito

El entorno intenta matar los pájaros de mi cabeza. Por megafonía se escucha: por favor, depósite sus pies sobre la tierra. La rutina me agarra silenciosamente y me lleva de aquí para allá como un monigote, a empujones de realidad social inaguantables. En todos los establecimientos hay traficantes de apariencias. Los sueños se acumulan en mi cabeza. Busco una grieta para evadirme del sistema. Voy a crear mi propio mito. Me regocijo, solo un poco, un poquito. Acudo a mi cita con el amor en el pensamiento; labios y ojos sonríen, y un estremecimiento placentero me recorre por entero. Leo y escribo, me informo de las novedades de mis amigos, disfruto con sus logros y sus amoríos. Compartimos amistad, amor, arte y vida en todas y ninguna parte. Pienso en la vida, en el ser, en el amor, en la búsqueda de la felicidad, en cómo superar el dolor. Voy a recorrer el mundo en un sólo segundo, escribiré mis aventuras, cumpliré mis deseos más profundos, visitaré a mis amigos, daré salsa, sabor, esencia a todos los actos que exijan mi presencia, terminaré todos los libros que hay en mi cabeza. Voy a dejar un mundo distinto, cuidaré de la naturaleza, seguiré sus consejos, compartiré lo poco que sé y aprenderé mucho de cualquiera. Ya estoy flotando otra vez. Voy hacia ti, me dirijo a tu vera.