miércoles, 15 de julio de 2020

Solo

Aparentemente todo el tiempo del mundo. Una nueva vida sin nadie alrededor, sin nadie a quien cuidar. Después de un cuarto de siglo cuidando a mis padres ya solo quedan recuerdos, muchos inventados, transformados por el tiempo. Un abismo se abre ante mí, pero también un mundo, o tal vez muchos, maravillosos. Una nueva casa me espera donde crearé la historia que me queda y también las mil y una historias imaginadas mientras mi historia personal permanece estancada. Solo. Puede sonar a abandono, pero no es eso solo. Porque la soledad puede ser la mejor maestra. Si soy capaz de aguantarme a mí mismo, podré aguantar cualquier cosa. Solo, sí, pero con todo el amor por compartir, y también aventuras, y, por qué no, silencios, caricias pensadas, besos soñados, relatos para mostraros la vida, vuestra propia vida, relatos que hacer realidad solo o en compañía. Los libros que me rodean me susurran las nuevas historias entre sus lineas, van dejando sus posos tras su lectura y fermentan en mi cabeza tras una tenue calentura. Solo buscaré la alegría. Solo construiré la caricia, la caricia voladora que llevará mi nombre y podrá llegar al rincón más inhóspito, al amigo más lejano, hasta alcanzar su mano, su torso, su rostro, y dibujar solo la sonrisa que soñé y construí estando solo.