viernes, 23 de diciembre de 2011

Mi primer solo de flauta

Que nadie piense que se trata de mi primera paja, o pensarlo pero cometeréis un error. La flauta es travesera, el solo está en medio de una canción del coro voluntario del conservatorio, cantada en la iglesia de Santa Isabel de Portugal, en Zaragoza, y la canción está en medio del concierto navideño de este año. Cuando llegó el momento tan deseado, por el que tanto habíamos ensayado, en pocos segundos, se acumularon las sensaciones en mi cabeza, en mi corazón, generándome unos nervios que corrían por mis venas que vibraban en mi interior. Las pulsaciones se aceleraron, había varios tiempos: pasado mezclado, presente confuso, futuro próximo acercándose a zancadas, el de mis pulsaciones y el de la partitura. Empecé a tocar teniendo hambre, sed, ganas de miccionar, de evaporarme. Y, de pronto, pensé, ya ha llegado el día, estoy tocando, lo estoy haciendo bien, pero a parte de hambre y sed y de lo otro, me falta aire, la cabeza me va a explotar, noto como hierve, me acelero, son solo dieciocho compases que parecen no acabar nunca... La gente aplaudió, aún la sigo oyendo, saludo igual que saludé en su momento, sentí vergüenza, me felicitaron. Aún no me lo creo. ¿Es esto ser feliz? Creo que sí.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Sandunguero

Aún no estamos en invierno, pero como todo el mundo sabe, los trenes se retrasan y el frío se adelanta. Y para vencerlo estoy acurrucado en casa, con un libro en las manos, al que mi hermano llama tocho incomprensible que no sirve ni para calzar mesas, escuchando una música cálida que en realidad no calienta, sino que deleita, pero como hoy en día estamos más que acostumbrados a cambiarle el nombre a todo y nos quedamos tan anchos, me arropo con la canción aunque no sirva de nada. Suena el timbre, abro la puerta y es mi madre muerta. Pero Mamá, esto, no puede ser, qué haces aquí, si tú estás muerta. Hijo mío, que sandunguero eres; déjate de milongas y dame un beso, que sólo he venido a saludarte y a felicitarte las fiestas. Le doy un beso y cuando lo más normal sería que me despertase de un sueño, resulta que no estoy dormido y, claro está, tampoco es mi madre, sino un testigo de Jehová que, como no sabe cuál será mi siguiente reacción, sale corriendo escaleras abajo. Qué sandunguero, pienso. Voy corriendo a la escalera, me asomo por el hueco y grito: Feliz Navidad Mamá. Por si acaso.

lunes, 12 de diciembre de 2011

A cuadros

El otro día acompañé a mi padre a su misa diaria. Al salir de la iglesia se me acercó un niño y me dijo 'Dios no existe'. '¿Y tú cómo lo sabes' le contesté preguntando, 'porque me lo ha dicho él'. Me quedé a cuadros. Desde entonces estoy pensando en ello. Tal vez el niño tenga razón, en estos temas, en los importantes, casi siempre la suelen tener. Dios está ahí pero no existe, porque no tiene una existencia como la nuestra o como la propiedad, que ambas parecen ser efímeras. Parece ser que Dios está en todas partes pero en ninguna en concreto. La frase 'Dios no existe' le deja a uno intranquilo, pero cuando te la dice el propio Dios, te tranquiliza bastante. Está ahí, pero no existe. ¿Cómo es posible? Pues porque se trata de Dios, y para él no hay imposibles. Y el niño lo sabía. Ahora también lo sé yo. Pero, ¿y cuando me muera y deje de existir, seré yo también Dios? Me voy corriendo a preguntárselo al niño.
Pero, un momento, ¿será el niño Dios?
Feliz Navidad a todos.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Nebuloso diciembre

A unos pocos días de la Navidad el frío se intensifica y las nubes descienden atraídas por las luces que, en esta época de crisis perpetua, están tardando más en encenderse. Una crisis económica que el nebuloso diciembre no parece entender, ni yo tampoco. Porque en este mes donde el amor renace y se multiplica para extenderse por todo el año, las familias se reúnen para abrazarse y disfrutar de grandes comidas en la misma mesa, donde disputas y rencillas se transforman en turrón y peladillas, y el Gran Banco del Amor Mundial regala sus acciones en dulces porciones, en buenas relaciones, y los problemas no se olvidan, pero se aparcan a un lado, para dejar paso a nuestro hado que, con su sonrisa, nos ilumina el camino a seguir en la vida en este nebuloso diciembre. Por eso, queridos amigos, yo no quiero felicitaros un día, yo quiero felicitaros la vida.

