El bosque de tu cuerpo

Toda la vida intentando encontrarme hasta que te vi y, en el primer instante, soñé en perderme en el bosque de tu cuerpo. Esa tierna mirada que hipnotiza, que descifra y crea los deseos, esos ojos que me miran y me pintan, una ilusión que desborda y es tesoro. Con cada una de tus curvas, de tus recovecos, de tus poros, generas la pasión que mueve el mundo, Cómo no amarte si tu cuerpo es todo arte. Cierro los ojos y te sigo viendo, te veo hasta durmiendo y, haga lo que haga, es imposible olvidarte. Perdido en el bosque de tu cuerpo vivo, hechizado por la pasión que me insuflaste, acaricio cada uno de tus poros, a cada cual más excitante. Voy llenando de caricias y besos todo el bosque hasta que descubro la cueva de tu ombligo, el centro del bosque, del universo amigo, y la alumbro con mis besos luminosos y pienso que no hay nada mejor que estar contigo. Perdido en el bosque de tu cuerpo me encuentro a mi mismo, encuentro el amor, encuentro a un amigo, encuentro a dos niños que sonríen y, de la mano, disfrutan del bosque paraíso.

Las palabras son poderosas

La mayoría de las veces son solo palabras, se las lleva el viento, el tiempo las deshilacha, todo pierde sentido, un te quiero de ayer, hoy, ya no vale nada. Pero cuando se han transformado en poderosas, su poder, en un principio, no reside en ellas, está en el tono a la hora de pronunciarlas, pero el tono también podría ser fingido. ¿Qué da poder a las palabras? ¿Por qué un te quiero a veces no nos afecta o nos da risa y, otras, es la panacea de nuestra vida? Como dije el tono influye bastante pero ¿cómo descubrir el poder de la palabra escrita? Cuando un te quiero lo pronuncias o escribes forrado del mayor de los cariños, cuando insuflas todo tu amor y la palabra lo capta y se imbuye de él, cuando la cu de ese te quiero adquiere volumen y se llena de amor verdadero, e impregna al resto del te quiero, entonces, al oírlo o leerlo, te percatas de que un torbellino de amor se desata y una auerola de cariño recién hecho te envuelve, y todo cambia, ya no vuelves a ser el mismo, las poderosas palabras han cumplido con su cometido y, el amor que de ellas se desprende, penetra en tu piel, te hace sentir bien, tu mirada sonríe y tus labios también. Y ese es el te quiero que te envío, mi amor, el te quiero más poderoso, el te quiero con más amor.

Universo de cariño

Empezó siendo una pequeña burbuja y ahora es todo un universo. Son las cosas del amor, que se expande y se hace grande, todo lo inunda y te sientes mejor. Primero fue un verso, luego dos; llené tu vida de poemas pero aquello no bastó. Voy hacerte sonreír a besos, te dije, y solo hicieron falta dos, colocados en puntos estratégicos pero, por si acaso, te di un millón. Contemplarte para mí se transformó en un arte porque ardía en deseos de besarte y acariciarte. Y tú apareciste para refrescar y te dejabas besar y acariciar. Y en medio de este amor dicharachero se fue creando un universo entero. Verte me hacía feliz y aunque cierta distancia nos separaba, llegué a un pacto con un hada y cada día te soñaba. Miraba al cielo y en una nube veía tu cara, dormía un poco y entre tus brazos me encontraba. Y te pensaba, y te imaginaba, y era tanto el cariño que la ilusión me hizo un guiño, y no hacía falta soñar para verte, pues todo me recordaba a ti y no podía hacer nada más que quererte. La distancia que nos separaba cada día se achicaba, y el mundo cariño era ya un universo y nuestras manos la sinalefa de un verso. Y mis manos tu piel sentían y nuestras bocas hablaban el lenguaje mágico de los besos. Nuestros cuerpos se vestían de caricias y, oh albricias, el amor era nuestro juego. Y ahora estamos los dos jugando como dos niños en nuestro universo de cariño. Y verte así de feliz hace nuestro amor infinito.