martes, 22 de noviembre de 2011

Musaraña de alma peluda

Estoy en mi habitación escuchando música, pensando que mi vida es una gran musaraña que desconozco a pesar de tenerla delante. Observo la habitación; está desordenada, como mi vida. Mi habitación es la musaraña que vivo, llena de libros, discos, revistas, partituras, cachivaches varios, algo que se mueve encima de la cama, ¡Dios mío, qué será! Uf, es mi perro Néstor, que no sólo es mi perro, también es mi alma, que va por libre, que deja al cuerpo leyendo o tocando la flauta, mientras ella, mi querida alma peluda, investiga por la musaraña de mi vida desordenada que, varios amigos, en la distancia, alegran a diario con sus palabras. La felicidad se asoma por una ventana internáutica, los sueños toman forma, mi alma peluda me distrae con una pelota y yo, que puede que sea un idiota, amo esta musaraña de vida desordenada y, aunque nada espero, sé que hay alguien que me ama.
Estoy en mi habitación escuchando música. Mi alma peluda me mira, sonrío, porque entre tanto desorden descubro a la felicidad escondida en estos dulces momentos del día a día.
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sábado, 22 de octubre de 2011

Sí claro...

Como Chucho afirma en una de sus canciones, no estoy creando, estoy descubriendo. Mi habitación está llena de conocimientos, recuerdos y una personalidad que he de ir transmitiendo al resto de habitaciones anquilosadas en un quiero y no puedo, o no sé porque no me acuerdo. Veo que estoy tumbado en la cama, las paredes se desvanecen con un parpadeo y despego. Siento decirlo así, pero así es como lo siento: es la hostia. Floto en una inmensidad de la materia que nos compone: nada. Y veo lo que siempre nos estamos ocultando: la verdad. Es profundamente jodida, pero si sabe sobrellevar, aporta sólo beneficios. Se me ocurre mirar hacia abajo y veo habitaciones de gente afín, a fin de cuentas, no podía ser de otra manera. Los que pueden verme me miran con envidia, el hecho de ir más arriba, no sé por qué, les desorienta y reconcome. La cantidad es lo que prima. Tener más, de lo que sea, pero que sea material, vendible por supuesto, y por el nuestro. Dejo de mirar y las paredes se reconstruyen como los pedos, como si nada hubiera ocurrido, peo dejando un tufillo a no sé qué. Estoy creando, luego os digo el qué.

sábado, 8 de octubre de 2011

La alquimia en tus manos

Aprovecha la oferta del día: recolecta tus deseos, los verdaderos, los importantes, los que darías la vida por ellos o que por lo menos lo dices aunque no sea cierto. Ponlos delante de ti, mírate en un espejo, pero no pienses que no puedes, que es tarde o que eres viejo, mírate a los ojos, mira dentro de ellos y no dejes de pensar en tus deseos. Estas a punto de entrar en fantasía, pero sólo es un reflejo, es el sueño, el anhelo, la fantasía lo que está invadiendo tu realidad. Pon todos tus esfuerzos, tu amor y tu consuelo rodeando esos deseos. Lánzate a su consecución, proyéctate hacia ellos, con el esfuerzo de la hormiga, de poco en poco, de miga en miga, acumula conocimiento, técnica o lo que te haga falta y, el día menos pensado, verás tu deseo realizado. Ahora mira tus manos, están llenas de futuro. Haz que tu corazón lo transforme en presente y tu cabeza en pasado, en recuerdos que contar, anécdotas que compartir. El amor que has recibido pronto habrá que repartir.
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domingo, 25 de septiembre de 2011

Visión perruna

Hoy, sin ir más lejos, he tenido una. Esta semana murió el vecino de al lado, un anciano de costumbres metódicas al que mi perro ladraba cuando salía al balcón hasta que se habituó a sus salidas. Hace varios días que ha muerto, sus familiares vaciaron el piso ayer y recogieron sus últimas cosas. Hace un rato estaba jugando con el perro en la terraza, el balón le encanta y jugamos al fútbol perruno, donde se pueden usar manos, pies, patas y boca. Le encanta este juego. Pero hoy a mitad de partido se ha parado, ha dejado el balón y ha mirado al balcón del vecino como si el viejo estuviera allí, yo no daba crédito, mi reacción era insolvente total, y él seguía mirando con la misma intensidad que lo hacía cuando el viejo vivía y salía la balcón. Se ha puesto a dos patas y a gemido levemente, ese gemido de cuestionamiento que tiene mi perro, que se pregunta y te pregunta a la vez, que te pide ayuda, que te dice, pero no estás viendo que el viejo sigue ahí, yo lo noto, ¿es que no lo notas tú? Y sí, por un momento he creído verlo, pero enseguida he meneado la cabeza para sacar esa visión de inmediato de mi realidad. Después la he querido recuperar, pero el viejo ya se había ido a freír espárragos o puñetas, o su ectoplasma había izado el vuelo, o lo que quieran que hagan los espíritus, y mi perro ha vuelto a coger el balón con sus dientes para reanudar el partido como si nada hubiera ocurrido. Hace varios días que murió el viejo, pero mi perro me ha demostrado que sigue allí, observándonos. Es el público de nuestros encuentros. Nosotros solo somos testigos de sus apariciones. Mi perro marcó un gol y el viejo aplaudió. Da cierto repelús jugar con el perro, pero ya lo superaré. O no.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Marciano amable

Un objeto volador identificado por mí, ovi para los amigos, se quedó parado flotando a mi lado con una sonrisa en sus luces y el último disco de Lenny Kravitz a todo trapo. Alguien bajó el volumen de la música y dijo: hola, somos martianos, venimos del martes, y queríamos ver como era la gente del jueves. No sé por qué entendía todo lo que me decían, sería, a lo mejor, porque me estaban hablando en español, aunque aún conservo alguna duda, en salmuera, por supuesto. Les pregunté si habían venido a invadirnos, pero dijeron que sólo estaban de paso Es más, nunca habían invadido nada ni habían atemorizado a nadie. Dios mío, por qué tenemos que estar tan equivocados los jueves en la tierra, y los miércoles, y toda la semana, y toda la gente. Me contestaron con una sonrisa de aquí te espero con la que me di por satisfecho. Los marcianos, y en concreto estos, los marcianos martianos son un trozo de pan. Les pregunté si estaban más avanzados que nosotros, y me dijeron que eso no era muy difícil, aunque tampoco era lo más importante. Les pregunté qué era lo más importante y volvieron a subir el volumen de la música. Hace varios días que se fueron y todavía puedo escuchar a Lenny. Es verdaderamente increíble, aunque, también es verdad, que hace más de un mes que me compré el disco. Desde entonces, desde el día del avistamiento, sigo viendo ovis por todas partes. Mi padre los llama moscas.

domingo, 18 de septiembre de 2011

La vida es dura para las amebas on Twitpic

La vida es dura para las amebas on Twitpic
La nueva novela de J.P. Weling la puedes encontrar en la web de pasionporloslibros http://issuu.com/pasionporloslibros/docs/la_vida_es_dura_para_las_amebas/1

viernes, 16 de septiembre de 2011

Maneras de escribir

A la hora de escribir no pienso en qué dirán, pienso en la vida. Porque la escritura, involuntariamente o no, me crea, como diría aquel, forma mi circunstancia, a medida que escribo me voy construyendo. Ya no soy el que era hace dos líneas, e incluso en esta misma línea en la que me encuentro, no tengo la menor idea de dónde voy a ir a parar. En cualquier momento todo puede cambiar y, de repente, volver al mismo lugar. Así es la vida, como una rotonda, como los tumbos que voy dando, los rodeos a los que os someto, entras por un lado y, si te despistas, sales por el mismo. ¿Para qué has ido entonces? ¿Por qué vivimos? Las rotondas de la vida son los ciclos del retorno, eterno o no, pero siempre vuelve. A la hora de escribir no pienso en qué dirán, pienso en la vida. ¿Adónde me llevará mi pluma? Adonde escriba. Ella dirige, ella domina, ella es la que crea mi vida. Cada palabra es un pálpito, una sacudida, un trozo de línea discontinua en esta carretera narrada, donde las frases te crean a ti y a mi de la nada. Porque esa vida que crees vivir, si no está escrita, no es nada. Las ideas se pierden, los recuerdos se borran y, de pronto, aparecen de nuevo en cualquier rotonda, en la página en blanco se plasman ahora. A la hora de escribir pienso en la vida, digan lo que digan.