Tu pecho

Lo veo como una maravilla. Precioso para acariciarlo, acogedor, como mi hogar, donde encuentro la seguridad, donde puedo derramar lágrimas mientras tus brazos me arropan. Y también un lugar donde guardar millones de besos. Tu pecho lo es todo, parte de mi deseo, parte de ti, un auténtico tesoro. La tierna almohada de mis dulces sueños, la tierra soñada de la mayoría de mis deseos, tu pecho esconde el ritmo por el que suspiro, tu pecho no solo es tu corazón sino todo lo que contiene, por eso tu pecho también soy yo y, cuando mi mano lo toca, nos toca a nosotros dos. Tu pecho alberga nuestros recuerdos, todos los detalles de nuestro amor y, siempre que lo observo, me encuentro mejor. Y además de pasado y presente, tu pecho también es el futuro, pues está tu corazón, nuestro amor, el hogar acogedor, el futuro placer que suspira a borbotones en cada bombeo de tu corazón, tu pecho es mi lecho, tu pecho es amor, abrázame fuerte mi cielo, quiero entrar en tu corazón.

La belleza infinita

Hoy pensaba en lo maravillado que me tiene tu cuerpo que para mí, sin ninguna duda, es una obra de arte. No sigue los cánones habituales de belleza y puede que para muchas personas tu cuerpo pase completamente desapercibido o solo sea uno más. Pero no todo el mundo puede ser partícipe de la belleza infinita. Porque al contemplar tu cuerpo puedo ver también tu alma. La belleza de tus curvas reside en la sinceridad que llevan impregnadas. Sucumbo ante tu piel porque tus poros desprenden la esencia del amor futuro que percibo, tal vez, desde un lado primigenio y oscuro donde, a través de una mirilla casi mágica, me deleito observando todas las capas de maravillas escondidas que hay en ti. Portas un ingente potencial de amor que ya he empezado a saborear desde la distancia. Tu elegancia es como tu belleza, infinita a la par que humilde, sin pretensiones añadidas, natural como la vida misma. Hay una aureola de bondad a tu alrededor que irradia pequeñas moléculas de amor que recibo cada vez que te contemplo. Y por eso tu belleza va creciendo en progresión, por eso es arte, porque es un auténtico placer contemplarte, y la visión se ha hecho tan densa que, casi casi, puedo tocarte. Tu belleza infinita se ha instalado en mi pensamiento, tiene un pequeño apartamento en mi corazón y una inmensa fábrica de sueños e ilusiones compartidas en mi imaginación. La belleza infinta es un portento y tú eres mi amor.

Traspasar lo existente

Siempre soñé con atravesar un espejo, lanzarme a una frase y bucear en ella, bailar en y formar parte de un poema, ser un verso y también un beso, con alas, por supuesto; y así, un día, con estos sueños en la alforja de mi destino sempiterno, decidí cumplirlos todos antes de la llegada del nuevo invierno. Por eso, cariño mio, no te asustes si ves llegar al fondo de tu reflejo, pues sin duda seré yo que atravesé el espejo. O tal vez aparezca en uno de esos mensajes que intercambiamos en línea y, mientras lo estés leyendo, me veas emerger de una frase, chapoteando en ella alegremente, salpicándote con amor implícito, con el cariño de entrelíneas. Y un día que abras un libro de poesía me verás colgando de una sinalefa, saltando de una estrofa a otra, haciendo, entre versos, un poco el idiota para que, cuando cierres el libro, acabe estampado en tu boca, pues como dije, seré beso además de verso, y buscaré tus labios tersos, para deslizarme sobre ellos, y permaneceré un rato, aleteando mis alas de beso, mostrándote como mis sueños, traspasando lo existente, construyeron la realidad de dos amantes vivientes.