viernes, 26 de agosto de 2011

Caramelo gigante

Es la sensación del momento. Gracias al cariño extremo de mi perro me siento como un caramelo con patas. Está todo el día chupándome. Últimamente hasta creo que estoy bueno. Pero he descubierto que me engaña, porque cuando no me chupa a mí, chupa a mi padre. Así que compartimos la misma casa, un perro y sus dos caramelos humanos. Y la vida sigue, chupa que te chupa. El perro ha ido creciendo y nosotros menguando. Y, como ocurre con los caramelos húmedos, un día nos rozamos mi padre y yo en el pasillo y nos quedamos pegados, aunque adquirimos un tamaño considerable, parecíamos casi una persona, pero con nombre de lubricante, dos en uno, o de herramienta mágica, como un mechero bolígrafo, dos funciones en un pequeño aparato, sólo que nosotros somos dos sabores para mi perro, fresa y nata, carne madura y pellejo de anciano, y el perro chupa que te chupa. Y por eso, ahora, termino de escribir este texto desde el interior de mi perro. Dentro de pocos segundos comenzará correr detrás de una perra en celo, así que debo cerrar el portátil y abrocharme el cinturón de seguridad. Y la vida sigue, chupa que te chupa.

lunes, 22 de agosto de 2011

Extraño

Diferente, distinto, raro, extraño. De todo me han llamado. Recapacito delante del espejo, observando lo que nunca veo, yo mismo, observándome; no hay nada raro, aún soy como me recuerdo: calvo, listo, guapo, maravillosamente feo, un tonto tierno. Eso depende del momento, de si hay o no sexo, de si sigue existiendo, de si sólo queda ya un mecanismo incierto. No hay nada raro, sigo observando lo que soy y nunca veo, y pienso. Se pierde mi mirada en el espejo, río por un momento, profundizo en el reflejo, pienso más, noto cierto goteo, en mis mejillas frescor, lágrimas que se van corriendo, tengo miedo, no sé quién soy, creo ver lo que no veo. Una gran luz, una sombra, un parpadeo, creo que soy yo, qué extraño, no me lo creo. Soy mi propio extranjero.

martes, 26 de julio de 2011

Quién va a coserme las alas

Quién lamerá mis lágrimas con sus yemas de amor, quién ofrecerá su tiempo para calmar mi dolor, quién me colmará de caricias con su mirada y, en mis sueños, coserá mis alas para volar al amor y sintetizar nuestras almas. Dónde encontrar el quién, cómo saberlo, qué hacer con mis alas deshilachadas. Y en un sueño profundo donde la oscuridad impera noto un brillo que se acerca, la aguja baila guiada por la mano de quién coserá mis alas, y mientras cose me abraza y, nuestras almas, ya están sintetizadas. Extiendo las alas, alzo el vuelo, aleteo por ti, soy todo amor, hoy es mañana y por eso digo quién va a coserme las alas.

sábado, 23 de julio de 2011

Partiendo de Schopenhauer

'El mundo es mi representación', señaló Arturo como quien no quiere la cosa, la cosa en sí, claro. Y aquí es donde el pez se muerde la cola, porque la cosa en sí es la voluntad, y voluntad significa querer. Si rebobinamos unas líneas veremos que Arturo señaló como quien no quiere la voluntad, como quien no quiere querer o queriendo sin querer, representa su mundo involuntariamente a pesar de que la cosa en sí es la voluntad. Somos los actores de nuestro mundo o, tal vez, sus agentes comerciales, sus representantes. Uno se confunde ante su actuación mundial, es lo que tiene la filosofía, que no te enteras de nada hasta que termina el día, y cuando todo parece cuajar, mi mundo comienza a soñar; ahora es él quien me representa, quien me interpreta, ahora es cuando Arturo diría 'Soy la representación de mi mundo', y mi cuerpo, dormido, hace de público. Y mañana, cuando despierte, aplaudiré la representación soñada. Que mejor forma de comenzar el día lleno de filosofía, con aplausos de ánimo, de bienvenida a la vida: Hola mundo, ahora represento yo durante todo el día.

domingo, 17 de julio de 2011

La frase de Thomas Mann

'Un escritor es alguien para quien escribir es más difícil que para el resto de la gente.' Da que pensar. Lo primero que hace uno es negarla y decir, vaya tontería; pero cuando escribes, tienes que corregir, hay que pensar varias veces, y cada vez que uno piensa quiere demostrarse a sí mismo que lo puede hacer mejor, intenta uno superarse, tal vez rizar el rizo, no es mi caso, soy calvo, así que pondré abrillantar el brillo, de la calva, claro. Y a pesar de que uno lea una sarta de tonterías, que jodidamente difícil es entrelazarlas, darles vida, hacer que caminen con un ritmo, pararse, poner puntos, comas, dar tiempo para pensar, como la frase de Thomas. Un escritor es alguien, dice; dejas de ser un don nadie, para pasar a ser alguien al que no lee nadie. Y desde el momento que eres escritor haces algo que cada vez te resulta más difícil. Santo dios, que me apunten, quiero ser escritor. Soy escritor Thomas, te lo aseguro. Cada vez me resulta más difícil esto, pero me gusta.

domingo, 3 de julio de 2011

Piantao

Escribiendo versos invisibles para un público de espíritus amables me encuentro. Entre estas líneas las estrofas bailan lanzándose pétalos de viento, las rimas se entremezclan y se forma un gran poema eterno con vida propia, con movimiento. Los espíritus aplauden con pétalos en el pelo , y alguien entre la multitud grita piantao, tu si que sabes hacerlo. Quién me iba a decir a mí que mi obra invisible me llevaría al éxito. Que estas hojas en blanco llenas de poemas que no veo pero siento, me iban a dejar piantao entre todos estos muertos. Las nubes recorren los cielos en el maratón del tiempo, entre parpadeos fugaces de luz y noche, y el éxito vuela con ellos hasta que me dan un premio. Por fin, me dicen los muertos, métete en esta caja, ahora eres nuestro regalo, y recita tus sonetos. Leyendo versos invisibles me dirijo hacia los espíritus amables, a su encuentro.

viernes, 1 de julio de 2011

Anoche soñé con la realidad

Tal vez por eso mis fantasías sean la normalidad, testigos directos de mi día a día. Anoche soñé con la realidad y ahora sufro en mis carnes todo lo que imagino. Mi vida no es un sueño como el de Calderón, sino pura imaginación. Veo como lo imposible toma forma; sólo hay que darle tiempo, y mucho cariño, porque lo imposible es como un niño, aprende con el ejemplo. Y a mi querido niño imposible lo sueño donde no hay tiempo y crece sin saberlo. Vamos juntos de la mano, yo impertérrito, es un sueño, y él creciendo, y seguimos caminando hasta que nos separa un espejo. Anoche soñé con la realidad, le digo al hombre imposible, y en el espejo su cara y mi sonrisa blandiendo.
Anoche soñé con la realidad y hoy, lo real, es un sueño.
niño imposible

domingo, 26 de junio de 2011

¿Acaso nuestros sentimientos desaparecen y se pierden así, sin más, de un modo tan frustrante, cuando muere nuestro cuerpo?

Esta pregunta que se hace el escritor japonés Haruki Murakami en su libro De qué hablo cuando hablo de correr, me hizo frenar en seco su lectura y, durante todo el día, me la fui repitiendo y buscando respuestas. Primero pensé que sí, que los sentimientos desaparecían con la muerte del cuerpo, y estaba casi convencido hasta que me acordé de mi madre. Hace poco más de un año que murió y, cada vez que pienso en ella, no se trata sólo de recuerdos, sino que mi estado de ánimo cambia. El recuerdo de sus palabras viene a mí de la misma forma que venían sus consejos y en el momento preciso, justo cuando lo necesito. No siento sus caricias físicas pero sigo sintiendo las caricias. Tal vez los sentimientos no tengan la misma intensidad, o mejor dicho, no posean la cualidad palpable de los actos físicos de un cuerpo vivo, pero, lo que sí es evidente, es que puedo sentirlos. Tal vez el amor de mi madre, sus sentimientos hacia mí, siguen flotando en el aire a mi alrededor, transmitiéndose, tal vez, a través de otras personas, como me ha ocurrido últimamente. SI todo se transforma ¿por qué no también los sentimientos? El sentimiento de amor de mi madre hacia mí ha vuelto a través de varias amistades. No voy a considerar este hecho como un milagro, sino más bien como una prueba científica, como un ejemplo, como respuesta de que los sentimientos no terminan después de la muerte. Querido señor Murakami, los sentimientos, por lo menos el del amor, permanecerá después de la muerte de nuestros cuerpos. Neomaño dixit.

jueves, 23 de junio de 2011

La contrariedad del círculo

Nacemos y un día un hombre de uniforme nos dice muy amablemente: por favor, circule. Y avanzamos en nuestra historia vital en busca de logros, proezas, sueños e ilusiones. Y detrás nuestro se encuentran las cosas y gentes de las que huimos; el pasado, una parte por lo menos, que queremos perder de vista. De pronto, el destino, la edad, un hombre que 'tuit' en un ordenador o con un matasuegras, nos inoculan la prisa con frases de tan profundo calado como la vida son cuatro días, así nunca vas a llegar a nada, y comenzamos a correr. Seguimos circulando pero a mayor velocidad. Ahora huimos de los sueños y vamos detrás de lo siempre habíamos huido: se trata de la contrariedad del círculo.
¿Qué hacer entonces? ¿Imitar a la cabra y dar saltitos? ¿Volver al triángulo religioso con ojo que todo lo ve? ¿Acudir al trapecio para innovar? ¿Dar saltos trapezoidales en un octógono con un ojo que no ve nada?
Es curioso como la contrariedad del círculo puede dejarnos a cuadros. Y enmarco mis pies en un cuadro digital haciendo un click fenomenal. Agarro la foto de mis pies rayados y salto del círculo como la cabra que soy fuera de la contrariedad y en busca de un igual.

ES INÚTIL TODA POLÉMICA SI NO HAY ESPERANZA DE QUE RESULTE PROVECHOSA. Juan Luis VIVES
mis pies rayados

martes, 21 de junio de 2011

Política de cambio

Cambio el nombre para hacer lo mismo. Ya no hay guerras, sólo invasiones. Ya no hay invasiones, sólo implantaciones de democracia. Yo soy bueno y mato malos, que con la política de cambios se transforma en estar legitimado para eliminar. El que piensa diferente a mí es malo. ¿Dictadura demócrata o democracia dictatorial? Da lo mismo, el caso es que suene fenomenal. Te ponemos la soga al cuello por tu bien. No importa cual de los dos partidos mayoritarios salga: la política es la misma. ¿O es putilítica? El dinero manda, los bancos dominan. Antaño decían que las máquinas dominarían el mundo, pero se equivocaron. Son entes hechos de papel moneda, curiosamente creados por nosotros mismos para hacernos las cosas más fáciles, los que succionan nuestra vida aniquilando nuestro pensamiento, abortando sentimientos, generando una nueva especie de no-personas. Y yo, que suelo ir contra corriente, ahora que estoy empapado de amor y dispuesto a darme y a compartirlo con todo bicho viviente, cuando intento amar o entablar amistad, me preguntan que cuánto, refiriéndose al dinero, y yo contesto que se equivocan, que esto es amor y no politiqueo.

domingo, 3 de abril de 2011

¿Quién cuestiona qué?

Y se preguntarán algunos que qué hacen leyendo semejante memez, y me pregunto yo por qué tengo que preguntarme lo que se preguntarán algunos cuando posiblemente ellos no se hayan preguntado lo que me estoy preguntando yo cuando escribo qué se preguntarán algunos.
Creo que esto merece como mínimo unas respuestas.